Jornada I
|
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Dentro.
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MENGA |
¡Verá por dó va
la burra! |
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MENGA |
Ya verás por do camina: |
|
¡arre acá! |
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GIL |
¡El diabro me aburra!,
|
|
¿no hay quien una cola
tenga, |
5 |
pudiendo tenerla mil? |
|
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|
(Salen.)
|
MENGA |
¡Buena hacienda has hecho,
Gil! |
|
|
|
GIL |
¡Buena hacienda has hecho,
Menga, |
|
que tú la culpa
tuviste! |
|
Que como ibas caballera, |
10 |
que en el hoyo se metiera |
|
al oído le dijiste |
|
por hacerme regañar. |
|
|
|
MENGA |
Por verme caer a mí |
|
se lo dijiste, eso sí. |
15 |
|
|
|
MENGA |
¿Pues en el lodo la
dejas? |
|
|
|
-103r-
|
|
MENGA |
Yo tiraré de la cola; |
|
tira tú de las orejas. |
20 |
|
|
GIL |
Mejor remedio sería |
|
hacer el que aprovechó |
|
a un coche que se
atascó |
|
en la corte esotro día. |
|
Este coche, Dios delante, |
25 |
que arrastrado de dos potros, |
|
parecía entre los otros |
|
pobre coche vergonzante, |
|
y por maldición muy
cierta |
|
de sus padres, ¡hado
esquivo!, |
30 |
iba de estribo en estribo, |
|
ya que no de puerta en puerta. |
|
En un arroyo atascado, |
|
con ruegos el caballero, |
|
con azotes el cochero, |
35 |
ya por fuerza, ya por grado, |
|
ya por gusto, ya por miedo, |
|
que saliesen procuraban, |
|
por recio que lo mandaban, |
|
mi coche quedo que quedo. |
40 |
Viendo que no importa nada |
|
cuantos remedios hicieron, |
|
delante el coche pusieron |
|
un harnero de cebada. |
|
Los caballos, por comer, |
45 |
de tal manera tiraron, |
|
que tosieron y arrancaron, |
|
y esto podemos hacer. |
|
|
|
MENGA |
¡Que nunca valen dos
cuartos |
|
tus cuentos! |
|
|
GIL |
Menga, yo siento
|
50 |
ver un animal hambriento, |
|
donde hay animales hartos. |
|
|
|
MENGA |
Voy al camino a mirar |
|
si pasa de nuestra aldea |
|
gente, cualquiera que sea, |
55 |
porque te venga a ayudar, |
|
pues te das tan pocas
mañas. |
|
|
|
GIL |
¿Vuelve, Menga, tu
porfía? |
|
|
|
MENGA |
¡Ay burra del alma
mía! |
|
(Vase.)
|
|
|
GIL |
¡Ay burra de mis
entrañas! |
60 |
Tú fuiste la más
honrada |
|
burra de toda la aldea; |
|
que no ha habido quien te vea |
|
nunca mal acompañada. |
|
No eras nada callejera, |
65 |
di mijor gana te estabas |
|
en tu pesebre, que andabas |
|
cuando te llevaban fuera. |
|
Pues ¿altanera y
liviana? |
|
Bien me atrevo a jurar yo, |
70 |
que ninguno burro la vio |
|
asomada a la ventana. |
|
Ya sé que no
merecía |
|
tu lengua desdicha tal; |
|
pues jamás para habrar
mal |
75 |
dijo «aquesta boca es
mía». |
|
Pues como a ella le sobre |
|
de lo que comiendo
está, |
|
luego al punto se lo da |
|
a alguna borrica pobre. |
80 |
(Dentro ruido.)
|
Mas ¿qué ruido es
este? Allí |
|
de dos caballos se apean |
|
dos hombres, y hacia mí
vienen, |
|
después que atados los
dejan. |
|
¡Descoloridos, y al
campo |
85 |
de mañana! Cosa es
cierta, |
|
que comen barro o están |
|
opilados. Mas ¿si
fueran |
|
bandoleros?, ¡aquí es
ello! |
|
Pero lo que fuere sea, |
90 |
aquí me escondo, que
andan, |
|
que corren, que salen, que
entran. |
|
|
|
-103v-
|
|
(Salen LISARDO y
EUSEBIO.)
|
LISARDO |
No pasemos adelante, |
|
porque esta estancia
encubierta |
|
y apartada del camino, |
95 |
es para mi intento buena. |
|
Sacad, Eusebio, la espada, |
|
que yo de aquesta manera |
|
a los hombres como vós |
|
saco a reñir. |
|
|
EUSEBIO |
Aunque tenga
|
100 |
bastante causa en haber |
|
llegado al campo, quisiera |
|
saber lo que a vós os
mueve. |
|
Decid, Lisardo, la queja |
|
que de mí
tenéis. |
|
|
LISARDO |
Son tantas,
|
105 |
que falta voz a la lengua, |
|
razones a la razón, |
|
al sufrimiento paciencia. |
|
Quisiera, Eusebio, callarlos, |
|
y aun olvidarlos quisiera; |
110 |
porque cuando se repite |
|
hace de nuevo la ofensa. |
|
¿Conocéis estos
papeles? |
|
|
|
EUSEBIO |
Arrojaldos en la tierra, |
|
yo los alzaré. |
|
|
LISARDO |
Tomad,
|
115 |
¿qué os
suspendéis? ¿qué os altera? |
|
|
|
EUSEBIO |
¡Mal haya el hombre, mal
haya |
|
mil veces aquel que entrega |
|
sus secretos a un papel! |
|
Porque es disparada piedra, |
120 |
que se sabe quién la
tira, |
|
y no se sabe a quién
llega. |
|
|
|
|
EUSEBIO |
Todos están de mi
letra, |
|
que no la puedo negar. |
125 |
|
|
LISARDO |
Pues yo soy Lisardo, en
Sena2, |
|
hijo de Lisardo Curcio. |
|
Bien excusadas grandezas |
|
de mi padre consumieron |
|
en breve tiempo la hacienda |
130 |
que los suyos le dejaron; |
|
que no sabe cuánto
yerra |
|
quien, por excesivos gastos, |
|
pobres a sus hijos deja. |
|
Pero la necesidad, |
135 |
aunque ultraje la nobleza, |
|
no excusa de obligaciones |
|
a los que nacen con ellas. |
|
Julia, pues, ¡saben los
cielos |
|
cuánto en nombrarla me
pesa!, |
140 |
o no supo conservallas, |
|
o no llegó a
conocellas. |
|
Pero, al fin, Julia es mi
hermana, |
|
¡pluguiera a Dios no lo
fuera!, |
|
y advertid que no se sirven |
145 |
las mujeres de sus prendas |
|
con amorosos papeles, |
|
con razones lisonjeras, |
|
con ilícitos recados, |
|
ni con infames terceras. |
150 |
No os culpo en el todo a
vós, |
|
que yo confieso que hiciera |
|
lo mismo, a darme una dama |
|
para servirla licencia. |
|
Pero cúlpoos en la
parte |
155 |
de ser mi amigo, y en esta |
|
con más culpa os
comprende |
|
la culpa que tuvo ella. |
|
Si mi hermana os agradó |
|
para mujer (que no era |
160 |
posible, ni yo lo creo, |
|
que os atrevierais a vella |
|
con otro fin, ni aun con este; |
|
pues, ¡vive Dios!, que
quisiera |
|
antes que con vós
casada, |
165 |
mirarla a mis manos muerta); |
|
|
-104r- |
en fin, si vós la
eligistes |
|
para mujer, justo fuera |
|
descubrir vuestros deseos |
|
a mi padre, antes que a ella. |
170 |
Este era término justo, |
|
y entonces mi padre viera |
|
si le estaba bien el darla, |
|
que pienso que no os la diera; |
|
porque un caballero pobre, |
175 |
cuando en cosas como estas |
|
no puede medir iguales |
|
la calidad y la hacienda, |
|
por no deslucir su sangre |
|
con una hija doncella, |
180 |
hace sagrado un convento, |
|
que es delito la pobreza. |
|
Aqueste a Julia mi hermana |
|
con tanta priesa la espera, |
|
que mañana ha de ser
monja, |
185 |
por voluntad o por fuerza. |
|
Y porque no será bien |
|
que una religiosa tenga |
|
prendas de tan loco amor |
|
y de voluntad tan necia, |
190 |
a vuestras manos las vuelvo, |
|
con resolución tan
ciega, |
|
que no solo he de quitarlas, |
|
mas también la causa
dellas. |
|
Sacad la espada, y aquí |
195 |
el uno de los dos muera, |
|
vós, porque no la
sirváis, |
|
o yo, porque no lo vea. |
|
|
|
EUSEBIO |
Tened, Lisardo, la espada, |
|
y pues yo he tenido flema |
200 |
para oír desprecios
míos, |
|
escuchadme la respuesta, |
|
y aunque el discurso sea
largo, |
|
de mi suceso, y parezca |
|
que estando solos los dos, |
205 |
es demasiada paciencia; |
|
pues que ya es fuerza
reñir, |
|
y morir el uno es fuerza, |
|
por si los cielos permiten, |
|
que yo el desdichado sea, |
210 |
oíd prodigios que
admiran |
|
y maravillas que elevan; |
|
que no es bien que con mi
muerte |
|
eterno silencio tengan. |
|
Yo no sé quién fue mi
padre, |
215 |
pero sé que la primera |
|
cuna fue el pie de una cruz, |
|
y el primer lecho una piedra. |
|
Raro fue mi nacimiento, |
|
según los pastores
cuentan, |
220 |
que desta suerte me hallaron |
|
en la falda de esas sierras. |
|
Tres días dicen que
oyeron |
|
mi llanto, y que a la aspereza |
|
donde estaba no llegaron |
225 |
por el temor de las fieras; |
|
mas ninguna me hizo mal; |
|
pero ¿quién duda que
era |
|
por respeto de la cruz |
|
que tenía en mi
defensa?. |
230 |
Hallome un pastor, que acaso |
|
buscó una perdida oveja |
|
en la aspereza del monte, |
|
y trayéndome al aldea |
|
de Eusebio, que no sin causa |
235 |
estaba entonces en ella, |
|
le contó mi prodigioso |
|
nacimiento, y la clemencia |
|
del cielo asistió a la
suya. |
|
Mandó, en fin, que me
trujeran |
240 |
a su casa, y como a hijo |
|
me dio la crïanza en
ella. |
|
Eusebio soy de la Cruz, |
|
por su nombre, y por aquella |
|
que fue mi primera guía |
245 |
y fue mi guarda primera. |
|
|
-104v- |
Tomé por gusto las
armas, |
|
por pasatiempo las letras; |
|
murió Eusebio, y yo
quedé |
|
heredero de su hacienda. |
250 |
Si fue prodigioso el parto, |
|
no lo fue menos la estrella, |
|
que enemiga me amenaza |
|
y piadosa me reserva. |
|
Bello infante era en los
brazos |
255 |
del ama, cuando mi fiera |
|
condición, bárbara en
todo, |
|
dio de sus rigores muestra. |
|
Pues con solas las
encías, |
|
no sin diabólica
fuerza, |
260 |
partí el pecho de quien
tuve |
|
el dulce alimento; y ella, |
|
del dolor desesperada |
|
y de la cólera ciega, |
|
en un pozo me arrojó, |
265 |
sin que ninguno supiera |
|
de mí; oyéndome
reír, |
|
bajaron a él, y cuentan |
|
que estaba sobre las aguas, |
|
y que con las manos tiernas |
270 |
tenía una formada cruz, |
|
y sobre los labios puesta. |
|
Un día que se abrasaba |
|
la casa, y la llama fiera |
|
cerraba el paso a la vida, |
275 |
y a la salida la puerta, |
|
entre las llamas estuve |
|
libre, sin que me ofendieran, |
|
y advertí después
dudando |
|
que haya en el fuego
clemencia, |
280 |
que era día de la Cruz. |
|
Tres lustros contaba apenas, |
|
cuando por el mar fui a Roma, |
|
y en una brava tormenta, |
|
desesperada mi nave, |
285 |
chocó en una oculta
peña; |
|
en pedazos dividida, |
|
por los costados abierta, |
|
abrazado de un madero |
|
salí venturoso a
tierra; |
290 |
y este madero tenía |
|
forma de cruz. Por las sierras |
|
de esos montes caminaba |
|
con otro hombre, y en la senda |
|
que dos caminos partía, |
295 |
una cruz estaba puesta. |
|
En tanto que me quedé |
|
haciendo oración en
ella, |
|
se adelantó el
compañero; |
|
y después, dándome
priesa |
300 |
para alcanzalle, le
hallé |
|
muerto en las manos
sangrientas |
|
de bandoleros. Un día, |
|
riñendo en una
pendencia, |
|
de una estocada caí, |
305 |
sin que hiciese resistencia |
|
en la tierra; y cuando todos |
|
pensaron hallarla ajena |
|
de remedio, solo hallaron |
|
señal de la punta fiera |
310 |
en una cruz que traía |
|
al cuello, que en mi defensa |
|
recibió el golpe.
Cazando |
|
una vez por la aspereza |
|
deste monte, se cubrió |
315 |
el cielo de nubes negras, |
|
y publicando con truenos |
|
al mundo espantosa guerra, |
|
lanzas arrojaba en agua, |
|
balas disparaba en piedras. |
320 |
Todos hicieron las hojas |
|
contra las nubes defensa, |
|
siendo ya tiendas de campos |
|
las más ocultas
malezas; |
|
y un rayo, que fue en el
viento |
325 |
caliginoso cometa, |
|
|
-105r- |
volvió3
en ceniza los dos |
|
que de mí estaban más
cerca. |
|
Ciego, turbado y confuso, |
|
vuelvo a mirar lo que era, |
330 |
y hallé a mi lado una
cruz, |
|
que yo pienso que es la misma |
|
que asistió a mi
nacimiento, |
|
y la que yo tengo impresa |
|
en los pechos, pues los cielos |
335 |
me han señalado con
ella |
|
para públicos efetos |
|
de alguna cosa secreta. |
|
Pero aunque no sé
quién soy, |
|
tal espíritu me
alienta, |
340 |
tal inclinación me
anima |
|
y tal animo me fuerza, |
|
que por mí me da valor |
|
para que a Julia merezca; |
|
porque no es más la
heredada, |
345 |
que la adquirida nobleza. |
|
Este soy, y aunque conozco |
|
la razón, y aunque
pudiera |
|
dar satisfación
bastante |
|
a vuestro agravio, me ciega |
350 |
tanto la pasión de
veros |
|
hablando de esa manera, |
|
que ni os quiero dar disculpa, |
|
ni os quiero admitir la queja. |
|
Y pues queréis estorbar |
355 |
que yo su marido sea, |
|
aunque su casa la guarde, |
|
aunque un convento la tenga, |
|
de mí no ha de estar
segura, |
|
y la que no ha sido buena |
360 |
para mujer, lo será |
|
para amiga; así desea, |
|
desesperado mi amor |
|
y ofendida mi paciencia, |
|
castigar vuestro desprecio, |
365 |
y satisfacer mi afrenta. |
|
|
|
|
(Sacan las espadas, riñen y LISARDO cae en el suelo, y procura
levantarse, y torna a caer.)
|
LISARDO |
Eusebio, donde el acero |
|
ha de hablar, calle la lengua. |
|
¡Herido estoy! |
|
|
|
LISARDO |
No, que en los brazos me queda |
370 |
aliento para... ¡Ay de
mí! |
|
Faltó a mis plantas la
tierra. |
|
|
|
EUSEBIO |
Y falte a tu voz la vida. |
|
|
|
LISARDO |
No me permitas que muera |
|
sin confesión. |
|
|
|
LISARDO |
No me mates, por aquella |
|
cruz en que Cristo
murió. |
|
|
|
EUSEBIO |
Aquesa voz te defienda |
|
de la muerte. Alza del suelo, |
|
que cuando por ella ruegas, |
380 |
falta rigor a la ira, |
|
y falta a los brazos fuerza. |
|
Alza del suelo. |
|
|
LISARDO |
No puedo,
|
|
porque ya en mi sangre
envuelta |
|
voy despreciando la vida, |
385 |
y el alma pienso que espera |
|
a salir, porque entre tantas |
|
no sabe cuál es la
puerta. |
|
|
|
EUSEBIO |
Pues fíate de mis
brazos, |
|
y anímate, que aquí
cerca |
390 |
unos penitentes monjes |
|
viven en oscuras cuevas, |
|
donde podrás confesarte |
|
si vivo a sus puertas llegas. |
|
|
|
LISARDO |
Pues yo te doy mi palabra, |
395 |
por esa piedad que muestras, |
|
que si yo merezco verme |
|
en la divina presencia |
|
de Dios, pediré que
tú |
|
sin confesarte no mueras. |
400 |
|
|
-105v-
|
|
(Llévale en los brazos, y sale GIL de donde estaba escondido, y
TIRSO, BLAS, y MENGA y TORIBIO.)
|
GIL |
¿Han visto lo que le
debe? |
|
La caridad está buena; |
|
pero yo se la perdono. |
|
¡Matarlo, y llevarlo a
cuestas! |
|
|
|
TORIBIO |
¿Aquí dices que
quedaba? |
405 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
GIL |
¡Ay Blas!
|
|
No lo sé más que una
bestia. |
|
Matole y cargó con
él; |
|
sin duda a salar le lleva. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
GIL |
Quien quiera.
|
|
Pero, porque lo sepáis, |
|
venid todos. |
|
|
|
GIL |
No lo sé, pero venid, |
|
que los dos van aquí
cerca. |
|
|
|
|
(Vanse todos y salen ARMINDA y JULIA.)
|
JULIA |
Déjame, Arminda,
llorar, |
|
una libertad perdida; |
|
pues donde acaba la vida, |
425 |
también acaba el pesar. |
|
¿Nunca has visto de una
fuente |
|
bajar un arroyo manso, |
|
siendo apacible descanso, |
|
el valle4
de su corriente; |
430 |
y cuando le juzgan falto |
|
de fuerza a las flores bellas, |
|
pasa por encima dellas |
|
rompiendo por lo más
alto? |
|
Pues mis penas, mis enojos |
435 |
la misma experiencia han
hecho: |
|
detuviéronse en el
pecho, |
|
y salieron por los ojos. |
|
Deja que llore el rigor |
|
de un padre. |
|
|
|
JULIA |
¿Qué más
venturosa suerte |
|
hay, que morir de dolor? |
|
Pena que deja vencida |
|
la vida, o ser gloria ordena; |
|
que no es muy grande la pena, |
445 |
que no acaba con la vida. |
|
|
|
ARMINDA |
¿Qué novedad
obligó |
|
tu llanto? |
|
|
JULIA |
¡Ay, Arminda
mía!
|
|
Cuantos papeles tenía |
|
de Eusebio, Lisardo
halló |
450 |
en mi escritorio. |
|
|
ARMINDA |
¿Pues él
|
|
supo que estaban allí? |
|
|
|
JULIA |
Como aqueso contra mí |
|
hará mi estrella cruel. |
|
Yo, (¡ay de mí!),
cuando le vía |
455 |
el cuidado con que andaba, |
|
pensé que lo
sospechaba, |
|
pero no que lo sabía. |
|
Llegó a mí
descolorido, |
|
y entre apacible y airado, |
460 |
me dijo que había
jugado, |
|
|
-106r- |
Arminda, y que había
perdido, |
|
que una joya le prestase |
|
para volver a jugar: |
|
por presto que la iba a dar, |
465 |
no aguardó a que la
sacase. |
|
Tomó él la llave, y
abrió |
|
con una cólera
inquieta, |
|
y en la primera naveta |
|
con los papeles topó. |
470 |
Miróme y volvió a
cerrar, |
|
y sin decir nada, ¡ay
Dios!, |
|
buscó a mi padre, y los
dos |
|
(¿quién duda para
tratar |
|
mi muerte?) gran rato hablaron |
475 |
cerrados en su aposento. |
|
Salieron, y hacia el convento |
|
los dos sus pasos guiaron, |
|
según Octavio me dijo. |
|
Y si lo que está
tratado, |
480 |
ya mi padre ha efetuado, |
|
con justa causa me aflijo; |
|
porque si de aquesta suerte, |
|
que olvide5
a Eusebio desea, |
|
antes que monja me vea, |
485 |
yo misma me daré
muerte. |
|
|
|
|
(Sale EUSEBIO.)
|
EUSEBIO |
([Aparte.]
|
Ninguno tan atrevido, |
|
si no tan desesperado, |
|
viene a tomar por sagrado |
|
la casa del ofendido. |
490 |
Antes que sepa la muerte |
|
de Lisardo, Julia bella, |
|
hablar quisiera con ella, |
|
porque a mi tirana suerte |
|
algún remedio consigo |
495 |
si, ignorando mi rigor, |
|
puede obligarle el amor |
|
a que se vaya conmigo; |
|
y cuando llegue a saber |
|
de Lisardo el hado injusto, |
500 |
hará de la fuerza gusto |
|
mirándose en mi poder.) |
|
Hermosa Julia. |
|
|
JULIA |
¿Qué es esto?
|
|
¿Tú en esta
casa? |
|
|
EUSEBIO |
El rigor
|
|
de mi desdicha y tu amor |
505 |
en tal peligro me ha puesto. |
|
|
|
JULIA |
Pues ¿cómo has
entrado aquí |
|
y emprendes tan loco extremo? |
|
|
|
EUSEBIO |
Como la muerte no temo... |
|
|
|
JULIA |
¿Qué es lo que
intentas así? |
510 |
|
|
EUSEBIO |
Hoy obligarte deseo, |
|
Julia, porque agradecida |
|
des a mi amor nueva vida, |
|
nueva gloria a mi deseo. |
|
Yo he sabido cuánto
ofende |
515 |
a tu padre mi cuidado, |
|
que a su noticia ha llegado |
|
nuestro amor, y que pretende |
|
que tú recibas
mañana |
|
el estado que desea, |
520 |
para que mi dicha sea, |
|
cuanto mi esperanza, vana. |
|
Si ha sido gusto, si ha sido |
|
amor el que me has mostrado, |
|
si es verdad que me has amado, |
525 |
si es cierto que me has
querido, |
|
vente conmigo, pues ves |
|
que no tiene resistencia |
|
de tu padre la obediencia; |
|
deja tu casa, y
después, |
530 |
que habrá mil remedios
piensa; |
|
pues en mi poder es justo |
|
que haga de la fuerza gusto, |
|
y obligación de la
ofensa. |
|
Villas tengo en que guardarte, |
535 |
gente con que defenderte, |
|
hacienda para ofrecerte, |
|
|
-106v- |
y un alma para adorarte. |
|
Si darme vida deseas, |
|
si es verdadero tu amor, |
540 |
atrévete, o el dolor |
|
hará que mi muerte
veas. |
|
|
|
|
|
|
EUSEBIO |
¿Pudiera hallar contra
mí |
545 |
la fortuna más rigor? |
|
|
|
|
ARMINDA |
No es posible
|
|
que se vaya, porque ya |
|
llamando a la puerta
está. |
|
|
|
|
EUSEBIO |
¡Pena terrible!
|
550 |
¿Qué
haré? |
|
|
JULIA |
Esconderse es ya forzoso.
|
|
|
|
|
|
ARMINDA |
Presto, que sus pasos siento. |
|
|
|
|
(Escóndese EUSEBIO, y sale CURCIO, viejo venerable, padre de
JULIA.)
|
CURCIO |
Hija, si por el dichoso |
|
estado que tú codicias, |
555 |
y que ya seguro tienes, |
|
no das a mis parabienes |
|
la vida, y alma en albricias, |
|
del deseo que he tenido |
|
no agradeces el cuidado. |
560 |
Todo queda efetuado, |
|
y todo tan prevenido, |
|
que solo falta ponerte |
|
la más bizarra y
hermosa, |
|
para ser de Cristo esposa, |
565 |
¡mira que dichosa
suerte!, |
|
hoy aventajas a todas |
|
cuantas saben envidiar, |
|
pues te verán celebrar |
|
aquestas divinas bodas. |
570 |
¿Qué dices? |
|
|
JULIA |
[Aparte.]
|
¿Qué puedo
hacer?
|
|
|
|
EUSEBIO |
[Aparte.]
|
Yo me doy la muerte
aquí, |
|
si ella le dice que sí. |
|
|
|
JULIA |
([Aparte.]
|
No sé cómo
responder.) |
|
Bien, señor, la
autoridad |
575 |
de padre, que es preferida, |
|
imperio tiene en la vida, |
|
pero no en la libertad. |
|
¿Pues que supiera antes
yo |
|
tu intento, no fuera bien? |
580 |
¿Y que tú,
señor, también |
|
supieras mi gusto? |
|
|
CURCIO |
No,
|
|
que sola mi voluntad,6 |
|
en lo justo o en lo injusto |
|
has de tener por tu gusto. |
585 |
|
|
JULIA |
Solo tiene libertad |
|
un hijo para escoger |
|
estado; que el hado
impío |
|
no fuerza el libre
albedrío. |
|
Déjame pensar y ver |
590 |
despacio eso, y no te espante |
|
ver que término te
pida, |
|
que el estado de una vida |
|
no se toma en un instante. |
|
|
|
CURCIO |
Basta, que yo le he mirado, |
595 |
y yo por ti he dado el
sí. |
|
|
|
JULIA |
Pues si tú vives por
mí, |
|
toma también el estado. |
|
|
|
CURCIO |
¡Calla infame!, ¡Calla
loca!; |
|
que haré de aquese
cabello |
600 |
un lazo para tu cuello, |
|
o sacaré de tu boca |
|
con mis manos la atrevida |
|
lengua, que de oír me
ofendo. |
|
|
|
JULIA |
La libertad te defiendo, |
605 |
señor, pero no la vida. |
|
|
-107r- |
Acaba su curso triste, |
|
y acabará tu pesar; |
|
que mal te puedo negar |
|
la vida que tú me
diste: |
610 |
la libertad que me dio |
|
el cielo, es la que te niego. |
|
|
|
CURCIO |
En este punto a creer llego |
|
lo que el alma
sospechó, |
|
que no fue buena tu madre, |
615 |
y manchó mi honor
alguno; |
|
que hoy el error7
importuno, |
|
ofende el honor de un padre |
|
a quien el sol lo
igualó |
|
con resplandor y belleza, |
620 |
sangre, honor, lustre y
nobleza. |
|
|
|
JULIA |
Eso he entendido yo, |
|
por eso no he respondido. |
|
|
|
CURCIO |
Arminda, salte allá
fuera. |
|
[Vase ARMINDA.]
|
Y ya que mi pena fiera |
625 |
tantos años he tenido |
|
secreta, de mis enojos |
|
la ciega pasión obliga |
|
a que la lengua te diga |
|
lo que te han dicho los ojos. |
630 |
La señoría de
Sena, |
|
por dar a mi sangre fama, |
|
en su nombre me envió |
|
a dar la obediencia al Papa |
|
Urbano Tercio. Tu madre, |
635 |
que con opinión de
santa |
|
fue en Sena común
ejemplo |
|
de las matronas romanas, |
|
y aun de las nuestras (no
sé |
|
cómo mi lengua la
agravia; |
640 |
mas, ¡ay infelice!,
tanto |
|
la satisfación
engaña), |
|
en Sena quedó, y yo
estuve |
|
en Roma con la embajada |
|
ocho meses, porque entonces |
645 |
por concierto se trataba |
|
que esta señoría
fuese |
|
del Pontífice: Dios
haga |
|
lo que a su estado convenga, |
|
que aquí importa poco, o
nada. |
650 |
Volví a Sena, y hallé
en ella... |
|
Aquí el aliento me
falta, |
|
aquí la lengua
enmudece, |
|
aquí el ánimo
desmaya. |
|
Hallé, ¡ay injusto
temor!, |
655 |
a tu madre tan preñada, |
|
que para el infame
parto8 |
|
cumplía las nueve
faltas. |
|
Ya me había prevenido |
|
por sus mentirosas cartas |
660 |
esta desdicha, diciendo |
|
que, cuando me fui, quedaba |
|
con sospecha; y yo la tuve |
|
de mi deshonra tan clara, |
|
que discurriendo en mi agravio |
665 |
imaginé mi desgracia. |
|
No digo que verdad sea, |
|
pero quien nobleza trata, |
|
no ha de aguardar a creer |
|
que el imaginar le basta. |
670 |
¿Qué importa que un
noble sea |
|
desdichado, (¡oh ley
tirana |
|
de honor!, ¡oh bárbaro
fuero |
|
del mundo!), si la ignorancia |
|
le disculpa? Mienten, mienten |
675 |
las leyes; porque no alcanza |
|
los misterios al efeto |
|
quien no previene la causa. |
|
¿Qué ley culpa a un
inocente? |
|
¿Qué opinión a
un libre agravia? |
680 |
Miente otra vez; que no es |
|
deshonra, sino desgracia. |
|
¡Bueno es que en leyes de
honor |
|
le comprenda tanta infamia, |
|
al Mercurio que le roba, |
685 |
como al Argos que le guarda! |
|
|
-107v- |
¿Qué deja el mundo,
qué deja, |
|
si así al inocente
infama, |
|
de deshonra para aquel, |
|
que lo sabe y que lo calla? |
690 |
Yo entre tantos pensamientos, |
|
yo entre confusiones tantas, |
|
ni vi regalo en la mesa, |
|
ni hice descanso en la cama. |
|
Tan desabrido conmigo |
695 |
estuve, que me trataba |
|
como ajeno el corazón, |
|
y como a tirano el alma. |
|
Y aunque a veces
discurría |
|
en su abono, y aunque hallaba |
700 |
verosímil la disculpa, |
|
pudo en mí tanto la
instancia |
|
del temor que me
ofendía, |
|
que con saber que fue casta, |
|
tomé de mis
pensamientos, |
705 |
no de sus culpas, venganza. |
|
Y porque con más
secreto |
|
fuese, previne una caza |
|
fingida, porque a un celoso |
|
solo lo fingido agrada. |
710 |
Al monte fui, y cuando todos |
|
entretenidos estaban |
|
en su alegre regocijo, |
|
con amorosas palabras, |
|
(¡qué bien las dice
quien miente!, |
715 |
¡qué bien las cree
quien ama!), |
|
llevé a Rosmira, su
madre, |
|
por una senda apartada |
|
del camino, y divertida |
|
llegó a una secreta
estancia |
720 |
deste monte, a cuyo albergue |
|
el sol ignora la entrada, |
|
porque se la defendían |
|
rústicamente enlazadas, |
|
por no decir que amorosas, |
725 |
árboles, hojas y ramas. |
|
Aquí, pues, donde
apenas |
|
huella9
imprimió mortal planta, |
|
solos los dos... |
|
|
|
(Sale ARMINDA.)
|
ARMINDA |
Si el valor
|
|
que el noble pecho
acompaña, |
730 |
señor, y si la
experiencia |
|
que te han dado honrosas
canas, |
|
en la desdicha presente |
|
no te niega o no te falta, |
|
examen será el valor |
735 |
de tu ánimo. |
|
|
CURCIO |
¿Qué causa
|
|
te obliga a que así
interrompas |
|
mi razón? |
|
|
|
CURCIO |
Acaba,
|
|
que más la duda ofende. |
|
|
|
JULIA |
¿Por qué te
suspendes? Habla. |
740 |
|
|
ARMINDA |
No quisiera ser la voz |
|
de mi pena y tu desgracia. |
|
|
|
CURCIO |
No temas decirla tú, |
|
pues yo no temo escuchalla. |
|
|
|
ARMINDA |
A Lisardo, mi señor... |
745 |
|
|
EUSEBIO |
[Aparte.]
|
Esto solo me faltaba. |
|
|
|
ARMINDA |
...bañado en su sangre
traen |
|
en una silla por andas, |
|
cuatro rústicos
pastores, |
|
muerto (¡ay Dios!) a
puñaladas; |
750 |
mas ya a tu presencia llega: |
|
no le veas. |
|
|
CURCIO |
¡Cielos! ¿Tantas
|
|
penas para un desdichado? |
|
¡Ay de mí! |
|
|
|
(Salen los villanos con LISARDO en una silla, ensangrentado el
rostro.)
|
JULIA |
Pues ¿qué
inhumana
|
|
|
-108r- |
fuerza ensangrentó la
ira |
755 |
en su pecho? ¿Qué
tirana |
|
mano se bañó en mi
sangre, |
|
contra su inocencia airada? |
|
¡Ay de mí! |
|
|
|
|
|
|
CURCIO |
Octavio,
|
|
no puede sufrirlo el alma. |
|
Dejadme ver ese cadáver
frío, |
|
depósito infeliz de heladas
venas, |
|
ruina del tiempo, estrago del
impío |
765 |
hado, teatro funesto de mis
penas; |
|
¿Qué tirano rigor,
¡ay hijo mío!, |
|
trágico monumento en las
arenas |
|
construyó porque hiciese en
quejas vanas |
|
mortaja triste de mis blancas
canas? |
770 |
¡Ay, amigos! Decid:
¿quién fue homicida |
|
de un hijo en cuya vida yo
animaba? |
|
|
|
MENGA |
Gil lo dirá, que al verle
dar la herida, |
|
oculto en unos árboles
estaba. |
|
|
|
CURCIO |
Di, amigo, di, ¿quién
me quitó esta vida? |
775 |
|
|
GIL |
Yo solo sé que Eusebio le
llamaba, |
|
cuando con él
reñía. |
|
|
CURCIO |
¿Hay más
deshonra?
|
|
Eusebio me ha quitado vida y
honra. |
|
[A JULIA.]
|
Disculpa agora tú de sus
crüeles |
|
deseos la ambición; di que
concibe |
780 |
casto amor, pues a falta de
papeles, |
|
lascivos gustos con su sangre
escribe. |
|
|
|
|
CURCIO |
No me respondas como sueles;
|
|
a tomar estado te apercibe, |
|
o apercibe también a tu
hermosura, |
785 |
con Lisardo temprana
sepultura. |
|
Los dos a un tiempo el sentimiento
esquivo, |
|
en este día sepultar
concierta, |
|
él muerto al mundo, en mi
memoria vivo, |
|
tú, viva al mundo, en mi
memoria muerta. |
790 |
Y en tanto que el entierro os
apercibo, |
|
porque no huyas cerraré esta
puerta; |
|
queda con él, porque de
aquesa suerte |
|
liciones al morir te dé su
muerte. |
|
|
|
-108v-
|
|
(Vanse todos, y queda JULIA en medio de LISARDO y EUSEBIO, que sale por otra
puerta.)
|
JULIA |
Mil veces procuro hablarte, |
795 |
tirano Eusebio, y mil veces |
|
el alma duda, el aliento |
|
falta, y la lengua enmudece. |
|
No sé, no sé
cómo pueda |
|
hablar, porque a un tiempo
vienen |
800 |
envueltas iras piadosas |
|
entre verdades crüeles. |
|
Quisiera cerrar los ojos |
|
a aquesta sangre inocente |
|
que está pidiendo
venganza |
805 |
desperdiciando claveles. |
|
Y quisiera hallar disculpa |
|
en las lágrimas que
viertes, |
|
que al fin heridas y ojos |
|
son bocas que nunca mienten. |
810 |
Y en una mano el amor, |
|
y en otra el rigor presente, |
|
quisiera a un tiempo, quisiera |
|
castigarte y defenderte. |
|
Y entre ciegas confusiones |
815 |
de pensamientos tan fuertes, |
|
la clemencia me combate, |
|
el sentimiento me vence. |
|
¿Desta suerte solicitas |
|
obligarme?, ¿desta
suerte, |
820 |
Eusebio, en vez de finezas |
|
con crueldades me pretendes? |
|
Cuando de mi boda el
día |
|
resuelta espera,
¡quieres |
|
que en vez de apacibles bodas, |
825 |
tristes obsequias celebre! |
|
Cuando por tu gusto era |
|
a mi padre inobediente, |
|
¡funestos lutos me das, |
|
en vez de galas alegres! |
830 |
Cuando, arriesgando mi vida, |
|
hice posible el quererte, |
|
¡en vez de tálamo,
(¡ay cielos!) |
|
un sepulcro me previenes! |
|
Y cuando mi mano ofrezco, |
835 |
despreciando inconvenientes, |
|
de honor10,
¡la tuya bañada |
|
en mi sangre me la ofreces! |
|
¿Qué gusto
tendré en tus brazos, |
|
si para llegar a verme, |
840 |
dando vida a nuestro amor, |
|
voy tropezando en la muerte? |
|
¿Qué dirá el
mundo de mí, |
|
sabiendo que tengo siempre, |
|
si no presente el agravio, |
845 |
quien le cometió
presente? |
|
Pues cuando quiera el olvido |
|
sepultarle, solo el verte |
|
entre mis brazos será |
|
memoria con que me acuerde. |
850 |
Yo entonces, yo, aunque te
adore, |
|
los amorosos placeres |
|
trocaré en iras,
pidiendo |
|
venganzas, pues ¿cómo
quieres, |
|
que viva sujeta un alma |
855 |
a efetos tan diferentes |
|
que esté esperando el
castigo, |
|
deseando que no llegue? |
|
Basta, por lo que te quise, |
|
perdonarte, sin que esperes |
860 |
verme en tu vida, ni hablarme. |
|
Esa ventana, que tiene |
|
salida al jardín,
podrá |
|
darte paso; por ahí
puedes |
|
escaparte; huye el peligro, |
865 |
porque, si mi padre viene |
|
no te halle aquí. Vete,
Eusebio, |
|
y mira que no te acuerdes |
|
de mí, que hoy me pierdes
tú, |
|
porque quisiste perderme. |
870 |
Vete, y vive tan dichoso, |
|
|
-109r- |
que tengas felicemente |
|
bienes, sin que a los pesares |
|
pagues pensión de los
bienes. |
|
Que yo haré para mi
vida |
875 |
una celda, prisión
breve, |
|
si no sepulcro, pues ya |
|
mi padre enterrarme quiere. |
|
Allí lloraré
desdichas |
|
de un hado tan inclemente, |
880 |
de una fortuna tan fiera, |
|
de una inclinación tan
fuerte, |
|
de un planeta tan opuesto, |
|
de una estrella tan rebelde, |
|
de un amor tan desdichado, |
885 |
de una mano tan aleve, |
|
que me ha quitado la vida |
|
y no me ha dado la muerte, |
|
porque entre tantos pesares |
|
siempre viva y muera siempre. |
890 |
|
|
EUSEBIO |
Si acaso más que tus
voces, |
|
son ya tus manos crüeles, |
|
para tomar la venganza, |
|
rendido a tus pies me tienes. |
|
Preso me trae mi delito, |
895 |
tu amor es la cárcel
fuerte, |
|
las cadenas son mis yerros, |
|
prisiones que el alma teme. |
|
Verdugo es mi pensamiento, |
|
si son tus ojos los jueces, |
900 |
y ellos me dan la sentencia, |
|
por fuerza será de
muerte. |
|
Mas diga entonces la fama |
|
en su pregón: «Este
muere |
|
porque quiso», pues que
solo |
905 |
es mi delito quererte. |
|
No pienso darte disculpa, |
|
no parezca que la tiene |
|
tan grande error; solo quiero |
|
que me mates y te vengues. |
910 |
Toma esta daga, y con ella |
|
rompe un pecho que te ofende, |
|
saca un alma que te adora, |
|
y tu misma sangre vierte. |
|
Y si no quieres matarme, |
915 |
para que a vengarse llegue |
|
tu padre, diré que
estoy |
|
en tu aposento. |
|
|
JULIA |
¡Detente!
|
|
Y por última
razón, |
|
que he de hablarte
eternamente, |
920 |
¿has de hacer lo que te
digo? |
|
|
|
|
JULIA |
Pues vete
|
|
adonde guardes tu vida. |
|
Hacienda tienes, y gente |
|
que la podrá defender. |
925 |
|
|
EUSEBIO |
Mejor será que yo quede |
|
sin ella; porque si vivo, |
|
será imposible que deje |
|
de adorarte, y no has de
estar, |
|
aunque un convento te
encierre, |
930 |
segura. |
|
|
JULIA |
Guárdate tú,
|
|
que yo sabré
defenderme. |
|
|
|
|
|
|
|
EUSEBIO |
¿Que al fin me aborreces
ya? |
935 |
|
|
|
|
|
|
|
EUSEBIO |
Pues ¿aquel pasado
amor...? |
|
|
|
JULIA |
Pues ¿esta sangre
presente...? |
940 |
La puerta abren; vete,
Eusebio. |
|
|
|
EUSEBIO |
Iré por obedecerte. |
|
¡Que no he de volver a
verte! |
|
|
|
JULIA |
¡Que no has de volver a
verme! |
|
|
|
|
(Ruido dentro, vanse cada uno por su puerta y llevan el
cuerpo.)
|