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631

Madrid, Librería Beltrán, 1936; reeditado por la Sal, edicions de les dones, Barcelona, 1981.

 

632

Los datos básicos sobre el viaje del Winnipeg están recogidos en Jaime Ferrer Mir, Los españoles del Winnipeg, Santiago de Chile, Ediciones Cal Sogas, 1989, 202 pp.

 

633

Pablo Neruda, Para nacer he nacido, Barcelona, Bruguera, 1980, p. 7.

 

634

«Integraban el grupo redactor de España Libre, con domicilio en el Centro Republicano Español, Pablo de la Fuente, Eleazar Huerta y Vicente Mengod (que tenían a su cargo la crítica de libros), Alejandro Tarragó, Antonio R. Romera (autor de las caricaturas) y algún otro», según Manuel Andújar, «Las revistas culturales y literarias del exilio en Hispanoamérica», en J. L. Abellán, El exilio español de 1939, Madrid, Taurus, 1976, vol. 3, p. 91.

 

635

Algunos estudios recientes se han ocupado del estudio de estas iniciativas editoriales durante las décadas de los veinte y treinta: La importancia germinadora del boletín Post-guerra, analizada por Gonzalo Santonja en Del lápiz rojo al lápiz libre. La censura de prensa y el mundo del libro, Barcelona, Anthropos, 1986, 251 pp.; y en La República de los libros. El nuevo libro popular de la II República, Barcelona, Anthropos, 1989, 187 pp.; o la implicación de las revistas culturales en la producción de libros en Rafael Osuna, Las revistas del 27, Valencia, Pre-Textos, 1993, 334 pp.

 

636

Creados en 1932, «dichos Comités intentaron fecundar la vida cultural provinciana y organizaron en numerosas ciudades sonadas conferencias de escritores como García Lorca y Gómez de la Serna, conciertos de músicos como Nicanor Zabaleta y Regino Sainz de la Maza, veladas de teatro de La Barraca... o de cine como las últimas películas de Eisenstein» (Arturo Soria Puig, «Un hombre de palabra», prólogo a Arturo Soria y Espinosa, Labrador del Aire, Madrid, Turner, 1983, 76 pp.).

 

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El primer número aparece el 28 de abril de 1934, el noveno y último el 23 de junio del mismo año. El Diablo Mundo es un intento de semanario de corte europeo desde donde se defienden los mejores valores republicanos frente al inmovilismo parafascista de la CEDA. Allí colaboraban: Bergamín, Quiroga Pla, Marichalar, Guillermo de Torre, Gustavo Pittaluga, Eugenio Ímaz, Max Aub o Gómez de la Serna. Sobre el tema puede consultarse el libro de Nigel Dennis, El Diablo Mundo: los intelectuales y la República. Antología, Madrid, Fundamentos, 1983.

 

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La labor de Arturo Soria en la Subsecretaría de Propaganda es en parte recreada por Esteban Salazar Chapela, a través del personaje de Evaristo Segovia, en su novela de corte autobiográfico En aquella Valencia, edición de Francisca Montiel Rayo, Cop d'Idees / GEXEL, colección Ipanema-1, 1995, 224 pp.

 

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«Salí de la Embajada de Chile en Madrid el día de Todos los Santos, desde luego más vivo que muerto, y estoy aquí hace un par de semanas». Carta 1 a Luis Jiménez de Asúa, fechada en Santiago de Chile el 21 de diciembre de 1939, que se conserva en el Archivo Jiménez de Asúa de la Fundación Pablo Iglesias.

 

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Manuel Andújar, «Las revista culturales y literarias del exilio en Hispanoamérica», en José L. Abellán, El exilio español de 1939. Revistas, pensamiento, educación, Madrid, Taurus, 1975, tomo IV, pp. 87-91.