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Sociedad y economía

Artículos


El «censo de Tomás González»

José Carlos Rueda Fernández

Universidad de Salamanca



     El «Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI...», publicado en 1829 por D. Tomás González (Monforte de la Sierra (Salamanca) 1780 Madrid 1833), constituye la primera y más importante recopilación de fuentes demográficas relativas al siglo XVI. Aunque al autor no se le conocen inclinaciones políticas o intelectuales excesivamente significadas, lo cierto es que el «Censo» parece entroncar con esa preocupación por las estadísticas (demográficas y de otro tipo) de que hicieron gala los ilustrados españoles y las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País en general y, particularmente, las administraciones de Carlos III y Carlos IV durante la centuria anterior. En cualquier caso, y esto es lo realmente importante, durante casi siglo y medio esta obra ha constituido la única fuente impresa para conocer la población española en la época de los Austrias.

     En el «Censo», el canónigo-archivero reunió una serie de «plantas de población [...] tomadas de los libros de las Rentas y Derechos Reales» depositadas en el Archivo General de Simancas, del que, siguiendo órdenes reales, se encargaría entre los años 1815 y 1828, y al que continuaría estrechamente vinculado hasta el final de sus días. Su objetivo, claramente científico, queda de manifiesto en el escrito que en abril de 1829 dirige al rey don Fernando, y con el que se abre la obra que estamos comentando: «Son tan divergentes las noticias que acerca de esta materia corren entre nacionales y extrangeros, y tan poco fundados los cálculos que se forman dentro y fuera de España sobre su antigua población, que me pareció hacer a V M y a sus Reinos algún servicio, en recoger datos auténticos para fijar e ilustrar este punto tan controvertido como ignorado». Se trataba, pues, de deshacer ¿mediante materiales de primera mano? cuantas ideas, las más de ellas equivocadas, habían corrido acerca de nuestro pasado en materia de estadísticas demográficas, sin faltar, lógicamente, una reivindicación de cierto corte nacionalista: «La publicación de estas noticias comprobará cuán sin fundamento se habla de nuestras cosas por muchos escritores, que a otras imposturas añaden la de que el Gobierno Español nunca tuvo ni pensó tomar conocimiento de la población de sus dominios. Las colecciones diplomáticas y los monumentos históricos van demostrando cada día con cuanta ligereza y animosidad se asegura nuestra falta de instrucción en muchos ramos, que tal vez tuvieron favorable acogida y cultivo en España mucho antes que en otras naciones que ahora hacen alarde de inventoras, acriminando nuestro atraso en ellos».

     Pese al enorme desorden con que se presenta la documentación compendiada, se acierta a distinguir de forma más o menos clara una serie de unidades o bloques fundamentales. En este sentido, un primer bloque lo constituyen las vecindades del año 1594 (págs. 1-90); en un segundo bloque, más extenso, aparecen las cifras del que la historiografía ha venido denominando «Censo de los Obispos», correspondientes al año 1587 (págs. 171-352); y, entre uno y otro bloque, un conjunto de informaciones muy dispares ¿tanto por su objeto como por su procedencia y su cronología? y de desigual valor estadístico-demográfico referentes a la población del Señorío de Vizcaya (1708) y de los reinos de Aragón (1495), Cataluña (1553), Valencia (1609) y Navarra (1553); amén de otras relaciones y estimaciones estadísticas encaminadas a completar el cuadro demográfico de aquel siglo, de entre las que cabe destacar el célebre y discutido «apuntamiento» del contador Alonso de Quintanilla (págs. 94-95), un vecindario de la provincia de Salamanca de 1534, otro de la villa de Madrid de 1597, una relación de los moriscos que «salieron» del Reino de Granada tras la rebelión de las Alpujarras y otra de los que fueron expulsados del país después de 1603, el repartimiento de las aljamas de judíos de 1474, etc.

     En cuanto al primero y principal de estos bloques, el de las cifras de 1594, parece que Tomás González se limitó a transcribir un «Libro del repartimiento que se hizo de los ocho millones de donativo, en virtud de las averiguaciones que se hicieron de las vecindades del Reino en el año de 1592 para desde el año 1594 en adelante» (A. G. Simancas, Contadurías Generales, 2ª serie, leg. 2970). Es decir, utilizó un resumen en vez de los datos originales del renombrado «Censo» de 1593; unos datos que obviamente no pudo conocer, puesto que ingresaron en el archivo en 1850 (Dirección General del Tesoro, Inventario 24, leg. 1301). Así pues, las cifras que nos ofrece en su obra no corresponden al año 1594, sino más bien a 1591 (por el hecho de utilizar un resumen falta también información puntual del número de vecinos de algunas de las circunscripciones en que se dividían las dieciocho provincias de la Corona de Castilla). Pero no fue éste el único error que se deslizó en la obra de don Tomás, como en su momento mostró Felipe Ruiz Martín. Tampoco el número de vecinos que se da corresponde sólo a pecheros, como allí se nos indica, sino que es el resultado de la suma de vecinos pecheros, hidalgos, clérigos y religiosos, estos últimos estimados a razón de un vecino por cada diez o fracción superior a siete. Creemos asimismo necesario resaltar ¿por su mayor fidelidad estadística y cronológica? el hecho de que en este primer bloque, las cifras de cada provincia, partido y circunscripción se complementan, aunque sólo para las capitales y principales núcleos de población, con otras procedentes de diversos «censos» custodiados igualmente en Simancas, como son los de 1530 (recuentos de 1528-1536), 1646 y 1693-1694 (Contadurías Generales, leg. 768; Diversos de Castilla, libro 23; y Guerra Antigua, leg. 2933 y 2934, respectivamente).

     De irregular factura y valor resultan ser también las «Relaciones remitidas por los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos, y otros Prelados y personas eclesiásticas del vecindario de sus Diócesis y territorios al Señor Rey D. Felipe II...», del año 1587, que constituyen el segundo de los bloques más arriba referido (Patronato Eclesiástico, leg. 135-138 y 161). Fruto, muy posiblemente, de meras y, en algún caso, muy groseras estimaciones realizadas con toda celeridad por las autoridades eclesiásticas de cada diócesis, sus cifras han presentado desde antiguo un menor interés para los historiadores, dado, por una parte, el alto porcentaje de guarismos terminados en cero o en cinco que presentan, lo que las hace sospechosas de escasa verosimilitud, y habida cuenta, por otra, la existencia para tales fechas de otras cifras mucho más fidedignas desde el punto de vista estadístico (por ejemplo, las averiguaciones de alcabalas de ese mismo año 1587).

Pero, pese a todo, a nadie debe ocultársele el enorme valor de la obra de D. Tomás González. Él abrió un camino desde entonces transitado por numerosos eruditos, archiveros, etc. No obstante, el tiempo hace sus estragos. Referente inexcusable para los historiadores de la población castellana hasta fines de los años 1960, la producción historiográfica de los últimos veinticinco o treinta años parece haber relegado casi al olvido este «monumento» de lo que algunos autores han denominado incipiente «sentido estadístico» en nuestro país.



ALGUNAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE INTERÉS

- BARRIONUEVO DOLFOS Augusto. «Comentarios» a la edición facsímil del Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI.... Madrid: Instituto Nacional de Estadística, 1982.

- Censo de Castilla de 1591: Vecindarios. Comentario de Annie Molinié-Bertrand; introducción de Eduardo García España. Madrid : Instituto Nacional de Estadística, 1984.

- GARCÍA ESPAÑA, Eduardo y MOLINIÉ-BERTRAND Annie. Censo de Castilla de 1591. Estudio analítico. Madrid : Instituto Nacional de Estadística, 1986.

- MARTÍN GALÁN, Manuel. Fuentes y métodos para el estudio de la demografía histórica castellana durante la Edad Moderna. En Hispania, 1981, t. XLI, n° 148, p. 231-325.

- MOLINIÉ-BERTRAND, Annie. Au Siècle d'Or. LEspagne et ses hommes. La population du Roya ume de Castille au XVIe siècle. Paris : Economica,1985.

- PÉREZ MOREDA Vicente. El crecimiento demográfico español en el siglo XVI. En Jerónimo Zuritasu época y su escuela. Zaragoza : «Institución Fernando el Católico», 1986, pp. 55-71.

- RUIZ ALMANSA, Javier. La población de España en el siglo XVI. Estudio sobre los recuentos de vecindario de 1594, llamados comúnmente «Censo de Tomás González». En Revista Internacional de Sociología, 1943, vol. I, n° 4, pp. 115-136.

- RUIZ MARTÍN, Felipe. La población española al comienzo de los tiempos modernos. En Cuadernos de Historia. Anexos de la revista Hispania, 1967 vol. 1, pp. 189-202.

-- Movimientos demográficos y económicos en el Reino de Granada durante la segunda mitad del siglo XVI. Anuario de Historia Económica y Social, 1968, I, nº. 1, pp. 127-183.

-- Demografía eclesiástica hasta el siglo XIX. En ALDEA VAQUERO, Quintín; MARÍN MARTINEZ, Tomás; y VIVES GATELL José (dirs.). Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Vol. II, Madrid : Instituto Enrique Flórez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1972, pp. 682-733.

- SALAS AUSENS, José Antonio. Aragón en el censo de Tomás González. Análisis crítico. En Estudios del Departamento de Historia Moderna (Zaragoza), 1978, p. 357-375.

- SIMÓN TARRÉS, Antoni. La demografía histórica en Catalunya. Un balance bibliográfico. En Boletín de la Asociación de Demografía Histórica, 1989 año VII, n° 2, pp. 37-60.

- VINCENT, Bernard. Récents travaux de démographie historique en Espagne (XIVe-XVIIIe siècles). En Annales de Démographie Historique, 1977 pp. 463-491.



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