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Felipe IV, por cédula de 21 de octubre de 1622, anunció al gobernador de Chile el envío de los socorros que traía don Íñigo de Ayala; pero su comunicación no llegó a Chile sino un año más tarde. El mismo Ayala había avisado su arribo a Río de Janeiro en diciembre de ese año, y el 16 de enero de 1623 comunicaba desde Buenos Aires el haber arribado a este puerto, y su próxima partida para los mares del sur con la confianza de llegar a las costas de Chile en el mes de marzo. Anunciaba, también, que se preparaba una nueva expedición holandesa contra las posesiones españolas del Pacífico.



 

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Carta de Osores de Ulloa al Rey, Concepción, 10 de abril de 1624. Ovalle, Histórica relacion, libro II, capítulo 5. Mi ilustrado amigo don Manuel Ricardo Trelles, en un erudito escrito que me hizo el honor de dedicarme, ha contado bajo el título de Francisco de Mandujano. Un socorro para Chile i episodio de los anales de Buenos Aires, una parte de la historia de esta expedición, con el auxilio de los mejores documentos, y sobre todo lo que se refiere a los socorros que el gobierno de Buenos Aires suministró a los expedicionarios para seguir su viaje a Chile. El escrito del señor Trelles está publicado en la Revista del archivo jeneral de Buenos Aires, tomo IV, 1872, pp.3-23.



 

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Carta de Osores de Ulloa al Rey, de 10 de abril de 1623.



 

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Como se comprenderá fácilmente, no tenemos para qué entrar aquí en más amplios pormenores acerca de esta memorable expedición que propiamente apenas se relaciona con la historia de Chile, pero que, sin embargo, conviene recordar en sus rasgos principales.

Las primeras relaciones que se publicaron en Europa sobre la expedición de L'Hermite, eran de origen español, y estaban formadas por las noticias transmitidas del Perú. A pesar de todo, en ellas se descubre la perturbación que en estas colonias había producido la presencia de los holandeses. Pero en 1626 se publicó en Amsterdam el diario de la navegación con numerosas láminas y mapas, que luego fue reimpreso con importantes agregaciones. Se cree que el autor de esta relación, redactada con cuidado y con inteligencia, fue Juan van Weelbeeek, el matemático que levantaba las cartas de los lugares explorados. La traducción alemana, publicada en Estrasburgo en 1629, contiene todavía mayores agregaciones, que se atribuyen a Adolfo Decker, que servía en la flota. En nuestra relación, hemos seguido la traducción francesa publicada en el tomo IX del Recueil des voyages de la compagnie des Indes orientales, Rouen, 1735. Para más amplias informaciones bibliográficas, puede consultarse Camus, Mémoire, pp. 171. 176 y 277, y Tiele, Mémoire bibliográphique, pp. 73-81.



 

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Carta de Osores de Ulloa al Rey, de 20 de abril de 1624.



 

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Carta de Osores de Ulloa, de 10 de abril de 1623.



 

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Osores de Ulloa ha referido estas circunstancias en su correspondencia con el Rey, explicando en ella las causas que lo obligaban a vender esos ganados y a demorar el pago de la tropa. Parece, sin embargo, que sus contemporáneos lo juzgaban con gran dureza por estos hechos. Pedro Ugarte de la Hermosa, que había sido secretario del gobernador don Lope de Ulloa, y que escribió una crónica de los sucesos de su tiempo, que no ha llegado hasta nosotros, lo condena ásperamente por ambas cosas, según se ve en un pasaje de la Historia de Chile de Córdoba y Figueroa, libro IV, capítulos 11 y 12 y en la Historia civil, libro VI, capítulo 7 del padre Miguel de Olivares. En cambio, el padre Ovalle, que siempre tiene palabras de elogio para los gobernadores, dice en el capítulo 6 del libro VII que Osores de Ulloa era muy limosnero, lo que también repite el padre Rosales en el capítulo 21 del libro VI..



 

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Carta citada de Osores de Ulloa, de 20 de abril de 1624.



 

228

Carta citada de 20 de abril de 1624.



 

229

Rosales, Historia jeneral, libro VI, capítulo 31.



 
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