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161

172-23. Aceptamos aquí la corrección propuesta por Rosell, añadiendo [vengo]. (N. del E.)

 

162

177-28. El «prudente pastor Meliso» es, según todas las probabilidades, D. Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575), quinto hijo del segundo conde de Tendilla y primer marqués de Mondéjar, embajador de Carlos V en Inglaterra, Flandes, Venecia y Roma, y una de las más significadas personalidades del Renacimiento español del siglo XVI. Fue -dice Ch. Graux (Essai sur les origines du fonds grec de l’Escurial; épisode de l’histoire de la Renaissance des lettres en Espagne; Paris, 1880; página 165)- no sólo una de las grandes figuras de la historia diplomática de su tiempo, sino, además, «un gran literato, un filósofo erudito, un sabio, un poeta». Fue de embajador a Venecia (a lo cual alude Cervantes cuando en el 17.º terceto recuerda al aprisco veneciano) en 1539, y en tal cargo siguió hasta 1547, en que pasó de embajador a Roma. Volvió a España en 1552. Véase, acerca de su vida, a E. Señán y Alonso, Don Diego Hurtado de Mendoza (Granada, 1886). Sus Obras poéticas pueden leerse en la edición (bastante incompleta) de W. I. Knapp, en el tomo XI de la Colección de libros raros o curiosos.

Aunque la mayoría de los biógrafos hace a Mendoza natural de Granada, es lo probable que naciese en Toledo, y así lo afirma Tamayo de Vargas. Desde luego, Cervantes le supone «de las riberas de Tajo». Nótese que el mismo Cervantes dice que Tirsi y Damón eran «conocidos amigos y familiares» de Meliso. Mendoza, en la égloga que comienza:


«En la ribera del dorado Tajo»,



pone en escena a los pastores Melibeo y Damon. (N. del E.)

 

163

186-8. La primera edición: «la lamentable». (N. del E.)

 

164

188-6. Conseja ya apuntada por Plinio el Mayor (Historia Natural, II, 9; traducción de Gerónimo de Huerta; Madrid, 1624), el cual dice que «las estrellas, sin alguna duda, se sustentan de humor terreno». (N. del E.)

 

165

193-23. La primera edición: «comença». (N. del E.)

 

166

196-11. La primera edición: «diguo». (N. del E.)

 

167

206-6. La primera edición: «el». (N. del E.)

 

168

206-10. La primera edición: «Ranco». (N. del E.)

 

169

208-31. La primera edición: «Pernaso». (N. del E.)

 

170

209-20. Juan Boscán (nació a últimos del siglo XV; murió en 1542). Tradujo al castellano Il libro del Cortegiano, del conde Baltasar Castiglione, imprimiéndose la versión en Barcelona, el año 1539. Sus poesías, juntamente con las de su amigo Garcilasso, se publicaron en Barcelona, en 1543. (Cons. la edición de W. I. Knapp, Madrid, 1875, que dista bastante de ser completa.) Fue excelente prosista y mediano poeta; pero tiene capital importancia histórica, por haber introducido en España la medida del verso toscano en las estancias líricas, en el terceto, en la octava rima y en el verso suelto. Y no fue esto sólo: «su tentativa -escribe Menéndez y Pelayo (Juan Boscán; Madrid, 1908; pág. 381)- no interesa únicamente a la técnica, sino que lleva implícita una ruptura con las tradiciones de la Edad Media y la afirmación valiente de un credo estético nuevo, que no se circunscribe a Italia ni en ella se detiene, aunque Italia sirva de indispensable medianera.» (N. del E.)