1491
La vida del necio es ingrata y agitada, toda pendiente del porvenir. SÉNECA, Epíst. 15. (N. del T.)
1492
Como esos espectros que, según la voz común, ruedan en torno de los sepulcros, o como los ensueños que perturban nuestros sentidos cuando dormimos. VIRGILIO, Eneida, X, 641. (N. del T.)
1493
Creyendo que nada hay hecho mientras queda algo por hacer. LUCANO, II, 657. (N. del T.)
1494
El sabio, investigador infatigable de las riquezas naturales. SÉNECA, Epíst. 110. (N. del T.)
1495
Estimable es todo lo que de acuerdo con la naturaleza practicamos. CICERÓN, de Finib. bon. et mal., III, 6. (N. del T.)
1496
Hay que penetrar en lo íntimo de las cosas y observar pacientemente lo que su naturaleza exige. CICERÓN, de Finib. bon. et mal., III, 16. (N. del T.)
1497
El que como un bien sumo alaba la naturaleza del alma y como un mal menosprecia la naturaleza de la carne, ciertamente se aficiona carnalmente al alma y carnalmente se aparta de la carne; porque esto lo concibe con vanidad humana, no como una verdad divina. SAN AGUSTÍN, de Civit. Dei, XIV, 5. (N. del T.)
1498
¿Quién no dirá ser cosa de locura, el hacer con reserva hipócrita lo que naturalmente se ha de hacer; impulsar en un sentido al cuerpo y en otro al alma, y andar solicitado por tan diversos movimientos? SÉNECA, Epíst., 74. (N. del T.)
1499
Poniéndote bajo el poder de los dioses, dominarás. HORACIO, Od., III, 6, 5. (N. del T.)
1500
Concédeme, hijo de Latona, este es mi ruego, el gozar de mis trabajos en buena salud y con sano juicio, sin afligirme con una vejez ajena al dulce canto de las musas. HORACIO, Od., 1, 31, 17. (N. del T.)