661
Casi todos los antiguos dijeron que no podía conocerse nada, comprenderse nada, ni saberse nada; que nuestros sentidos eran limitados, nuestra inteligencia débil y nuestra existencia efímera. CICERÓN, Acad., I, 12. (N. del T.)
662
Yo no daré como seguro nada de lo que he de decir, investigaré cuanto pueda, mas dudando siempre y desconfiando de mí mismo. CICERÓN, de Divinat., II, 3. (N. del T.)
663
Que duerme aunque parece despierto; que está a dos pasos de la muerte, aunque parece vivir y ver. LUCRECIO, III, 1061, 1059. (N. del T.)
664
Si alguien cree que nada se sabe, no sabe si puede saberse algo por donde se pueda afirmar que nada se sabe. LUCRECIO, IV, 470. (N. del T.)
665
Se adhieren a cualquier escuela (secta, doctrina o sistema), como los náufragos se agarran a la primera roca que les depara el azar. CICERÓN, Academ., II, 3. (N. del T.)
666
Tanto más libres e independientes cuanto que tienen pleno poder de juzgar. CICERÓN, Academ., II, 3. (N. del T.)
667
Para que al presentarse en una cuestión argumentos contradictorios de igual fuerza sea más fácil que cada una de las partes contendientes se quede con su parte de razón. CICERÓN, Acad., I, 12. (N. del T.)
668
Porque Dios no nos concedió el conocimiento de estas cosas, y sí el disfrute de las mismas. CICERÓN, de Divinat., I, 18. (N. del T.)
669
Dios conoce el fondo del pensamiento humano, que es pura vanidad. Salmo XCII, v. 11. (N. del T.)
670
Mejor, o más bien que conocer la verdad, lo que los sabios hacen es imaginarla. (N. del T.)