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  —40→     -fol. 177r-  

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Salen MARCELA y DOROTEA con vna almohadilla, y CHRISTINA.

 
MAR.
Andas con verguença poca,
Cristina, muy inquieta,
y, con puntos de discreta,
das mil puntadas de loca.
Sabed, señora, vna cosa:5
que, entre las prendas de honor,
es tenida por mejor
la honesta que la hermosa.
CRIS.
¿Señora me llama? ¡Malo!:
que ya se por experiencia10
que no ay dos dedos de ausencia
desta cortesia a vn palo.
MAR.
¿Que murmuras, desazada36,
maliciosa y atreuida?
CRIS.
Nunca murmuré en mi vida.15
MAR.
¿Que dizes?
CRIS.
No digo nada.
¡Tenga el Señor en el cielo
a mi señora la vieja!
MAR.
Dessas plegarias te dexa.
CRIS.
Pronuncialas mi buen zelo.20
Si ella fuera viua, se
que otro gallo me cantara,
y que ninguna no osara
reñirme; no en buena fe.
¡Tristes de las moças25
—41→
a quien truxo el cielo
por casas agenas
a seruir a dueños,
que, entre mil, no salen
quatro apenas buenos,30
que los mas son torpes
y de antojos feos!
¿Pues que si la triste
acierta a dar zelos
al ama, que piensa35
que le haze tuerto?
Agenas ofensas
pagan sus cabellos,
oyen sus oydos
siempre vituperios,40
parece la casa
vn confuso infierno:
que los zelos siempre
fueron vozingleros.
La tierna fregona,45
con silencio y miedo,
passa sus desdichas,
malogra requiebros,
porque jamas llega
a felice puerto50
su cargada naue
de malos empleos.
Pero, ya que falte
este detrimento,
sobran los del ama,55
que no tienen cuento:
«Ven aca, suziona.
—42→
¿Dónde està el pañuelo?
La escoba te hurtaron
y vn plato pequeño.60
-fol. 177v-
Buen salario ganas;
del pagarme pienso,
porque despauiles
los ojos y el seso.
Vas, y nunca buelues,65
y tienes bureo
con Sancho en la calle,
con Mingo y con Pedro.
Eres, en fin, pu...
El ta dire quedo,70
porque de christiana
sabes que me precio.»
Otra vez repito,
con cansado aliento,
con lagrimas tristes75
y suspiros tiernos:
¡Triste de la moça
a quien truxo el cielo
por casas agenas!
DOR.
Señoras37, ¿que es esto?80
Cristinica amiga,
dime: ¿con que viento
esta poluareda
has alçado al cielo?
MAR.
La desemboltura85
es vn viento cierzo
que del rostro ahuyenta
la verguença y miedo.
Pero yo hare,
—43→
si es que acaso puedo,90
si ella no se emienda,
lo que callar quiero.
 

(Entra QUIÑONES, el page.)

 
QUI.
Don Antonio, mi señor,
entra con dos peregrinos.
 

(Entran DON ANTONIO, CARDENIO, TORRENTE y MUÑOZ.)

 
D. AN.
¿Vuestros intentos diuinos95
fueran disculpa al rigor
del no vernos?
CAR.
Assi es;
pero yo, señor, holgara
que esta deuda se pagara
de espacio, y fuera despues100
de mi peregrinacion,
que no se puede escusar.
D. AN.
Facilmente aueys de hallar
en mi voluntad perdon.
CAR.
¿Es mi señora y mi prima?105
D. AN.
La misma.
CAR.
¡O mi señora,
rico archiuo donde mora
de la belleza la prima!
No me niegues estos pies,
pues no merezco essas manos.110
DOR.
Peregrinos cortesanos
son estos.
D. AN.
No tan cortès,
—44→
señor primo, que mi hermana
està del caso suspensa.
MUÑ.

  [Aparte.] 

La traça de lo que el piensa,115
es mas cortès que no sana38.
MAR.
Señor, para que me muestre
con el respeto deuido
a quien soys, el nombre os pido.
CAR.39
Vuestro primo don Siluestre120
de Almendarez; vuestro esposo,
o el que lo tiene de ser.
MAR.
Mudarè de proceder
con vn huesped tan famoso:
los brazos aure de daros,125
que no los pies, primo mio.
MUÑ.

  [Aparte.] 

Destos principios yo fio
que son mas dulzes que caros.
CAR.
No fue huracan el que pudo
desbaratar nuestra flota,130
ni torzio nuestra derrota
el mar insolente y crudo;
no fue del tope a la quilla
mi pobre nauio abierto,
pues he llegado a tal puerto,135
-fol. 178r-
y pongo el pie en tal orilla;
no mi[s] riquezas sorbieron
las aguas que las tragaron,
pues mas rico me dexaron
con el bien que en vos me dieron.140
Oy se aumenta mi riqueza,
pues con nueua vida y ser,
peregrino llego a ver
la imagen de tu belleza.
  —45→  
 

(Entra OCAÑA.)

 
OCA.
Desta comun alegria145
alguna parte quiza
mi tristeza alcançará,
que està como estar solia.
Desde aqui quiero mirarte,
si es que te dexas mirar,150
de mi suerte amargo azar,
de mi bien el todo y parte.
Puesto en aqueste rincon,
como lacayo sin suerte,
vere quiza de mi muerte155
alguna resurreccion.
MAR.
La desuentura mayor,
mas espantosa y temida,
es la de perder la vida.
D. AN.
Primero es la del honor.160
MAR.
Ansi es; y pues vos, primo,
con honra y vida venis,
mal hareys si mal sentis
del mal que por bien yo estimo.
Y en llegar adonde os veys,165
aueys de tener por cierto
que aueis arribado a vn puerto
adonde restaurareys
las riquezas arrojadas
al mar, siempre codicioso.170
CAR.
Tendra el que fuere tu esposo
las venturas confirmadas.
TOR.
¿Donzella acaso es de casa?
CRIS.
No soy sino de la calle.
  —46→  
TOR.
Esso no: que aquesse talle175
a los de palacio passa.
¿Sirue en ella?
CRIS.
Soy seruida.
TOR.
La respuesta ha sido aguda.
OCA.
Ten, pulchra, la lengua muda;
no la descosas, perdida.180
TOR.
¿El nombre?
CRIS.
Cristina.
TOR.
Bueno;
que es dulce, con ser de rumbo.
¿Tumbase?40.
CRIS.
Yo no me tumbo.
Basta; que tiene barreno
el indianazo gascon.185
TOR.
Yo, señora, como ves,
soy criollo perules,
aunque tiro a borgoñon.
D. AN.
Reposareys, primo mio,
y despues saber querria190
del buen estar de mi tia,
de vuestro padre y mi tio.
OCA.
¡O peregrino traydor,
cómo la miras! ¡O falsa,
cómo le vas dando salsa195
al gusto de su sabor!
TOR.
Pluguiera a Dios que nunca aqui viniera;
o, ya que vine aqui, que nunca amara;
o, ya que amè, que amor se me mostrara,
de azero no, sino de blanda cera.200
  —47→  
CAR.
Depositario fue el mar
de tus cartas y presentes.
OCA.

  [Aparte.] 

¡El alma tengo en los dientes!
¡Casi estoy para espirar!
  -fol. 178v-  
TOR.
O que de aquesta fregonil guerrera, 205
de los dos soles de su hermosa cara,
no tan agudas flechas me arrojara,
o menos linda y mas humana fuera.
MAR.
Entrad, señor, do podays
mudar vestido decente.210
CAR.
Mi promessa no consiente
que essa merced me hagays.
TOR.

  [Aparte.] 

Estas si son borrascas no fingidas,
de quien no espero verdadera calma,
sino naufragios de mas duro aprieto.215
CAR.
No puedo mudar de trage
por vn tiempo limitado:
que esta pobreza ha causado
la tormenta del viage.
TOR.
¡O tu, reparador de nuestras vidas,220
amor, cura las ansias de mi alma,
que no pueden caber en vn soneto!
D. AN.
A no ser tan perfecto,
primo, vuestro designio, yo hiziera
que por otra persona se cumpliera.225
 

(Entranse MARCELA, DON ANTONIO, DOROTEA, y CRISTINA y CARDENIO.)

 
 

(Quedan en el teatro MUÑOZ, TORRENTE y OCAÑA.)

 
MUÑ.
No me hableis, Torrente hermano,
que nos escuchan, y siento
—48→
que en nuestro famoso intento
el callar es lo mas sano.
 

 (Entrase MUÑOZ.) 

OCA.
Si a mi el ojo no me miente,230
se con gran certinidad
que vuestra paternidad
tiene el alma algo doliente.
Es C[r]istinica vn harpon,
es vn virote, vna jara235
que el ciego arquero dispara,
y traspassa el coraçon.
Es vn incendio, es vn rayo.
¿Cómo vn rayo? Dos y tres.
TOR.
Y vuesa merced, ¿quien es?240
OCA.
Soy desta casa el lacayo;
y aunque en la caualleriza
me arrincono, el amor ciego,
con su yelo y con su fuego,
me consume y martiriza.245
Entre el harnero y pesebre,
entre la paja y ceuada,
de noche y de madrugada,
me embiste de amor la fiebre.
  -fol. 179r-  
TOR.
¿Y es Christina la ocasion250
de tan grande encendimiento?
OCA.
No se quien es; se que siento
el alma hecha vn carbon.
TOR.
Si es Cristina, pondre pausa
en ciertos rezien nacidos255
pensamientos atreuidos
que su memoria me causa.
—49→
No pienso en manera alguna
seros riual: que sería
genero de villania260
que al ser quien yo soy repugna.
Onestissimo decoro
se guardará en esta casa,
puesto que me arda la brasa
desta niña a quien adoro.265
Quebrantarè en la pared
mis pensamientos primeros,
con gusto de conoceros
para hazeros merced.
Porque no han de naufragar270
siempre las flotas: que alguna
tendra próspera fortuna
para podernosla dar.
OCA.
Beso tus pies, peregrino,
vnico, raro y bastante275
a ablandar en vn instante
vn coraçon diamantino.
Yo, en quien nacieron barruntos
de zelos quando te vi,
a tus pies los pongo aqui,280
semiuiuos y aun difuntos.
TOR.
Alçaos, señor; no hagays
sumission tan indecente,
que humillaré yo mi frente,
si es que la vuestra no alçays.285
Dadme los braços de amigo,
que lo hemos de ser los dos
gran tiempo, si quiere Dios,
que es de mi intencion testigo.
  —50→  
OCA.
Como tu, señor, me abones290
con tu amistad peregrina,
doy por cordera a Cristina
y por cabrito a Quiñones.
TOR.
Por verte con gusto, voy
alegre, assi Dios me salue.295
OCA.

  [Aparte.] 

Para estas que yo os calue41
o no sere yo quien soy.
 

(Entranse TORRENTE y OCAÑA.)

 
 

(Entra DON AMBROSIO.)

 
D. AM.
Por ti, virgen hermosa, esparze vfano,
contra el rigor con que amenaza el cielo,
entre los surcos del labrado suelo,300
el pobre labrador el rico grano.
Por ti surca las aguas del mar cano
el mercader en debil leño a buelo;
y, en el rigor del sol como del yelo,
pisa alegre el soldado el risco y llano.305
Por ti infinitas vezes, ya perdida
la fuerça del que busca y del que ruega,
se cobra y se promete la vitoria.
Por ti, vaculo fuerte de la vida,
-fol. 179v-
tal vez se aspira a lo impossible, y llega310
el desseo a las puertas de la gloria.
¡O esperança notoria,
amiga de alentar los desmayados,
aunque esten en miserias sepultados!
 

(Entra CRISTINA.)

 
CRIS.
Aura fiesta y regodeo,315
y la parentela toda
—51→
vendra, sin duda, a la boda.
D. AM.
Mi norte descubro y veo.
¡O dulcissima Cristina!
CRIS.
De alcorza deuo de ser.320
D. AM.
Tribunal do se ha de ver
lo que el amor determina
en mi contra o mi prouecho.
CRIS.
¡Estraña salutacion!
D. AM.
La lengua da la razon325
como la saca del pecho.
Pero vengamos al punto.
Mi esperança, ¿cómo està?
¿Ha de morir? ¿Viuira?
¿Contaréme por difunto?330
¿Dificúltase la empresa?
¡Presto, que me bueluo loco!
CRIS.
Ydos, señor, poco a poco,
que preguntays muy a priesa.
D. AM.
Mas a priessa me consume335
el viuo incendio de amor.
CRIS.
En solo vn punto el rigor
suyo se abreuia y resume,
y es que puedes ya contar
a Marcela por casada.340
Ya no es suya; ya està dada
a quien la sabra estimar.
D. AM.
No me digas el esposo,
que, sin duda, es don Antonio.
CRIS.
Leuantas vn testimonio345
que passa de mentiroso.
¿Con su hermana?
D. AM.
¡A, Christinica!
—52→
¿Que es esso? ¿Cubierta y pala
con que vna obra tan mala
se apoya y se fortifica?350
CRIS.
Que es con su primo.
D. AM.
¿Que es esto,
cielo siempre soberano?
¿Oy primo el que ayer fue hermano?
¿Cámbiase vn hombre tan presto?
CRIS.
Digo que es vn peregrino,355
primo suyo y perulero,
de tan soberuio dinero,
que de las Indias nos vino.
De oro mas de cien mil texos
se sorbio el mar como vn hueuo,360
deste peregrino nueuo,
que no està de ti muy lexos,
porque vesle alli do assoma.
D. AM.
¡Y que esso en el mundo passe!
CRIS.
Puesto que antes que se case,365
entiendo que ha de yr a Roma.
 

(Entran CARDENIO, TORRENTE y MUÑOZ.)

 
D. AM.
Embustero y perulero,
atreuido e insolente,
¿por que te hazes pariente
de la vida por quien muero?370
TOR.
Descornado se ha la flor;
perecemos.
MUÑ.
Malo es esto;
la traça se ha descompuesto
al primer passo.
CAR.
Señor,
—53→
no te entiendo, ni imagino375
por que tan acelerado
la maldita has desatado
-fol. 180r-
contra vn noble peregrino.
MUÑ.
Quien dixere que yo di
lista a nadie, mentirá380
quantas vezes lo dira.
No sino lleguense a mi,
que fabrico en ningun modo
castillos mal preuenidos.
TOR.

  [Aparte.] 

Antes de ser conuencidos,385
este lo ha de dezir todo.
¡O leuantadas quimeras
en el ayre, qual yo dixe!
D. AM.
Por el cielo que nos rige,
que si acaso perseueras390
en el embuste que intentas,
primero que en algo aciertes,
ha de ser vna y mil muertes
el remate de tus cuentas.
Bueluete a tu Potosi,395
dexa lograr mi porfia.
CAR.
Aqueste ya desuaria.
TOR.
Assi me parece a mi.
CRIS.
Don Francisco y mi señor
son estos. ¡Pies, a correr!400
 

 (Entrase CRISTINA.) 

 

(Salen DON FRANCISCO y DON ANTONIO.)

 
D. FR.
Todo aquesso puede ser:
que a mas obliga el rigor
—54→
de vn zeloso, si es honrado,
como el padre de Marcela.
D. AM.
Este es el que vrdio la tela405
que tan cara me ha costado.
¿Que rigor de estrella ha sido,
señor don Antonio, aquel
que de piadoso en cruel
contra mi os ha conuertido?410
¿Y que peregrino es este,
tan medido a vuestro intento,
que quereys que su contento
a mi la vida me cueste?
Mia es Marcela, si el cielo415
quisiere y si vos quereys:
que en vuestra industria teneys
de mi mal todo el consuelo.
No es desigual mi linage
del suyo, y su padre creo420
que deste ygual himeneo
no ha de recebir vltrage.
Si el la escondio en vuestra casa
por quitarmela delante,
ved, si acaso soys amante,425
lo que el alma ausente passa.
D. FR.
Este habla de Marcela
Ossorio, y no de tu hermana.
D. AN.
La presumpcion està llana,
gran mal mi alma rezela.430
Desta vana presumpcion
y mal formados antojos
os han de dar vuestros ojos
la justa satisfacion.
—55→
Venios conmigo, y vereys435
en el engaño en que estays.
D. AM.
Si a Marcela me lleuays,
al cielo me lleuareys.
 

(Entrase DON ANTONIO, DON FRANCISCO y DON AMBROSIO; quedan en el teatro MUÑOZ, TORRENTE y CARDENIO.)

 
CAR.
¡Ha, Muñoz, con quan pequeña
ocasion aueys temblado!440
MUÑ.
Temo de verme brumado
y molido como alheña;
temo que mis trazas den,
mis embustes y quimeras,
con mi cuerpo en las galeras,445
que no le estara muy bien.
TOR.
¿Sin apretaros la cuerda,
os descoseys? ¡Mala cosa!
MUÑ.
La conciencia temerosa,
de los castigos se acuerda.450
Pero desde aqui adelante
pienso ser martyr, y pienso
-fol. 180v-
que paga a la culpa censo
con temor el mas constante.
Pesame que fue la lista455
de mi letra y de mi mano,
y este temor, que no es vano,
todas mis fuerças conquista.
TOR.
Vamos a ver en que para
el començado desastre.460
MUÑ.
Aquella vayeta y sastre
nunca el cielo lo depara.
 

(Entranse todos.)

 
  —56→  
 

(Salen MARCELA y DOROTEA.)

 
MAR.
Este primo no me agrada,
dulce amiga Dorotea;
¡plegue a Dios que por bien sea465
su venida no esperada!
DOR.
Como le ves mal vestido,
no te parece galan.
MAR.
Las galas no siempre dan
ayre y brio, ni el vestido.470
Desmayado me parece,
aunque atreuido tal vez.
DOR.
De su causa eres juez.
MAR.
Basta; poco me apetece.
DOR.
Parece que se ha templado475
tu hermano en su pensamiento.
MAR.
Todavia, a lo que siento,
anda vn poco apassionado;
no se le cae de la boca
mi nombre, y aun todavia480
descubre vna fantasia
que en lasciuos puntos toca;
mas yo no le doy lugar
de que estè a solas conmigo.
DOR.
Esso es lo que yo te digo,485
y lo que has de procurar.
 

(Aqui han de entrar DON ANTONIO, DON FRANCISCO, CARDENIO, TORRENTE y MUÑOZ.)

 
D. AN.
Mirad, señor, destas dos,
qual es la Marcela hermosa
que con fuerça poderosa
—57→
os tiene fuera de vos.490
D. AM.
Esta le parece en algo,
y no es ella; mas ya veo,
sin duda, que es deuaneo,
y que de sentido salgo.
Tengame amor de su mano,495
y los cielos, si me ofenden.
MAR.
¿O me compran, o me venden?
Dezidme que es esto, hermano.
D. AM.
No es otra cosa alguna,
sino que la belleza500
incomparable y sola
de otra que tiene el proprio nombre vuestro,
su donayre, su gracia,
su honesta compostura,
su ingenio, su linage,505
se lleuaron tras si mis pensamientos.
Améla honestamente,
adoréla rendido,
solicitéla mudo,
-fol. 181r-
aunque los ojos son parleros siempre.510
Su padre, recatado,
por algun su desinio,
o por mi desuentura,
lleuòla, y no se adónde.
D. AN.
Esta es mi historia.
D. AM.
No con mas diligencia515
la diosa de las miesses
buscò a su hija amada
hasta los escondrigos del infierno,
como yo la he buscado
—58→
por quanto las sospechas520
han podido lleuarme,
pensatiuo, solícito y ansioso.
En esto, a mis oydos
el nombre de Marcela
llegò, y vuestra hermosura;525
pero no el sobrenombre de Almendarez.
Crey que don Antonio,
vuestro querido hermano,
por orden de su padre
de la Marcela Ossorio, que yo busco,530
en casa la tenia,
y, mal considerado,
y con los zelos ciego,
hize los disparates que aueys visto.
D. FR.
¿Estas no son lançadas535
que te passan el alma?
D. AN.
Y aun rayos que la embisten,
la hieren, desmenuzan y quebrantan.
DOR.
Apostarè, señora,
que es esta la Marcela540
por quien tu hermano gime,
suspira y con angustia se lamenta.
TOR.
Vn canto pesadissimo,
vna montaña dura,
vna máquina inmensa,545
de azero vn monte dilatado y graue,
de sobre el pecho quito.
MUÑ.
Y yo de sobre el alma
vna carcoma aguda.
-fol. 181v-
¡Maldito seas de Dios, amante simple!550
—59→
¡Que confusos nos tuuo
aqueste mentecato!
¡Con quan pocos indicios
troco las dos Marcelas el cuytado!
Ya pense que mi lista555
andaua por la casa
de mano en mano. ¡Ay, duro
trance, no imaginado y repentino!
D. FR.
Pues en esta Marcela veys patente
de vuestro pensamiento el desengaño,560
mostraos, señor, mas cauto y mas prudente
otra vez que os acose vuestro engaño,
y bolued a buscar mas diligente
la causa original de vuestro daño.
D. AM.
Tiene qualquiera enamorada culpa565
facil y compassiua la disculpa.
Erre; mas no es el yerro de tal suerte,
que perdon no merezca.
CAR.
Yo imagino
que ministrò ocasion al atreuerte
este pobre sayal de peregrino.570
D. AN.
La rabia de los zelos es tan fuerte,
que fuerça a hazer qualquiera desatino.
Selo yo bien, que ya me vi zeloso,
atreuido, arrojado y malicioso.
D. AM.
En siglos prolongados tu ventura575
gozes, ¡o peregrino!, y tus bisnietos
te lleuen a la honrada sepultura
sobre sus ombros, para el caso electos;
no menoscabe el tiempo la hermosura
de tu Marcela; zelos indiscretos580
—60→
no perturben tu paz en tanto quanto
de vida os diere aliento el cielo santo.
Yo bueluo a renouar mi pena antigua,
buscando aquella que me encubre el cielo,
y mientras dónde està no se auerigua,585
vn Sisifo sere nueuo en el suelo.
De noche, como sombra o estantigua,
llena la vista de inmortal desuelo,
por ver el fin de mis trabajos largos,
-fol. 182r-
vn linze aure de ser con ojos de Argos.590
 

(Entrase DON AMBROSIO.)

 
MAR.
Desesperado se parte.
D. AN.
Yo sin esperança quedo,
dulce Marcela, de hallarte.
TOR.
De mi se ha arredrado el miedo.
MUÑ.
En mi ya no tiene parte;595
pero, con todo, quisiera
que la lista se rompiera
que di escrita de mi mano:
que qualquier susto, aunque vano,
la mala conciencia altera.600
D. FR.
Haz cuenta, amigo, que embias
en este amante curioso
a buscar tu gloria espias.
D. AN.
Con todo, estoy temeroso:
que son tiernas sus porfias,605
y muchas, que es lo peor.
D. FR.
Yo lo tengo por mejor:
que este anzuelo ha de sacar
—61→
del profundo de la mar
la perla que escondio amor.610
 

(Entrase DON FRANCISCO y DON ANTONIO.)

 
CAR.
¿No ha sido estremado el cuento,
señora prima?
MAR.
Si ha sido;
aunque del me ha parecido
yr mi hermano descontento,
pensatiuo y dessabrido.615
Y es la causa, que la dama
que aquel busca, adora y ama
como quiere amor tirano,
es la misma que mi hermano
quiere, busca, nombra y llama.620
Y yo, simple, imaginaua
ser yo la hermosa Marcela
a quien mi hermano llamaua,
y con malicia y cautela
a las manos le miraua,625
a los ojos y a la boca,
y con no aduertencia poca
ponderaua sus razones,
sus mouimientos y acciones.
DOR.
Curiosidad simple y loca.630
Pidele perdon.
MAR.
No quiero,
pues nunca arraygò en mi pecho
el pensamiento primero.
CAR.
Y mas, que te ha satisfecho
tan llano y tan por entero.635
  —62→  
MUÑ.
¿Hemos de hazer la visita
de mi señora doña Ana?
MAR.
Todavia es de mañana,
y el frio la gana quita
de hazer visitas agora.640
Ven, amiga Dorotea;
vamos donde el sol nos vea.
DOR.
¡Y cómo que yre, señora!
¡Que tirito, ti, ti, ti!
¡Insufrible frio haze!645
 

(Entranse MARCELA y DOROTEA.)

 
TOR.
El tuyo a mi me desplaze.
¿Para que veniste aqui,
Cardenio, si te has de estar
como vna estatua sin lengua?
Alla voy, y no hago mengua.650
¿Piensas que se te ha de entrar
la ventura por la puerta,
y arrojarsete en la cama?
CAR.
A mi yelo y a mi llama
ningun medio las concierta.655
Quando de Marcela ausente
algun breue espacio estoy,
ardo de atreuido, y doy
en pensar que soy valiente;
pero apenas me da el cielo660
lugar para a solas vella,
quando estoy, estando ante ella,
-fol. 182v-
frio mucho mas que el yelo.
TOR.
Con esse yelo, no aura
hostugo42 que nos alcance.665
  —63→  
MUÑ.
Cierto que yo he echado vn lance
que a los ojos me saldra,
si a las espaldas no sale
primero. ¡O viejo imprudente!
Bien mereceys, inocente,670
que se euapore y exale
el alma con el mas chico
temor que te sobresalte.
CAR.
Quando yo, Muñoz, os falte,
quando yo no os haga rico, 675
jamas del Piru me venga
el mi esperado tesoro.
MUÑ.
¡Que no me buelua yo moro,
y que yo paciencia tenga
para escuchar lo que escucho!680
¿Dónde està el oro, señores
socarrones, embaydores?
TOR.
Muñoz, que ha de venir mucho.
MUÑ.
¿De que Piru ha de venir,
de que Mexico o que Charcas?43.685
TOR.
Quatro cofres y seys arcas
puedes desde luego abrir
para echar quatro mil barras,
y aun son pocas las que digo.
MUÑ.
Tente; que Dios sea contigo;690
Torrente, que te desgarras.
Con el sastre y la bayeta
estaria yo contento.
TOR.
Sastres passarán de ciento.
MUÑ.
La vayeta es la que aprieta695
al desseo de tenella.
TOR.
Dexenme los dos aqui,
—64→
que viene Cristina alli,
y me importa hablar con ella.
 

(Vanse MUÑOZ y CARDENIO.)

 
 

(Entra CRISTINA.)

 
¿Que es possible, flor y fruto700
del arbol lindo de amor,
que ha de andar por tu rigor
siempre mi alma con luto?
¿Que es possible que vn potente
indiano no te remate,705
ni que a tu dureza mate
la blandura de Torrente?
 

(Entra OCAÑA en calças y en camisa, con vn mandil delante, y con vn harnero y vna almohaça; entra puesto el dedo en la boca, con passos timidos, y escondese detras de vn tapiz, de modo que se le parezcan los pies no mas.)

 
¿Que es possible que no precies
los montones de oro fino,
y por vn lacayo indino710
vn perulero desprecies?
¿Que no quieras ser lleuada
en ombros como cacique?
¿Que huygas de verte a pique
de ser reyna coronada?715
¿Que, por las faltas de España,
que siempre suelen sobrar,
no quieras yr a gozar
del gran pais de Cucaña?44.
—65→
¿Que te tenga auassallada720
vn lacayo de tal modo,
que por el dexes el todo,
y te acojas al no nada?
¿Que a vn borracho te sugetes,
que cuela tan sin estoruos,725
que vnos sorbos y otros sorbos
son sus briznas y luquetes?45.
¡O mugeres, que teneys
condicion de escarauajo!
  -fol. 183r-  
CRIS.
Hablad, Torrente, mas baxo,730
si por ventura podeys:
que dizen que las paredes
a vezes tienen oydos.
TOR.
Los tuyos tienes tapidos46
a la voz de mis mercedes.735
Dexa aquesse socarron,
que tu deshonra procura,
y fabrica tu ventura
con tu mucha discrecion.
CRIS.
¿Pues quierole yo, mezquina,740
o, por ventura, hago caso
yo de buzaque?47.
TOR.
Hablad passo;
moderad la voz, Cristina,
que no sabeys quien os oye,
y hazed con prudencia diestra745
que la humilde suerte vuestra
con la que tengo se apoye,
y vereysos encumbrada
sobre el cerco de la luna.
CRIS.
Essa próspera fortuna750
—66→
para mi no està guardada,
que soy vna pecadora
inutil, vna moçuela
de mantellina y chinela,
no buena para señora;755
y mas, estando abatida
y murmurada de Ocaña.
TOR.
Mueueme esse llanto a saña;
perdera Ocaña la vida.
CRIS.
Con sólo media dozena760
de palos que tu le des,
rendida vendre a tus pies.
TOR.
Blanda y moderada pena
a tanta culpa le das;
mejor fuera que la lengua765
que se desmandò en tu mengua
se le cortara, y aun mas.
CRIS.
Palos bastan; vete en paz.
TOR.
El cielo quede contigo.
CRIS.
Procura hazer lo que digo,770
secreto, astuto y sagaz.
 

(Entrase TORRENTE.)

 
¡Ay Iesus! ¿Quien està aqui?
¿Que pies son estos, cuytada?
 

(Sale OCAÑA.)

 
OCA.
Cazica en ombros lleuada
desde Lima a Potosi:775
yo soy; vesme aqui presente,
hecho estafermo sufrible
—67→
a tu rancor tan terrible
y a los palos de Torrente.
Pocos son media docena;780
la piedad en ti florece:
que mi culpa bien merece
quatrodoblada la pena.
Mas yo no tengo por culpa
el amarte y auisarte785
que de aquello has de guardarte
que te obligue a dar disculpa.
CRIS.
Por vida tuya, lacayo
el mas discreto de España,
que todo ha sido maraña790
burlona y de alegre ensayo;
porque pensaua auisarte
en viendote.
OCA.
Vna por vna,
tu estaras sobre la Luna,
sobre el Sol y aun sobre Marte;795
yo, misero apaleado,
tendido por esse suelo.
CRIS.
Nunca tal permita el cielo.
OCA.
Tu misma me has condenado.
CRIS.
Ya te he dicho la verdad:800
que burlaua; y esto baste.
OCA.
¿Pues por que, di, le intimaste
secreto y sagacidad?
  -fol. 183v-  
CRIS.
Porque, aduirtiendote a ti
del caso, y estando alerta,805
fuesse la burla mas cierta
y mas buena.
OCA.
Fuera ansi,
—68→
quando tu no confirmaras
con lagrimas tu desseo.
CRIS.
¿Luego no me crees?
OCA.
Si creo;
810
mas reparo.
CRIS.
¿En que reparas?
OCA.
En las lagrimas, y en ver
que no son burlas risueñas
las que descubren por señas
matar, rajar y hender.815
Pero tu forja en tu fragua
tus embustes, que yo espero
que ha de ver el mundo entero
el que lleua el gato al agua.
Entra y dame la ceuada,820
o darasmela despues;
«¡rendida vendre a tus pies!»
CRIS.
¿Essa razon no te agrada?
Pero el no verà cumplida
tal promessa en vida suya.825
OCA.
¿Tomara yo alguna tuya,
puesto que fuera fingida?
CRIS.
No seas tan ignorante;
muestra, que yo boluere.

 (Dale el arnero.) 

Con esto me quitaré830
dos importunos delante.
 

 (Entrase CRISTINA.) 

OCA.
Que de vn laca la fuerça podero,
hecha a machamarti con el traba,
—69→
de vna frego le rinda el estropa,
es de los cie no vista maldicio.835
Amor el ar en sus pulgares to,
sacò vna fle de su puli carca,
encarò al co, y diome vna flecha
que el alma to y el coraçon me do.
Assi rendi, forçado estoy a cre840
qualquier menti de aquesta elada pu,
que blandamen me satisfaze y hie.
¡O de Cupi la antigua fuerça y du,
quánto en el ros de vna fregona pue,
y mas si la sopil se muestra cru!845

 
 
FIN DE LA SEGUNDA JORNADA.