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781

Confondré la sapienta de los sabios, y reprobaré la prudencia de los prudentes. SAN PABLO, a los Corint., I, 1, 19. (N. del T.)

 

782

El misterio en que se oculta la verdad es útil para despertar en nosotros el sentimiento de nuestra pequeñez y para corregir nuestra presunción. SAN AGUSTÍN, de Civit. Dei, XI, 22. (N. del T.)

 

783

Al discurrir acerca de la inmortalidad del alma, hallamos un punto de apoyo nada frágil en el consentimiento universal de los hombres, para temer o venerar a los dioses infernales. Yo pienso aprovecharme de este común asentimiento. SÉNECA, Epíst., 117. (N. del T.)

 

784

Nos conceden una vida como la de las cornejas; dicen que el alma existe largo tiempo, pero no eternamente. CICERÓN, Tusc., I, 31. (N. del T.)

 

785

Dime, ¡oh padre!, ¿es cierto que algunas almas, dejando la mansión celestial, descienden otra vez a. la tierra y vuelven a tomar forma corpórea? ¿Por qué este violento deseo de salir a la luz miserable de la vida? VIRGILIO, Eneida, VI, 719. (N. del T.)

 

786

Ridícula, parece, la suposición de que en el momento que los animales se unen para procrear o bien en el del parto, haya multitud de almas que se precipiten alrededor de los gérmenes corpóreos y que combatan tenazmente entre sí para ver cuál es más fuerte y logra penetrar la primera. LUCRECIO, III, 777. (N. del T.)

 

787

Según este pasaje, es verosímil creer que la madre de Montaigne estuvo o creyó estar en cinta once meses antes del parto. (A. D.)

 

788

El alma es un mundo pequeño en que las ideas distintas son una representación de Dios, y las confusas una representación del universo. LEIBNIZ. (N. del T.)

 

789

Como si pudiera darnos la medida de alguna cosa quien desconoce la suya propia. PLINIO, Nat. dist., II, 1. (N. del T.)

 

790

Créese, como queda dicho más atrás, que Montaigne dedicó la Apología de Sabunde a la reina Margarita de Francia, mujer del rey de Navarra. (N. del T.)