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[«como, ¿y» corregido del Apéndice de Don Quixote de la Mancha. Obras completas de Miguel de Cervantes Saavedra. Segunda Parte, edición de R. Schevill y A. Bonilla, 1941, Gráficas Reunidas S.A., Madrid, p. 460. (N. del E.)]

 

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47-3. Acroceraunii montes (hoy Tschika o Jimarra). Cadena de montañas del Epiro. (Consúltese Virgil.: AEneid., III, 506-507.) De Imagen = lo más alto; y Imagen = trueno, rayo.

Góngora, en el soneto CXLIII (Obras... comentadas por D. García de Salcedo Coronel, tomo II; Madrid, 1649), dedicado a Júpiter, acaba así:


   «Las hojas inflamó de vn alheli,
y los Acroceraunos montes no.
¡O Jupiter! ¡O tu, mil vezes tu!»


Comentando el terceto, dice Salcedo Coronel en su edición:

«Horacio, en la oda 3.ª del lib. I, Carm., los llama infames por esta causa (porque en esos montes caen muy de ordinario rayos), o por los que naufragaban en aquel mar que los baña:


«Quem mortis timuit gradum,
   qui siccis oculis monstra natantia,
qui vidit mare turbidum et
   infameis scopulos, Acroceraunia?»102.1(N. del E.)


 

102.1

El P. Campos traduce así estos versos: «¿Qué escalón de la muerte temió el que con enjutos ojos vió nadar los monstruos, y el que el mar hinchado, y los infames escollos Acroceraunios?» (N. del E.)

 

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49-9. Don Juan de Arguijo nació en Sevilla en 1567. Fue Regidor veinticuatro en aquella ciudad. Casó con D.ª Sebastiana Pérez de Guzmán. Murió en 1622 o 1623.

Véanse: sus Sonetos (edición J. Colón y Colón; Sevilla, 1841); Gallardo, Ensayo, I, núm. 261; el tomo XXXII de la Biblioteca de Autores Españoles; y los Cuentos de D. Juan de Arguijo, recogidos por D. Antonio Ortiz Melgarejo en 1619, y publicados por D. A. Paz y Mélia en el tomo II de sus Sales Españolas (Madrid, 1902). (N. del E.)

 

104

49-16. Sobre el Licenciado Luis Barahona de Soto, véase la nota 59 al Canto de Caliope. (N. del E.)

 

105

50-1. «Alemán y flamenco es lengua breve, pues se aprende en un brindis, got-is-guen, garhaus, mempiat, menestiat. Y para tratar de guerra, en diciendo país, duna y dique, no hay más que desear.» Libro de todas las cosas y otras muchas más; Obras de D. Francisco de Quevedo (Fernández-Guerra) tomo I, pág. 481. (N. del E.)

 

106

50-23. Alonso de Ledesma Buitrago, natural de Segovia. Nació en 1562 y murió en 1632. Fue famoso poeta sagrado. Su más importante obra lleva el título Conceptos espirituales (1.ª parte: Madrid, 1600; 2.ª: 1606; 3.ª: 1612). Es considerado, tradicionalmente (y esta tradición necesita estudio) como fundador del conceptismo.

(Compárese Ticknor, traducción castellana, III, 199.) (N. del E.)

 

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50-32. Probablemente se trata del licenciado Gerónimo de Castro, que fue albacea en el testamento de Vicente Espinel (m. 1624). Véase la Bibliografía Madrileña de Pérez Pastor, II, pág. 450.

Guardia recuerda al trinitario de Lisboa Fray Jerónimo de Castro y Castilho, que publicó en Madrid, el año 1624, su Historia de los Reyes godos, etc., comenzada por Julián del Castillo. (N. del E.)

 

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51-7.


   «Cuando contemplo el cielo,
de innumerables luces adornado,
y miro hacia el suelo,
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado...»

(Fr. Luis de León, Noche serena.)                


Lo de «en olvido sepultado» se lee también en Fernando de Herrera (soneto L). (N. del E.)

 

109

52-2. Véase la Epístola a Mateo Vázquez (Poesías sueltas; pág. 28, lín. 20) donde se halla este verso. (N. del E.)

 

110

52-26. El texto: porque tuuo. (N. del E.)