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Materiales del Departamento II

Piedra:

1 molino barquiforme de 31 x 19 x 19 cm.

Vasijas

Fig. 8. Vasijas del Dpto. II

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1 Molino barquiforme, de 25 x 15 x 8 cm.

1 percutor de cuarcita.

Hueso:

1 Punzón acanalado, amarillento, muy pulido, de 10 cm. de long. roto por la región del enmangue (fig. 24, núm. 1).

Varios trozos de hasta de ciervo carbonizados.

Numerosos huesos de fauna sin clasificar.

Huesos humanos:

2 dientes infantiles caducos.

Metal:

1 punta de una flecha de cobre o bronce, triangular, con largo pedúnculo, de 4 cm. de longitud por 1 cm. de anchura máxima (fig. 25, lám. IV).

Materiales de superficie

Piedra:

Sílex: abunda en toda la extensión del yacimiento. Hay grandes núcleos de lascas, en mayor o menor grado de utilización, totalmente devastados o con zonas corticales. Algunos presentan en las aristas basales las «huellas de la parada» de los cepillos o raspadores nucleiformes (fig. 16, núm. 1). Hay también núcleos de hojas, como el de la fig. 16, núm. 3, de un precioso sílex veteado en crema, marrón y blanco azulado. Hay raspadores de diversos tipos: en extremo de lasca, como los núms. 2, 3 y 6 de la fig. 17, el primero de ellos asociado a perforador o taladro en el otro extremo; nucleiforme piramidal, como el de la fig. 17, núm. 4, y hasta «de morro», como el núm. 5 de la misma fig. 27.

La pieza núm. 8 de la fig. 17, es una raedera cóncavo-convexa, y la señalada como el núm. 1, un instrumento múltiple, con amplia muesca toscamente tallada en un borde, raedera recta en el opuesto, profusamente tallada y retocada, y el raspador en el extremo distal. Está construida en una placa de sílex lacustre que conserva la corteza en ambas superficies.

No faltan las «puntas», obtenidas sobre hojas o lascas folioides, como las de la fig. 18, y lám. IV. La señalan con el núm. 2 en un buen ejemplar en sílex marrón, con fino retoque marginal mixto, que se hace invasor en la región derecha del extremo superior. La núm. 3 es una hoja de sílex blanco mate, cuyo talón se ha desgastado por talla repetida en la cara superior; leves retoques a ambos lados refuerzan la eficacia de la punta. La núm. 4 es un lasca tallada irregularmente en la cara superior y con la base estrechada por medio de facetas oblicuas. Tiene dos filos superiores menudamente retocados.

En la ladera meridional fue hallada la punta de la flecha de talla   —40→   bifacial reproducida en la fig. 18, núm. 1, lám. IV. Es un buen ejemplar de perfil romboidal y sección triangular, de sílex gris azulado que se deja ver en un desconchado de la cara superior, pues toda la pieza se halla recubierta de pátina blanca.

Vasos

Fig. 9. Vasos Carenados del Dpto. II (red. 1/2)

Planta y corte de Terlinques

Fig. 2. Terlinques. Planta y corte de los Departamentos I y II. Los hoyos de los postes se indican con círculos concéntricos. Las piedras de molino, con rayado oblicuo. C, nivel de incendio

Como cabría de esperar en un yacimiento de esta naturaleza, la pieza de sílex más abundante, aparte de las lascas informes o con retoque   —41→   de uso, de las que llevamos recogidas más de un centenar, en la denticulada utilizada como sierra o diente de hoz. Las hay de todos los tipos y tamaños, desde la menuda lasquilla de muescas espaciadas (fig. 19, núm. 8) hasta las de grandes hojas de dorso rebajado, con denticulado continuo obtenido por retoques en ambas caras (fig. 21, núms. 5 y 12).

No todas estas piezas deben ser consideradas forzosamente como dientes de hoz. Lo son sin duda las que presentan la característica zona brillante patinada en el filo dentado, zona que hemos dejado señalada   —42→   en los dibujos por medio de una línea discontinua. Hay varias piezas que carecen de este pulimento, lo que puede ser debido a varias causas: que no hayan sido todavía utilizadas; que la calidad de la piedra se presente a la obtención de un brillo intenso como tal diente de hoz. La señalada con el núm. 2 de la fig. 21, por ejemplo, es un precioso ejemplar de sílex azulado, casi transparente, cuya delgadez y fragilidad no se prestan al rudo trabajo de las hoces. Quizá se trate de una menuda sierra para labores de cierta delicadeza. Otro caso puede ser la de la fig. 20, núm. 14, cuyo filo es convexo, a diferencia del de las piezas patinadas, que casi siempre es recto. Las amplias facetas del dorso lo hacen muy apto para el apoyo de los dedos y el manejo de la pieza con movimiento de   —43→   vaivén.

Cuencos

Fig. 10. Cuencos del Dpto. II (red. 1/2)

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Vasijas

Fig. 11. Vasijas de Superficie. Superior, reduc. 1/2. Inferior, reduc. 1/6

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Paraje del Cabezo de las Alforjas y el Zaricejo

Lámina I. 1.-Cabezo de las Alforjas. Al fondo, el Zaricejo

Vista de El Zaricejo

Lámina I. 2.-El Zaricejo. Emplazamiento del yacimiento ibérico

Vista de El Cabezo de Terlinques

Lámina II. El Cabezo de Terlinques desde el oeste

Las piezas más o menos rectangulares (fig. 20, núm. 12, y fig. 21, núms. 5, 7 y 9); trapezoidales (fig. 21, núms. 1, 6, 14 y 15) o en forma de D (fig. 21, núms. 3, 4 y 11), pudieran ser los elementos mediales de las hoces compuestas4. Las del dorso curvo y extremo apuntado serían los elementos terminales (fig. 19, núms. 12 y 13; fig. 21, núms. 7 y 10), y hay una serie relativamente abundante de dorso curvo, con un extremo redondeado y el otro recto, que son probablemente los elementos   —44→   iniciales (fig. 20, núms. 4, 5, 6, 8, 9, 11 y 13). La zona patinada en el ejemplar número 5 nos hace ver que, tanto en el extremo redondeado como el dorso estuvieron insertos en el extremo del mango.

Cuencos

Fig. 12. Cuencos de Superficie (red. 1/2)

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Como resumen de este apartado podemos concluir que en todos los yacimientos villenenses en la Edad del Bronce, de los que Terlinques no es una excepción, las piezas de sílex aparecen en gran abundancia, y no son infrecuentes las que recuerdan tipos y técnicas de remotas épocas. La pieza núm. 4 de la fig. 20 o la 14 de la fig. 19, por ejemplo, no son sino las antiguas medias lunas de dorso rebajado, adaptadas a su nueva función con sólo dentarles el filo, y lo mismo cabría decir de los números 1, 3, 4 y 6 de la fig. 21, con respecto a los trapecios.

Dibujos cerámicos

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Otras piedras:

Abundan en Terlinques los esferoides y núcleos de ofitas verdes y grises, y hay un fragmento con superficie pulida, probablemente de un hacha. Estos instrumentos de ofita son frecuentes asimismo en todas las estaciones prehistóricas de la comarca desde el Neolítico. No debe extrañarnos esta abundancia si pensamos que, al Norte del término, existe un cono de origen volcánico sembrado en superficie de esta materia prima, y que en término de la vecina población de Sax hay canteras abiertas, explotadas hasta no hace mucho para el pavimento de adoquines.

Son también abundantes en superficies los clásicos molinos barquiformes, enteros o fragmentados, sin que falten los fabricados con el conglomerado de pequeñas piedrecillas cementadas en calizas duras.

Los cantos rodados de cuarcita son también abundantes. Muchos de ellos presentan en los extremos y en los bordes aplanamientos producidos por frotación o percusión. En muchos ejemplares, se ha tallado   —46→   uno de los extremos, bien por una sola cara (fig. 22, núm. 1) o por ambas (fig. 22, núm. 2), a fin de obtener un filo más o menos sinuoso. El instrumento de cuarcita más notable de los recogidos hasta el momento es el mazo y ranuras de sujeción, utilizado seguramente como martillo metalúrgico.

Dibujos cerámicos

Fig. 14. Terlinques, Cerámicas de superficie (red. 1/2)

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Dibujos cerámicos

Fig. 15. Cerámica de Superficie: a) Fragmento de tapadera (?); b) Rodaja;
c) Borde de vasija con cordón de relieve y orejera de aprehensión (red. 1/2)

El yeso cristalizado se empleaba tanto en prismas más o menos regulares, probablemente utilizados como bruñidores, o en placas de orificios de suspensión (fig. 23, núm. 4 y lám. V). El Cabezo Redondo es también abundante en placas de este tipo.

Brazales de arquero y afiladores:

Dos ejemplares son recogidos superficialmente: unos de 5,5 cm. de longitud, de piedra oscura, con perforación bicónica (fig. núm. 1, lám. V) y otro fragmentado de arenisca clara, que ha perdido uno de los extremos perforados (fig. 23, núm. 2). Este tipo de brazales se da con abundancia en el Cabezo Redondo, y aparece también en el Peñón de la Zorra y en las Peñicas. Es la forma 1 de Sangmeister, rectangular con un orificio en cada extremo, cuyo foco europeo más importante se halla en la zona de la cultura argárica del SE español5.

Metal:

Hay suficientes indicios para suponer un alto grado de desarrollo en la industria metalúrgica del poblado. El martillo de cuarcita antes   —47→   mencionado sería uno de ellos, pero están presentes también los testimonios directos del propio metal, representado por el oro, la plata, el cobre o bronce.

Oro:

De hallazgo superficial es un pequeño pendiente o cuenta de collar de forma oval, con un extremo aguzado y el otro seccionado por rotura. Está construido con una estrecha laminilla desarrollada en amplio espiral hasta formar un tubito algo aplanado, de 1 m. de espesor. Pesa 0,28 gr. (fig. 25, núm. 1, lám.VI, núm. 1). Sus paralelos más próximos, en cuanto a   —48-49→   la forma, los encontramos en varios colgantes, de cobre o bronce, procedentes de un enterramiento colectivo, todavía inédito, de la Cueva de las Delicias, en el Cabezo de las Cuevas. Aretes de oro similares hay también en el «Tesorillo del Cabezo Redondo» y en la colección Furgus, procedentes de la necrópolis argárica de San Antón (Orihuela)6.

Piezas de sílex

Fig. 16. Cepillo, núcleos y lascas de sílex

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Piezas de sílex

Fig. 17. Terlinques, Readeras y rapadores de sílex (red. 4/5)

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Piezas de sílex

Fig. 18. Puntas de sílex (tam. nat.)

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