Saltar al contenido principal

Exploradores y viajeros por España y el nuevo mundo

1517-1518, Carlos I (rey)

El monarca español (1500-1558) visitó España, por primera vez a los diecisiete años para ser coronado rey. Vid. el viaje de Lorenzo Vital. Arturo Farinelli, además, añade, entre otros, los siguientes: Vandenesse, Diario de los viajes de Carlos V y Felipe II, 1514-1551, en el vol. II de la Collection des voyages, de Gachard; la correspondencia de Van Male, Lettres sur la vie intérieure de l'Empereur Charles Quint... publiés par le première fois par A. Reiffenberg, Bruxelles, 1843; una redacción española, El viaje que el Emperador Carlos V hizo a Castilla año de 1517, se halla indicada en el inventario reproducido por R. Beer (n.º 214); un artículo de J. C. en La Veu de Montserrat (1884), VII, pág. 304 y ss. trata de Les anades del gran emperador Carlos V al santuari de Montserrat; un capítulo del ensayo de F. Carreras y Candi (Visites de nostres Reys a Montserrat) se dedica a las Múltiples visites de Carles V a Montserrat (viajes del 1520, 1533, 1535, 1536, 1538, 1542); Manuel de Foronda, Estancias y viajes del Emperador Carlos V, desde el día de su nacimiento hasta el día de su muerte, comprobados y corroborados con documentos originales, relaciones auténticas, manuscritos de su época y otras obras existentes en los Archivos y Bibliotecas públicas y particular s de España y del extranjero, Madrid, 1914; Emilio Castelar, «El Viaje de Carlos V desde Bruselas a Yuste», en Revista de España, 1885 CVIII.

José García Mercadal nos informa que ya desde el siglo XVII se concibió la idea de publicar el Diario de los viajes de Carlos V que redactara su interventor Juan de Vandenesse. Al parecer, quien primero pensó en ello fue el ilustre filósofo y matemático Gottfried Wilheilm Leibnitz (1646-1716), sin que llegase a realizar su deseo. En la segunda mitad del siglo XVIII, don Anselmo Berthod, benedictino de la congregación de Saint Vannes, también pensó en aquella publicación. Vandenesse era compatriota suyo, y en la Biblioteca de Besançon, custodiada por él, había un manuscrito del Diario... que el benedictino había leído y anotado; en una misión literaria de que fue encargado en 1774 por los Países Bajos, encontró otros dos en la catedral de Tournay y uno de ellos le pareció ser «el verdadero original del autor», opinión que a Anselme Berthod le pareciera un tanto aventurada.

Tras un intento de publicación por parte del obispo de Amberes, que tampoco fructificó, a comienzos del siglo XIX, un literato holandés, Juan Merman, tuvo también la idea de publicar el manuscrito pero falleció antes de poder realizarlo. El Barón de Hornay, director de los Archivos Imperiales de Viena, dio en extracto la obra, traducida al alemán y publicada finalmente en las páginas del Archiv für Geschichte, Statistik, Litteratur und Kunts, en los años 1810 y 1811. Por fin, y tras su parcial utilización por parte del barón de Reiffenberg, Particularidades inéditas sobre Carlos V y su reinado, publicado en 1834, la Academia de Bruselas decidió publicar la obra de Vandenesse, confiando, al decir de García Mercadal, semejante tarea al historiador Gachard, quien cuenta con todo detalle en la introducción que precede a la Colección de los viajes de los soberanos de los Países Bajos, Bruselas, 1874, Tomo II, toda la serie de vicisitudes por las que pasó dicha publicación.

Juan de Vandenesse era hijo de un antiguo portero de la bodega de la casa de la duquesa María, hija de Carlos el Temerario, que había nacido en Dijon. Juan nació en 1497 y siguió al emperador en sus viajes desde la edad de diecisiete años, probablemente bajo los auspicios del hermano mayor, que pertenecía a la capilla imperial. Carlos V le colmó de honores y en 1535 ya aparece como su interventor. Cuando el príncipe Felipe se separó de su padre en Augsburgo, para regresar a España, el emperador quiso de Vandenesse desempeñase ante su hijo las mismas funciones que llevaba tantos años desempeñando ante él a la máxima confianza. Nueve años después, en 1560, y por motivos de salud, a la edad de sesenta y tres años, pidió permiso para retirarse a su país y aquél, además de otorgarle una pensión, añadió una ayuda de costa de 400 ducados.

El Diario de los viajes de Carlos V, de Juan de Vandenesse está incluido en la magna obra de José García Mercadal, Viajes de extranjeros por España y Portugal, op. cit., vol. II.

Subir