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11

La primera tradición recogida es del 20 de diciembre 1884 y las dos últimas corresponden ya a las colaboraciones para la Revista social de Lima, durante 1886.

 

12

Clorinda Matto de Tumer, «El oráculo del indio», en Tradiciones, t. II, p. 193. Por cierto que la técnica del presagio recuerda la utilizada por Andrés Bello en sus Silvas Americanas. Dice Clorinda: «...presagiando, consternado, horribles cosas para la patria y para mi familia que todo va a caer con sangre y duelo. Attoc-hillapa ha aullado como grande, y el cernícalo ha arrebatado la paloma blanca que, inocente, posaba sobre el campanario del pueblo» (p. 192).

 

13

José Martí, «Prólogo al poema Al Niágara», cit. pos. Ricardo Gullón, El modernismo visto por los modernistas, Madrid, Guadarrama, 1980, pp. 35 y 36.

 

14

Rubén Darío, Los colores del estandarte, cit. pos. Ricardo Gullón, El modernismo..., p. 55. La originalidad de la prosa modernista está igualmente a años luz de la decimonónica expresión de Clorinda.

 

15

Incomprendido siempre por Clorinda quien en este aspecto se mueve en las coordenadas del fisiologismo determinista. Cfr. al respecto las palabras del prólogo de Aves sin nido: «¿Quién sabe si se reconocerá la necesidad del matrimonio de los curas como una exigencia social?», ed. cit., p. 2. Por otra parte las tradiciones incluyen esporádicos «pullazos» contra el sentido de la vida en clausura: «Cuantas virtuosas familias arrancadas al seno de las sociedades, tal vez preciosas ilusiones marchitas al nacer, y asesinadas para encerrar sus despojos en el ataúd de los vivos!» (vid. «Santa Catalina de Arequipa», en Tradiciones..., t. I, p. 42). No obstante, el alegato se reparte por igual contra las monjas iluminadas del Siglo de Oro (cfr. «La mala Carranza», en Tradiciones... t. I, pp. 65-66), y... «la carcoma del siglo llamada con énfasis filosofía alemana» («La Virgen de los Remedios», en Tradiciones..., t. I, p. 111).

 

16

Como es sabido, este ambiente se caracteriza por su anticlericismo exacerbado, en el que sobresalen realistas y naturalistas. La Regenta, de Leopoldo Alas «Clarín», borda con exquisitez simbolista un asunto que en las novelas de Clorinda se plantea en términos más burdamente naturalistas.

 

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Tal vez no sea ocioso recordar que el descubrimiento del Ollantay, la versión al castellano de José Sebastián Barranco y su versificación por Constantino Carrasco reforzaron ese interés por las costumbres quechuas.

 

18

Cfr. Concha Meléndez, La novela indianista en Hispanoamérica, Río Piedras, Puerto Rico, UPREX, 1961.

 

19

Cfr. al respecto Augusto Tamayo Vargas, Literatura peruana, Lima, Universidad Nacional de San Marcos, t. II, 1965.

 

20

Clorinda Matto de Turner, «Cusiccoillor», en Tradiciones..., t. I, p. 152. Hay varias referencias en este sentido: «los vicios de los blancos» («Frailes», en Tradiciones..., t. I, p. 160) que se disculpan «con la facilidad propia de los blancos» («La peña del castigo», en Tradiciones..., t. I, p. 168). «Las indias (por el contrario) aman una sola vez y son fiel como el perro de largas lanas que siempre sigue las huellas de su pie» («Frailes», Tradiciones..., t. I, p. 161).