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ArribaJornada III

Las personas que hablan en la tercera jornada.
 

 
ABÉN BÚCAR.
LA REINA.
CÉLIMO.
PELAYO.
ADULFO.
ANAGILDO.
ILDERICO.29
TARIFE.
JULIÁN.
ORPAZ.
Un MORO.
SOLMIRA.
ABRAIDO.
ZAIDE.30
ZULEMA.
LEOCÁN.
ESPAÑA.
Músicos.
 

ABÉN BÚCAR y REINA, ya cautiva, y moros.

 
ABÉN BÚCAR
A Córdoba perdonara
si el combatirla supiera
que en Córdoba estabas, Zara,
que como Alejandro hiciera
por tabla de Apeles rara,5
aunque no sé si el amor
me diera tanta licencia.
  -fol. 399-  
REINA
Ya muerto el rey, mi señor,
darme vida tu clemencia
tuviera por más rigor10
ni reparara31 en que ha sido
de tus ojos estimada.
Cuando en Argel me has querido,
ni en que tengas sangre honrada
y de la tuya el nacido,15
ni te parezca crueldad
vengarte en una mujer
que ofendió tu voluntad,
que en el tiempo del poder
no halla lugar la piedad,20
sino pásame este pecho.
ABÉN BÚCAR
Debes de pensar que es hecho
de diamante el dueño suyo
o que se parece al suyo,
nunca en mi mal satisfecho.25
¡Ay!, Zara, desde aquel día
que trocaste por María
aqueste nombre en Toledo
menos resistirme puedo,
que un tiempo en Argel solía.3230
Más te quiero, más te adoro.
Ya, Zara, es muerto Rodrigo,
ya en España reina el moro
cuyas banderas que sigo
me han dado un rico tesoro:35
este, con otros despojos.
Zara, alfombra de esas plantas
si con tus piadosos ojos.
Haz como el sol pues lo eres,
sube la unidad del llanto40
que ver en mis ojos quieres
a los rayos de tu manto,
aunque deshacerme esperes.
No sane, tan mal amigo
o esposo, muerto Rodrigo,45
para amparar tu viudez.
Mira que han visto en Jerez
despojos de su castigo.
Ya España es África toda,
ya en el último Rodrigo50
hizo sin la gente goda.
Cásate, Zara, conmigo
y el tiempo al tiempo acomoda.
No es discreto el que por fuerza,
si tu condición resiste, 55
haz que tu dureza tuerza.
REINA
Sin duda, fuerte Mahometo,
Abén Búcar valeroso
diera a tu deseo efeto
viendo difunto a mi esposo60
y el reino al moro sujeto.
Si la ley que ya tomé,
el casarme por mi tierra
con moro, porque ya fe
que esta sola es verdadera65
y no el de ofender mi fe,
hay en ella una verdad
que al alma inmortal anima
con cierta seguridad,
de aquella vida que estima70
para su inmortalidad.
Eso de Mahoma es seta
a mil blasfemias sujeta,
donde el alma va perdida
y para la eterna vida75
a eterno infierno sujeta.
Di esta palabra a María,
madre de Cristo, Dios y hombre;
tomé su nombre aquel día
y dejar su amado nombre80
terrible infamia sería.
Voy bien por este camino,
veo grandes fundamentos
en esta ley y un divino
estilo en sus sacramentos85
y en la vuestra un desatino
porque sola la hermosura
de un templo, de un santo altar,
su ornato, su compostura,
-fol. 400-
ver la misa celebrar, 90
a la Hostia santa y pura,
a un bárbaro que no entiende,
lo que ella comprehende,
puede causar afición.
ABÉN BÚCAR
Que mi ley es perdición95
lo veo en lo que me ofende,
que lo que me quita a ti,
¿quién duda que sea muy malo?
¡Hola!, retiraos de aquí.
REINA
¿Qué dices?
ABÉN BÚCAR
Que hoy me señalo
100
de tu señal.
REINA
¿Cierto?
ABÉN BÚCAR
Sí,
que no es aquesto fingido
ni porque habré conquistado
con esto el ser tu marido,
mas porque Dios me ha tocado105
y siento que Dios ha sido,
¿pero cómo podrá ser?,
que si los alcaides saben
que en Cristo quiero creer
es tan cierto que me acaben110
como el llegarlo a saber.
REINA
¡Ay!, querido Mahometo,
bautízate con secreto.
ABÉN BÚCAR
Hoy, mi señora, lo haré.
REINA
Pues con eso yo podré115
dar a tu esperanza efeto;
¿cómo te quieres llamar?
ABÉN BÚCAR
A Juan tuve afición moro;
ese nombre me has de dar.
REINA
Bautizó a Cristo.
ABÉN BÚCAR
Ese adoro,
120
que sé que me ha de salvar.
REINA
¿Y a María?
ABÉN BÚCAR
Después dél.
REINA
En fin, ¿crees en Dios?
ABÉN BÚCAR
Creo
y en María por él.
REINA
Cumplido se ha mi deseo, 125
¿serás firme, serás fiel?
ABÉN BÚCAR
¿Tienes imagen ahí
de tu Dios?
REINA
La de María.
ABÉN BÚCAR
Virgen, esto juro ansí,
vuestro soy desde aqueste día,130
tened vos piedad de mí.
REINA
Moros vienen, ten recato.
ABÉN BÚCAR
Digo que es bueno el retrato,
allá no se usan.
 

(CÉLIMO entre.)

 
CÉLIMO
Julián
y los alcaides que están135
aguardándote gran rato
te llaman para consejo.
ABÉN BÚCAR
¿Pues qué hay agora que hacer?
CÉLIMO
De cierto cristiano viejo,
que de Asturias vino ayer140
con un dardo y un pellejo,
han sabido que es rendido
Pelayo por la montaña.
Abraido se ha resistido,
que solo este hombre en España145
atrevimiento ha tenido.
ABÉN BÚCAR
Zara, al Consejo me voy.
Célimo, quédate en guarda.
REINA
Vamos, que segura soy.
ABÉN BÚCAR
Y yo, pues Cristo me guarda,150
en su Fe divina estoy.
¿Dónde están?
CÉLIMO
En la mezquita,
que su iglesia solía ser.
ABÉN BÚCAR
Divina imagen bendita,
la casa os haré volver155
que el fiero Mahoma quita.
 

(PELAYO, ANAGILDO y otros montañeses, con dardos y monterillas.)

 
PELAYO
Aquí, amigos, estarán
nuestras reliquias muy bien.
ANAGILDO
Y como si bien están.
  -fol. 401-  
ADULFO
Dios quiera que siempre estén.160
PELAYO
¿Adónde se queda Urbán?
ANAGILDO
Componiéndolas quedó.
PELAYO
Dennos a todos candelas
que no he visto el altar yo.
 

(Traigan velas encendidas y cada uno tome la suya.)

 
ADULFO
Aquí están, repartirelas.165
PELAYO
Sí, amigo Adulfo; pues no.
ANAGILDO
Ya que están repartidas
de rodillas nos pongamos.
 

(Descubren una cortina, con música que hace un altar, con las reliquias y URBÁN, de rodillas a un lado.)

 
PELAYO
Reliquias esclarecidas,
humilde sagrario os damos, 170
pero en fin vais defendidas.
Con gran riqueza en Toledo
os tuvieron reyes godos,
yo soy pobre, ¿cómo puedo,
huyendo, hacer lo que todos?,175
entre estas peñas de Oviedo,
tiempo vendrá que no falte,
quien de oro, piedras y esmalte
cubra vuestras pobres cajas.
 

(ILDERICO entre corriendo.)

 
ILDERICO
Si al moro el paso no atajas,180
Pelayo, de Asturias salte
porque viene tan furioso
que será total ruïna33
de tu pueblo temeroso.
PELAYO
Cierra, Adulfo, esa cortina. 185
¿Qué hay, Ilderico famoso?
ILDERICO
Tu bella hermana Solmira,
que a Numancio le quitaste
y por quien llora y suspira.
Cuando los puertos dejaste,190
que Vizcaya en Francia mira,
Abraido se le ha quitado
a cuarenta montañeses
que en su guarda habías dejado,
que pellejos por arneses195
no resisten brazo airado.
Pasole el moro contento
de la otra parte del río.
PELAYO
¡Oh!, triste nueva, si intento
cobrarla parece el mío 200
temerario atrevimiento.
ILDERICO
Ya está en la sierra más alta,
que hebrero de nieve esmalta.
PELAYO
Venid, tomaré consejo,
que este es el mejor espejo205
a donde el remedio falta.
 

(La REINA y ABÉN BÚCAR, presos, TARIFE y gente.)

 
TARIFE
¡Traidor Mahomete Abén Búcar!
¡Tú cristiano!34
ABÉN BÚCAR
¿En qué reparas?
TARIFE
Enviadle al Tajo, a Júcar.
Nunca, plega Alá, pasaras 210
de la barra de Sanlúcar.
Este traidor nos vendiera,
si cual quise a Cuenca fuera;
y tú, Zara, ¿en esto entiendes?
REINA
¿Por qué, Tarife, me prendes?215
TARIFE
Por cristiana y hechicera,
¿no sabías que era hijo
del rey de Túnez Mahometo?
ABÉN BÚCAR
Cristiano soy.
TARIFE
Que lo dijo
en mi presencia, a que efeto220
a España gobierno y rijo
porque el gran Almanzor
ha entregado a mi valor
de su justicia la vara.
ABÉN BÚCAR
El que de Cristo se ampara225
no teme humano rigor.
TARIFE
Llevadlos luego de aquí
y cortadlos las cabezas.
ABÉN BÚCAR
Cristo es Dios y vive en mí.
TARIFE
Moros, hacedles mil piezas.230
ABÉN BÚCAR
¡Ay!, desdichado de ti,
vamos a morir, María.
  -fol. 402-  
REINA
Vamos, mi querido Juan.
TARIFE
¡Qué notable hechicería!
¿Pues cómo que a morir van 235
y van con tanta alegría?
Decid que las quiero ver
porque no le he de creer
menos que a mis propios ojos.
 

(ORPAZ y JULIÁN.)

 
JULIÁN
Dejo cual digo en despojos, 240
Orpaz, a mi amada mujer;
mas ya me manda imbiar
Tarife agora por ella.
ORPAZ
¿Aquí está?
JULIÁN
Llégale a hablar.
TARIFE
Del que su ley atropella, 245
¿qué puede nadie fïar?
JULIÁN
Orpaz, Tarife está aquí.
TARIFE
¡Oh!, Capitán, solo en ti
hallará consuelo agora.
ORPAZ
Quien ve el África, señora, 250
de España se queja ansí,
quien desde el famoso estrecho
de Gibraltar con mil furias
su fortaleza ha deshecho
hasta las fuertes Asturias, 255
que a nadie pagaron pecho,
consuelo pide, ¿de qué?
TARIFE
Mahomete Abén Búcar fue
de mi mal dueño tirano.
ORPAZ
¿Cómo?
TARIFE
Volviose cristiano,
260
Zara le enseñó la fe.
ORPAZ
¿Zara entiende en eso agora?
TARIFE
Ya no entenderá que ya
está muerta o viva llora
la injuria que ha hecho a Alá265
en esto y volverse mora.
Tú, Orpaz, porque ha tenido
nueva que en esa montaña
ese mozuelo atrevido,
esa reliquia de España270
que de tu fuego ha salido,
ese Pelayo, ese loco,
tiene mis moros en poco.
Quiero que vayas allá,
háblale y dile que ya275
las plantas de Asturias toco,
predícale por ventura;
se rendirá.
ORPAZ
Yo te ofrezco
con fiereza o con blandura,
rendirle35 si esto merezco280
de nuestra amistad segura.
 

(Un MORO.)

 
MORO
Ya puedes, señor, mirar
de los dos, Juan y María,
que acaban de degollar,
las cabezas.
TARIFE
¡Gran porfía,
285
que se han dejado matar!
 

(Descubren los dos mártires, descabezados, y un ángel detrás con dos guirnaldas en las manos.)

 
JULIÁN
Bravo espectáculo es,
a compasión me ha movido.
ORPAZ
Mas por lo que en Zara ves
de aquel Rodrigo atrevido, 290
es bien que contento estés.
TARIFE
Cerrad y vamos de aquí
y tú parte a Asturias luego.
ORPAZ
Harelo, Tarife, ansí.
JULIÁN
Cielos, ¿qué será de mí295
que he sido de España fuego?
 

(Una batalla dentro y salgan ABRAIDO y SOLMIRA, hermana de PELAYO.)

 
ABRAIDO
Este, tu hermano, es demonio
que con dos hombres desnudos
es un Piro, un Marco Antonio.
SOLMIRA
De lo que decís, Abraido,300
dan sus obras testimonio.
  -fol. 403-  
ABRAIDO
¡Que con dos descalzos llegue
a acometer dos mil moros
y hasta embestirlos se ciegue!
¿Defiende algunos tesoros305
qué tiene que nos entregue?
SOLMIRA
La tierra en que reinar piensa.
No es moro, justa defensa
y primero la que has visto,
que es la santa fe de Cristo310
a quien hacéis tanta ofensa.
No penséis que este es Rodrigo
ni que ha visto el rostro al miedo;
cual le veis descalzo, os digo
que ha de llegar a Toledo315
en busca de su enemigo.
ABRAIDO
¡A Toledo! ¡Ah, gran donaire!
SOLMIRA
Parece que haces desaire.
ABRAIDO
Sí, porque a este español
detendrá primero el sol320
y podrá coger el aire.
¡Cuán bien su hermana pareces,
Solmira, en él arrogancia
con que tu España encareces!
SOLMIRA
Las obras son de importancia, 325
¡mira tú si las padeces!,
¡mira si te hace huir!
ABRAIDO
Eso te quiero sufrir
porque en fin te espero ver
o mi amiga o mi mujer,330
que yo te dejo elegir.
SOLMIRA
Haz cuenta que a nadie elijo.
ABRAIDO
Ya la noche va tendiendo
su manto negro y prolijo,
lo que ella me está diciendo335
no es lo que tu boca dijo.
SOLMIRA
¿Qué te dice?
ABRAIDO
Que te goce.
¡Hola, moros!
SOLMIRA
Si esto dice
la noche no me conoce
ni hay porqué me escandalice.340
Cuando más su rostro emboza,
que soy sol, como él el nombre.
 

(ZAIDE y ZULEMA.)

 
ZAIDE
Aquí están Zaide y Zulema.
ABRAIDO36
No hay temor que te asombre.
SOLMIRA
¿Para qué quieres que tema 345
el arrogancia de un hombre?
ABRAIDO
Esta llevad a mi tienda
en tanto que a nuestra gente
hago que una hazaña emprenda.

 (Váyase ABRAIDO.) 

ZULEMA
Por Alá que justamente350
os quiero, Abraido, con prenda.
 

(PELAYO, vestido de moro, con dos espadas.)

 
PELAYO
Con este moro vestido
y el de mi honor que me anima
de Abraido al campo he venido.
Tanto de su hermana estima 355
Pelayo el honor perdido;
pero aquí dos moros vienen
que en guarda a Solmira tienen.
ZULEMA
¿Quién va allá?
PELAYO
Un soldado soy
que a buscar a Abraido voy 360
porque he visto que previenen
los montañeses salir
desta cueva y encalada
el paso al monte impedir.

 (Dele una espada.) 

Toma, Solmira, esta espada, 365
que hoy habemos de morir.
SOLMIRA
¿Eres mi hermano?
PELAYO
Yo soy.
SOLMIRA
¡Mueran, mueran!
ZULEMA
¡Oh, Mahoma!
PELAYO
¡Pégales bien!
SOLMIRA
¡Bien les doy!
 

(Sacuden a los moros SOLMIRA y PELAYO.)

 
  -fol. 404-  
PELAYO
Del río el camino toma, 370
que detrás del río estoy.
SOLMIRA
Ya se juntan la canalla.
 

(ABRAIDO sale y moros.)

 
ABRAIDO
¿Por dónde va? ¿Qué es de ella?
SOLMIRA
¿Pelayo?
PELAYO
¡Camina y calla!
ABRAIDO
Caminar todos tras ella,375
que he de morir o alcanzalla.
 

(Váyanse; y salgan el CONDE DON JULIÁN y TARIFE.)

 
TARIFE
Esto me escribió Abraido desde Asturias
y que deste Pelayo apenas puede
resistir con mil hombres las injurias,
porque con ciento a mil vence y accede.380
Dice que de la cueva como furias,
sin que en el centro alguna furia quede,
salen hombres descalzos y desnudos,
rotos, sin armas, bárbaros airados,
mas que pelean como mil leones;385
Muza me escribe que tome a Granada.
JULIÁN
¿Y no te dice al fin de esos ringlones
cuándo me invía mi mujer amada?
TARIFE
Como en traerla tanta furia pones
callaba tu tragedia desdichada;390
murió de un cáncer y labrando dicen.
JULIÁN
¿Hay más penas que un hombre martiricen?
Ya entiendo, cielo airado, lo que es esto;
vendí mi patria, puse fuego a España,
vendí mi caro honor, mas del honesto395
metí en mi propria tierra gente estraña;
lunas por cruces en su campo he puesto,
en su sangre por mí, sus montes baña,
los huesos de sus hijos por los cerros
blanquean comidos de águilas y perros.400
Murió en los campos de Jerez Rodrigo,
arrastró37 las banderas de los godos
el africano bárbaro enemigo,
entre sus armas perecieron38 todos;
despeñose Florinda39 por castigo, 405
blasfémanla los hombres de mil modos,
Cava la llama el moro por ser mala,
tan mala que ninguna hasta hoy la iguala.40
¿Qué haré, triste de mí, que en templos santos,
donde adorado fue Cristo y de Roma410
-fol. 405-
le obedeció al pontífice Ancitantos?
Por mí se adora en ellos a Mahoma,
no usando otra cosa sino llantos.
El niño, apenas por el vientre asoma,
cuando dice: «la Cava fue maldita,415
que el templo de Toledo hizo mezquita».
¡Qué bien me ayudarán santos y santas,
habiendo sus reliquias destrüido
y en el trono de Dios vírgenes tantas
como por mí martirio han padecido!420
¡Cuán justamente contra mí levantas,
señor, el brazo angélico ofendido!
Peor soy que Eliedor si no me ayudas.
Judas fui en vida, seré en muerte Judas.
 

(Váyase, despachado, el CONDE.)

 
TARIFE
Allá vais, traidor, que si me aguarda425
la traición, aborrezco al que la ha hecho.
Moros, corred tras él, sacad la espada
o con las lanzas le pasad el pecho,
que un hombre que vendió su patria amada
no puede ser a nadie de provecho.430
Castigarame Alá si aquí le tengo;
voy a matarle ,que hoy a España vengo.
 

(Vase TARIFE y entre PELAYO mojado, y los montañeses ANAGILDO y ADULFO y ILDERIGO.)

 
ADULFO
Enjuga, señor, la ropa.
ANAGILDO
Quítenle aqueste alquicel.
PELAYO
Bien fuera enterrarme en él.435
¿Cuál hombre nació en Europa
más cobarde, más crüel?
ILDERIGO
¿Pues cómo pasas, señor,
de una margen a otra un río
con tanto esfuerzo y valor,440
que de Cenegiro el brío
confiesa el tuyo mayor?
Cortas, como el pez espada,
con esa tuya en la boca
al agua en sangre mezclada.445
¿Y tienes hazaña poca
llegar vivo?
PELAYO
Todo es nada,
saqué mi hermana, Ilderigo,
del poder de mi enemigo
dándole otra espada fuerte450
con que dio a sus moros muerte,
más aprisa que lo digo;
y antes que al río llegase,
tanta canalla acudió
que porque no me matase, 455
que escondida la dejase
ella misma me rogó.
Dejela entre aquellas peñas
y echeme vestido al río
y hice en la otra margen señas, 460
mas fue vano intento mío
y ellas y mi ley pequeñas.
No sé si estará cautiva
o si se ha de defender
porque no la vuelvan viva.465
  -fol. 406-  
ADULFO
Ella se sabrá esconder,
que es discreta aunque es altiva.
No querrá perderse ansí,
para no perderte a ti.
PELAYO
Sí, pero es mayor amor470
el que ha tenido su honor;
temo que haya muerto allí.
ANAGILDO
No lo creas.
PELAYO
¡Plega al cielo!
ANAGILDO
Rumor siento, algo recelo.
Sobre la cueva está un hombre.475
PELAYO
Pregunta, Anagildo, el nombre;
o venga rodando el suelo.
 

(ORPAZ, en alto.)

 
ANAGILDO
¿Quién eres? ¡Hola, que estás
en lo alto de la cueva!
Habla presto o bajarás480
donde otra lengua te mueva,
aunque te haré callar más.
ORPAZ
Pelayo, amigo, yo soy Orpaz, creo
que ya me conociste entre cristianos,
con mitra, con grimal, con sacro arco485
y el báculo dorado entre las manos.
Vi de Rodrigo el lastimoso empleo
que en él hicieron góticos hispanos
desta joya de España a quien mil reyes
dieron santas costumbres, justas leyes.490
Fui con él a Jerez y porque fuese
vencido de Tarife como cuerdo,
mandé que mi escuadrón se retrujese,
pues gano agora lo que entonces pierdo.
Dijéronme que yo cuanto quisiese495
tomase del despojo, y por acuerdo
de deudos míos tomé treinta villas,
todas en tierra de las dos Castillas.
Estoy rico, contento, honrado y vivo,
a mi modo, a mi ley, sin ley, sin cosa 500
que impida el bien que de vivir recibo,
vida tan descansada y deleitosa.
Supe que estabas, como estás, cautivo
en esta dura tierra pedregosa,
sembrando por sus campos y montaña 505
la poca sangre que ha quedado a España.
Vuelve, mancebo ilustre y generoso,
los ojos a tu patria desdichada;
mira el estrago rígido y lloroso
que ha hecho en ella la africana espada.510
¿Qué me miras, intrépido y furioso,
no es mejor que tu frente coronada,
descanse en paz sirviendo al gran Tarife,
que no que ocupe un banque de su esquife?
-fol. 407-
Darete si te rindes seis ciudades, 515
cincuenta villas y de sus tesoros.
PELAYO
Pon silencio, traidor, a tus maldades,
ve a predicar como alfaquí41 a tus moros.
apóstata, ¿a Pelayo persüades,
que está sudando sangre por los poros520
por restaurar este rincón de España,
este fénix guardando en su montaña?
Si te vi con el alba y la casulla,
agora te verá el demonio fiero
en la garganta que el cerbero arrulla 525
pues no te escaparás de prisionero.
Ved qué paloma blanca nos arrulla,
para tomalla por dichoso agüero,
sino un sacro pecho que en despojos
dará a las aves de Aquirón sus ojos.530
La batalla, traidor, en que Rodrigo
morir dejaste como vil cobarde,
aquel pendón rindiendo al enemigo
que con las rojas cruces hizo alarde,
más que provecho te dará castigo535
si tu arrepentimiento llega tarde.
Orpaz, vuélvete a Dios, que darte puedo
hacienda y tierra aquí en Oviedo.
Y mira la vil Florinda despeñada,
la Condesa, su madre, que rabiando540
dio el alma en fuego y cólera bañada
y que Julián tal muerte está esperando;
la fe de Cristo ha de vivir guardada
en estas peñas duras confiando
en el que ha de salir y propagarse545
y otra vez hasta el África ensancharse.
No quiera Dios que digan que ha quedado
España sin cristianos solo un día,
que deste fénix que ha de estar guardada
más nobleza se espera que tenía.550
ORPAZ
¡Oh!, mozo loco de años engañado,
si tu temeridad eso porfía,
resístete, veamos quién lleva lo mejor.
 

(ABRAIDO y moros.)

 
ABRAIDO
¡Ea!, moros, a la cueva;
-fol. 408-
no quede vivo un cristiano.555
MORO
¿No ves que los flechazos que los tiran
vuelven al pecho de la misma mano?
¿Hay más hechizo?
MORO
¡Por Alá, que admiran!
ABRAIDO
Las flechas y las armas son en vano,
cual basilisco vencen si nos miran; 560
los moros mueren de sus propias flechas.
MORO
Destos encantamientos, ¿qué sospechas?
ORPAZ
¡Huid, moros, huid, que esto es sin duda
milagro en su favor de aquesta gente!
PELAYO
Salgamos pues el cielo nos ayuda;565
ya contra cuatro mil bastamos veinte.
ILDERIGO
¡Orpaz muera, señor!
ORPAZ
El cielo muda
nuestra bonanza en cristianos diferida.

 (Mata a ORPAZ.) 

PELAYO
¡Muera, apóstata vil!
TODOS
¡Pelayo viva!
¡Arriba, al monte, arriba!
¡Arriba, arriba!
570
 

(Tras ellos entresalga SOLMIRA, y otros moros acuchillándola.)

 
SOLMIRA
Hüid, canalla crüel,
que aunque yo no soy Pelayo
soy tan buena como él.
MORO
Esta es furia, es muerte, es rayo.
SOLMIRA
Soy una centella dél, 575
rayo es Pelayo y yo soy,
como de Pelayo hermana,
centella, que ardiendo voy
tras vuestra gente africana
a quien abrasando estoy. 580
Huid de mis ojos lüego,
que este fuego deja ciego
a cualquiera que atropello;
mirad que de una centella
se suele encender gran fuego;585
cansada estoy de reñir,
la espada en estos cobardes
ya no los quiero seguir.
 

(ABRAIDO entre.)

 
ABRAIDO
¿De qué sirve hacer alardes
y estas montañas subir?590
Cuatro hombres, con cuatro pieles
de esos bueyes y lobos,
troncos de hayas y laureles,
hacen en nosotros robos
temerarios y crüeles,595
y nos cautivan y prenden,
y a nuestras tiendas encienden,
y furiosos nos responden;
que ya en cuevas no se esconden
ni entre peñas se defienden.600
Cuál dellos pone una viga
en la boca de una cueva,
y aunque un mundo le persiga
no hay quien las plantas le mueva
de que su intento prosiga;605
y el otro, viéndole igual,
Alcides que va imitando
-fol. 409-
por valerle en tanto mal,
que dijo Val tú, rey Sando,42
se ha llamado Sandoval;610
ya toman mil apellidos,
ya se llaman vencedores,
estos de nuestros vestidos.
Mas, ¿qué digo? ¿No es Solmira
esta que enfrente me mira?615
¡Oh, vil cautiva!
SOLMIRA
¡Oh, traidor!
ABRAIDO
Así pagaste mi amor;
a Mahoma golpes tira.
¿Espada traes?
SOLMIRA
Pues no.
ABRAIDO
Para matar mirar basta.620
SOLMIRA
No soy basilisco yo,
sino mujer noble y casta,
armas que el cielo me dio.
ABRAIDO
Mira que te daré muerte.
SOLMIRA
Mejor será defenderte.625
ABRAIDO
Mahoma, por no matarte
quiero huir.
SOLMIRA
Mas por guardarte
de que en el pecho te acierte.
 

(TARIFE y moros, y CÉLIMO.)

 
TARIFE
Este en fin es León, ciudad famosa.
CÉLIMO
Casi desde ella empiezan las montañas, 630
por esta parte Astorga de Galicia
muestra el camino a Francia, que a Santiago
camina alguna gente; las Asturias,
a aquella mano caen.
TARIFE
De esa suerte
a España atravesamos desde Tánger 635
pues desde Gibraltar nuestros alcaides
hasta el mar vizcaíno han descubierto.
¿Qué me dará Armanzor por esta empresa?
¿Qué tesoro, Célimo, tiene el África
que se me puede dar en justo premio?640
CÉLIMO
¿Qué mayor que la gloria que está sola?
Los grandes capitanes pretendieron
que los despojos son de los soldados
y más que fuera della la riqueza
que traes contigo excede la de Midas.645
TARIFE
Si Miramamolín quiere pagarme
con su hija, Célimo, me contento,
que las riquezas, donde falta el gusto,
es como la comida en el enfermo.
CÉLIMO
¿A quién de toda el África y Europa650
honrar puede mejor que a ti con ella?
TARIFE
Gran gente viene aquí.
CÉLIMO
Leocán parece,
¿en Asturias no estaba aqueste moro?
Alguna mala nueva nos ofrece
si no esconde el sol sus rayos de oro.655
  -fol. 410-  
LEOCÁN
De las Asturias de Oviedo,
famoso alcaide Tarife,
vengo huyendo por los montes
cual fiera que alarbes siguen.
Aquel mancebo Pelayo,660
que ya de laurel se ciñe
las vedijas del cabello,
como otro español Alcides,
retirado en una cueva,
aquí con varios matices665
jaspes y árboles esmaltan,
tus escuadrones resiste.
Predicándole don Orpaz
para que se viese libre
con solo rendir tributo670
a tus alcaides facíes,
respondió tales soberbias
que en fin Abraido le embiste
con dardos, flechas y espadas
por ver si hace lo que dice.675
Mas las flechas que de espesas
entre los aires sutiles
se topaban muchas veces
y cual granizo se impiden,
a quien Alá, que los ayuda,680
que cuantas más flechas tiren
más vuelven contra tus moros
y el yerro en sus pechos tiñe?
Salen con esto animosos
y de manera nos siguen,685
que muerto a don Orpaz manda
que su cuerpo descuarticen.
Por los caminos le pone
y la cabeza infelice
clavándola en una peña690
aquestas letras escribe:
«Esta fue de un hombre infame;
toda España le maldice,
acabó como vivió,
que mal muere, quien mal vive.»695
Tu famoso alcaide Abraido,
que esto parece imposible,
a manos de una mujer
el fiero espíritu rinde.
Dejando van las montañas700
y siguiendo el nuevo Aquiles,
no hay leones africanos
que así los caminos pisen.
Juran que hasta que te encuentren
de sus cuerpos invencibles705
no desnudarán las pieles,
que son las armas que visten.
Ni de sus fuertes cabezas
quitarán aunque caminen
las que traen de leones,710
de panteras y de tigres.
Y sin duda ese ruido
de tus cajas y añafiles,
que obliga que los caballos
pidiendo frenos relinchen715
debe de ser que ya llegan
con la cruz que traen por timbre
de una bandera sangrienta
que con una aspa dividen.
Las cruces de todas ramas720
atada con unas mimbres
y el Alférez que la lleva,
un Sandoval, hombre insigne.
TARIFE
Para, Leocán, que ya siento
que llegan sus armas viles.725
¡Ea, fuertes africanos!,
¡ea, alcaides y adolides!,
no entre en León Pelayo,
que es afrenta que no estime
el poder del gran señor730
y las armas de Tarife.
¡A ellos, moros, a ellos!,
¡Toquen al arma, salgan, brillen
los aceros en las manos!
¡Seguidme!
TODOS
¡Todos te siguen!
735
¡Vitoria, vitoria!
  -fol. 411-  
 

(Batallen dentro, y saliendo afuera cristianos y moros; publicada vitoria, salgan PELAYO, ILDERIGO, SOLMIRA, ADULFO, ANAGILDO; traiga ILDERIGO la cruz, otro la bandera y otros las de los moros arrastrando.)

 
PELAYO
Nombre
que así alegras mi memoria.
[VOCES]

 (Dentro.) 

¡Vitoria España, vitoria!
PELAYO
A vos, señor, que no al hombre,
se debe el triunfo y la gloria;740
arrastad esas banderas.
ADULFO
Huyendo Tarife sale
lleno de arrogancias fieras.
PELAYO
Pues de los pïes se vale,
no creas que habla de veras.745
ADULFO
¡Cómo huyó de entrar conmigo
en campo!
ANAGILDO
Lo mismo digo.
PELAYO
Alzad en alto esa cruz,
valiente godo Ilderigo,
y aquí adorándola todos750
la fijad.
ANAGILDO
Desta montaña
eres rey.
ILDERIGO
Por varios modos
vendraslo a serlo de España,
fénix de los muertos godos,
y permite que a traer 755
vamos la insignia real
que te queremos poner
con aplauso al tiempo igual.
ADULFO
Un laurel puedes torcer
y con un velo de plata 760
por los estremos le ata,
y triunfará por León
aquel que en el corazón
de que los venció retrata.
PELAYO
Partid y dejadme aquí,765
que tengo un poco que hacer.
Tú, hermana, a don Arias di
que me venga luego a ver.
SOLMIRA
Harelo, señor, ansí.
 

(Váyase y quede PELAYO solo.)

 
PELAYO
España bella que de Hispan te llamas770
y del lucero con que nace el día
el tronco de los godos fenecía,
si no quedaran estas pobres ramas
ves aquí el fénix de sus muertas llamas,
que nuevas alas de su indicio cría775
para que ocupes con la historia mía
versos y rosas lenguas y plumas, famas.
Yo soy Pelayo, España, yo la piedra
que te ha quedado, sola en esta vuelve
a hacer tus torres que no ofenda el rayo, 780
las que de sangre vestiré de yedra,
que puesto que Rodrigo se resuelve
de sus cenizas nacerá Pelayo.
 

(España entre, y córrese una cortina en que se vea un lienzo con muchos retratos de reyes pequeños.)

 
¿Pero qué música y voces
son estas?
  -fol. 412-  
ILDERIGO
Parad aquí.
785
PELAYO
¿Quién viene?
ILDERIGO
No nos conoces;
viva Pelayo decid.
TODOS
¡Viva!
ILDERIGO
Mil años te goces.
 

(Toda la compañía con ramos, ILDERIGO con el laurel, y corónele, y digan luego los MÚSICOS.)

 
[MÚSICOS]
      Para bien amanezca el sol,
      bendígale España790
      y guarde Dios
      el sol de Pelayo,
      gran restaurador
      de Asturias y Galicia,
      Castilla y León, 795
      el que mata moros
      con sola su voz,
      mas que ellos cristianos
      con tanto escuadrón;
      el que de Toledo800
      a San Salvador
      trujo las reliquias
      de nueso Señor,
      coronado llega
      con gran devoción805
      donde ya le espera
      la iglesia mayor.
TODOS
      ¡Bendígale España
      y guárdele Dios!
      Darale el Obispo810
      ya su bendición;
      niños y mujeres
      van de dos en dos;
      mozas en cabello
      van de otra en pos, 815
      de órganos y flautas,
      bailaron al son.
      Irán las casadas
      y dueñas de honor
      a besar la mano820
      al rey su señor;
      casarase luego
      con dama de don,
      dichosa quien goza
      tan lindo infanzón.825
TODOS
      ¡Bendígale España
      y guárdele Dios!
PELAYO
Vamos a la iglesia ansí,
Solmira, dame la mano,
que un príncipe castellano830
hoy le ha de emplear en ti.
SOLMIRA
El mío a tu gusto allano.
PELAYO
Toma aquesta mano hermosa,
Ilderigo.
ILDERIGO
Soy indigno.
PELAYO
Desde hoy mi hermana es tu esposa,835
que así premiar determino
tus servicios.
ILDERIGO
Paga honrosa
y aunque excedes deste modo,
su esclavo soy.
PELAYO
Ella y todo.
SOLMIRA
Noble marido me has dado.840
PELAYO
Aquí, discreto senado,
se acaba El último godo.


 
 
Fin desta comedia