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ArribaAbajoJornada II

 

Salen la REINA y el CONDE.

 
REINA
   Vuestra estraña relación
me ha enternecido, y prometo
que he de alcanzar, con efeto,
para los dos el perdón;
   porque de Blanca y de García 5
me ha encarecido Su Alteza,
en el uno, la belleza,
y en otro, la gallardía.
   Y pues que los dos se unieron
con sucesos tan prolijos, 10
como los padres, los hijos
con una estrella nacieron.
CONDE
   Del Conde nadie concuerda
bien en la conspiración;
salió al fin de la prisión 15
y don Sancho de la Cerda
   huyó con Blanca que era
de dos años, a ocasión
que era yo contra Aragón
general de la frontera, 20
   donde el Cerda con su hija
se pretendió asegurar,
y en un pequeño lugar,
con la jornada prolija,
   adoleció de tal suerte, 25
que aunque le acudí en secreto,
en dos días, en efeto,
cobró el tributo la muerte.
   Hícele dar sepultura
con silencio y, apiadado, 30
mandé que a Orgaz un soldado
la inocente criatura
   llevase, y un labrador
la crió, hasta que un día
la casaron con García 35
mis consejos y su amor;
   que quiso, sin duda alguna,
el Cielo que ambos se viesen
y de los padres tuviesen
junta la sangre y fortuna. 40
REINA
   Yo os prometo de alcanzar
el perdón.
 

(Sale BRAS.)

 
BRAS
Buscandolé,
¡pardiobre!, que me colé
como fraile, sin llamar.
   Topéle. Su sonsería 45
me dé las manos y pies.
CONDE
Bien venido, Bras.
REINA
¿Quién es?
CONDE
Un criado de García.
REINA
    Llegad.
BRAS
¡Qué brava hermosura!
Esta sí que el ojo abonda, 50
pero si vos sois la Conda
tendréis muy mala ventura
CONDE
   ¿Y que hay por allá, mancebo?
BRAS
Como al Castañar no van
estafetas de Milán, 55
no he sabido qué hay de nuevo.
   Y por acá, ¿qué hay de guerra?
CONDE
Juntando dineros voy.
BRAS
De buena gana los doy
por gozar en paz mi tierra; 60
   porque el corazón me ensancha,
cuando duermo más seguro
que en Flandes, detrás de un muro
en un carro de la Mancha.
REINA
   Escribe bien, breve y grave. 65
CONDE
Es sabio.
REINA
A mi parecer,
más es que serlo tener
quien en Palacio le alabe.
 

(Sale DON MENDO.)

 
DON MENDO
   Su Alteza espera.
REINA
Muy bien,
la banda está en vuestro pecho. 70

  (Vase.) 

DON MENDO
Por vos, Su Alteza me ha hecho
aquesta honra.
CONDE
También
   tuve parte en esta acción.
DON MENDO
Vos me disteis esta banda,
que mía fue la demanda 75
y vuestra la información.
   Ayer con su Alteza fui,
y diome esta insignia, Conde,
yendo al Castañar (donde

 (Aparte.) 

libre fui y otro volví). 80
 

(Sale TELLO.)

 
TELLO
   El Rey llama.
CONDE
Espera, Bras.
BRAS
El billorete leed.
CONDE
Este hombre entretened
mientras vuelvo.
BRAS
Estoy de más;
   desempachadme temprano, 85
que el Palacio y los olores
se hicieron para señores,
no para un tosco villano.
CONDE
   Ya vuelvo.
 

(Vase el CONDE y TELLO.)

 
DON MENDO

 (Aparte.) 

Conocer quiero
este hombre.
BRAS
¿No hay habrar?
90
¿Cómo fue en el Castañar
ayer tarde, caballero?
DON MENDO

 (Aparte.) 

   Daré a tus aras mil veces
holocaustos, dios de amor,
pues en este labrador 95
remedio a mi mal ofreces.
   ¡Ay, Blanca! ¡Con qué de enojos
me tienes! ¡Con qué pesar!
¡Nunca fuera al Castañar!
¡Nunca te vieran mis ojos! 100
   ¡Pluguiera a Dios que primero
que fuera Alfonso a tu tierra,
muerte me diera en la guerra
el corvo africano acero!
   ¡Pluguiera a Dios, labrador, 105
que al áspid fiero y hermoso
que sirves, y cauteloso
fue causa de mi dolor,
   sirviera yo, y mis estados
te diera, la renta mía, 110
que por ver a Blanca un día,
fuera a guardar sus ganados!
BRAS
   ¿Qué diabros tiene, señor,
que salta, brinca y recula?
Sin duda la tarantula 115
le ha picado, o tiene amor.
DON MENDO

 (Aparte. 

   Amor, pues Norte me das,
déste tengo de saber
si a Blanca la podré ver.)
¿Cómo te llamas?
BRAS
¿Yo? Bras.
120
DON MENDO
   ¿De dónde eres?
BRAS
De la villa
de Ajofrín, si sirvo en algo.
DON MENDO
¿Y eres muy gentil hidalgo?
BRAS
De los Brases de Castilla.
DON MENDO
    Ya lo sé.
BRAS
Decís verdad,
125
que só antiguo, aunque no rico,
pues vengo de un villancico
del día de Navidad.
DON MENDO
    Buen talle tienes.
BRAS
Bizarro;
mire qué pie tan perfeto. 130
¿Monda nísperos el peto?
Y estos ojuelos, ¿son barro?
DON MENDO
   ¿Y eres muy discreto, Bras?
BRAS
En eso soy estremado,
porque cualquiera cuitado 135
presumo que sabe más.
DON MENDO
   ¿Quieres servirme en la Corte,
y verás cuánto te precio?
BRAS
Caballero, aunque só necio,
razonamientos acorte, 140
   y si algo quiere mandarme,
acabe ya de parillo.
DON MENDO
Toma, Bras, este bolsillo.
BRAS
Mas, ¡par Dios!, ¿quiere burlarme?
   A ver, acerque la mano. 145
DON MENDO
Escudos son.
BRAS
Yo lo creo;
mas por no engañarme veo
si está por de dentro vano;
   dinero es, y de ello infiero
que algo pretende que haga, 150
porque el hablar bien se paga.
DON MENDO
Sólo que me digas quiero
   si ver podré a tu señora.
BRAS
¿Para malo o para bueno?
DON MENDO
Para decirla que peno 155
y que el corazón la adora.
BRAS
   ¡Lástima os tengo así viva
por lo que tengo en el pecho,
y aunque rudo, amor me ha hecho
el mío como una criba! 160
   Yo os quiero dar una traza
que de provecho será:
aquestas noches se va
mi amo García a caza
   de jabalíes; vestida 165
le aguarda sin prevención,
y si entráis por un balcón,
la hallaréis medio dormida,
   porque hasta el alba le espera,
y esto muchas veces pasa 170
a quien deja hermosa en casa
y busca en otra una fiera.
DON MENDO
   Me engañas.
BRAS
Cosa es tan cierta,
que de noche, en ocasiones,
suelo entrar por los balcones 175
por no llamar a la puerta
   ni que Teresa me abra;
y por la honda que deja
puesta Belardo en la reja,
trepando voy como cabra, 180
   y la hallo sin embarazo,
sola, esperando a García,
porque le aguarda hasta el día
recostada sobre el brazo.
DON MENDO
   En ti el amor me promete 185
remedio.
BRAS
Pues esto haga.
DON MENDO
Yo te ofrezco mayor paga.
BRAS

 (Aparte.) 

Esto no es ser alcagüete.
DON MENDO

 (Aparte.) 

   Blanca, esta noche he de entrar
a verte, a fe de español, 190
que, para llegar al sol,
las nubes se han de escalar.
 

(Vase, y salen el REY y el CONDE.)

 
REY
   El hombre es tal, que prometo
que con vuestra aprobación
he de llevarle a esta acción 195
y ennoblecerle.
CONDE
Es discreto
   y valiente; en él están,
sin duda, resplandecientes
las virtudes convenientes
para hacerle capitán, 200
   que yo sé que suplirá
la falta de la experiencia
su valor y su prudencia.
REY
Mi gente lo acetará,
   pues vuestro valor le abona, 205
y sabe de vuestra ley
que, sin méritos, al Rey
no le proponéis persona;
   traedle mañana, Conde.

  (Vase.) 

CONDE
Yo sé que aunque os acuitéis, 210
que en la ocasión publiquéis
la sangre que en vos se esconde.
BRAS
    Despachadme, pues, que no,
señor, otra cosa espero.
CONDE
Que se recibió el dinero 215
que al donativo ofreció
   le decid, Bras, a García,
y podeos ir con esto,
que yo le veré muy presto
o responderé otro día. 220

  (Vase.) 

BRAS
   No llevo cosa que importe;
sobre tardanza prolija,
largo parto y parir hija,
propio despacho de Corte.
 

(Vase, y sale DON GARCÍA, de cazador, con un puñal y arcabuz.)

 
DON GARCÍA
   Bosques míos, frondosos, 225
de día alegres cuanto tenebrosos,
mientras baña Morfeo
la noche con las aguas de Leteo,
hasta que sale de Faetón la esposa,
coronada de plumas y de rosa; 230
en vosotros dotrina
halla sobre quien Marte predomina,
disponiendo sangriento
a mayores contiendas el aliento,
porque furor influye 235
la caza, que a la guerra sostituye.
Yo soy el uno rayo
feroz de vuestras fieras, que me ensayo
para ser, con la sangre que inspira,
rayo del Castañar en Algecira; 240
criado en vuestras grutas y campañas,
Alcides español de estas montañas
que contra seis tiranos
clava es cualquiera dedo de mis manos,
siendo por mí esta vera 245
pródiga en carnes, abundante en cera;
vengador de sus robos,
Parca común de osos y de lobos,
que por mí el cabritillo y simple oveja
del montañés pirata no se queja, 250
y cuando embiste airado
a devorar el tímido ganado,
si me arrojo al combate,
ocioso el can en la palestra late.
Que durmiendo entre flores, 255
en mi valor fiados los pastores,
cuando abre el sol sus ojos,
desperezados ya los miembros flojos,
cuando al ganado asisto,
cuando al cosario embisto, 260
pisan difunta la voraz caterva
más lobos sus abarcas que no yerba.
¿Qué colmenar copioso
no demuele defensas contra el oso,
fabricando sin muros 265
dulce y blanco licor en nichos puros?
Que por esto han tenido,
gracias al plomo a tiempo compelido,
en sus cotos amenos,
un enemigo las abejas menos. 270
Que cuando el sol acaba,
y en el postrero parasismo estaba,
a dos colmenas que robado había,
las caló dentro de una fuente fría,
ahogando en sus cristales 275
las abejas que obraron sus panales,
para engullir segura
la miel que mixturó en el agua pura,
y dejó, bien que turbia, su corriente,
el agua dulce de esta clara fuente. 280
Y esta noche, bajando
un jabalí a aqueste arroyo blando
y cristalino cebo
con la luz que mendiga Cintia a Febo,
le miré cara a cara, 285
haciéndose lugar entre la jara,
despejando la senda sus cuchillos
de marfil o de acero sus colmillos;
pero a una bala presta
la luz condujo a penetrar la testa, 290
oyendo el valle, a un tiempo repetidos
de la pólvora el eco y los bramidos.
Los dos serán trofeos
pendientes en mis puertas, aunque feos,
después que Blanca, con su breve planta, 295
su cerviz pise y por ventura tanta
dirán: y aun en la muerte
tiene el cadáver de un dichoso suerte,
que en la ocasión más dura
a las fieras no falta la ventura. 300
Mas el rumor me avisa
que un jabalí deciende; con gran prisa
vuelve huyendo; habrá oído
algún rumor distante su sentido,
porque en distancia larga 305
oye calar al arcabuz la carga,
y esparcidas las puntas
que sobre el cerro acomulaba juntas,
si oye la bala o menear la cuerda,
es ala, cuando huye, cada cerda. 310
 

(Sale DON MENDO y un CRIADO con una escala.)

 
DON MENDO
   ¿Para esto, amor tirano,
del cerro toledano
al monte me trujiste,
para perderme en su maleza triste?
Mas, ¿qué esperar podía 315
ciego que a un ciego le eligió por guía?
Una escala previne, con intento,
Blanca, de penetrar tu firmamento
y lo mismo emprendiera
si fueras diosa en la tonante esfera, 320
no montañesa ruda
sin honor, sin esposo que te acuda,
que en este loco abismo
intentara lo mismo
si fueras, Blanca bella, 325
como naciste humana, pura estrella,
bien que a la tierra bien que al Cielo sumo,
bajara en polvo y ascendiera en humo.
DON GARCÍA
    Llegó primero al animal valiente
que a mi sentido el ruido desta gente. 330
DON MENDO
    En esta luna de octubre
suelen salir cazadores
a esperar los jabalíes.
Quiero llamar: ¡Ah, del monte!
CRIADO
¡Hola! ¡Hao!
DON GARCÍA
¡Pesia sus vidas!
335
¿Qué buscan? ¿De qué dan voces?
DON MENDO
El sitio del Castañar,
¿está lejos?
DON GARCÍA
En dos trotes
se pueden poner en él.
DON MENDO
Pasábamos a los montes 340
y el camino hemos perdido.
DON GARCÍA
Aqueste arroyuelo corre
al camino.
DON MENDO
¿Qué hora es?
DON GARCÍA
Poco menos de las doce.
DON MENDO
¿De dónde sois?
DON GARCÍA
¡Del infierno!
345
Id en buena hora, señores,
no me espantéis más la caza,
que me enojaré. ¡Pardiobre!
DON MENDO
La luna, ¿hasta cuándo dura?
DON GARCÍA
Hasta que se acaba.
DON MENDO
¡Oye
350
lo que es villano en el campo!
DON GARCÍA
Lo que un señor en la Corte.
DON MENDO
Y en efeto, ¿hay dónde errar?
DON GARCÍA
Y en efeto, ¿no se acogen?
DON MENDO
Terrible sois.
DON GARCÍA
Mal sabéis
355
lo que es estorbar a un hombre
en ocasión semejante.
DON MENDO
¿Quién sois?
DON GARCÍA
Rayo de estos montes:
García del Castañar,
que nunca niego mi nombre. 360
DON MENDO

 (Aparte. 

Amor, pues estás piadoso,
deténle, porque no estorbe
mis deseos y en su casa
mis esperanzas malogre,
y para que a Blanca vea, 365
dame tus alas veloces
para que más presto llegue.)
Quedaos con Dios.
 

(Vanse DON MENDO y el CRIADO.)

 
DON GARCÍA
Buenas noches.
Bizarra ocasión perdí;
imposible es que la cobre. 370
Quiero volverme a mi casa
por el atajo del monte,
y pues ya me voy, oíd
de grutas partos feroces:
salid y bajad al valle, 375
vivid en paz esta noche,
que vuestro mayor opuesto
a su casa se va, adonde
dormirá, no en duras peñas,
sino en blandos algodones, 380
y depuesta la fiereza,
tan trocadas mis acciones,
en los brazos de mi esposa
verá el Argos de la noche
y el Polifemo del día, 385
si las observan feroces
y tiernas, que en este pecho
se ocultan dos corazones:
el uno de blanda cera,
el otro de duro bronce; 390
el blando para mi casa,
el duro para estos montes.
 

(Vase, y salen DOÑA BLANCA y TERESA con una bujía, y pónela encima de un bufete que habrá.)

 
DOÑA BLANCA
    Corre veloz, noche fría,
por que venga con la aurora
del campo, donde está agora, 395
a descansar mi García;
su luz anticipe el día,
   el Cielo se desabroche,
salga Faetón en su coche,
verá su luz deseada 400
la primer enamorada
que ha aborrecido la noche.
TERESA
   Mejor, señora, acostada
esperarás a tu ausente,
porque asientan lindamente 405
sobre la holanda delgada
   los brazos, que ¡por el Credo!,
que aunque fuera mi marido
Bras, que tampoco ha venido
de la ciudad de Toledo, 410
   que le esperara roncando.
DOÑA BLANCA
Tengo más obligaciones.
TERESA
Y le echara a mojicones
si no se entrara callando;
   mas si has de esperar que venga 415
mi señor, no estés en pie;
yo a Belardo llamaré
que tu desvelo entretenga;
    mas él viene.
 

(Sale BELARDO.)

 
BELARDO
Pues al sol
veo de noche brillar, 420
el sitio del Castañar
es antípoda español.
DOÑA BLANCA
   Belardo, sentaos.
BELARDO
Señora,
acostaos.
DOÑA BLANCA
En esta calma,
dormir un cuerpo sin alma 425
fuera no esperar la aurora.
BELARDO
   ¿Esperáis?
DOÑA BLANCA
Al alma mía.
BELARDO
Por muy necia la condeno,
pues se va al monte al sereno
y os deja hasta que es de día. 430
 

(Dentro BRAS, cantando.)

 
BRAS
   Sí, vengo de Toledo, Teresa mía,
vengo de Toledo, y no de Francía.
TERESA
   Mas ya viene mi garzón.
BELARDO
A abrirle la puerta iré.
TERESA
Con tu licencia sabré 435
qué me trae por el balcón.
BRAS
   Que si buena es la albahaca,
mejor es la cruz de Calivaca.
 

(Ha de haber unas puertas como de balcón, que estén hacia dentro, y abre TERESA.)

 
TERESA
   ¿Cómo vienes, Bras?
BRAS
Andando.
TERESA
¿Qué me traes de la ciudad 440
en muestras de voluntad?
BRAS
Yo te lo diré cantando:
   Tráigote de Toledo, porque te alegres,
un galán, mi Teresa, como unas nueces.
TERESA
   ¡Llévele el diablo mil veces! 445
¡Ved qué sartal o corpiño!

 (Cierra juntando el balcón.) 

DOÑA BLANCA
¿Qué te trae?
TERESA
Muy lindo aliño:
un galán como unas nueces.
DOÑA BLANCA
   Será sabroso.
BRAS
¿Qué hay,
Blanca? Teresa, ¡estoy muerto! 450
¿Qué? ¿No me abrazas?
TERESA
Por cierto
por las cosas que me tray.
BRAS
   Dimuños soys las mujeres.
¿A quién quieres más?
TERESA
A Bras.
BRAS
Pues si lo que quieres más 455
te traigo, ¿qué es lo que quieres?
DOÑA BLANCA
    Teresa tiene razón.
Mas sentaos todos, y di:
¿qué viste en Toledo?
BRAS
Vi
de casas un burujón 460
   y mucha gente holgazana,
y en las calles buenas y ruines,
la basura a celemines
y el cielo por cerbatana,
   y dicen que hay infinitos 465
desdenes en caras buenas,
en verano berenjenas
y en el otoño mosquitos.
DOÑA BLANCA
   ¿No hay más nuevas en la corte?
BRAS
Sátiras pide el deseo 470
malicioso, ya lo veo,
mas mi pluma no es de corte.
   Con otras cosas, señora,
os divertid hasta el alba,
que al ausente Dios le salva. 475
DOÑA BLANCA
Pues el que acertare ahora
   esta enigma de los tres,
daré un vestido de paño,
y el de grana que hice hogaño
a Teresa; digo pues: 480
   ¿Cuál es el ave sin madre
que al padre no puede ver,
ni al hijo, y le vino a hacer
después de muerto su padre?
BRAS
   ¿Polainas y galleruza 485
ha de tener?
DOÑA BLANCA
Claro es.
Digan en rueda los tres.
TERESA
El cuclillo.
BRAS
La lechuza.
BELARDO
   No hay ave a quien mejor cuadre
que el Fénix, ni otra ser puede, 490
pues esa misma procede
de las cenizas del padre.
DOÑA BLANCA
   El fénix es.
BELARDO
Yo gané.
BRAS
Yo perdí, como otras veces.
DOÑA BLANCA
Yo te doy lo que mereces. 495
BRAS
Un gorrino le daré
   a quien dijere el más caro
vicio que hay en el mundo.
DOÑA BLANCA
En que es el juego me fundo.
BRAS
Mentís, Branca, y esto es craro. 500
TERESA
   El de las mujeres, digo
que es más costoso.
BRAS
Mentís.
Vos, Belardo, ¿qué decís?
BELARDO
Que el hombre de caza, amigo,
   tiene el de más perdición, 505
más costoso y infelice;
la moralidad lo dice
del suceso de Anteón.
BRAS
   Mentís también, que a mi juicio,
sin quedar dello dudoso, 510
es el vicio más costoso
el del borracho, que es vicio
   con quien ninguno compite,
que si pobre viene a ser
de lo que gastó en beber, 515
no puede tener esquite.
 

(Silba DON GARCÍA.)

 
DOÑA BLANCA
   Oye, Bras, amigos, ea,
abrid, que es el alma mía;
temprano viene García;
quiera Dios que por bien sea. 520
 

(Vanse.)

 
DON GARCÍA

 (Dentro.) 

Buenas noches, gente fiel.
BRAS
Seáis, señor, bienvenido.
 

(Sale DON GARCÍA, BRAS, TERESA y BLANCA, y arrima DON GARCÍA el arcabuz al bufete.)

 
DON GARCÍA
¿Cómo en Toledo te ha ido?
BRAS
Al Conde di tu papel,
   y dijo, respondería. 525
DON GARCÍA
Está bien. Esposa amada,
¿no estáis mejor acostada?
¿Qué esperáis?
DOÑA BLANCA
Que venga el día.
Esperar como solía
    a su cazador la diosa, 530
madre de amor cuidadosa,
cuando dejaba los lazos
y hallaba en sus tiernos brazos
otra cárcel más hermosa,
   vínculo de amor estrecho 535
donde yacía su bien,
a quien dio parte también
del alma como del lecho;
mas yo, con mejor derecho,
   cazador que al otro excedes, 540
haré de mis brazos redes,
y porque caigas, pondré
de una tórtola la fe,
cuyo llanto escusar puedes.
   Llega, que en llanto amoroso, 545
no rebelde jabalí,
te consagro un ave, sí,
que lloraba por su esposo.
Concédete generoso
   a vínculos permitidos, 550
y escucharán tus oídos
en la palestra de pluma,
arrullos blandos, en suma,
y no en el monte bramidos.
   Que si bien estar pudiera 555
quejosa de que te alejes
de noche, y mis brazos dejes
por esperar una fiera,
adórote de manera,
   que aunque propongo a mis ojos 560
quejas y tiernos despojos,
cuando vuelves desta suerte,
por el contento de verte,
te agradezco los enojos.
DON GARCÍA
   Blanca, hermosa Blanca, rama 565
llena por mayo de flor,
que es con tu bello color
etíope Guadarrama;
Blanca, con quien es la llama
   del rojo planeta obscura, 570
y herido de su luz pura
el terso cristal pizarra,
que eres la acción más bizarra
del poder de la hermosura;
   cuando alguna convenencia 575
me aparte y quejosa quedes,
no más dolor darme puedes
que el que padezco en tu ausencia;
cuando vuelvo a tu presencia,
   de dejarte arrepentido, 580
en vano el pecho ofendido
me recibiera terrible,
que en la gloria no es posible
atormentar al sentido.
   Las almas en nuestros brazos 585
vivan heridas y estrechas,
ya con repetidas flechas,
ya con recíprocos lazos,
no se tejan con abrazos
   la vid y el olmo frondoso, 590
más estrechos que tu esposo
y tú, Blanca; llega, amor,
que no hay contento mayor
que rogar a un deseoso.
   Y aunque no te traigo aquí, 595
del sol a la hurtada luz,
herido con mi arcabuz
el cerdoso jabalí,
ni el oso ladrón, que vi
   hurtar del corto vergel 600
dos repúblicas de miel,
y después, a pocos pasos,
en el humor de sus vasos
bañar el hocico y piel,
   te traigo para trofeos 605
de jabalíes y osos,
por lo bien trabado hermosos
y distintamente feos,
un alma y muchos deseos
   para alfombras de tus pies; 610
y me parece que es,
cuando tus méritos toco,
cuanto os he escuchado es poco,
como es poco cuanto ves.
BRAS
   ¿Teresa allí? ¡Vive Dios! 615
TERESA
Pues aquí, ¿quién vive, Bras?
BRAS
Aquí vive Barrabás,
hasta que chante a los dos
   las bendiciones el cura;
porque un casado, aunque pena, 620
con lo que otro se condena,
su salvación asegura.
TERESA
   ¿Con qué?
BRAS
Con tener amor
a su mujer y aumentar.
TERESA
Eso, Bras, es trabajar 625
en la viña del Señor.
DOÑA BLANCA
   Desnudaos, que en tanto quiero
preveniros, prenda amada,
ropa por mi mano hilada,
que huele más que el romero; 630
   y os juro que es más sutil
que ser la de Holanda suele,
porque cuando a limpia huele,
no ha menester al abril.
   Venid los dos.

  (Vase.) 

BRAS
Siempre he oído
635
que suele echarse de ver
el amor de la mujer
en la ropa del marido.
TERESA
   También en la sierra es fama
que amor ni honra no tiene 640
quien va a la Corte y se viene
sin joyas para su dama.
 

(Vanse.)

 
DON GARCÍA
   Envídienme en mi estado
las ricas y ambiciosas majestades,
mi bienaventurado 645
albergue, de delicias coronado
y rico de verdades;
envidien las deidades,
   profanas y ambiciosas,
mi venturoso empleo, 650
envidien codiciosas,
que cuando a Blanca veo,
su beldad pone límite al deseo.
   ¡Válgame el cielo! ¿Qué miro?
 

(Sale DON MENDO abriendo el balcón de golpe y embózase.)

 
DON MENDO

 (Aparte.) 

¡Vive Dios, que es el que veo 655
García del Castañar!
¡Valor, corazón! Ya es hecho.
Quien de un villano confía
no espere mejor suceso.
DON GARCÍA
Hidalgo, si serlo puede 660
quien de acción tan baja es dueño,
si alguna necesidad
a robarme os ha dispuesto,
decidme lo que queréis,
que por quien soy os prometo 665
que de mi casa volváis
por mi mano satisfecho.
DON MENDO
Dejadme volver, García.
DON GARCÍA
Eso no, porque primero
he de conocer quién sois, 670
y descubríos muy presto,
u de este arcabuz la bala
penetrará vuestro pecho.
DON MENDO
Pues advertid no me erréis,
que si con vos igual quedo, 675
lo que en razón me lleváis,
en sangre y valor os llevo.
Yo sé que el Conde de Orgaz
lo ha dicho a alguno en secreto,
informándole de mí. 680
La banda que cruza el pecho,
de quien soy, testigo sea.
DON GARCÍA

 (Aparte.) 

El Rey es, ¡válgame el Cielo!,
y que le conozco sabe.

 (Cáesele el arcabuz.) 

Honor y lealtad, ¿qué haremos? 685
¡Qué contradicción implica
la lealtad con el remedio!
DON MENDO
(¡Qué propria acción de villanos!
Temor me tiene o respeto,
aunque para un hombre humilde 690
bastaba sólo mi esfuerzo;
el que encareció el de Orgaz
por valiente... ¡Al fin es viejo!)
En vuestra casa me halláis,
ni huir ni negarlo puedo, 695
mas en ella entré esta noche...
DON GARCÍA
¡A hurtarme el honor que tengo!
¡Muy bien pagáis, a mi fe,
el hospedaje, por cierto,
que os hicimos Blanca y yo! 700
¡Ved qué contrarios efetos
verá entre los dos el mundo,
pues yo ofendido os venero,
y vos, de mi fe servido,
me dais agravios por premios! 705
DON MENDO

 (Aparte.) 

No hay que fiar de un villano
ofendido, pues que puedo,
me defenderé con éste.
DON GARCÍA
¿Qué hacéis? Dejad en el suelo
el arcabuz y advertid 710
que os lo estorbo, porque quiero
no atribuyáis a ventaja
el fin de aqueste suceso,
que para mí basta sólo
la banda de vuestro cuello, 715
cinta del sol de Castilla,
a cuya luz estoy ciego.
DON MENDO
¿Al fin me habéis conocido?
DON GARCÍA
Miraldo por los efetos.
DON MENDO
Pues quien nace como yo 720
no satisface, ¿qué haremos?
DON GARCÍA
Que os vais, y rogad a Dios
que enfrene vuestros deseos,
y al Castañar no volváis,
que de vuestros desaciertos 725
no puedo tomar venganza,
sino remitirla al Cielo.
DON MENDO
Yo lo pagaré, García.
DON GARCÍA
No quiero favores vuestros.
DON MENDO
No sepa el Conde de Orgaz 730
esta acción.
DON GARCÍA
Yo os lo prometo.
DON MENDO
Quedad con Dios.
DON GARCÍA
Él os guarde
y a mí de vuestros intentos,
y a Blanca.
DON MENDO
Vuestra mujer...
DON GARCÍA
No señor, no habléis en eso, 735
que vuestra será la culpa.
Yo sé la mujer que tengo.
DON MENDO

 (Aparte.) 

¡Ay, Blanca, sin vida estoy!
¡Qué dos contrarios opuestos!
Éste me estima ofendido; 740
y tú, adorándote, me has muerto.
DON GARCÍA
¿Adónde vais?
DON MENDO
A la puerta.
DON GARCÍA
¡Qué ciego venís, qué ciego!
Por aquí habéis de salir.
DON MENDO
¿Conocéisme?
DON GARCÍA
Yo os prometo
745
que a no conocer quien sois,
que bajárades más presto;
mas tomad este arcabuz
agora, porque os advierto
que hay en el monte ladrones 750
y que podrán ofenderos
si, como yo, no os conocen.
Bajad aprisa; no quiero
que sepa Blanca este caso.
DON MENDO
Razón es obedeceros. 755
DON GARCÍA
Aprisa, aprisa, señor;
remitid los cumplimientos,
y mirad que al descender
no caigáis, porque no quiero
que tropecéis en mi casa, 760
porque della os vayáis presto.
DON MENDO

 (Aparte.) 

Muerto voy.

  (Vase.) 

DON GARCÍA
Bajad seguro,
pues que yo la escala os tengo.
   ¡Cansada estabas, Fortuna,
de estarte fija un momento! 765
¡Qué vuelta diste tan fiera
en aqueste mar! ¡Qué presto
que se han trocado los aires!
¡En qué día tan sereno
contra mi seguridad 770
fulmina rayos el Cielo!
Ciertas mis desdichas son,
pues no dudo lo que veo,
que a Blanca, mi esposa, busca
el rey Alfonso encubierto. 775
¡Qué desdichado que soy,
pues altamente naciendo
en Castilla Conde, fui
de aquestos montes plebeyo
labrador, y desde hoy 780
a estado más vil deciendo!
¡Así paga el rey Alfonso
los servicios que le he hecho!
Mas desdicha será mía,
no culpa suya; callemos 785
y, afligido corazón,
prevengamos el remedio,
que para animosas almas
son las penas y los riesgos.
Mudemos tierra con Blanca, 790
sagrado sea otro reino
de mi inocencia y mi honor...
pero dirán que es de miedo,
pues no he decir la causa,
y que me faltó el esfuerzo 795
para ir contra Algecira.
¡Es verdad! Mejor acuerdo
es decir al Rey quien soy...
mas no, García, no es bueno,
que te quitará la vida, 800
porque no estorbe su intento;
pero si Blanca es la causa
y resistirle no puedo,
que las pasiones de un rey
no se sujetan al freno 805
ni a la razón, ¡muera Blanca!

  (Saca el puñal.) 

Pues es causa de mis riesgos
y deshonor, y elijamos,
corazón, del mal lo menos.
A muerte te ha condenado 810
mi honor, cuando no mis celos,
porque a costa de tu vida,
de una infamia me prevengo.
Perdóname, Blanca mía,
que aunque de culpa te absuelvo, 815
sólo por razón de Estado
a la muerte te condeno.
Mas, ¿es bien que convenencias
de Estado en un caballero,
contra una inocente vida 820
puedan más que no el derecho?
Sí, cuando la Providencia
y cuando el discurso atento
miran el daño futuro
por los presentes sucesos. 825
Mas, ¿yo he de ser, Blanca mía,
tan bárbaro y tan severo
que he de sacar los claveles
con aqueste de tu pecho
de jazmines? No es posible, 830
Blanca hermosa, no lo creo,
ni podrá romper mi mano
de mis ojos el espejo.
Mas, ¿de su beldad, ahora
que me va el honor, me acuerdo? 835
¡Muera Blanca y muera yo!
¡Valor, corazón! Y entremos
en una a quitar dos vidas,
en uno a pasar dos pechos,
en una a sacar dos almas, 840
en uno a cortar dos cuellos,
si no me falta el valor,
si no me desmaya el aliento,
y si no, al alzar los brazos,
entre la voz y el silencio, 845
la sangre falta a las venas
y el corte le falta al hierro.