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141

Ni la mirada cruel del tirano ni el ábrego furioso que revuelve los mares, nada puede alterar su firmeza, ni siquiera la mano terrible, la mano del tonante Júpiter. HORACIO, Od., III, 3, 3. (N. del T.)

 

142

Te cargaré de cadenas en pies y manos, te entregaré a un cruel carcelero. Algún dios me libertará en el momento que yo quiera. Ese dios, así lo creo, es la muerte: la muerte es; el término de todas las cosas. HORACIO, Epíst., I, 16, 76. (N. del T.)

 

143

Los mortales se prestan la vida por un momento; la vida es la carrera de los juegos sagrados en que la antorcha pasa de mano en mano. LUCRECIO, II, 75 78. (N. del T.)

 

144

La hora misma en que nacimos disminuye la duración de nuestra vida. SÉNECA, Hercul. fur, act. 3, coro, V, 874. (N. del T.)

 

145

Nacer es empezar a morir; el último momento de nuestra vida es la consecuencia del primero. MANILIO, Astronomic., IV, 16. (N. del T.)

 

146

¿Por qué no salís del festín de la vida como de un banquete cuando estáis hartos? LUCRECIO, III, 951. (N. del T.)

 

147

¿A qué querer multiplicar los días, que dejaríais perder lo mismo que los anteriores, sin emplearlos mejor? (N. del T.)

 

148

Vuestros nietos no verán sino lo que vieron vuestros padres. MANILIO, I, 529. (N. del T.)

 

149

El hombre da vueltas constantemente en el círculo que le encierra. LUCRECIO, III. 1093. (N. del T.)

 

150

El año comienza sin cesar de nuevo la ruta que antes ha recorrido. VIRGILIO, Geórgicas, II, 402. (N. del T.)