Acto III
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Salen el DRAGÓN
INFERNAL y dos ministros.
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MINISTRO |
Eso a los padres oí, |
|
junto a su limbo escondido, |
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que del dolor que
sentí, |
|
vengo, Dragón, sin
sentido. |
5 |
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DRAGÓN |
¿Que la
mujer es nacida, |
|
que me ha de quebrar la
frente, |
|
dice esta gente perdida? |
|
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MINISTRO |
Tan clara y distintamente, |
|
que la llaman gloria y vida |
10 |
de los mortales
del suelo. |
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DRAGÓN |
Mi desventura recelo; |
|
mas no es posible que sea |
|
esta que el mundo desea, |
|
por quien importuna al cielo. |
15 |
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MINISTRO |
Pues ¿por
qué pueden hacer |
|
esta fiesta que se siente, |
|
si aquesta no es la mujer |
|
que te ha de quebrar la frente |
|
con su divino poder? |
20 |
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DRAGÓN |
¡Planta de
tanta blandura |
|
me puede hacer tantos
daños! |
|
Tengo la frente muy dura, |
|
que ha más de cuatro mil
años |
|
que a Dios el enojo dura. |
25 |
Pero pena he
recibido |
|
en oír que haya nacido, |
|
pues sabes que entre los dos |
|
puso enemistades Dios, |
|
y no las tiene en olvido. |
30 |
¡Cosa que
llegado hubiese |
|
para apretar mi garganta, |
|
el tiempo en que Dios quisiese |
|
formar la divina planta |
|
que mi cabeza rompiese! |
35 |
Cosa que aquesta
doncella, |
|
¡oh serpientes! fuese
aquella, |
|
tan dicha en las
profecías, |
|
y más adonde
Isaías |
|
habla tan a voces della; |
40 |
que una Virgen
parirá |
|
dice, y que se llamará |
|
Enmanuel el infante; |
|
de Jessé, dice
adelante, |
|
la verde vara saldrá, |
45 |
y de la
raíz la flor, |
|
y que alegre en el camino, |
|
y en la soledad mayor, |
|
engendrará aquel divino |
|
lirio de perpetuo olor. |
50 |
La hermosura del
Carmelo, |
|
y del florido Sarón, |
|
del Líbano el verde
suelo, |
|
la gloria y la
perfección |
|
dice que ha de darle el cielo. |
55 |
Que antes de
parir parió, |
|
dice, y que parió un
infante; |
|
parir antes, ¿quién
lo oyó? |
|
¿Quién vio cosa
semejante, |
|
ni tal enigma entendió? |
60 |
|
|
MINISTRO |
Y aquella puerta
cerrada |
|
de quien hablaba un profeta, |
|
donde Dios halló la
entrada. |
|
|
|
DRAGÓN |
¡Que esté mi cerviz
sujeta |
|
a su vengativa espada! |
65 |
Pero de pena
excusemos |
|
con adelantarla agora, |
|
y a los del Limbo escuchemos. |
|
|
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|
MINISTRO |
Quien siempre canta... |
70 |
|
|
DRAGÓN |
Querrá que lloremos.
Llora. |
|
|
|
|
(Ábrese una peña muy grande, dentro de la
cual están ADÁN, ABEL, ABRAHAM, DAVID y JACOB, el padre de JOSEF. Canten.)
|
|
Bendita tu hija
sea, |
|
pues tu palabra cumplida, |
|
se comunica la vida |
|
que el mundo alegre desea. |
75 |
|
|
ADÁN |
Prosigue, mi Jacob, el dulce
cuento. |
|
|
|
JACOB |
Como digo, Joaquín y Ana
casados |
|
prometieron a Dios del
casamiento |
|
el fruto. |
|
|
ADÁN |
¡Oh padres
bienaventurados!
|
|
|
|
JACOB |
Joaquín, con este santo
pensamiento |
80 |
de sus bodas veinte años ya
pasados, |
|
fue al templo, y ofreciendo a Dios
sus dones, |
|
como estéril oyó sus
maldiciones. |
|
Las
pálidas mejillas, que cubrían |
|
vergüenza y canas, roja sangre
y nieve, |
85 |
al son con que las lágrimas
salían |
|
sale del templo, a cuyo umbral las
llueve |
|
el que llamar sus méritos
podrían, |
|
si a tanto nuestra voz mortal se
atreve, |
|
antecesor de Dios Hombre en el
suelo, |
90 |
más cerca que David dichoso
abuelo. |
|
Las aves en los
altos nidos mira, |
|
y llora en ver sus hijos, porque
sabe |
|
que espera el Fénix que la
tierra admira, |
|
y a quien dirán las de los
cielos Ave; |
95 |
entre las vides y álamos
suspira, |
|
y ha de ser padre de la vid
suave |
|
que ha de dar en la cruz por altos
ramos, |
|
aquel racimo fértil que
esperamos. |
|
Los trigos mira
el generoso anciano, |
100 |
sin ver que el campo estéril
y fecundo |
|
dará una espiga cuyo rubio
grano |
|
del cielo ha de bajar pan vivo al
mundo. |
|
A su ganado llega, y llora en
vano, |
|
pues el cordero de los tres
segundo, |
105 |
será de Dios y suyo, que
algún día |
|
le llame nieto en brazos de
María. |
|
El Ángel
le aparece, finalmente |
|
y mándale buscar su esposa
amada; |
|
abrázanse los dos
alegremente |
110 |
en la puerta que allí fue
más Dorada; |
|
concibe aquella flor Ana
excelente, |
|
tantos años del mundo
deseada, |
|
y a nueve meses nace un claro
día |
|
la niña hermosa celestial
María. |
115 |
Cuando
llegó mi muerte venturosa, |
|
y partí de la tierra al
santo seno |
|
de Abraham, era ya la niña
hermosa |
|
de dos años. |
|
|
|
JACOB |
Yo quería su madre, y la
dichosa |
120 |
parentela, por ser del mundo
ajeno |
|
este tesoro, y por piadoso
ejemplo |
|
ofrecérsela a Dios, llevarla
al templo. |
|
|
|
ADÁN |
Bendita
niña, crece felizmente, |
|
y de tus manos venga nuestra
vida. |
125 |
|
|
EVA |
Crece, divina niña, que la
frente |
|
pisarás de la sierpe
endurecida. |
|
|
|
ABRAHAM |
¡Oh palma! ¡Oh lirio!
¡Oh torre! ¡Oh trono! ¡Oh fuente! |
|
|
|
ADÁN |
¡Oh Reina celestial, del sol
vestida! |
|
|
|
ABRAHAM |
¡Oh niña, a quien
darán mil bendiciones |
130 |
del mundo las más
bárbaras naciones! |
|
|
|
|
(Ciérrase la boca.)
|
DRAGÓN |
No me basta
sufrimiento, |
|
porque, o yo lo entiendo mal, |
|
o por este nacimiento |
|
desta niña celestial |
135 |
comienza mi perdimiento. |
|
Aqueste
recién venido, |
|
que ha tan poco que
murió, |
|
tales nuevas ha traído, |
|
que dice que él mismo
vio |
140 |
lo que me quita el sentido. |
|
¿No
mirabas cómo Adán, |
|
Eva su mujer, Abel, |
|
Jacob, Isaac, Abraham, |
|
David y cuantos con él |
145 |
juntos en el Limbo
están, |
|
que creciera a
Dios pedían |
|
esta niña que mi frente |
|
ha de quebrar, y decían |
|
que estaba en la edad presente |
150 |
en que su remedio vían? |
|
No es esto para
callar; |
|
no es esto para sufrir; |
|
mejor me quiero informar; |
|
al mundo quiero subir, |
155 |
pues tengo más que
bajar. |
|
Nunca aquestos
han cantado |
|
a Dios con tal regocijo; |
|
nunca estas gracias le han
dado; |
|
sin duda que está su
hijo |
160 |
cerca de verse humanado; |
|
ven, que yo
sabré lo que es. |
|
|
|
MINISTRO |
Ya todo el infierno siente, |
|
dragón, que temblando
estés. |
|
|
|
DRAGÓN |
¡Ah, cielos, que esté
mi frente |
165 |
condenada a humanos pies! |
|
|
|
|
(Vanse y salen JOAQUÍN, ANA y JOSEF.)
|
JOAQUÍN |
Cuánto nos
haya pesado |
|
la muerte del padre tuyo, |
|
bien lo sabe el amor suyo, |
|
del nuestro tan bien pagado. |
170 |
Tú, Josef,
perdiste padre; |
|
Joaquín hermano
perdió; |
|
una madre nos parió; |
|
hermanos somos de madre. |
|
|
|
ANA |
Bien
estarás satisfecho, |
175 |
Josef, de lo que he sentido. |
|
|
|
JOSEF |
El buen padre que he perdido. |
|
hoy le gano en vuestro pecho, |
|
y aquel divino
dechado |
|
que de virtudes tenía; |
180 |
de suerte que el mismo
día |
|
lo que he perdido he ganado. |
|
|
|
JOAQUÍN |
¿Dónde está ahora
Cleofás? |
|
|
|
JOSEF |
En negocios anda fuera; |
|
que estuviera aquí
quisiera |
185 |
porque se alegrara más. |
|
Pero esto dejando
aparte, |
|
¿cómo tenéis a
María? |
|
|
|
JOAQUÍN |
Con mil gracias cada
día |
|
que en ella el cielo reparte, |
190 |
tal lengua, tal
discreción, |
|
exagerar no se puede; |
|
la margen mortal excede; |
|
cosas celestiales son. |
|
Parece que
anticipó |
195 |
la razón en ella el
cielo. |
|
|
|
JOSEF |
¡Y como si al bien del
suelo |
|
tal prenda en las suyas dio! |
|
|
|
JOAQUÍN |
Ángeles
hemos sentido, |
|
que la han servido y hablado. |
200 |
|
|
JOSEF |
Del bien a que la han criado, |
|
grandes indicios han sido. |
|
|
|
ANA |
¿Qué músicas
celestiales, |
|
y qué regalos sentimos, |
|
qué dulces juegos
oímos |
205 |
a su tierna edad iguales, |
|
pero de misterios
llenos? |
|
|
|
JOSEF |
¿Quién duda que lo
serán, |
|
y que agradando estarán |
|
a aquellos ojos serenos? |
210 |
|
|
JOAQUÍN |
Ya, Josef, se
llega el día |
|
que la queremos llevar |
|
al templo; que no ha de estar |
|
entre los hombres
María. |
|
Tiene cumplidos
dos años |
215 |
y más dos meses y medio |
|
este celestial remedio |
|
de nuestros prolijos
daños. |
|
Pienso que del
tribu irán |
|
nuestros deudos más
cercanos. |
220 |
|
|
JOSEF |
Los hijos de los hermanos, |
|
Joaquín, no se
quedarán; |
|
con ella y con
vos iré. |
|
|
|
JOAQUÍN |
Siempre nos queréis
honrar. |
|
|
|
JOSEF |
El que lo quisiere estar, |
225 |
con vos y con ella
esté. |
|
|
|
ANA |
¿Sabes,
Josef, que querría |
|
que a propósito tuviese |
|
una cama en que durmiese |
|
allá en el templo
María? |
230 |
Porque ella no ha
de dormir |
|
con nadie aunque es tan
pequeña. |
|
|
|
JOSEF |
La que tan pequeña
enseña, |
|
bien puede aparte vivir. |
|
Ni era
razón, pienso yo, |
235 |
que en la cama de la Luna |
|
entrase criatura alguna |
|
sino el Sol que la
crió. |
|
En este Asuero se
emplea |
|
bien tal Ester, tal Infanta, |
240 |
y de una Abisac tan santa, |
|
solo Dios el David sea. |
|
Tan heroico
Gedeón |
|
goce este Vellón
subtil, |
|
y este trono de marfil |
245 |
tan divino Salomón. |
|
Si a mí me
queréis fiar |
|
su labor, aunque en madera |
|
pobre, mi amor considera |
|
que a Dios consagra un altar. |
250 |
Yo la
labraré muy presto: |
|
no estorbaré la
partida. |
|
|
|
ANA |
Bien merece ser servida |
|
de sus parientes en esto. |
|
Labralda,
sobrino, vos, |
255 |
que me dice el alma
mía, |
|
que en hacer cama a
María |
|
hacéis en que duerma
Dios. |
|
Porque en un alma
por quien |
|
tantos milagros ordena |
260 |
y de tantas gracias llena, |
|
Dios asistirá
también. |
|
|
|
JOAQUÍN |
Pues, Josef, este
cuidado |
|
os queda, y quedad con Dios. |
|
|
|
JOSEF |
Vaya, tíos, con los
dos, |
265 |
y os pague el haberme honrado; |
|
a vuestra virtud
lo debo: |
|
humilde e indigno soy. |
|
|
|
ANA |
¡Qué obligada a Josef
voy! |
|
|
|
JOAQUÍN |
Es un honesto mancebo. |
270 |
|
|
ANA |
No hemos tenido
pariente |
|
de tan grande santidad. |
|
|
|
JOAQUÍN |
No le ha tenido su edad |
|
tan casto ni tan prudente. |
|
|
|
|
(Vanse JOAQUÍN y ANA.)
|
JOSEF |
Si como son
cepillo y sierra viles |
275 |
y esta madera pinabete o haya, |
|
fuera oro y plata de la indiana
playa, |
|
y ellos crisoles, limas y
buriles. |
|
Si
odoríferos árboles sutiles |
|
con que Saba los cielos
atalaya, |
280 |
y dé la fértil isla
de Tondaya |
|
ébanos negros,
cándidos marfiles; |
|
labrara yo la
cama de la Luna |
|
con envidia del Sol y las
estrellas, |
|
pues ni él la iguala, ni
hermosura alguna. |
285 |
Cesó la
claridad en él y en ellas, |
|
porque como la fénix sola y
una, |
|
así es María entre
las cosas bellas. |
|
(Vase.)
|
|
|
|
(Salen BATO y
RAQUELA.)
|
BATO |
Todos el monte
dejamos; |
|
a todos manda venir; |
290 |
ya no llamamos servir |
|
los que en Nazarén
estamos. |
|
Ya por gloria lo
tenemos, |
|
porque después que
María |
|
bañó de dulce
alegría |
295 |
esta casa en que la vemos, |
|
naciendo tan
clara y bella, |
|
no hay hombre, si lo es de
bien, |
|
que no venga a Nazarén, |
|
alegre de hablalla y vella. |
300 |
¿Qué se trata de partida? |
|
|
|
RAQUELA |
¿Que hoy nos habemos de
ir? |
|
|
|
BATO |
¡Voto al Sol, que he de
reír |
|
hoy para toda mi vida! |
|
Desde aquí
a Jerusalén |
305 |
he de hacer a nuestra
niña |
|
mil juegos por la
campiña |
|
y en las posadas
también. |
|
¡Oh,
qué placer recibí |
|
de mecerla esta mañana! |
310 |
¡Nuestra ama y su madre
Ana |
|
no estaba, Raquela,
allí! |
|
Sentí que
estaba María |
|
despierta, entré, y en la
cuna |
|
gorjeando hallé a la
Luna |
315 |
como las aves al día. |
|
¿No has
visto al amanecer |
|
una calandria suave? |
|
Pues tal estaba aquel ave, |
|
que era escucharla placer. |
320 |
Que aunque no son
más de dos |
|
sus años, lo que
decía |
|
la santísima
María |
|
eran grandeza de Dios; |
|
quitéle a
la hermosa cara |
325 |
una toca, y vi...
¿qué vi? |
|
No el sol, porque el sol
allí, |
|
sus rayos corrido para. |
|
¿No has
visto abrirse una rosa |
|
con el aljófar y perlas |
330 |
del alba, cuando a cogerlas |
|
viene la abeja amorosa? |
|
¿No has
visto en cedros enanos |
|
blanco azahar, o por la puerta |
|
de roja granada abierta |
335 |
asomándose los granos? |
|
¿No has
visto una fuentecilla |
|
en un prado, con sonoro |
|
ruido entre arenas de oro |
|
bullir y bañar la
orilla? |
340 |
¿No has
visto lirios que están |
|
como si cortara el cielo |
|
sus hojas de terciopelo, |
|
de raso y de tafetán, |
|
que por donde
está peloso |
345 |
es terciopelo, y lo liso |
|
raso, y que el reverso quiso |
|
fuese tafetán lustroso? |
|
¿No has
visto la guarnición |
|
de la cadenilla de oro, |
350 |
que le da tanto decoro |
|
hermosura y perfección? |
|
¿No has
visto blanca azucena |
|
o cinamomo florido? |
|
¿No has visto... |
|
|
|
BATO |
Pues piérdame
enhorabuena; |
|
que no hallar
comparación |
|
para pintar a María, |
|
antes es ganancia mía |
|
y engrandecer mi
afición. |
360 |
Al fin, Raquela,
llegué; |
|
los buenos días le di; |
|
menores los recibí |
|
del Sol que en ella
miré, |
|
hinqué la
rodilla en tierra, |
365 |
y comenzando a mecer, |
|
canté por darla placer, |
|
que amor dulcemente encierra: |
|
A la niña
María |
|
cantan las aves, |
370 |
porque es Alba divina |
|
del Sol que sale. |
|
No lo hube dicho,
Raquela, |
|
cuando en el mismo aposento, |
|
en un sonoro instrumento, |
375 |
entre salterio y vihuela, |
|
me responde una
capilla, |
|
que sin seso me dejó. |
|
|
|
|
|
RAQUELA |
Pues yo,
|
|
Bato, ya estoy hecha a oilla. |
380 |
|
|
BATO |
¡Pardiez,
que de un salto di |
|
conmigo en el corredor, |
|
aunque luego el mismo amor |
|
me volvió a buscarla, y
vi |
|
todo el aposento
lleno |
385 |
de flores! |
|
|
|
LISENO |
No hay que porfiar,
Farés, |
|
que ha de llevarla Liseno. |
|
|
|
ELIUD |
¿Y de
mí no se hace caso? |
|
|
|
BATO |
¿Venís los tres de
pendencia? |
390 |
|
|
FARÉS |
Tú puedes dar la
sentencia. |
|
|
|
BATO |
María duerme: hablad
paso; |
|
que cuando duerme
esta niña, |
|
aun el cielo no se mueve. |
|
|
|
ELIUD |
Sobre quién la niña
lleve |
395 |
es esta pendencia y
riña; |
|
habemos de
caminar |
|
como Joaquín lo ha
mandado. |
|
Liseno, muy enojado, |
|
dice que la ha de llevar; |
400 |
lo mismo dice
Farés, |
|
y ha de llevarla Eliud. |
|
|
|
BATO |
Mejor os dé Dios salud, |
|
que este bien gocéis los
tres; |
|
que pienso
llevarla yo |
405 |
en estos indignos brazos. |
|
|
|
RAQUELA |
Tú gozarás sus
abrazos, |
|
Bato, que los otros no. |
|
Y yo,
¿dónde me quedaba? |
|
¿No advertís que soy
mujer? |
410 |
|
|
|
LISENO |
Eso mismo imaginaba. |
|
¿No es
que echemos suertes? |
|
|
|
|
|
BATO |
Que la lleve aquel que acierte |
415 |
mejor a decir aquí |
|
quién
puede ser esta niña. |
|
|
|
|
|
|
FARÉS |
Pues yo digo que es la
viña |
420 |
que
floreció en Engaddí. |
|
|
|
ELIUD |
Yo digo que para el suelo |
|
hizo dos ojos el Cielo. |
|
|
|
|
ELIUD |
Sí.
|
|
Y como estaban
sin niñas, |
425 |
hizo esta niña que
agora |
|
les da la luz que atesora; |
|
mira si vencí tus
viñas. |
|
|
|
LISENO |
Y yo que Dios
quiere hacer, |
|
aunque de mar infecundo, |
430 |
alguna perla en el mundo |
|
cuyo nácar ha de ser. |
|
Que como el
nácar cerrado |
|
encierra la perla en
sí, |
|
ansí tengo para
mí |
435 |
que lo tiene Dios trocado. |
|
|
|
RAQUELA |
Yo digo que es
esta infanta |
|
un diseño y un modelo |
|
del mismo Señor del
Cielo, |
|
y una verde hermosa planta |
440 |
de donde salga la
espiga |
|
que dé a todo el mundo
pan. |
|
|
|
|
BATO |
Ya dirán
|
|
que Bato la suya diga. |
|
Pues juzgue a
todos, señor, |
445 |
y si no fuere la mía |
|
más cierta en lo que es
María, |
|
y de más alto primor, |
|
que no la lleve
en mi pecho, |
|
que no es pequeño
castigo. |
450 |
|
|
|
BATO |
Digo,
|
|
y que he de acertar sospecho. |
|
No digo que es
perla, ni ave, |
|
ni sol, ni estrella, ni
día. |
|
|
|
ELIUD |
Pues ¿qué dices que
es María? |
455 |
|
|
BATO |
Una cifra que Dios sabe. |
|
Sin duda que
algún camino |
|
quiere hacer el Verbo eterno, |
|
y así el Padre
sempiterno, |
|
y el Espíritu divino, |
460 |
han hecho, pues
de Dios es |
|
tan alta sabiduría, |
|
esta cifra de María, |
|
para escribirse los tres. |
|
Que aunque los
tres son un Dios, |
465 |
cuando a hacer paz nuestra
guerra |
|
el Hijo venga a la tierra, |
|
allá se estarán los
dos. |
|
|
|
ELIUD |
Alguien habla,
Bato, en ti. |
|
¿Tú sabes lo que has
hablado? |
470 |
|
|
BATO |
¿No esperan a Dios
cifrado |
|
los ojos mortales? |
|
|
|
BATO |
Pues digo que si
algún día |
|
ha de ser hombre, es agora, |
|
que para menos que aurora |
475 |
de Dios no hiciera a
María. |
|
|
|
|
(Salen JOAQUÍN, JOSEF y ANA.)
|
JOSEF |
No ha dado
más lugar la mucha prisa, |
|
que a no ayudarme el buen
Cleofás, mi hermano, |
|
no pudiera acabarla. |
|
|
JOAQUÍN |
Amor ha sido
|
|
de primo, buen Josef. Ea,
pastores, |
480 |
¿está lo necesario
prevenido? |
|
|
|
BATO |
Quistión hemos tenido,
Joaquín santo, |
|
sobre saber a cuál de todos
toca |
|
llevar en brazos la divina
niña. |
|
Remitámoslo a suertes, mas
la suerte |
485 |
será muy buena a quien por
vos tocare, |
|
porque sin vos, ¿que importa
que se acierte? |
|
|
|
ANA |
Yo os quitaré de ese cuidado
a todos, |
|
porque solos mis brazos son
depósito |
|
del soberano precio de
María. |
490 |
|
|
BATO |
Con vos, señora, no hay, ni
haber podría |
|
porfía, ni igualdad, ni
competencia, |
|
porque vuestra ha de ser la
preeminencia. |
|
|
|
JOSEF |
Perdónese
al amor el buen deseo, |
|
que todos lo tuviéramos a
dicha. |
495 |
|
|
JOAQUÍN |
Si prevenido está lo
necesario |
|
de la ofrenda, del templo y del
camino, |
|
(Sale el ÁNGEL.)
|
no hay que nos detener. |
|
|
GABRIEL |
Dichoso el día
|
|
que al templo vais, ¡oh
celestial María! |
|
|
|
ANA |
Los vestidos,
camisas y las sábanas |
500 |
de mi hija, Raquela, te
encomiendo. |
|
|
|
RAQUELA |
Ya tenía cuidado de su
ropa. |
|
|
|
GABRIEL |
No se podrá perder,
¿qué os acobarda, |
|
llevando tantos Ángeles de
guarda? |
|
(Vanse todos, queda el ÁNGEL.)
|
Montes de la
sagrada Palestina, |
505 |
de Sión al Tabor de
Galilea, |
|
altas y verdes palmas de
Idumea, |
|
la Reina de los Ángeles
camina. |
|
Las vuestras
humillad a su divina |
|
frente, que el sol con rayos
hermosea, |
510 |
¡y tú, pues ya tus
márgenes pasea, |
|
santo Jordán, la blanca tuya
inclina! |
|
No soy yo solo,
aunque con ella estuve, |
|
la guarda y la cortina de
María, |
|
¡más bien guardada a
vuestro monte sube! |
515 |
Y aunque le ha de
tener guardado un día, |
|
no es arca de maná que lleva
nube, |
|
porque es el mismo Dios el que la
guía. |
|
|
|
|
(Sale el DRAGÓN.)
|
DRAGÓN |
Certificarme
deseo |
|
con industria y diligencia. |
520 |
|
|
GABRIEL |
¡Tú vienes a mi
presencia! |
|
|
|
DRAGÓN |
Aquí estás,
aquí te veo, |
|
pero no por esto creo |
|
lo que en el Limbo se dice. |
|
|
|
GABRIEL |
Cuando allá te
escandalice, |
525 |
siendo contra ti
Dragón, |
|
no te faltará
razón. |
|
|
|
DRAGÓN |
¿Pues sabes tú lo que
es esto? |
|
Que en desengañarme
presto |
|
más doblaras mi
pasión; |
530 |
toma venganza de
mí; |
|
declárame si ha llegado |
|
aquel tiempo deseado |
|
de cuantos están
allí. |
|
No sé qué cosas
oí |
535 |
que no las tengo por ciertas; |
|
ya se estremecen las puertas |
|
del infierno temeroso |
|
al Príncipe poderoso, |
|
que solo romperlas puede. |
540 |
|
|
GABRIEL |
Mucho tu licencia excede; |
|
eres, Dragón,
cauteloso. |
|
¿No sabes
que te maldijo |
|
Dios al principio del mundo, |
|
y que el linaje fecundo |
545 |
del santo Abraham bendijo? |
|
¿No sabes que con
prolijo |
|
paso has de surcar la tierra, |
|
y la enemistad que encierra |
|
tu lengua y tu vil poder, |
550 |
con el pie de la mujer |
|
nacida para tu guerra? |
|
|
|
DRAGÓN |
¿Luego dices que es
nacida? |
|
|
|
GABRIEL |
Lo que yo digo, Dragón, |
|
es que tu mala
intención, |
555 |
quedará presto corrida. |
|
Vuelve a mirar tu
caída, |
|
y la mujer levantada. |
|
Mírala toda cercada |
|
de tan santos atributos, |
560 |
que son celestiales frutos |
|
de su concepción
sagrada. |
|
(Ábrense dos puertas y vese dentro la Virgen, de
niña de dos años, puesta de pies sobre una luna, y
una sierpe a los pies, y alrededor una palma, un ciprés, una
oliva, un rosal, un espejo, una fuente, una torre y un sol
encima.)
|
Mira el sol de su
cabeza, |
|
y la luna de sus pies, |
|
su altura y aquel
ciprés, |
565 |
y esta palma su grandeza, |
|
en el rosal su pureza, |
|
la paz en la verde oliva, |
|
y la fuente de agua viva, |
|
el espejo en que se ve, |
570 |
con la torre de su fe, |
|
en cuyo cimiento estriba. |
|
Mira la blanca
azucena |
|
de su pura castidad, |
|
el pozo de su humildad, |
575 |
y en aquella alfombra amena, |
|
el jardín y la serena |
|
puerta del cielo, sellados |
|
con tan divinos candados, |
|
que solo Dios es su llave, |
580 |
y mira aquel templo grave, |
|
con los pórticos
dorados. |
|
|
|
DRAGÓN |
Déjame, no
digas más; |
|
que mirando la serpiente |
|
que está a su planta, mi
frente |
585 |
quebrando, Gabriel,
estás, |
|
mas no dejaré jamas |
|
de poner tantas insidias, |
|
cuantas serán mis
envidias |
|
que, en fin, quiere, Dios que
vea |
590 |
que mujer remedio sea, |
|
porque fue el daño
mujer; |
|
pero más queda que
hacer |
|
antes que el cetro posea. |
|
Propuso Dios que
quería |
595 |
que adorase al hombre yo; |
|
bajar de allá me
costó; |
|
alta fue la empresa
mía; |
|
mas antes que llegue el
día |
|
que él suba donde me
vi, |
600 |
verás lo que puede en
mí |
|
esta envidia que me mata. |
|
|
|
GABRIEL |
Tu verás que Dios te
ata. |
|
|
|
|
|
(Vanse, y salen el REY
HERODES, JOSIPO sus
hermanos y todos.)
|
HERODES |
Esto me
aconsejaron, y sospecho |
605 |
que en mi necesidad, ninguna
cosa, |
|
Josipo, puede darme más
remedio; |
|
he dado a Roma tanta plata y
oro, |
|
y tan grandes regalos a mis
Cesares, |
|
y cuéstame la gracia de sus
Cónsules |
610 |
tanto dinero, sin el mucho
gasto |
|
que me cuestan las guerras de
Samaria, |
|
y de Jerusalén el largo
cerco, |
|
que apenas tengo como Rey
aquello |
|
que a mediana grandeza es
necesario. |
615 |
|
|
JOSIPO |
Famoso Herodes, si le ha sido
lícito |
|
sacar el oro y plata oculta a
Hircano, |
|
de los sepulcros y urnas de los
Reyes, |
|
ni agravias sus cenizas, ni sus
leyes; |
|
no tengas miedo que se queje el
mármol, |
620 |
ni gima el jaspe, ni el dorado
bronce, |
|
ni que los cuerpos muertos se
levanten, |
|
porque ya sus cadáveres
helados |
|
no han menester el oro, que al
decoro |
|
de los vivos, señor,
conviene el oro. |
625 |
|
|
HERODES |
Perdone Salomón, David
perdone, |
|
que el tesoro que tienen sus
sepulcros, |
|
mejor es que aproveche a los que
viven; |
|
romperé sus sepulcros esta
noche, |
|
porque Jerusalén, digo, la
plebe, |
630 |
no se alborote en ver quitar los
mármoles, |
|
por la veneración de sus
mayores. |
|
|
|
JOSIPO |
Paréceme acertado, porque
cubre |
|
este poco respeto sus
tinieblas, |
|
que, en fin, son Reyes, y David tan
digno |
635 |
de justa estimación. |
|
|
HERODES |
Pues prevengamos
|
|
guarda para esta noche. |
|
|
JOSIPO |
Así conviene,
|
|
pues sacerdotes y ministros
tiene. |
|
|
|
|
(Vanse, y salen pastores, JOSEF, ISACAR, RUBÉN y JOAQUÍN y ANA, y traigan a la niña en
medio de los dos de las manos.)
|
ISACAR |
Las ofrendas,
señores, ofrecidas, |
|
que a Dios habéis
traído y a su templo, |
640 |
serán de su grandeza
recibidas, |
|
pero esta prenda
hermosa, en quien contemplo |
|
tanta excelencia, es víctima
divina, |
|
de vuestro celo agradecido
ejemplo; |
|
de otra manera a
su belleza inclina |
645 |
sus soberanos ojos, porque
creo |
|
que para grandes cosas la
destina. |
|
|
|
JOAQUÍN |
Cumplió
por su piedad nuestro deseo |
|
el gran Dios de Israel, porque
sabía |
|
que era suyo no más tan
santo empleo; |
650 |
estéril
Ana, concibió a María, |
|
esta es señor, mas es de
Dios, no es nuestra, |
|
y así, lo que es de Dios, a
Dios se envía. |
|
|
|
ISACAR |
Ella en el rostro
soberano muestra |
|
que Dios la estima para grandes
cosas; |
655 |
dando María aquesta mano
diestra, |
|
córranse
los jazmines y las rosas, |
|
de verse tan vencidos. |
|
|
JOSEF |
¿Qué granadas
|
|
igualan sus mejillas amorosas? |
|
|
|
ISACAR |
Llegad,
María, a las sagradas gradas, |
660 |
que ya al altar se corre la
cortina; |
|
subid con esas plantas
delicadas. |
|
|
|
JOSEF |
¡Con
qué gracia, señores, que camina! |
|
¿Hay cosa más
notable? |
|
|
ANA |
Es milagrosa;
|
|
en todo muestra perfección
divina. |
665 |
|
|
JOSEF |
Vos sois, Ana,
mil veces venturosa. |
|
¡Con qué excelencia y
gracia va subiendo! |
|
¡Sube ofrecida a Dios,
niña dichosa! |
|
|
|
|
JOSEF |
Y estará creciendo
|
|
en gracia y santidad. |
|
|
ISACAR |
Ya estáis,
María,
|
670 |
adonde viviréis a Dios
sirviendo. |
|
Ana y
Joaquín, adiós; desde este día |
|
es María de Dios; que ya no
es vuestra. |
|
|
|
JOAQUÍN |
En su nombre, señores, la
tenía; |
|
adiós, mi
niña, dulce gloria nuestra; |
675 |
quedad con Dios, y perdonad el
llanto |
|
que el corazón enternecido
os muestra; |
|
no os
espantéis que lo sintamos tanto; |
|
dos años y dos meses os
tuvimos; |
|
estos gozamos vuestro rostro
santo; |
680 |
María,
perdonad si no os servimos |
|
como era justo, en nuestra casa
pobre, |
|
los que ser vuestros padres
merecimos; |
|
allá
tendréis, con Dios, tanto que os sobre; |
|
no perdéis padres vos; que
no los pierde |
685 |
aquel que en Dios tan alto padre
cobre. |
|
|
|
ANA |
Decilde,
Joaquín, que se le acuerde |
|
de estos pechos y brazos de su
madre, |
|
cuando para alabar a Dios se
acuerde; |
|
pero
¿qué le diréis que más le cuadre, |
690 |
que decir que los padres que ha
dejado |
|
trueca por Dios, que es verdadero
padre? |
|
|
|
JOSEF |
María,
aunque no soy quien ha criado, |
|
como Ana y Joaquín, vuestra
hermosura, |
|
también os dejo en
lágrimas bañado; |
695 |
que sois vos tan
divina criatura, |
|
que no a los deudos vuestros, mas
sospecho |
|
que haréis de cera hasta una
piedra dura. |
|
|
|
BATO |
Adiós,
señora nuestra, que habéis hecho |
|
tanta merced y gracia a estos
pastores; |
700 |
tal vez entre sus brazos, y en su
pecho, |
|
al monte
volveremos, cuyas flores |
|
hallaremos marchitas, a
deciros |
|
en tanta soledad dulces
amores; |
|
desde allá os hablaremos con
suspiros. |
705 |
|
|
|
(Vanse, y queda RUBÉN.)
|
RUBÉN |
Con notable
sentimiento |
|
padres y deudos se van; |
|
gran bien dejado nos han; |
|
será de este templo
aumento. |
|
¡Cuán diferente, de aquí |
710 |
salió Joaquín
algún día, |
|
cuando Isacar le decía |
|
las maldiciones que oí! |
|
¡Y
qué bien que vuelve agora, |
|
aunque árbol viejo,
cargado |
715 |
del fruto más deseado |
|
que ya en este templo mora! |
|
¿Qué gente es esta, tan tarde, |
|
que ya la noche desciende? |
|
¿Qué es lo que busca
o pretende? |
720 |
|
|
|
(Salen HERODES,
JOSIPO y guardas de
alabarderos.)
|
HERODES |
Ningún respeto se
guarde. |
|
|
|
|
HERODES |
Di,
|
|
¿qué sacerdotes
están |
|
en el templo? |
|
|
RUBÉN |
Ellos podrán
|
|
juntos informarte a ti. |
725 |
|
|
|
|
HERODES |
Busco un tesoro
|
|
de vasos de plata y oro. |
|
|
|
|
|
RUBÉN |
No sé
|
730 |
que agora tenga tesoro; |
|
y si le hay, el sitio ignoro. |
|
|
|
HERODES |
Eso yo lo buscaré. |
|
Enséñame luego, escriba, |
|
cuáles los sepulcros
son |
735 |
de David y Salomón. |
|
|
|
|
HERODES |
Rompe, derriba,
|
|
quita aquestas losas luego. |
|
|
|
RUBÉN |
¿Pues a los cuerpos
sagrados |
|
de nuestros Reyes pasados |
740 |
te vienes, señor, tan
ciego |
|
al culto que se
les debe? |
|
|
|
HERODES |
Y ellos me deben a mí |
|
el tesoro que hay aquí, |
|
para que de aquí les
lleve. |
745 |
Perdonadme, gran
David, |
|
v vos, sabio Salomón; |
|
reyes sois: a los que son |
|
reyes pobres acudid. |
|
Dadme acá
la plata y oro, |
750 |
pues gasté la mía
bien |
|
cercando a Jerusalén. |
|
|
|
JOSIPO |
Ni aquí parece tesoro, |
|
ni hay más
de cuerpos aquí. |
|
|
|
HERODES |
Revolved los huesos luego. |
755 |
|
|
|
(Salen del sepulcro unas llamas.)
|
|
|
|
|
JOSIPO |
Sí;
|
|
a lo menos dos ha muerto. |
|
|
|
HERODES |
Huye, que son Reyes santos, |
|
pues sabes ejemplos tantos. |
760 |
|
|
|
|
RUBÉN |
¡Oh,
qué bien ha castigado |
|
la codicia de este ciego |
|
el santo cielo, con fuego, |
|
en vez del oro buscado! |
765 |
Oro el
bárbaro quería, |
|
al templo viene por oro; |
|
no hay tesoro; si hay tesoro, |
|
es el que trajo a
María. |
|
|
|
|
(Salen JOSEF,
CLEOFÁS y
BATO.)
|
CLEOFÁS |
¡Que no fuera yo con
ellos! |
770 |
|
|
JOSEF |
Este pastor te dirá |
|
del modo que queda
allá, |
|
y cómo los pies más
bellos |
|
que tuvo criatura
humana, |
|
las quince gradas subieron. |
775 |
|
|
BATO |
¡Las cosas que allí se
vieron |
|
das a una lengua villana! |
|
Venga un
ángel que te cuente, |
|
pues allí no
faltarían, |
|
cómo aquellos pies
subían |
780 |
en su virtud solamente; |
|
que así lo
ordenaba Dios. |
|
|
|
CLEOFÁS |
Todo el tribu está
admirado, |
|
porque a algunos he contado |
|
esto que decís los dos. |
785 |
|
|
BATO |
Harto mejor,
Josef, fuera, |
|
pues tú eres tan
leído |
|
en la escritura, y he sido |
|
como en el monte una fiera, |
|
que mientras
viene Joaquín, |
790 |
el linaje nos contaras |
|
de estas dos estrellas claras, |
|
desde su principio al fin. |
|
|
|
JOSEF |
Si en eso os
causa contento, |
|
oíd de la lengua
mía |
795 |
el linaje de María. |
|
|
|
BATO |
Ya estoy a tu voz atento. |
|
|
|
JOSEF |
Hizo Dios al padre
Adán, |
|
Adán a Set, y Set luego |
|
a Enoch, a Caynán
Enoch, |
800 |
y de Caynán procedieron |
|
Malalael y Jared, |
|
Enoch, y el anciano viejo |
|
Matusalem y Lamech; |
|
Noé, que vio el mundo
nuevo, |
805 |
Sem, Arfaxad y Caynán, |
|
salen de Herber y Phalego, |
|
Ragán, Sarug, Nacor, |
|
que fue de Abraham abuelo. |
|
Taré, su padre, e
Isaac, |
810 |
su hijo, y Jacob, el tierno |
|
amante de Raquel, Judas |
|
y sus hermanos tras ellos, |
|
Farés, Zarán de
Tamar, |
|
Esron y Arán, y con
estos |
815 |
Aminadab y Naasón, |
|
a quien en orden siguieron |
|
Salomón, Booz de Raab y
Obed, |
|
Iessé, en tan santo
proceso, |
|
a David, donde comienza |
820 |
la generación de nuevo; |
|
que de David a Abraham |
|
son catorce, y así
vemos |
|
que prosigue Salomón |
|
de aquella que vio en el
huerto, |
825 |
y fue de Urías mujer; |
|
de Salomón
prosiguiendo, |
|
viene Roboán y
Abrás, |
|
Asa y Josafat, y el reino |
|
de Jorán, y Ocías, a
quien |
830 |
sigue Joatán, y el
mancebo |
|
Acab, padre de
Ecechías, |
|
que por lágrimas y
ruegos |
|
vivió diez años tras
él; |
|
Amón malo, y Josías
bueno, |
835 |
y después que a
Babilonia |
|
llevaron sus Reyes presos, |
|
Ieconías, sus hermanos, |
|
en quien también se
cumplieron |
|
catorce generaciones. |
840 |
Salatiel comienza luego, |
|
Zorobabel, Abiud, |
|
Eliacín, de quien
tenemos |
|
a Azor, que engendró a
Sadoc, |
|
Achín y Eliud, ya
siento |
845 |
que se acerca en Eleazaro |
|
nuestro santo parentesco, |
|
que dél procedió
Mathan, |
|
y dél mi padre; mas
vuelvo |
|
a la línea de
Joaquín, |
850 |
que es esta misma que os
cuento, |
|
porque Joaquín y Jacob |
|
de esta mi abuela nacieron, |
|
y Emerencia y Estolano |
|
descienden, como desciendo, |
855 |
del tribu sacerdotal |
|
y de unos mismos abuelos. |
|
|
|
BATO |
¡Pardiez, Josef, que es bien
clara |
|
vuestra descendencia, y creo |
|
que en ninguno como en vos |
860 |
muestra más fuerzas el
tiempo, |
|
porque, en fin, venís de
Adán |
|
de uno en otro, descendiendo |
|
de reyes y patriarcas, |
|
príncipes y caballeros, |
865 |
profetas y capitanes, |
|
y duques del pueblo hebreo, |
|
y agora en humilde estado |
|
venís a ser carpintero! |
|
Joaquín habrá ya
venido; |
870 |
si a Nazarén vuelvo
presto, |
|
os he de traer dos cargas |
|
de cipreses y de cedros; |
|
quedad ahora con Dios. |
|
|
|
|
BATO |
Veros pienso
|
875 |
el mayor padre en el mundo |
|
del mayor hijo en el suelo. |
|
(Vase BATO.)
|
|
|
JOSEF |
Ve, Cleofás, y pues no
fuiste, |
|
como tan cercano deudo, |
|
a Jerusalén con Ana, |
880 |
consuela su sentimiento, |
|
porque el venir sin
María, |
|
su luz, regalo y espejo, |
|
los tendrá bien
tristes. |
|
|
CLEOFÁS |
Voy,
|
|
aunque es corto mi consuelo |
885 |
para ausencia de una
niña |
|
en quien se miran los cielos. |
|
(Vase.)
|
|
|
JOSEF |
Cansado estoy del camino; |
|
bien será rendirme al
sueño |
|
mientras que llegan mis
tíos; |
890 |
que con este pensamiento |
|
de la soledad que tienen |
|
y de que queda en el templo |
|
aquella divina niña... |
|
velando estaré, y
durmiendo. |
895 |
(Siéntese y hable entre
sueños.)
|
¿Quién eres, divina
infanta, |
|
honor y gloria del suelo, |
|
que no sin causa notable |
|
alegra tu nacimiento |
|
los ángeles y los
hombres, |
900 |
que están de verte
suspensos? |
|
|
|
|
(Descúbrese una cortina, y vense JOAQUÍN y ANA sobre un trono, de cuyos dos
pechos salgan dos ramas que se junten, y en su extremo se vea una
imagen de la Virgen Nuestra Señora con el
niño.)
|
JOSEF |
¿Qué extraño y
divino tronco |
|
¡cielos! es este que
veo, |
|
o qué soberanos ramos |
|
se juntan en los extremos? |
905 |
¿Qué doncella tan
hermosa, |
|
que tiene un niño en los
pechos? |
|
Tente sueño, tente un
poco; |
|
¿a dónde te vas tan
lejos, |
|
que bañas de gloria el
alma |
910 |
y de alegre vista el cuerpo? |
|
|
|
|
(Salen los PASTORES con instrumentos,
cantando.)
|
[PASTORES] |
¿Quién tendrá
alegría |
|
sin la blanca niña? |
|
|
|
JOSEF |
¿Qué música es
esta? ¡Ay, triste! |
|
Desperté del mejor
sueño |
915 |
que se cuenta de hombre
humano, |
|
aunque entre Jacob, mi abuelo; |
|
que ver la escala tocando |
|
cielo y tierra los extremos |
|
no sé si diga, y bien
puedo |
920 |
decir que es figura desto, |
|
pastores. ¿a dónde
vais? |
|
|
|
LISENO |
¡Oh mi Josef!
¿Dónde bueno? |
|
|
|
|
|
|
|
(Salen ANA,
JOAQUÍN,
RAQUELA y CLEOFÁS.)
|
JOAQUÍN |
¿Quién ve,
José, esta casa |
|
sin María? |
|
|
JOSEF |
Yo no puedo
|
|
consolarme de su ausencia. |
|
|
|
ANA |
¿Y qué hará su
madre viendo |
|
que allá deja toda el
alma? |
930 |
|
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(Canten.)
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¿Quién tendrá
alegría |
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sin la blanca niña? |
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Una voz. ¿Quién
podrá alegrarse |
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si tan lejos deja |
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aquella alba clara |
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que la tierra alegra, |
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en casa desierta |
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del bien que tenía? |
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¿Quién tendrá
alegría |
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sin la blanca niña? |
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JOAQUÍN |
Vamos, Ana, y
consolaos |
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con que a Dios queda ofrecida. |
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ANA |
¡Dichosa, Joaquín, su
vida! |
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JOAQUÍN |
Ea, amigos, alegraos; |
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lo que es de
Dios, sea de Dios; |
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María es suya, no es
mía, |
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y presente está
María |
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en el alma de los dos. |
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JOSEF |
¡Qué santo y justo
valor! |
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BATO |
Pues vivan Ana y
Joaquín, |
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porque con esto haga fin |
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la Madre de la Mejor. |
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