241
Para las ediciones de Fernández-Guerra véase la nota anterior (este texto en Ensayo de una biblioteca..., I, cols. 1260-1301, discutido en cols. 1258-60 y 1302-26). Rosell lo incluyó en el tomo 2 de una edición de las Obras completas de Cervantes (Madrid, 1863). No nos parece imposible, como a Astrana (VI, 188-89, n. 1), la estancia de Cervantes en Sevilla en 1606.
242
Narciso Alonso Cortés, «Cervantes y la Relación del bautismo de Felipe IV», Boletín de la Academia Argentina de Letras, 16 (1947), 527-40, en las pp. 535-36. La edición más reciente y recomendable de este texto es la de Alonso Cortés, en su traducción de la Fastiginia de Tomé Pinheiro da Veiga (Valladolid, 1916). (Además de esta edición, de 41 páginas de numeración diferente dentro del tomo, hay también una edición suelta de Alonso Cortés publicada el mismo año, xiii + 116 pp. según la bibliografía cervantina de Grismer, p. 21. No la hemos visto -en el fichero de Harvard, el único ejemplar existente en los Estados Unidos consta absurdamente como obra de su impresor Juan Godínez de Millis- pero según la lista cronológica de las publicaciones de Alonso Cortés en la nueva edición de su traducción de la Fastiginia (Valladolid: Ayuntamiento, 1973), p. 11, es anterior a la edición que hemos empleado. El texto de la Relación, sin los preliminares, se halla también en el tomo de la edición de Rosell citada en la nota 236, pp. 159-250; Foulché-Delbosc comenta muy negativamente las dotes editoriales de Rosell en «Étude sur "La tía fingida"», pp. 270-71.)
243
Es de posible importancia el hecho, recién conocido, de que la Imprenta Real participó en la impresión de la segunda edición de Juan de la Cuesta del Quijote (Robert Flores, The Compositors of the First and Second Madrid Editions of «Don Quixote» Part I [Londres: Modern Humanities Research Association, 1975], p. 45).
244
Más brevemente han expresado su apoyo a la candidatura cervantina Francisco Márquez Villanueva, «Erasmo y Cervantes, una vez más», Cervantes, 4 (1984), 123-37, en la p. 126, y Alban Forcione (citado por Márquez). En cambio, Astrana la rechaza, suponiendo que era poco amistoso el trato entre Herrera y Cervantes (III, 279, n. 3 y VI, 38). Que Cervantes tuvo mala opinión de Herrera parece indudable, pero en cuanto a una enemistad recíproca, el único dato hasta 1605 sería el no haber citado Cervantes a Herrera en el «Canto de Calíope» de La Galatea, detalle que, si es que éste se dio cuenta de él, tuvo que dejarle muy sin cuidado; téngase en cuenta que como señala Astrana, Herrera hasta entonces no había publicado ningún libro). Carroll Johnson, apoyándose en Astrana y en el «tono agresivamente católico» del texto, también se expresa en contra de la atribución («"La española inglesa"», p. 395). No sabemos a qué pasajes alude Johnson, pero este tono no es imposible en un escrito oficial y pagado.
245
«Escritor oficioso, careció por tanto de imparcialidad... Oportunista... intrigante y codicioso... Plagió obras enteras, entonces inéditas... No le interesó la cultura indígena [americana] y así no trató de ella» (R[amón] E[zquerra], en Diccionario de historia de España, 2ª edición, II [Madrid: Revista de Occidente, 1968], 352). «Historiógrafo adulador y de escasa moral, que a veces se vendía a quien mejor le pagaba» (Astrana, III, 279, n. 3). Sobre la venalidad de Herrera, consúltese Ciriaco Pérez Bustamante, «El cronista Antonio de Herrera y la historia de Alejandro Famesio», Boletín de la Real Academia de la Historia, 103 (1933), 737-90; reimpreso, según la ficha que amablemente nos facilita Víctor Infantes, en Boletín de la Universidad de Santiago de Compostela, 6 (1934), 35-76. Para su acomodada posición económica, Narciso Alonso Cortés, «Datos sobre el cronista Antonio de Herrera», Estudios segovianos, 1 (1949), 189-207. Hay una biografía de Antonio Ballesteros-Beretta en el t. I de la edición de la Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar Océano (Madrid: Real Academia de la Historia, 1934). «Sus Décadas muestran una falta deplorable de método y de orden en su estructura», añade Rafael Altamira, («Antonio de Herrera, su concepto de la historia y su metodología», Artes y Letras, 5, no. 8, 31 agosto de 1948, 1, 6-8, en la pág. 8; en el mismo sentido, J. Natalicio González, en el prólogo a su edición de la Historia general, I [Asunción: Guarania, 1944]).
246
Alonso Cortés, «Cervantes y la Relación del bautismo de Felipe IV», p. 539.
247
Cuando no se especifica la obra, se trata del Quijote.
248
Luis A. Murillo, The Golden Dial: Temporal Configuration in «Don Quijote», Oxford: Dolphin, 1975, sobre el cual vea la reseña de A. J. Close, Bulletin of Hispanic Studies, 54 (1977), pp. 248-249; anteriormente «The Summer of Myth: Don Quijote de la Mancha and Amadís de Gaula», Philological Quarterly, 51, No. 1 (Hispanic Studies in Honor of Edmund de Chasca, 1972), pp. 145-157.
249
Harry Sieber, «Literary Time in the "Cueva de Montesinos"», MLN, 86 (1971), 268-273.
250
Revista Hispánica Moderna, 20 (1970-71 [1973]), 77-107.