1
Capigorrón: «El que anda de capa y gorra para poder más fácilmente vivir libre y ocioso. Dícese más comúnmente de los estudiantes» (DA).
2
Antipara: cancel o biombo (DA).
3
Las Ordenanzas de mancebía, recopiladas en 1621, disponían que las mujeres públicas llevaran medios mantos negros, Por eso las llamaban «damas de medio manto», a diferencia de las honradas oficiales que solían llevar manto entero, Cf. Deleito y Piñuela, J., La mala vida en la España de Felipe IV, Madrid, Espasa-Calpe, 1951, p. 43. Dicha costumbre clarifica los vv. 10-17: la «niña», Aguilita, va descubriéndose al ritmo de sus intervenciones, seguramente con un juego de gestos pícaros. En el resto del entremés sigue girando el diálogo. mediante alusiones, dobles sentidos, etc., en torno al maquillaje, precios y demás aspectos de la prostitución. Vid. Introducción, apartados 5.1 y 5.2.
4
Menudos: monedas de cobre. (DA)
5
Por junto: en grueso o al por mayor. (DA)
6
Vélez de Guevara, en su Diablo cojuelo, habla de «las damas de achaque, que quieren pasar en la Corte con buen nombre y encarecen su mercadería. Vid. Ed. BAE, t. XXXIII, p. 25.
7
Abrir tienda o abrir tienda pública: prostituirse una mujer o instalarse un a prostituta en un lugar fijo (LM). Correas, p.762: Abrir tienda: descubrir partes deshonestas.
8
Color o muda era la sustancia que daba arrebol a las mejillas y labios. El más apreciado era el «color de Granada» que se vendía extendido en hojas de papel y se conservaba líquido en salserilla. Cf. Deleito y Piñuela. La mujer, la casa y la moda en la España del Rey Poeta, Madrid, Espasa-Calpe, 1946, p. 195.
9
Sustancia de plomo que metida en vinagre se disuelve en polvo a manera de cal, blanquísima (DA).
10
Solimán: azogue sublimado que usaban las damas para blanquear el rostro. Por llamarse así el Gran Turco, y por la hostilidad de los españoles de la época hacia los otomanos, los literatos satirizaron en muchas ocasiones tal ingrediente. Cf. Deleito, op. cit., 1946, p. 194.