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21

Fueron éstos: Francisco I, Enrique II, Francisco II, Carlos IX, Enrique III y Enrique IV. (N. del T.)

 

22

Véase tomo I. (N. del T.)

 

23

Casi todos los escritores del siglo XVI en Francia nacían hombres de acción y muchos fueron ambas cosas. Del Bellay se destinaba a la carrera de las armas, Ronsard a la diplomacia: las enfermedades los encaminaron al estudio. -Pablo Stapfer. (N. del T.)

 

24

«Los cuatro grandes poetas: Platón, Malebranche, Shatesbury, Montaigne.» (N. del T.)

 

25

Elogio de Montaigne. París, 1812. (N. del T.)

 

26

Mas de Plutarco me deshago difícilmente: es tan universal, tan cabal y tan cumplido, que en cualesquiera ocasión, sea cual fuere el asunto extravagante que traigáis entre las manos, se ingiere en vuestra labor tendiéndoos una liberal e inagotable de riquezas y embellecimientos. Me contraria el que se vea tan expuesto al saqueo de los que lo frecuentan, y por poco que yo me acerque no lo dejo sin arrancarle muslo o ala. -Lib. III. cap. V. (N. del T.)

 

27

Véase el libro II, cap. VI. (N. del T.)

 

28

Montaigne ha inventado o empleado audazmente un número grande de palabras, muchas de entre las cuales quedaron luego en el uso corriente. Citaré solamente diversión y enfantillage, que un crítico de su siglo (Pasquier) le censuró, siendo sin embargo de creación felicísima. Conocidas son sus palabras gasconas ainsin por ainsi; asture por à cette heure. Ronsard quería también que el término ainsin (idiotismo parisién y gascón juntamente) fuese empleado antes de vocal. Hanse contado más de doscientas sesenta expresiones empleadas por Montaigne, que cayeron en desuso, y este número aumentaría mucho si se incluyeran las nuevas acepciones que prestó a las palabras ya usadas en su época. -Philaréte Chasles, Études sur le Seizième Siécle en France, pág. 184. París 1876.

Este crítico, cuyos estudios sobre literatura inglesa son todos interesantes, aun cuando algunos quizás con razón se hayan tachado de superficiales, examinó la influencia de Montaigne sobre Shakespeare. En el Museo Británico se guarda un ejemplar inglés de los Ensayos anotado por el gran comediante. (En lo que Philarète Chasles no anduvo afortunado fue en presentarnos al Padre Feijoo como discípulo o imitador de Montaigne, con quien ni a cien leguas guarda aquél la analogía más remota.) (N. del T.)

 

29

Yo vivo en una época pródiga en ejemplos increíbles de crueldad ocasionados por la licencia de nuestras guerras intestinas; ningún horror se ve en los historiadores antiguos semejante a los que todos los días presenciamos, a pesar de lo cual no he logrado familiarizarme con tan atroces espectáculos. Apenas podía yo persuadirme antes de haberlo visto con mis propios ojos de que existieran almas tan feroces que por el solo placer de matar cometieran muertes sin cuento; que cortaran y desmenuzaran los cuerpos; que aguzaran su espíritu para inventar tormentos inusitados y nuevos géneros de muerte, sin enemistad, sin provecho, por el solo deleite de disfrutar el grato espectáculo de las contorsiones y movimientos dignos de compasión y lástima; de los gemidos y estremecedoras voces de un moribundo que acaba sus horas lleno de angustia. -Libro II, cap. XI. (N. del T.)

 

30

Lo que sobre todo debemos agradecerle es el haber -el primero quizás en Francia- considerado como afrentosas las torturas y suplicios feroces que durante tanto tiempo deshonraron nuestros Códigos de los cuales la bondad de Luis XVI logró por fin borrarlos, mas no sin desplegar para ello una voluntad tenaz. -Pedro Clemente, Montaigne hombre público, «Revue Contemporaine», tomo XXI, pág. 236. (N. del T.)