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1

117-2. Una de las más antiguas menciones de este personaje popular (análogo al Till Eulenspiegel alemán) figura en la Egloga o farsa del nascimiento de nuestro redemptor Jesucristo, de Lucas Fernández (1514), donde Gil dice:

    «¿Vos sois Pedro de Ordimalas,
o Matihuelo?»


Luego, en todo el siglo XVI, y en el XVII, las citas de aquel personaje fueron frecuentísimas. En la Doleria del sueño del mundo, de Pedro Hurtado de la Vera (Anvers, 1572; III, 2.ª), se le llama «Pedro de malas artes». Correas, en su Vocabulario, dice: «Es un Pedro de Urdemalas (el que es tretero, taimado y bellaco).» Vicente Espinel, en su Sátira contra las damas de Sevilla (1578), recuerda las consejas «largas y enfadosas» de Pedro de Urdemalas. Compárese la Antología de poetas líricos, de Menéndez y Pelayo, VII, pág. XLVIII, y la nota (2). (N. del E.)1.1

 

1.1

[El aparato crítico del original aparece en Comedias y entremeses, tomo III, edición de R. Schevill y A. Bonilla, Madrid, Imprenta de Bernardo Rodríguez, 1918, páginas 246 a 260 (N. del E.)]

 

2

117-15. El texto: «tres»; pero véase la pág. 218. (N. del E.)

 

3

117-18. El texto: «dos»; pero véase la pág. 217, donde entra el farsante tercero. (N. del E.)

 

4

119-21. Aunque Amadís pasó de «dulces floreos» en sus entrevistas con Oriana en Miraflores, fue siempre puntual enamorado y modelo de castidad. Galaor, su hermano, menos sujeto al dios de amor, tuvo también menos escrúpulos en sus relaciones con las damas, como la historia de Amadís refiere. (N. del E.)

 

5

129-15. Es frecuente la frase en Cervantes. Se menciona en Rinconete y Cortadillo, en La guarda cuidadosa y en El gallardo español, II (tomo I, pág. 69, de nuestra edición). (N. del E.)

 

6

131-17. Falta un verso (en -ido) para terminar la octava. (N. del E.)

 

7

135-24. En lugar de «sagazidad», se echa de menos una palabra consonante de «possession», para terminar la quintilla. (N. del E.)

 

8

136-25. Las prácticas populares supersticiosas con motivo de la festividad de San Juan, no sólo existían y existen en España, sino en otros muchos países (Francia, Italia y Alemania, por ejemplo). Consúltense, acerca de este punto: A. Guichot, Supersticiones populares recogidas en Andalucía (Sevilla, 1883); Miscelánea folk-lórica (Barcelona, 1887); P. Sébillot, Le Paganisme contemporain chez les peuples celto-latins (Paris, 1908); J. Rodríguez López, Supersticiones de Galicia (segunda edición; Madrid, 1910; págs. 135 y 136); Lope de Vega, Peribáñez y el Comendador de Ocaña, edición Bonilla (Madrid, 1916; págs. 228 y 229). El mismo Lope de Vega tiene una comedia con el rótulo de La noche de San Juan, incluida en la parte XXI de las suyas.

Sabido es que el día de San Juan Bautista corresponde al 24 de junio, o sea, tres días después del solsticio de verano.

Lope escribió también un poema titulado La mañana de San Juan. (Véase la larga e interesantísima nota puesta por Clemencín al Quixote, II, 62, nota 2.ª) En la comedia Juan Latino, de Diego Ximénez de Enciso, hay una extensa escena dedicada a las fiestas de la noche de San Juan, y se notan estas mismas supersticiones. Véase también un hermoso romancillo en la comedia Al pasar del arroyo, III, 4, de Lope. De la fiesta habla detalladamente el libro: Brand's, Popular Antiquities; Londres, 1873; I, 298-337. (N. del E.)

 

9

137-1. El texto: «fnego». (N. del E.)

 

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137-9. Berganza, en el Coloquio de los perros, cuenta a Cipión que los gitanos «dan la obediencia, mejor que a su rey, a uno que llaman conde, al cual, y a todos los que dél suceden, tienen el sobrenombre de Maldonado; y no porque vengan del apellido deste noble linaje, sino porque un paje de un caballero deste nombre se enamoró de una gitana muy hermosa, la cual no le quiso conceder su amor si no se hacía gitano y la tomaba por mujer; hízolo así el paje, y agradó tanto a los demás gitanos, que le alzaron por señor y le dieron la obediencia; y como en señal de vasallaje le acuden con parte de los hurtos que hacen, como sean de importancia». El Sr. Amezúa, en su edición del Coloquio, hace notar que en esa tradición del gitano Maldonado (por primera vez citada, que sepamos, por Cervantes) se halla en germen La gitanilla de Madrid. (N. del E.)