1111
Que la vejez se rejuvenezca cuando todavía le sea sable. HORACIO, Epod., XIII, 7. (N. del T.)
1112
Bueno es dulcificar con el regocijo las negras amarguras. SIDONIO APOLINARIO, Epíst., I, 9. (N. del T.)
1113
Y la tristeza arrogante de un rostro ceñudo. (N. del T.)
1114
Entre esas gentes de continente severo hay hombres licenciosos. MARCIAL, VII, 58, 9. (N. del T.)
1115
No os avergoncéis de decir a lo que aprobéis anteriormente. (N. del T.)
1116
¿Cual es la causa de que nadie confiese sus vicios? El que cada uno de nosotros sea de ellos el esclavo. Preciso es estar despierto para referir los propios sueños. SÉNECA, Epíst., 53. (N. del T.)
1117
Y los que huyen a Venus resistiéndola pecan lo mismo que siguiéndola. (N. del T.)
1118
¡Oh Venus! sólo tú gobiernas la naturaleza; sin ti nada se eleva a los celestiales ámbitos del día; sin ti nada es encantador ni digno de ser amado. LUCRECIO, I, 22. (N. del T.)
1119
Reconozco los vestigios de mis primeras llamaradas. VIRGILIO, Eneida, IV, 23. (N. del T.)
1120
Dichoso si en el invierno de mis años ese resto de calor no me abandona. (N. del T.)