561
Si tenéis en vuestra mano algo mejor, mostrádnoslo; y si no, someteos. HORACIO, Epíst.. I, 5, 6. (N. del T.)
562
[ en el original (N. del E.)]
563
Porque Dios no quiere que nadie se enorgullezca si no es él. Así habla Artaban a Jerjes en la historia de HERODOTO, VII, 10. (N. del T.)
564
Dios hace frente a los soberbios y perdona a los humildes. 1ª Epíst. S. PETRI, c. V, v. 5. (N. del T.)
565
SAN PABLO, a lo Colosenses. (N. del T.)
566
SAN PABLO, a los Corintios. (N. del T.)
567
El estoico Balbo, que en la obra de CICERÓN, de Nat. deor., habla así: Quorum igitur, etc. «¿Para quién diremos, pues, que el mundo fue criado? Sin duda para los seres animados dotados de razón: para los dioses y los hombres, que son las más perfectas entre todas las criaturas.» (N. del T.)
568
Cuando contemplamos sobre nuestras cabezas esas inmensas bóvedas del mundo y los astros que las esmaltan; cuando reflexionamos en el ordenado curso de la luna y del sol. LUCRECIO, V, 1203. (N. del T.)
569
Porque la vida y las acciones de los hombres están sujetas a la influencia de los astros. MANILIO, III, 58. (N. del T.)
570
La razón reconoce que esos astros que tan lejos vemos de nosotros ejercen sobre el hombre un secreto imperio; que los movimientos del universo están sujetos a leyes periódicas, y que el encadenamiento de los destinos está determinado por signos ciertos. MANILIO, I, 60. (N. del T.)