61
Libro II, cap. XII. (N. del T.)
62
Montaigne habló como un filósofo, y sus ideas sobre el gobierno de la vida son la expresión justa e inmutable del espíritu humano. -Emerson. (N. del T.)
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Para realizar el cumplimiento de mi designio escribo en mi casa, en país selvático donde nadie me ayuda ni enmienda mis yerros, donde comúnmente no frecuento ningún hombre que entienda el latín de su pater noster y del francés algo menos. -Libro III, cap. V. (N. del T.)
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He procurado explicarme las verdaderas causas de la popularidad de ciertos autores, que no sólo como literatos son gustados del público, sino a quienes éste trata como a amigos de corazón y hacia los cuales un sentimiento más afectuoso que la admiración arrastra incesantemente a los lectores: Montaigne, La Fontaine, Mme de Sevigné, Voltaire, pertenecen a esta clase. -A. Vinet, Essais de Philosophic morale et de Morale religieuse, pág. 43. París, 1837. (N. del T.)
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Precede a la edición de 1826 publicada en París por el editor Lefèvre; (5 vol. En 8.º Mayor). Fue escrita por José-Víctor Leclerc, literato y erudito francés (1780-1866). (N. del T.)
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Tomo I. (N. del T.)
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[El traductor, C. Román y Salamero, también identifica las notas de J. V. Leclerc con las siglas «J. V. L.», y las de Lefèvre con «L.». (N. del E.)]
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Petrificada por el dolor. OVIDIO, Metam., VI, 304. Ovidio escribe: Diriquitque malis. (N. del T.)
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| VIRGILIO, Eneida, XI, 151. | ||
(N. del T.)
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No es muy grande el amor que puede expresarse. PETRARCA, último verso del soneto 137. (N. del T.)