236-23. Véase la nota 29-8 del tomo II de
Comedias y entremeses. (N. del
E.)
52
M.: «sabello». (N. del E.)
53
M.: «demas». (N. del E.)
54
M.: «ser el». (N. del E.)
55
M. omite «las». (N. del E.)
56
M. omite «me». (N. del E.)
57
M.: «roznos». (N. del E.)
58
248-2.
«La casa... de Monipodio debió estar por la calle
de la Cruz (hoy de Troya), que desemboca en la ribera, frente de la Torre del
Oro. Las señas de su patio que da Cervantes concuerdan con una casa de
fines del siglo XVI, señalada con el número 4; allí
está el patio pequeño ladrillado, con las dos salas
pequeñas convertidas en habitaciones de una casa corral. A un lado del
patio se ve un pozo que, por lo moderno del brocal, demuestra que no
existía al construirse el edificio. Se ven los estrechos corredores del
primer piso, donde debió estar el dormitorio de Monipodio.»
(Adolfo de Castro:
Varias obras inéditas de Cervantes;
Madrid, 1874; pág. 378.)
(N. del E.)
59
M.: «pequeñuelo». (N. del E.)
60
250-22. Según pragmática del año 1564 (ley
3.ª, título XIX, lib. XII de la
Novísima Recopilación),
estaba prohibido llevar «espadas, verdugos ni estoques de más de
cinco cuartas de vara de cuchilla en largo».
Así dice Guijarro, en la comedia de Luis Vélez de
Guevara
El Marqués del Vasto (jorn. II):
«¡Passo, passo! ¿No
se acuerda
que estamos solos los dos,
y ciño a la mano izquierda
cinco palmos de Toledo
también como vuecelencia?»
«Esta, en forma de una cruz,
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
ha de ser de cinco
palmos,
y sus llagas fueron cinco,
y cinco palmos nos muestra
que tienen cinco sentidos.»
(Loa de la espada, en la tercera parte
de las
Comedias de Lope y otros; Barcelona, 1612.)