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ArribaActo III

 

Salen el DRAGÓN INFERNAL y dos ministros.

 
DRAGÓN
   ¿Eso dices que has oído?
MINISTRO
Eso a los padres oí,
junto a su limbo escondido,
que del dolor que sentí,
vengo, Dragón, sin sentido. 5
DRAGÓN
   ¿Que la mujer es nacida,
que me ha de quebrar la frente,
dice esta gente perdida?
MINISTRO
Tan clara y distintamente,
que la llaman gloria y vida 10
   de los mortales del suelo.
DRAGÓN
Mi desventura recelo;
mas no es posible que sea
esta que el mundo desea,
por quien importuna al cielo. 15
MINISTRO
   Pues ¿por qué pueden hacer
esta fiesta que se siente,
si aquesta no es la mujer
que te ha de quebrar la frente
con su divino poder? 20
DRAGÓN
   ¡Planta de tanta blandura
me puede hacer tantos daños!
Tengo la frente muy dura,
que ha más de cuatro mil años
que a Dios el enojo dura. 25
   Pero pena he recibido
en oír que haya nacido,
pues sabes que entre los dos
puso enemistades Dios,
y no las tiene en olvido. 30
   ¡Cosa que llegado hubiese
para apretar mi garganta,
el tiempo en que Dios quisiese
formar la divina planta
que mi cabeza rompiese! 35
   Cosa que aquesta doncella,
¡oh serpientes! fuese aquella,
tan dicha en las profecías,
y más adonde Isaías
habla tan a voces della; 40
   que una Virgen parirá
dice, y que se llamará
Enmanuel el infante;
de Jessé, dice adelante,
la verde vara saldrá, 45
   y de la raíz la flor,
y que alegre en el camino,
y en la soledad mayor,
engendrará aquel divino
lirio de perpetuo olor. 50
   La hermosura del Carmelo,
y del florido Sarón,
del Líbano el verde suelo,
la gloria y la perfección
dice que ha de darle el cielo. 55
   Que antes de parir parió,
dice, y que parió un infante;
parir antes, ¿quién lo oyó?
¿Quién vio cosa semejante,
ni tal enigma entendió? 60
MINISTRO
   Y aquella puerta cerrada
de quien hablaba un profeta,
donde Dios halló la entrada.
DRAGÓN
¡Que esté mi cerviz sujeta
a su vengativa espada! 65
   Pero de pena excusemos
con adelantarla agora,
y a los del Limbo escuchemos.
MINISTRO
¿Cantan?
DRAGÓN
Sí.
MINISTRO
Quien siempre canta... 70
DRAGÓN
Querrá que lloremos. Llora.
 

(Ábrese una peña muy grande, dentro de la cual están ADÁN, ABEL, ABRAHAM, DAVID y JACOB, el padre de JOSEF. Canten.)

 
   Bendita tu hija sea,
pues tu palabra cumplida,
se comunica la vida
que el mundo alegre desea. 75
ADÁN
Prosigue, mi Jacob, el dulce cuento.
JACOB
Como digo, Joaquín y Ana casados
prometieron a Dios del casamiento
el fruto.
ADÁN
¡Oh padres bienaventurados!
JACOB
Joaquín, con este santo pensamiento 80
de sus bodas veinte años ya pasados,
fue al templo, y ofreciendo a Dios sus dones,
como estéril oyó sus maldiciones.
   Las pálidas mejillas, que cubrían
vergüenza y canas, roja sangre y nieve, 85
al son con que las lágrimas salían
sale del templo, a cuyo umbral las llueve
el que llamar sus méritos podrían,
si a tanto nuestra voz mortal se atreve,
antecesor de Dios Hombre en el suelo, 90
más cerca que David dichoso abuelo.
   Las aves en los altos nidos mira,
y llora en ver sus hijos, porque sabe
que espera el Fénix que la tierra admira,
y a quien dirán las de los cielos Ave; 95
entre las vides y álamos suspira,
y ha de ser padre de la vid suave
que ha de dar en la cruz por altos ramos,
aquel racimo fértil que esperamos.
   Los trigos mira el generoso anciano, 100
sin ver que el campo estéril y fecundo
dará una espiga cuyo rubio grano
del cielo ha de bajar pan vivo al mundo.
A su ganado llega, y llora en vano,
pues el cordero de los tres segundo, 105
será de Dios y suyo, que algún día
le llame nieto en brazos de María.
   El Ángel le aparece, finalmente
y mándale buscar su esposa amada;
abrázanse los dos alegremente 110
en la puerta que allí fue más Dorada;
concibe aquella flor Ana excelente,
tantos años del mundo deseada,
y a nueve meses nace un claro día
la niña hermosa celestial María. 115
   Cuando llegó mi muerte venturosa,
y partí de la tierra al santo seno
de Abraham, era ya la niña hermosa
de dos años.
ABEL
¡Oh tiempo de paz lleno!
JACOB
Yo quería su madre, y la dichosa 120
parentela, por ser del mundo ajeno
este tesoro, y por piadoso ejemplo
ofrecérsela a Dios, llevarla al templo.
ADÁN
   Bendita niña, crece felizmente,
y de tus manos venga nuestra vida. 125
EVA
Crece, divina niña, que la frente
pisarás de la sierpe endurecida.
ABRAHAM
¡Oh palma! ¡Oh lirio! ¡Oh torre! ¡Oh trono! ¡Oh fuente!
ADÁN
¡Oh Reina celestial, del sol vestida!
ABRAHAM
¡Oh niña, a quien darán mil bendiciones 130
del mundo las más bárbaras naciones!
 

(Ciérrase la boca.)

 
DRAGÓN
   No me basta sufrimiento,
porque, o yo lo entiendo mal,
o por este nacimiento
desta niña celestial 135
comienza mi perdimiento.
   Aqueste recién venido,
que ha tan poco que murió,
tales nuevas ha traído,
que dice que él mismo vio 140
lo que me quita el sentido.
   ¿No mirabas cómo Adán,
Eva su mujer, Abel,
Jacob, Isaac, Abraham,
David y cuantos con él 145
juntos en el Limbo están,
   que creciera a Dios pedían
esta niña que mi frente
ha de quebrar, y decían
que estaba en la edad presente 150
en que su remedio vían?
   No es esto para callar;
no es esto para sufrir;
mejor me quiero informar;
al mundo quiero subir, 155
pues tengo más que bajar.
   Nunca aquestos han cantado
a Dios con tal regocijo;
nunca estas gracias le han dado;
sin duda que está su hijo 160
cerca de verse humanado;
   ven, que yo sabré lo que es.
MINISTRO
Ya todo el infierno siente,
dragón, que temblando estés.
DRAGÓN
¡Ah, cielos, que esté mi frente 165
condenada a humanos pies!
 

(Vanse y salen JOAQUÍN, ANA y JOSEF.)

 
JOAQUÍN
   Cuánto nos haya pesado
la muerte del padre tuyo,
bien lo sabe el amor suyo,
del nuestro tan bien pagado. 170
   Tú, Josef, perdiste padre;
Joaquín hermano perdió;
una madre nos parió;
hermanos somos de madre.
ANA
   Bien estarás satisfecho, 175
Josef, de lo que he sentido.
JOSEF
El buen padre que he perdido.
hoy le gano en vuestro pecho,
   y aquel divino dechado
que de virtudes tenía; 180
de suerte que el mismo día
lo que he perdido he ganado.
JOAQUÍN
   ¿Dónde está ahora Cleofás?
JOSEF
En negocios anda fuera;
que estuviera aquí quisiera 185
porque se alegrara más.
   Pero esto dejando aparte,
¿cómo tenéis a María?
JOAQUÍN
Con mil gracias cada día
que en ella el cielo reparte, 190
   tal lengua, tal discreción,
exagerar no se puede;
la margen mortal excede;
cosas celestiales son.
   Parece que anticipó 195
la razón en ella el cielo.
JOSEF
¡Y como si al bien del suelo
tal prenda en las suyas dio!
JOAQUÍN
   Ángeles hemos sentido,
que la han servido y hablado. 200
JOSEF
Del bien a que la han criado,
grandes indicios han sido.
ANA
   ¿Qué músicas celestiales,
y qué regalos sentimos,
qué dulces juegos oímos 205
a su tierna edad iguales,
   pero de misterios llenos?
JOSEF
¿Quién duda que lo serán,
y que agradando estarán
a aquellos ojos serenos? 210
JOAQUÍN
    Ya, Josef, se llega el día
que la queremos llevar
al templo; que no ha de estar
entre los hombres María.
   Tiene cumplidos dos años 215
y más dos meses y medio
este celestial remedio
de nuestros prolijos daños.
   Pienso que del tribu irán
nuestros deudos más cercanos. 220
JOSEF
Los hijos de los hermanos,
Joaquín, no se quedarán;
   con ella y con vos iré.
JOAQUÍN
Siempre nos queréis honrar.
JOSEF
El que lo quisiere estar, 225
con vos y con ella esté.
ANA
   ¿Sabes, Josef, que querría
que a propósito tuviese
una cama en que durmiese
allá en el templo María? 230
   Porque ella no ha de dormir
con nadie aunque es tan pequeña.
JOSEF
La que tan pequeña enseña,
bien puede aparte vivir.
   Ni era razón, pienso yo, 235
que en la cama de la Luna
entrase criatura alguna
sino el Sol que la crió.
   En este Asuero se emplea
bien tal Ester, tal Infanta, 240
y de una Abisac tan santa,
solo Dios el David sea.
   Tan heroico Gedeón
goce este Vellón subtil,
y este trono de marfil 245
tan divino Salomón.
   Si a mí me queréis fiar
su labor, aunque en madera
pobre, mi amor considera
que a Dios consagra un altar. 250
   Yo la labraré muy presto:
no estorbaré la partida.
ANA
Bien merece ser servida
de sus parientes en esto.
   Labralda, sobrino, vos, 255
que me dice el alma mía,
que en hacer cama a María
hacéis en que duerma Dios.
   Porque en un alma por quien
tantos milagros ordena 260
y de tantas gracias llena,
Dios asistirá también.
JOAQUÍN
   Pues, Josef, este cuidado
os queda, y quedad con Dios.
JOSEF
Vaya, tíos, con los dos, 265
y os pague el haberme honrado;
   a vuestra virtud lo debo:
humilde e indigno soy.
ANA
¡Qué obligada a Josef voy!
JOAQUÍN
Es un honesto mancebo. 270
ANA
   No hemos tenido pariente
de tan grande santidad.
JOAQUÍN
No le ha tenido su edad
tan casto ni tan prudente.
 

(Vanse JOAQUÍN y ANA.)

 
JOSEF
   Si como son cepillo y sierra viles 275
y esta madera pinabete o haya,
fuera oro y plata de la indiana playa,
y ellos crisoles, limas y buriles.
   Si odoríferos árboles sutiles
con que Saba los cielos atalaya, 280
y dé la fértil isla de Tondaya
ébanos negros, cándidos marfiles;
   labrara yo la cama de la Luna
con envidia del Sol y las estrellas,
pues ni él la iguala, ni hermosura alguna. 285
   Cesó la claridad en él y en ellas,
porque como la fénix sola y una,
así es María entre las cosas bellas.

 (Vase.) 

 

(Salen BATO y RAQUELA.)

 
BATO
    Todos el monte dejamos;
a todos manda venir; 290
ya no llamamos servir
los que en Nazarén estamos.
   Ya por gloria lo tenemos,
porque después que María
bañó de dulce alegría 295
esta casa en que la vemos,
   naciendo tan clara y bella,
no hay hombre, si lo es de bien,
que no venga a Nazarén,
alegre de hablalla y vella. 300
   ¿Qué se trata de partida?
RAQUELA
¿Que hoy nos habemos de ir?
BATO
¡Voto al Sol, que he de reír
hoy para toda mi vida!
   Desde aquí a Jerusalén 305
he de hacer a nuestra niña
mil juegos por la campiña
y en las posadas también.
   ¡Oh, qué placer recibí
de mecerla esta mañana! 310
¡Nuestra ama y su madre Ana
no estaba, Raquela, allí!
   Sentí que estaba María
despierta, entré, y en la cuna
gorjeando hallé a la Luna 315
como las aves al día.
   ¿No has visto al amanecer
una calandria suave?
Pues tal estaba aquel ave,
que era escucharla placer. 320
   Que aunque no son más de dos
sus años, lo que decía
la santísima María
eran grandeza de Dios;
   quitéle a la hermosa cara 325
una toca, y vi... ¿qué vi?
No el sol, porque el sol allí,
sus rayos corrido para.
   ¿No has visto abrirse una rosa
con el aljófar y perlas 330
del alba, cuando a cogerlas
viene la abeja amorosa?
   ¿No has visto en cedros enanos
blanco azahar, o por la puerta
de roja granada abierta 335
asomándose los granos?
   ¿No has visto una fuentecilla
en un prado, con sonoro
ruido entre arenas de oro
bullir y bañar la orilla? 340
   ¿No has visto lirios que están
como si cortara el cielo
sus hojas de terciopelo,
de raso y de tafetán,
   que por donde está peloso 345
es terciopelo, y lo liso
raso, y que el reverso quiso
fuese tafetán lustroso?
   ¿No has visto la guarnición
de la cadenilla de oro, 350
que le da tanto decoro
hermosura y perfección?
   ¿No has visto blanca azucena
o cinamomo florido?
¿No has visto...
RAQUELA
Tú vas perdido.
355
BATO
Pues piérdame enhorabuena;
   que no hallar comparación
para pintar a María,
antes es ganancia mía
y engrandecer mi afición. 360
   Al fin, Raquela, llegué;
los buenos días le di;
menores los recibí
del Sol que en ella miré,
   hinqué la rodilla en tierra, 365
y comenzando a mecer,
canté por darla placer,
que amor dulcemente encierra:
       A la niña María
       cantan las aves, 370
       porque es Alba divina
       del Sol que sale.
   No lo hube dicho, Raquela,
cuando en el mismo aposento,
en un sonoro instrumento, 375
entre salterio y vihuela,
   me responde una capilla,
que sin seso me dejó.
RAQUELA
¿Qué hiciste?
BATO
Temblé.
RAQUELA
Pues yo,
Bato, ya estoy hecha a oilla. 380
BATO
   ¡Pardiez, que de un salto di
conmigo en el corredor,
aunque luego el mismo amor
me volvió a buscarla, y vi
   todo el aposento lleno 385
de flores!
RAQUELA
Tal campo es.
LISENO
No hay que porfiar, Farés,
que ha de llevarla Liseno.
ELIUD
   ¿Y de mí no se hace caso?
BATO
¿Venís los tres de pendencia? 390
FARÉS
Tú puedes dar la sentencia.
BATO
María duerme: hablad paso;
   que cuando duerme esta niña,
aun el cielo no se mueve.
ELIUD
Sobre quién la niña lleve 395
es esta pendencia y riña;
   habemos de caminar
como Joaquín lo ha mandado.
Liseno, muy enojado,
dice que la ha de llevar; 400
   lo mismo dice Farés,
y ha de llevarla Eliud.
BATO
Mejor os dé Dios salud,
que este bien gocéis los tres;
   que pienso llevarla yo 405
en estos indignos brazos.
RAQUELA
Tú gozarás sus abrazos,
Bato, que los otros no.
   Y yo, ¿dónde me quedaba?
¿No advertís que soy mujer? 410
BATO
Un remedio puede haber.
LISENO
Eso mismo imaginaba.
    ¿No es que echemos suertes?
BATO
LISENO
Va de suerte.
FARÉS
¿De qué suerte?
BATO
Que la lleve aquel que acierte 415
mejor a decir aquí
   quién puede ser esta niña.
LISENO
¿Quién lo juzgará?
BATO
Señor.
RAQUELA
Vaya con mucho primor.
FARÉS
Pues yo digo que es la viña 420
   que floreció en Engaddí.
ELIUD
Yo digo que para el suelo
hizo dos ojos el Cielo.
BATO
Son la Luna y el Sol.
ELIUD
Sí.
   Y como estaban sin niñas, 425
hizo esta niña que agora
les da la luz que atesora;
mira si vencí tus viñas.
LISENO
   Y yo que Dios quiere hacer,
aunque de mar infecundo, 430
alguna perla en el mundo
cuyo nácar ha de ser.
   Que como el nácar cerrado
encierra la perla en sí,
ansí tengo para mí 435
que lo tiene Dios trocado.
RAQUELA
   Yo digo que es esta infanta
un diseño y un modelo
del mismo Señor del Cielo,
y una verde hermosa planta 440
   de donde salga la espiga
que dé a todo el mundo pan.
LISENO
Bato falta.
BATO
Ya dirán
que Bato la suya diga.
   Pues juzgue a todos, señor, 445
y si no fuere la mía
más cierta en lo que es María,
y de más alto primor,
   que no la lleve en mi pecho,
que no es pequeño castigo. 450
FARÉS
Ya todos te aguardan.
BATO
Digo,
y que he de acertar sospecho.
   No digo que es perla, ni ave,
ni sol, ni estrella, ni día.
ELIUD
Pues ¿qué dices que es María? 455
BATO
Una cifra que Dios sabe.
   Sin duda que algún camino
quiere hacer el Verbo eterno,
y así el Padre sempiterno,
y el Espíritu divino, 460
   han hecho, pues de Dios es
tan alta sabiduría,
esta cifra de María,
para escribirse los tres.
   Que aunque los tres son un Dios, 465
cuando a hacer paz nuestra guerra
el Hijo venga a la tierra,
allá se estarán los dos.
ELIUD
   Alguien habla, Bato, en ti.
¿Tú sabes lo que has hablado? 470
BATO
¿No esperan a Dios cifrado
los ojos mortales?
ELIUD
Sí.
BATO
   Pues digo que si algún día
ha de ser hombre, es agora,
que para menos que aurora 475
de Dios no hiciera a María.
 

(Salen JOAQUÍN, JOSEF y ANA.)

 
JOSEF
   No ha dado más lugar la mucha prisa,
que a no ayudarme el buen Cleofás, mi hermano,
no pudiera acabarla.
JOAQUÍN
Amor ha sido
de primo, buen Josef. Ea, pastores, 480
¿está lo necesario prevenido?
BATO
Quistión hemos tenido, Joaquín santo,
sobre saber a cuál de todos toca
llevar en brazos la divina niña.
Remitámoslo a suertes, mas la suerte 485
será muy buena a quien por vos tocare,
porque sin vos, ¿que importa que se acierte?
ANA
Yo os quitaré de ese cuidado a todos,
porque solos mis brazos son depósito
del soberano precio de María. 490
BATO
Con vos, señora, no hay, ni haber podría
porfía, ni igualdad, ni competencia,
porque vuestra ha de ser la preeminencia.
JOSEF
   Perdónese al amor el buen deseo,
que todos lo tuviéramos a dicha. 495
JOAQUÍN
Si prevenido está lo necesario
de la ofrenda, del templo y del camino,
 

(Sale el ÁNGEL.)

 
no hay que nos detener.
GABRIEL
Dichoso el día
que al templo vais, ¡oh celestial María!
ANA
   Los vestidos, camisas y las sábanas 500
de mi hija, Raquela, te encomiendo.
RAQUELA
Ya tenía cuidado de su ropa.
GABRIEL
No se podrá perder, ¿qué os acobarda,
llevando tantos Ángeles de guarda?
 

(Vanse todos, queda el ÁNGEL.)

 
   Montes de la sagrada Palestina, 505
de Sión al Tabor de Galilea,
altas y verdes palmas de Idumea,
la Reina de los Ángeles camina.
   Las vuestras humillad a su divina
frente, que el sol con rayos hermosea, 510
¡y tú, pues ya tus márgenes pasea,
santo Jordán, la blanca tuya inclina!
   No soy yo solo, aunque con ella estuve,
la guarda y la cortina de María,
¡más bien guardada a vuestro monte sube! 515
   Y aunque le ha de tener guardado un día,
no es arca de maná que lleva nube,
porque es el mismo Dios el que la guía.
 

(Sale el DRAGÓN.)

 
DRAGÓN
   Certificarme deseo
con industria y diligencia. 520
GABRIEL
¡Tú vienes a mi presencia!
DRAGÓN
Aquí estás, aquí te veo,
pero no por esto creo
lo que en el Limbo se dice.
GABRIEL
Cuando allá te escandalice, 525
siendo contra ti Dragón,
no te faltará razón.
DRAGÓN
¿Pues sabes tú lo que es esto?
Que en desengañarme presto
más doblaras mi pasión; 530
   toma venganza de mí;
declárame si ha llegado
aquel tiempo deseado
de cuantos están allí.
No sé qué cosas oí 535
que no las tengo por ciertas;
ya se estremecen las puertas
del infierno temeroso
al Príncipe poderoso,
que solo romperlas puede. 540
GABRIEL
Mucho tu licencia excede;
eres, Dragón, cauteloso.
   ¿No sabes que te maldijo
Dios al principio del mundo,
y que el linaje fecundo 545
del santo Abraham bendijo?
¿No sabes que con prolijo
paso has de surcar la tierra,
y la enemistad que encierra
tu lengua y tu vil poder, 550
con el pie de la mujer
nacida para tu guerra?
DRAGÓN
¿Luego dices que es nacida?
GABRIEL
Lo que yo digo, Dragón,
es que tu mala intención, 555
quedará presto corrida.
Vuelve a mirar tu caída,
y la mujer levantada.
Mírala toda cercada
de tan santos atributos, 560
que son celestiales frutos
de su concepción sagrada.
 

(Ábrense dos puertas y vese dentro la Virgen, de niña de dos años, puesta de pies sobre una luna, y una sierpe a los pies, y alrededor una palma, un ciprés, una oliva, un rosal, un espejo, una fuente, una torre y un sol encima.)

 
   Mira el sol de su cabeza,
y la luna de sus pies,
su altura y aquel ciprés, 565
y esta palma su grandeza,
en el rosal su pureza,
la paz en la verde oliva,
y la fuente de agua viva,
el espejo en que se ve, 570
con la torre de su fe,
en cuyo cimiento estriba.
   Mira la blanca azucena
de su pura castidad,
el pozo de su humildad, 575
y en aquella alfombra amena,
el jardín y la serena
puerta del cielo, sellados
con tan divinos candados,
que solo Dios es su llave, 580
y mira aquel templo grave,
con los pórticos dorados.
DRAGÓN
   Déjame, no digas más;
que mirando la serpiente
que está a su planta, mi frente 585
quebrando, Gabriel, estás,
mas no dejaré jamas
de poner tantas insidias,
cuantas serán mis envidias
que, en fin, quiere, Dios que vea 590
que mujer remedio sea,
porque fue el daño mujer;
pero más queda que hacer
antes que el cetro posea.
   Propuso Dios que quería 595
que adorase al hombre yo;
bajar de allá me costó;
alta fue la empresa mía;
mas antes que llegue el día
que él suba donde me vi, 600
verás lo que puede en mí
esta envidia que me mata.
GABRIEL
Tu verás que Dios te ata.
DRAGÓN
Pues déjame hacer a mí.
 

(Vanse, y salen el REY HERODES, JOSIPO sus hermanos y todos.)

 
HERODES
   Esto me aconsejaron, y sospecho 605
que en mi necesidad, ninguna cosa,
Josipo, puede darme más remedio;
he dado a Roma tanta plata y oro,
y tan grandes regalos a mis Cesares,
y cuéstame la gracia de sus Cónsules 610
tanto dinero, sin el mucho gasto
que me cuestan las guerras de Samaria,
y de Jerusalén el largo cerco,
que apenas tengo como Rey aquello
que a mediana grandeza es necesario. 615
JOSIPO
Famoso Herodes, si le ha sido lícito
sacar el oro y plata oculta a Hircano,
de los sepulcros y urnas de los Reyes,
ni agravias sus cenizas, ni sus leyes;
no tengas miedo que se queje el mármol, 620
ni gima el jaspe, ni el dorado bronce,
ni que los cuerpos muertos se levanten,
porque ya sus cadáveres helados
no han menester el oro, que al decoro
de los vivos, señor, conviene el oro. 625
HERODES
Perdone Salomón, David perdone,
que el tesoro que tienen sus sepulcros,
mejor es que aproveche a los que viven;
romperé sus sepulcros esta noche,
porque Jerusalén, digo, la plebe, 630
no se alborote en ver quitar los mármoles,
por la veneración de sus mayores.
JOSIPO
Paréceme acertado, porque cubre
este poco respeto sus tinieblas,
que, en fin, son Reyes, y David tan digno 635
de justa estimación.
HERODES
Pues prevengamos
guarda para esta noche.
JOSIPO
Así conviene,
pues sacerdotes y ministros tiene.
 

(Vanse, y salen pastores, JOSEF, ISACAR, RUBÉN y JOAQUÍN y ANA, y traigan a la niña en medio de los dos de las manos.)

 
ISACAR
   Las ofrendas, señores, ofrecidas,
que a Dios habéis traído y a su templo, 640
serán de su grandeza recibidas,
   pero esta prenda hermosa, en quien contemplo
tanta excelencia, es víctima divina,
de vuestro celo agradecido ejemplo;
   de otra manera a su belleza inclina 645
sus soberanos ojos, porque creo
que para grandes cosas la destina.
JOAQUÍN
   Cumplió por su piedad nuestro deseo
el gran Dios de Israel, porque sabía
que era suyo no más tan santo empleo; 650
   estéril Ana, concibió a María,
esta es señor, mas es de Dios, no es nuestra,
y así, lo que es de Dios, a Dios se envía.
ISACAR
   Ella en el rostro soberano muestra
que Dios la estima para grandes cosas; 655
dando María aquesta mano diestra,
   córranse los jazmines y las rosas,
de verse tan vencidos.
JOSEF
¿Qué granadas
igualan sus mejillas amorosas?
ISACAR
   Llegad, María, a las sagradas gradas, 660
que ya al altar se corre la cortina;
subid con esas plantas delicadas.
JOSEF
    ¡Con qué gracia, señores, que camina!
¿Hay cosa más notable?
ANA
Es milagrosa;
en todo muestra perfección divina. 665
JOSEF
    Vos sois, Ana, mil veces venturosa.
¡Con qué excelencia y gracia va subiendo!
¡Sube ofrecida a Dios, niña dichosa!
RUBÉN
Ya está en lo alto.
JOSEF
Y estará creciendo
en gracia y santidad.
ISACAR
Ya estáis, María,
670
adonde viviréis a Dios sirviendo.
   Ana y Joaquín, adiós; desde este día
es María de Dios; que ya no es vuestra.
JOAQUÍN
En su nombre, señores, la tenía;
   adiós, mi niña, dulce gloria nuestra; 675
quedad con Dios, y perdonad el llanto
que el corazón enternecido os muestra;
   no os espantéis que lo sintamos tanto;
dos años y dos meses os tuvimos;
estos gozamos vuestro rostro santo; 680
   María, perdonad si no os servimos
como era justo, en nuestra casa pobre,
los que ser vuestros padres merecimos;
   allá tendréis, con Dios, tanto que os sobre;
no perdéis padres vos; que no los pierde 685
aquel que en Dios tan alto padre cobre.
ANA
   Decilde, Joaquín, que se le acuerde
de estos pechos y brazos de su madre,
cuando para alabar a Dios se acuerde;
   pero ¿qué le diréis que más le cuadre, 690
que decir que los padres que ha dejado
trueca por Dios, que es verdadero padre?
JOSEF
   María, aunque no soy quien ha criado,
como Ana y Joaquín, vuestra hermosura,
también os dejo en lágrimas bañado; 695
   que sois vos tan divina criatura,
que no a los deudos vuestros, mas sospecho
que haréis de cera hasta una piedra dura.
BATO
   Adiós, señora nuestra, que habéis hecho
tanta merced y gracia a estos pastores; 700
tal vez entre sus brazos, y en su pecho,
   al monte volveremos, cuyas flores
hallaremos marchitas, a deciros
en tanta soledad dulces amores;
desde allá os hablaremos con suspiros. 705
 

(Vanse, y queda RUBÉN.)

 
RUBÉN
    Con notable sentimiento
padres y deudos se van;
gran bien dejado nos han;
será de este templo aumento.
   ¡Cuán diferente, de aquí 710
salió Joaquín algún día,
cuando Isacar le decía
las maldiciones que oí!
   ¡Y qué bien que vuelve agora,
aunque árbol viejo, cargado 715
del fruto más deseado
que ya en este templo mora!
    ¿Qué gente es esta, tan tarde,
que ya la noche desciende?
¿Qué es lo que busca o pretende? 720
 

(Salen HERODES, JOSIPO y guardas de alabarderos.)

 
HERODES
Ningún respeto se guarde.
JOSIPO
    Aquí está un escriba.
HERODES
Di,
¿qué sacerdotes están
en el templo?
RUBÉN
Ellos podrán
juntos informarte a ti. 725
JOSIPO
No llamarlos es mejor.
RUBÉN
¿Qué buscas?
HERODES
Busco un tesoro
de vasos de plata y oro.
RUBÉN
¿En este templo, señor?
HERODES
    En este templo.
RUBÉN
No sé
730
que agora tenga tesoro;
y si le hay, el sitio ignoro.
HERODES
Eso yo lo buscaré.
   Enséñame luego, escriba,
cuáles los sepulcros son 735
de David y Salomón.
RUBÉN
Estos son.
HERODES
Rompe, derriba,
quita aquestas losas luego.
RUBÉN
¿Pues a los cuerpos sagrados
de nuestros Reyes pasados 740
te vienes, señor, tan ciego
   al culto que se les debe?
HERODES
Y ellos me deben a mí
el tesoro que hay aquí,
para que de aquí les lleve. 745
   Perdonadme, gran David,
v vos, sabio Salomón;
reyes sois: a los que son
reyes pobres acudid.
   Dadme acá la plata y oro, 750
pues gasté la mía bien
cercando a Jerusalén.
JOSIPO
Ni aquí parece tesoro,
   ni hay más de cuerpos aquí.
HERODES
Revolved los huesos luego. 755
 

(Salen del sepulcro unas llamas.)

 
GABRIEL
¡Ay, cielos!
HERODES
¿Qué es esto?
JOSIPO
Fuego.
HERODES
¿Ha muerto las guardas?
JOSIPO
Sí;
a lo menos dos ha muerto.
HERODES
Huye, que son Reyes santos,
pues sabes ejemplos tantos. 760
JOSIPO
Ciérrala.
HERODES
Quédese abierto.
RUBÉN
   ¡Oh, qué bien ha castigado
la codicia de este ciego
el santo cielo, con fuego,
en vez del oro buscado! 765
   Oro el bárbaro quería,
al templo viene por oro;
no hay tesoro; si hay tesoro,
es el que trajo a María.
 

(Salen JOSEF, CLEOFÁS y BATO.)

 
CLEOFÁS
¡Que no fuera yo con ellos! 770
JOSEF
Este pastor te dirá
del modo que queda allá,
y cómo los pies más bellos
   que tuvo criatura humana,
las quince gradas subieron. 775
BATO
¡Las cosas que allí se vieron
das a una lengua villana!
   Venga un ángel que te cuente,
pues allí no faltarían,
cómo aquellos pies subían 780
en su virtud solamente;
   que así lo ordenaba Dios.
CLEOFÁS
Todo el tribu está admirado,
porque a algunos he contado
esto que decís los dos. 785
BATO
   Harto mejor, Josef, fuera,
pues tú eres tan leído
en la escritura, y he sido
como en el monte una fiera,
   que mientras viene Joaquín, 790
el linaje nos contaras
de estas dos estrellas claras,
desde su principio al fin.
JOSEF
   Si en eso os causa contento,
oíd de la lengua mía 795
el linaje de María.
BATO
Ya estoy a tu voz atento.
JOSEF
Hizo Dios al padre Adán,
Adán a Set, y Set luego
a Enoch, a Caynán Enoch, 800
y de Caynán procedieron
Malalael y Jared,
Enoch, y el anciano viejo
Matusalem y Lamech;
Noé, que vio el mundo nuevo, 805
Sem, Arfaxad y Caynán,
salen de Herber y Phalego,
Ragán, Sarug, Nacor,
que fue de Abraham abuelo.
Taré, su padre, e Isaac, 810
su hijo, y Jacob, el tierno
amante de Raquel, Judas
y sus hermanos tras ellos,
Farés, Zarán de Tamar,
Esron y Arán, y con estos 815
Aminadab y Naasón,
a quien en orden siguieron
Salomón, Booz de Raab y Obed,
Iessé, en tan santo proceso,
a David, donde comienza 820
la generación de nuevo;
que de David a Abraham
son catorce, y así vemos
que prosigue Salomón
de aquella que vio en el huerto, 825
y fue de Urías mujer;
de Salomón prosiguiendo,
viene Roboán y Abrás,
Asa y Josafat, y el reino
de Jorán, y Ocías, a quien 830
sigue Joatán, y el mancebo
Acab, padre de Ecechías,
que por lágrimas y ruegos
vivió diez años tras él;
Amón malo, y Josías bueno, 835
y después que a Babilonia
llevaron sus Reyes presos,
Ieconías, sus hermanos,
en quien también se cumplieron
catorce generaciones. 840
Salatiel comienza luego,
Zorobabel, Abiud,
Eliacín, de quien tenemos
a Azor, que engendró a Sadoc,
Achín y Eliud, ya siento 845
que se acerca en Eleazaro
nuestro santo parentesco,
que dél procedió Mathan,
y dél mi padre; mas vuelvo
a la línea de Joaquín, 850
que es esta misma que os cuento,
porque Joaquín y Jacob
de esta mi abuela nacieron,
y Emerencia y Estolano
descienden, como desciendo, 855
del tribu sacerdotal
y de unos mismos abuelos.
BATO
¡Pardiez, Josef, que es bien clara
vuestra descendencia, y creo
que en ninguno como en vos 860
muestra más fuerzas el tiempo,
porque, en fin, venís de Adán
de uno en otro, descendiendo
de reyes y patriarcas,
príncipes y caballeros, 865
profetas y capitanes,
y duques del pueblo hebreo,
y agora en humilde estado
venís a ser carpintero!
Joaquín habrá ya venido; 870
si a Nazarén vuelvo presto,
os he de traer dos cargas
de cipreses y de cedros;
quedad ahora con Dios.
JOSEF
Él te guarde.
BATO
Veros pienso
875
el mayor padre en el mundo
del mayor hijo en el suelo.

 (Vase BATO.) 

JOSEF
Ve, Cleofás, y pues no fuiste,
como tan cercano deudo,
a Jerusalén con Ana, 880
consuela su sentimiento,
porque el venir sin María,
su luz, regalo y espejo,
los tendrá bien tristes.
CLEOFÁS
Voy,
aunque es corto mi consuelo 885
para ausencia de una niña
en quien se miran los cielos.

 (Vase.) 

JOSEF
Cansado estoy del camino;
bien será rendirme al sueño
mientras que llegan mis tíos; 890
que con este pensamiento
de la soledad que tienen
y de que queda en el templo
aquella divina niña...
velando estaré, y durmiendo. 895

 (Siéntese y hable entre sueños.) 

¿Quién eres, divina infanta,
honor y gloria del suelo,
que no sin causa notable
alegra tu nacimiento
los ángeles y los hombres, 900
que están de verte suspensos?
 

(Descúbrese una cortina, y vense JOAQUÍN y ANA sobre un trono, de cuyos dos pechos salgan dos ramas que se junten, y en su extremo se vea una imagen de la Virgen Nuestra Señora con el niño.)

 
JOSEF
¿Qué extraño y divino tronco
¡cielos! es este que veo,
o qué soberanos ramos
se juntan en los extremos? 905
¿Qué doncella tan hermosa,
que tiene un niño en los pechos?
Tente sueño, tente un poco;
¿a dónde te vas tan lejos,
que bañas de gloria el alma 910
y de alegre vista el cuerpo?
 

(Salen los PASTORES con instrumentos, cantando.)

 
[PASTORES]
¿Quién tendrá alegría
sin la blanca niña?
JOSEF
¿Qué música es esta? ¡Ay, triste!
Desperté del mejor sueño 915
que se cuenta de hombre humano,
aunque entre Jacob, mi abuelo;
que ver la escala tocando
cielo y tierra los extremos
no sé si diga, y bien puedo 920
decir que es figura desto,
pastores. ¿a dónde vais?
LISENO
¡Oh mi Josef! ¿Dónde bueno?
JOSEF
¿Vienen acaso mis tíos?
BATO
Ya llegan.
JOSEF
¡Qué gran contento!
925
 

(Salen ANA, JOAQUÍN, RAQUELA y CLEOFÁS.)

 
JOAQUÍN
¿Quién ve, José, esta casa
sin María?
JOSEF
Yo no puedo
consolarme de su ausencia.
ANA
¿Y qué hará su madre viendo
que allá deja toda el alma? 930
BATO
Oíd la canción os ruego.
 

(Canten.)

 
   ¿Quién tendrá alegría
sin la blanca niña?
Una voz. ¿Quién podrá alegrarse
si tan lejos deja 935
aquella alba clara
que la tierra alegra,
en casa desierta
del bien que tenía?
¿Quién tendrá alegría 940
sin la blanca niña?
JOAQUÍN
    Vamos, Ana, y consolaos
con que a Dios queda ofrecida.
ANA
¡Dichosa, Joaquín, su vida!
JOAQUÍN
Ea, amigos, alegraos; 945
   lo que es de Dios, sea de Dios;
María es suya, no es mía,
y presente está María
en el alma de los dos.
JOSEF
¡Qué santo y justo valor! 950
BATO
Pues vivan Ana y Joaquín,
porque con esto haga fin
la Madre de la Mejor.



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