Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

Apunta en este sentido David Lagmanovich: «Cuando Daniel Moyano, Tomás Eloy Martínez y Héctor Tizón vivían respectivamente en La Rioja, en Tucumán y en Jujuy, escribían bien, muy bien, pero tenían pocos lectores. Eran escritores "regionales". Hoy, que tienen acceso a las grandes editoriales e incluso al mercado internacional, son escritores argentinos». Y señala: «Pienso que lo "regional" es aquello no procesado a través de un gran mecanismo de acceso a la cultura, que tiene sede en Buenos Aires. Entonces la literatura del interior, y sus autores, quedan marginalizados» (David Lagmanovich, «La literatura regional argentina y sus claves», La Gaceta [Tucumán], 16 de octubre de 1988).

 

12

Carlos Mamonde y Andrés Schmidt, cit., p. 5.

 

13

Daniel Moyano, «Bioy Casares y nosotros», El Mundo [Madrid], 23 abril 1991, p. 4.

 

14

Daniel Moyano, «Razones de una literatura: Libro de navíos y borrascas», en Lo real maravilloso en Hispanoamérica (Actas del I Simposio Internacional de Literatura Iberoamericana, Cáceres 19-22 noviembre 1990), Junta de Extremadura, Salamanca, 1990, p. 231.

 

15

A. Schettini, «La tortura del verbo», suplemento «Culturas», Página 12 [Buenos Aires], 15 enero 1989.

 

16

Virginia Gil Amate, Daniel Moyano: la búsqueda de una explicación, Oviedo, Departamento de Filología Española-Universidad de Oviedo, 1993, pp. 164-168.

 

17

«Yo no te digo que tenemos que vivir escribiendo de la tortura, en Tres golpes de timbal yo cuento una tortura, pero a mi manera, es un viejo que sabe una canción prohibida, y se la quieren sacar de adentro entonces le meten la mano por el esófago y tratan de sacarle la canción, pero el viejo la ha mezclado con otras cosas para que no se la puedan sacar por la garganta ¿no? y bueno yo he intentado cantar la tortura a través de una canción» (Declaración de Moyano en Carlos Mamonde y Andrés Schmidt, cit., p. 4).

 

18

«Nosotros escribimos desde la derrota, bajo dictaduras, no bajo triunfos. Muchos escritores, como Haroldo Conti o Rodolfo Walsh, murieron a manos de los militares, mientras que A. di Benedetto murió con efectos retroactivos debido a las torturas» (E. Rodríguez, «Daniel Moyano, la literatura hecha música» (entrevista), El Mundo [Madrid], 7 enero de 1990).

 

19

Virginia Gil Amate, «Un presente eterno», suplemento «Cultura», La Nueva España [Oviedo], 10 julio 1992, p. 40.

 

20

«[...] el escritor escribe siempre desde un lugar, y al escribir, escribe al mismo tiempo ese lugar, porque no se trata de un simple lugar que el escritor ocupa con su cuerpo, un fragmento del espacio exterior desde cuyo centro el escritor está contemplándolo, sino de un lugar que está más bien dentro del sujeto, que se ha vuelto paradigma del mundo y que impregna, voluntaria o involuntariamente, con su sabor peculiar, lo escrito [...] Ese lugar no tiene nada que ver con la procedencia genérica que atribuyen los documentos de identidad, sino con los sitios reales en los que, por razones complejas, lo empírico constituye los modelos decisivos de lo imaginario [...] Dondequiera que esté, el escritor escribe siempre desde ese lugar que lo impregna y que es el lugar de la infancia» (Juan José Saer, «Literatura y crisis argentina», en Karl Kohut y Andrea Pagni (eds.), Literatura argentina hoy. De la dictadura a la democracia, Frankfurt am Main, Vervuert, 1993, p. 108).