971
Del seno del placer nace algo amargo; esto aun en las mismas flores se observa. LUCRECIO, IV, 1130. (N. del T.)
972
La dicha que no se modera a sí misma se destruye. SÉNECA, Epíst. 74. (N. del T.)
973
El llanto envuelve cierta dulzura. OVIDIO, Trist., IV. 3, 27. (N. del T.)
974
Muchacho que me escancias vino viejo de Falerno, lléname el vaso del más amargo. CATULO, XXVII, 1. (N. del T.)
975
No hay mal sin compensación. SÉNECA, Epíst. 69. (N. del T.)
976
En todo castigo ejemplar hay algo inicuo que daría a los particulares, pero que favorece al bien común. TÁCITO, Annal., XIV, 41. (N. del T.)
977
Viendo en sí mismos cosas tan contradictorias, permanecían confundidos. TITO LIVIO, XXXII, 20. (N. del T.)
978
Yo volveré vencedor, ¡oh Marco Fabio! Pongo a Júpiter padre, al dios Marte y a todos los demás dioses por testigos de mi juramento. TITO LIVIO, II, 45. (N. del T.)
979
Se amontonaban los unos sabre los otros, así los que caían muertos como los que huían. TITO LIVIO, II, 47. (N. del T.)
980
Dirigiose en tres días de Amphissa a Pella en caballos de relevo con celeridad casi increíble TITO LIVIO, XVXVIII, 7. (N. del T.)