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Sale
TRAMPAGOScon un capuz de luto, y con él
VADEMÉCUM, su criado, con dos espadas de
esgrima.
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TRAMPAGOS | Está bien: muestra y camina, | | y saca aquí la silla de respaldo, | | con los otros asientos de por casa. | |
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VADEMÉCUM | ¿Qué asientos? ¿Hay alguno, por ventura? | 5 |
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TRAMPAGOS | Saca el mortero, puerco, el broquel saca, | | y el banco de la cama. |
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VADEMÉCUM | Está impedido; | | fáltale un pie. |
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(Éntrase
VADEMÉCUM.)
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TRAMPAGOS | ¡Ah, Pericona, Pericona mía, | | y aun de todo el concejo! En fin, llegóse | 10 | el tuyo: yo quedé, tú te has partido, | | y es lo peor que no imagino adónde, | | aunque, según fue el curso de tu vida, | | bien se puede creer piadosamente | | que estás en parte... Aun no me determino | 15 | de señalarte asiento en la otra vida. | | Tendréla yo, sin ti, como de muerte. | | ¡Que no me hallara yo a tu cabecera | | cuando diste el espíritu a los aires, | | para que le acogiera entre mis labios, | 20 | y en mi estómago limpio le envasara! | | ¡Miseria humana! ¿Quién de ti confía?
| | Ayer fui Pericona, hoy tierra fría, | | como dijo un poeta celebérrimo. | |
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-fol. 225r-
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(Entra
CHIQUIZNAQUE, RUFIÁN.)
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RUFIÁN | Mi so Trampagos, ¿es posible sea | 25 | voacé tan enemigo suyo | | que se entumbe, se encubra y se trasponga | | debajo desa sombra bayetuna | | el sol hampesco? So Trampagos, basta | | tanto gemir, tantos suspiros bastan; | 30 | trueque voacé las lágrimas corrientes | | en limosnas y en misas y oraciones | | por la gran Pericona, que Dios haya; | | que importan más que llantos y sollozos. | |
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TRAMPAGOS | Voacé ha garlado como un tólogo, | 35 | mi señor Chiquiznaque; pero, en tanto | | que encarrilo mis cosas de otro modo, | | tome vuesa merced, y platiquemos | | una levada nueva. |
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RUFIÁN | So Trampagos, | | no es éste tiempo de levadas: llueven | 40 | o han de llover hoy pésames adunia, | | y ¿hémonos de ocupar en levadicas? | |
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(Entra
VADEMÉCUM con la silla, muy vieja y
rota.)
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VADEMÉCUM | ¡Bueno, por vida mía! Quien le quita | | a mi señor de líneas y posturas, | | le quita de los días de la vida. | 45 |
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TRAMPAGOS | Vuelve por el mortero y por el banco, | | y el broquel no se olvide, Vademécum. | |
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VADEMÉCUM | Y aun trairé el asador, sartén y platos. | |
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(Vuélvese a entrar.)
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TRAMPAGOS | Después platicaremos una treta, | | única, a lo que creo, y peregrina; | 50 | que el dolor de la muerte de mi ángel | | las manos ata y el sentido todo. | |
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RUFIÁN | ¿De qué edad acabó la mal lograda? | |
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TRAMPAGOS | Para con sus amigas y vecinas, | | |
-fol. 225v-
| treinta y dos años tuvo. |
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TRAMPAGOS | Si va a decir verdad, ella tenía | | cincuenta y seis; pero, de tal manera | | supo encubrir los años, que me admiro. | | ¡Oh, qué teñir de canas! ¡Oh,
qué rizos, | | vueltos de plata en oro los cabellos! | 60 | A seis del mes que viene hará quince años | | que fue mi tributaria, sin que en ellos | | me pusiese en pendencia, ni en peligro | | de verme palmeadas las espaldas. | | Quince cuaresmas, si en la cuenta acierto, | 65 | pasaron por la pobre desde el día | | que fue mi cara, agradecida prenda, | | en las cuales, sin duda, susurraron | | a sus oídos treinta y más sermones, | | y en todos ellos, por respeto mío, | 70 | estuvo firme, cual está a las olas | | del mar movible la inamovible roca. | | ¡Cuántas veces me dijo la pobreta, | | saliendo de los trances rigurosos | | de gritos y plegarias y de ruegos, | 75 | sudando y trasudando: «¡Plega al cielo, | | Trampagos mío, que en descuento vaya | | de mis pecados lo que aquí yo paso | | por ti, dulce bien mío!» |
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RUFIÁN | ¡Bravo triunfo! | | ¡Ejemplo raro de inmortal firmeza! | 80 | ¡Allá lo habrá hallado! |
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TRAMPAGOS | ¿Quién lo duda? | | Ni aun una sola lágrima vertieron | | jamás sus ojos en las sacras pláticas, | | cual si de esparto o pedernal su alma | | formada fuera. |
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RUFIÁN | ¡Oh, hembra benemérita | 85 | de griegas y romanas alabanzas! | | ¿De qué murió? |
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TRAMPAGOS | ¿De qué? Casi de nada: | | los médicos dijeron que tenía | | malos los hipocondrios y los hígados, | | y que con agua de taray pudiera | 90 | vivir, si la bebiera, setenta años. | |
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RUFIÁN | Fue una necia. | | ¡Bebiérala hasta el día del jüicio, | | que hasta entonces viviera! El yerro estuvo | | |
-fol. 226r-
| en no hacerla sudar. |
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(Entra
VADEMÉCUM con los asientos referidos.)
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TRAMPAGOS | Casi todas: | | siempre quedaba como un ginjo verde, | | sana como un peruétano o manzana. | |
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RUFIÁN | Dícenme que tenía ciertas fuentes | | en las piernas y brazos. |
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TRAMPAGOS | La sin dicha | 100 | era un Aranjuëz; pero, con todo, | | hoy come en ella, la que llaman tierra, | | de las más blancas y hermosas carnes | | que jamás encerraron sus entrañas; | | y, si no fuera porque habrá dos años | 105 | que comenzó a dañársele el aliento, | | era abrazarla como quien abraza | | un tiesto de albahaca o clavellinas. | |
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RUFIÁN | Neguijón debió ser, o corrimiento, | | el que dañó las perlas de su boca, | 110 | quiero decir, sus dientes y sus muelas. | |
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TRAMPAGOS | Una mañana amaneció sin ellos. | |
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VADEMÉCUM | Así es verdad, mas fue deso la causa | | que anocheció sin ellos; de los finos, | | cinco acerté a contarle; de los falsos, | 115 | doce disimulaba en la covacha. | |
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TRAMPAGOS | ¿Quién te mete a ti en esto, mentecato? | |
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TRAMPAGOS | Chiquiznaque, | | ya se me ha reducido a la memoria | | la treta de denantes; toma, y vuelve | 120 | al ademán primero. |
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VADEMÉCUM | Pongan pausa, | | y quédese la treta en ese punto; | | que acuden moscovitas al reclamo. | | La Repulida viene y la Pizpita, | | y la Mostrenca, y el jayán Juan Claros. | 125 |
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TRAMPAGOS | Vengan en hora buena; vengan ellos | | en cien mil norabuenas. |
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(Entran la
REPULIDA, la
PIZPITA, la
MOSTRENCA y el rufián
JUAN CLAROS.)
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REPULIDA | Quiera el cielo | | mudar su escuridad en luz clarísima. | |
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PIZPITA | Desollado le viesen ya mis lumbres | 130 | de aquel pellejo lóbrego y escuro. | |
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MOSTRENCO | ¡Jesús, y qué fantasma noturnina! | | Quítenmele delante. |
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TRAMPAGOS | Fuera yo un Polifemo, un antropófago, | | un troglodita, un bárbaro Zoílo, | 135 | un caimán, un caribe, un comevivos, | | si de otra suerte me adornara, en tiempo | | de tamaña desgracia. |
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TRAMPAGOS | ¡He perdido una mina potosisca, | | un muro de la yedra de mis faltas, | 140 | un árbol de la sombra de mis ansias! | |
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JUAN [CLAROS] | Era la Pericona un pozo de oro. | |
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TRAMPAGOS | Sentarse a prima noche, y, a las horas | | que se echa el golpe, hallarse con sesenta | | numos en cuartos, ¿por ventura es barro? | 145 | Pues todo esto perdí en la que ya pudre. | |
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REPULIDA | Confieso mi pecado: siempre tuve | | envidia a su no vista diligencia. | | No puedo más; yo hago lo que puedo, | | pero no lo que quiero. |
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PIZPITA | No te penes, | 150 | pues vale más aquel que Dios ayuda, | | que el que mucho madruga; ya me entiendes. | |
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VADEMÉCUM | El refrán vino aquí como de molde; | | ¡Tal os dé Dios el sueño, mentecatas! | |
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MOSTRENCO | Nacidas somos; no hizo Dios a nadie | 155 | a quien desamparase. Poco valgo; | | pero, en fin, como y ceno, y a mi cuyo | | le traigo más vestido que un palmito. | | Ninguna es fea, como tenga bríos; | | ¡feo es el diablo! |
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VADEMÉCUM | Alega la Mostrenca | 160 | muy bien de su derecho, y alegara | | mejor si se añadiera el ser muchacha | | y limpia, pues lo es por todo estremo. | |
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RUFIÁN | En el que está Trampagos me da lástima. | |
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TRAMPAGOS | Vestíme este capuz; mis dos lanternas | 165 | convertí en alquitaras. |
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TRAMPAGOS | Pues, ¿tanto cuelo yo, hi de malicias? | |
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-fol. 227r-
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VADEMÉCUM | A cuatro lavanderas de la puente | | puede dar quince y falta en la colambre; | | miren qué ha de llorar, sino agua-ardiente. | 170 |
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JUAN [CLAROS] | Yo soy de parecer que el gran Trampagos | | ponga silencio a su contino llanto | | y vuelva al
sicut erat in principio, | | digo a sus olvidadas alegrías, | | y tome prenda que las suyas quite; | 175 | que es bien que el vivo vaya a la hogaza, | | como el muerto se va a la sepultura. | |
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REPULIDA | Zonzorino Catón es Chiquiznaque. | |
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PIZPITA | Pequeña soy, Trampagos, pero grande | | tengo la voluntad para servirte; | 180 | no tengo cuyo, y tengo ochenta cobas. | |
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REPULIDA | Yo ciento, y soy dispuesta y nada lerda. | |
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MOSTRENCO | Veinte y dos tengo yo, y aun venticuatro, | | y no soy mema. |
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REPULIDA | ¡Oh mi Jezúz! ¿Qué es
esto? | | ¿Contra mí la Pizpita y la Mostrenca? | 185 | ¿En tela quieres competir conmigo, | | culebrilla de alambre, y tú, pazguata? | |
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PIZPITA | Por vida de los huesos de mi abuela, | | doña Mari-Bobales, monda-níspolas, | | que no la estimo en un feluz morisco. | 190 | ¿Han visto el ángel tonto almidonado, | | cómo quiere empinarse sobre todas? | |
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MOSTRENCO | Sobre mí no, a lo menos; que no sufro | | carga que no me ajuste y me convenga. | |
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JUAN [CLAROS] | Adviertan que defiendo a la Pizpita. | 195 |
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RUFIÁN | Consideren que está la Repulida | | debajo de las alas de mi amparo. | |
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VADEMÉCUM | Aquí fue Troya, aquí se hacen rajas; | | los de las cachas amarillas salen; | | aquí, otra vez, fue Troya. |
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REPULIDA | Chiquiznaque, | 200 | no he menester que nadie me defienda; | | aparta, tomaré yo la venganza, | | rasgando con mis manos pecadoras | | la cara de membrillo cuartanario. | |
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JUAN [CLAROS] | ¡Repulida, respeto al gran Juan Claros! | 205 |
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PIZPITA | Déjala, venga; déjala que llegue | | esa cara de masa mal sobada. | |
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-fol. 227v-
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(Entra
UNO muy alborotado.)
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UNO | Juan Claros, ¡la justicia, la justicia! | | El alguacil de la justicia viene | | la calle abajo. |
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(Éntrase luego.)
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JUAN [CLAROS] | ¡Cuerpo de mi padre! | 210 | ¡No paro más aquí! |
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TRAMPAGOS | Ténganse todos; | | ninguno se alborote; que es mi amigo | | el alguacil; no hay que tenerle miedo. | |
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(Torna a entrar.)
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UNO | No viene acá, la calle abajo cuela. | |
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(Vase.)
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RUFIÁN | El alma me temblaba ya en las carnes, | 215 | porque estoy desterrado. |
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TRAMPAGOS | Aunque viniera, | | no nos hiciera mal, yo lo sé cierto; | | que no puede chillar, porque es[t]á untado. | |
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VADEMÉCUM | Cese, pues, la pendencia, y mi sor sea | | el que escoja la prenda que le cuadre | 220 | o le esquine mejor. |
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VADEMÉCUM | Gracias al cielo, | | que he hallado a tan gran mal, tan gran remedio. | |
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REPULIDA | Si te aburres, Trampagos, la escogida | 225 | también será aburrida. |
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TRAMPAGOS | Errado anduve; | | sin aburrirme escojo. |
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[TRAMPAGOS] | Digo que escojo aquí a la Repulida. | |
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JUAN CLAROS | Con su pan se la coma, Chiquiznaque. | |
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RUFIÁN | Y aun sin pan, que es sabrosa en cualquier modo. | 230 |
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REPULIDA | Tuya soy; ponme un clavo y una S | | en estas dos mejillas. |
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MOSTRENCO | No es sino venturosa; no la envidies, | | porque no es muy católico Trampagos, | | pues ayer enterró a la Pericona, | 235 | y hoy la tiene olvidada. |
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TRAMPAGOS | Este capuz arruga, Vademécum; | | |
-fol. 228r-
| y dile al padre que sobre él te preste | | una docena de reäles. |
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VADEMÉCUM | Creo | | que tengo yo catorce. |
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TRAMPAGOS | Luego luego, | 240 | parte y trae seis azumbres de lo caro; | | alas pon en los pies. |
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(Éntrase
VADEMÉCUM con el capuz, y queda en cuerpo
TRAMPAGOS.)
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TRAMPAGOS | ¡Por Dios, que si durara la bayeta, | | que me pudieran enterrar mañana! | |
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REPULIDA | ¡Ay, lumbre destas lumbres, que son tuyas, | 245 | y cuán mejor estás en este traje, | | que en el otro, sombrío y malencónico! | |
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(Entran dos
MÚSICOS, sin guitarras.)
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[MÚSICO 1] | Tras el olor del jarro nos venimos | | yo y mi compadre. |
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TRAMPAGOS | En hora buena sea. | | ¿Y las guitarras? |
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[MÚSICO] 1 | En la tienda quedan; | 250 | vaya por ellas Vademécum. |
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[MÚSICO] 2 | Vaya; | | mas yo quiero ir por ellas. |
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[MÚSICO] 1 | De camino, | |
(Éntrase el un
MÚSICO.)
| diga a mi oíslo que, si viene alguno | | al
rapio rapis, que me aguarde un
poco: | | que no haré sino colar seis tragos, | 255 | y cantar dos tonadas y partirme; | | que ya el señor Trampagos, según muestra, | | está para tomar armas de gusto. | |
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(Vuelve
VADEMÉCUM.)
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VADEMÉCUM | Ya está en el antesala el jarro. |
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TRAMPAGOS | Ni Dios te la depare. | 260 | El cuerno de orinar no está estrenado; | | tráele, que te maldiga el cielo santo; | | que eres bastante a deshonrar un duque. | |
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VADEMÉCUM | Sosiéguese; que no ha de faltar copa, | | |
-fol. 228v-
| y aun copas, aunque sean de sombreros. | 265 | [Aparte.] | A buen seguro que éste es churrullero. | |
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(Entra
UNO, como cautivo, con una cadena al hombro, y
pónese a mirar a todos muy atento, y todos a él.)
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REPULIDA | ¡Jesús! ¿Es visión ésta?
¿Qué es aquesto? | | ¿No es éste Escarramán? Él es, sin
duda. | | ¡Escarramán del alma, dame, amores, | | esos brazos, coluna de la hampa! | 270 |
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TRAMPAGOS | ¡Oh Escarramán, Escarramán amigo! | | ¿Cómo es esto? ¿A dicha eres estatua? | | Rompe el silencio y habla a tus amigos. | |
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PIZPITA | ¿Qué traje es éste y qué cadena es
ésta? | | ¿Eres fantasma, a dicha? Yo te toco, | 275 | y eres de carne y hueso. |
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MOSTRENCO | Él es, amiga; | | no lo puede negar, aunque más calle. | |
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ESCARRAMÁN | Yo soy Escarramán, y estén atentos | | al cuento breve de mi larga historia. | |
(Vuelve el barbero con dos guitarras, y da la
una al compañero.)
| «Dio la galera al traste en Berbería, | 280 | donde la furia de un jüez me puso | | por espalder de la siniestra banda; | | mudé de cautiverio y de ventura; | | quedé en poder de turcos por esclavo; | | de allí a dos meses, como el cielo plugo, | 285 | me levanté con una galeota; | | cobré mi libertad y ya soy mío. | | Hice voto y promesa invïolable | | de no mudar de ropa ni de carga | | hasta colgarla de los muros santos | 290 | de una devota ermita, que en mi tierra | | llaman de San Millán de la Cogolla.» | | Y éste es el cuento de mi estraña historia, | | digna de atesorarla en mi memoria. | | La Méndez no estará ya de provecho; | 295 | |
-fol. 229r-
| ¿vive? |
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JUAN [CLAROS] | Y está en Granada a sus anchuras. | |
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RUFIÁN | ¡Allí le duele al pobre todavía! | |
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ESCARRAMÁN | ¿Qué se ha dicho de mí en aqueste mundo, | | en tanto que en el otro me han tenido | | mis desgracias y gracia? |
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MOSTRENCO | Cien mil cosas; | 300 | ya te han puesto en la horca los farsantes. | |
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PIZPITA | Los muchachos han hecho pepitoria | | de todas tus médulas y tus huesos. | |
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REPULIDA | Hante vuelto divino: ¿qué más quieres? | |
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RUFIÁN | Cántante por las plazas, por las calles; | 305 | báilante en los teatros y en las casas; | | has dado que hacer a los poetas, | | más que dio Troya al mantuano Títiro. | |
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JUAN [CLAROS] | Óyente resonar en los establos. | |
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REPULIDA | Las fregonas te alaban en el río; | 310 | los mozos de caballos te almohazan. | |
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RUFIÁN | Túndete el tundidor con sus tijeras; | | muy más que el potro rucio eres famoso. | |
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MOSTRENCO | Han pasado a las Indias tus palmeos, | | en Roma se han sentido tus desgracias, | 315 | y hante dado botines
sine numero. | |
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VADEMÉCUM | Por Dios que te han molido como alheña, | | y te han desmenuzado como flores, | | y que eres más sonado y más mocoso | | que un reloj y que un niño de dotrina. | 320 | De ti han dado querella todos cuantos | | bailes pasaron en la edad del gusto, | | con apretada y dura residencia; | | pero llevóse el tuyo la excelencia. | |
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ESCARRAMÁN | Tenga yo fama, y háganme pedazos; | 325 | de Éfeso el templo abrasaré por ella. | |
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(Tocan de improviso los músicos, y
comienzan a cantar este romance:)
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Ya salió de las gurapas | |
el valiente Escarramán, | |
para asombro de la gura | |
y para bien de su mal. | 330 |
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ESCARRAMÁN | ¿Es aquesto brindarme, por ventura? | | |
-fol. 229v-
| ¿Piensan se me ha olvidado el regodeo? | | Pues más ligero vengo que solía; | | si no, toquen, y vaya, y fuera ropa. | |
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PIZPITA | ¡Oh flor y fruto de los bailarines, | 335 | y qué bueno has quedado! |
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JUAN [CLAROS] | Él honrará las bodas de Trampagos. | |
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ESCARRAMÁN | Toquen; verán que soy hecho de azogue. | |
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MÚSICOS | Váyanse todos por lo que cantare, | | y no será posible que se yerren. | 340 |
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ESCARRAMÁN | Toquen; que me deshago y que me bullo. | |
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REPULIDA | Ya me muero por verle en la estacada. | |
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| (Cantan.) |
Ya salió de las gurapas | |
el valiente Escarramán, | 345 |
para asombro de la gura, | |
y para bien de su mal. | | Ya vuelve a mostrar al mundo | | su felice habilidad, | | su ligereza y su brío, | 350 | y su presencia real. | | Pues falta la Coscolina, | | supla agora en su lugar | | la Repulida, olorosa | | más que la flor de azahar. | 355 | Y, en tanto que se remonda | | la Pizpita sin igual, | | de la Gallarda el paseo | | nos muestre aquí Escarramán. | |
(Tocan la Gallarda; dánzala
ESCARRAMÁN, que le ha de hacer el
bailarín; y, en habiendo hecho una mudanza, prosíguese el
romance.)
| La Repulida comience, | 360 | con su brío, a rastrear, | | pues ella fue la primera | | que nos le vino a mostrar. | | Escarramán la acompañe; | | la Pizpita, otro que tal, | 365 | Chiquiznaque y la Mostrenca, | | con Juan Claros el galán. | | ¡Vive Dios que va de perlas! | | No se puede desear | | más ligereza o más garbo, | 370 | más certeza o más compás. | | ¡A ello, hijos, a ello! | | No se pueden alabar | | otras ninfas ni otros rufos | | que nos pueden igualar. | 375 | ¡Oh, qué desmayar de manos! | | ¡Oh, qué huir y qué juntar! | | ¡Oh, qué nuevos laberintos, | | donde hay salir y hay entrar! | | Muden el baile a su gusto, | 380 | que yo le sabré tocar: | | el Canario, o las Gambetas, | | o
Al villano se lo dan, | | Zarabanda, o Zambapalo, | | el
Pésame dello y más; | 385 | el
Rey don Alonso el Bueno, | | |
-fol. 230r-
| gloria de la antigüedad. | |
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ESCARRAMÁN | El Canario, si le tocan, | | a solas quiero bailar. | |
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MÚSICOS | Tocaréle yo de plata; | 390 | tú de oro le bailarás. | |
|
|
|
(Toca el Canario, y baila solo
ESCARRAMÁN; y, en habiéndole bailado,
diga:)
|
ESCARRAMÁN | Vaya
El villano a lo burdo, | | con la cebolla y el pan, | | y acompáñenme los tres. | |
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MÚSICO | Que te bendiga San Juan. | 395 |
|
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(Bailan el Villano, como bien saben, y, acabado
el Villano, pida
ESCARRAMÁN el baile que quisiere, y acabado, diga
TRAMPAGOS:)
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TRAMPAGOS | Mis bodas se han celebrado | | mejor que las de Roldán. | | Todos digan, como digo: | | ¡Viva, viva Escarramán! | |
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