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267-14. El texto: «Espñolas». (N. del E.)

 

32

267-22. El texto: «cou». (N. del E.)

 

33

272-32. El texto: «Christino». (N. del E.)

 

34

278-16. El texto: «blanco». (N. del E.)

 

35

283-5. Don Juan de Austria (1547-1578), hijo de Carlos V y de Bárbara Blomberg. Véase, acerca de él, el clásico libro de Sir William Stirling-Maxwell, Don John of Austria (edición de Londres, 1883; dos volúmenes). (N. del E.)

 

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283-12. Sobra una sílaba. (N. del E.)

 

37

283-17. «El muchacho paciente», dice honestamente Covarrubias. (N. del E.)

 

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283-18. La frase es obscura. Como en el juego de quínolas tiene quínola el jugador que reúne cuatro cartas del mismo palo, ¿querrá decir el sacristán que el morillo es puto, por constar el vocablo de cuatro letras (una menos que punto)? Muy retorcida es la interpretación; pero no se nos ocurre ninguna enteramente satisfactoria.

Asimismo, como, según el Diccionario académico, se dice quínola al que está vestido de diversos colores, y punto menos es «locución con que se denota que una cosa es casi igual a otra con la cual se compara», también podría interpretarse la frase en el sentido de que el morillo es «casi una quínola», por lo abigarrado de su vestimenta. (N. del E.)

 

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284-25. Rendajo o arrendajo, nombre de un ave que imita la voz de otros pájaros, se toma también en el sentido de «persona que remeda las acciones o palabras de otra». (Véase el Diccionario de la Real Academia Española, voz Arrendajo.) (N. del E.)

 

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286-15. Si no hay errata en el texto, el vocablo tersa es para nosotros de significación desconocida. (N. del E.)