91
M.: «asiome». (N. del E.)
92
189-9. El Dr. Huerta, en su versión de la Historia Natural, de Plinio (anotación al cap. 41 del libro VIII), escribe:
(N. del E.)
93
M.: «asirme». (N. del E.)
94
M.: «asirme». (N. del E.)
95
M.: «agora». (N. del E.)
96
M.: «exagerar». (N. del E.)
97
190-22. Vendeja parece tener aquí el sentido de «cargazón para la venta». El P. Juan Mir, en su Rebusco de voces castizas (Madrid, 1907; pág. 748), trae la forma vendija, citando este pasaje de Tomás Ramón: «Pensó que estaba segura con las vendijas que de todo el mundo venían de diversas mercancías.» Vid. Vendagium en Du Cange. El texto: Verdexa.
«A fe os prometo que tuuimos bien que contar de la vendeja y grangeria de la feria.» |
(Guzmán de Alfarache; I, lib. 1.º, cap. 7.º) |
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(Pinto de Morales: Maravillas del Parnaso; Lisboa, 1637; pág. 5.) |
(N. del E.)
98
190-24. En el sentido de extranjero. (Véase Luis Vélez de Guevara: El Diablo Cojuelo; edición Bonilla; Madrid, 1910; pág. 118.) Correas trae el refrán: «Contra puta y bretón, no basta razón.» Pero aquí bretón tiene el sentido de rufo o rufián, porque el vocablo, además de su significación natural de «natural de Bretaña», y del sentido de «extranjero», que tiene en Cervantes, tuvo, desde muy antiguo, aquella acepción germanesca, estrechamente emparentada con brete o cepo. Así resulta, con la mayor evidencia, del Gracioso razonamiento, en que se introducen dos rufianes, el uno preguntando, el otro respondiendo en germanía, de sus vidas y arte de vivir, de Rodrigo de Reinosa (en el Ensayo, de Gallardo; IV, col. 1418), donde yendo juntos los dos rufianes Picaño y Pizarro,
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(N. del E.)
99
M.: «redemian». (N. del E.)
100
M.: «Colindris». (N. del E.)