731
Hasta tal punto se complace la superstición en mezclar la divinidad en las cosas más insignificantes. TITO LIVIO, XXVII, 23. (N. del T.)
732
Allí se velan las armas y el carro de Juno. VIRGILIO, Eneida, I, 16. (N. del T.)
733
Venerable Apolo, que habitas el centro del mundo. CICERÓN, de Divin., II, 56. (N. del T.)
734
Atenas, la ciudad de Cecrops, venera a Palas; A Diana, la Isla de Minos; a Vulcano, el país de Lemnos; Esparta y Micenas de Pelops, a Juno; Menala a. Pan, y el Lacio a Marte. OVIDIO, Fastos, III, 81. (N. del T.)
735
Unidos están el empleo del nieto y el de su ilustre abuelo. OVIDIO, Ibid., I, 294. (N. del T.)
736
HESÍODO, Opera et Dies; pero este autor no cuenta sino treinta mil, por lo cual Máximo de Tyro observa que aminoró el número de los dioses, en atención a que existe una multitud innumerable. (Dert. I). (N.)
737
Puesto que no los juzgamos dignos de habitar en nuestra celestial morada, permitámosles al menos vivir en las tierras que les concedimos. OVIDIO, Metam., 194. (N. del T.)
738
La isla de Creta, cuna de Júpiter. OVIDIO, Metam., VIII, 33. (N. del T.)
739
Montesquieu (Política de los romanos en materia de religión), cita la opinión de Scévola casi en los mismos términos que Montaigne, y añade luego: «San Agustín dice que Varrón infirió de aquí los secretos todos de la política y de los ministros del Estado.» (J. V. L.)
740
Puesto que el hombre busca la verdad con el exclusivo fin de sacudir el yugo, preferible es que no salga del error. SAN AGUSTÍN, de Civit. Dei, IV, 31. (N. del T.)