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131

M.: «passos». (N. del E.)

 

132

197-17. El licenciado Juan Sarmiento de Valladares, más famoso por su severidad que por su prudencia, fue Asistente de Sevilla desde febrero de 1589 hasta 31 de octubre del mismo año. (Véase G. de Amezúa: El Casamiento engañoso, etc.; págs. 546 y 547.) Antes de ocupar ese cargo, tomó parte en la pacificación de la Sauceda, dehesa de diez y seis leguas de travesía, en la serranía de Ronda, donde, según Vicente Espinel (Marcos de Obregón; III, 24), moraban ciertos bandoleros o vaqueros que «vivían como gente que no habían de morir, sujetos a todos los vicios del mundo: rapiñas, homicidios, hurtos, lujurias, juegos, insultos gravísimos..., y cada uno siguiendo su antojo, si no era cuando se juntaban a repartir los despojos de los pobres caminantes, que entonces había mucha cuenta y razón». (N. del E.)

 

133

197-26. La de Monipodio. Véanse las notas a Rinconete y Cortadillo (pág. 248, l. 2 y ss.), tomo I de estas Novelas. (N. del E.)

 

134

M. omite «a». (N. del E.)

 

135

M.: «en la mitad». (N. del E.)

 

136

M.: «platica». (N. del E.)

 

137

M.: «exquisitos». (N. del E.)

 

138

M. omite «y». (N. del E.)

 

139

M. omite «mas». (N. del E.)

 

140

200-19. Alusión al hermoso caballo de Cneo Seyo, de que habla Aulo Gelio (III, 9), que pertenecía a la raza de los de Diomedes, y cuya posesión fue funesta para todos sus amos. De ahí el proverbio: Equum habet Seianum, que comenta Erasmo en sus Adagia, conjeturando que la tradición procede del caballo de madera construido por Epeo (Odisea, VIII), que tan funesto fue para los troyanos. La historia de Seyano llegó a ser tan popular, que Juan Pérez de Montalbán hizo comedia de ella, con el título de: El fin más desgraciado y fortunas de Seyano (hay edición de Madrid, 1679). (N. del E.)