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31-16. Entendemos que se trata del Pedro de Valdés a quien alaba el licenciado D. Francisco de Herrera Maldonado, en su traducción de Sannazaro (Sanazaro Español; Madrid, 1620), en los siguientes términos:


   «¡Oh tu, don Pedro de Valdés famoso,
cuyo ingenio dió plumas a la fama,
ocupa en Dios el verso numeroso,
pues en tan dulce soledad te llama
ya del caos cortesano peligroso,
que la más cuerda mocedad infama,
[y] a pesar de peligros y desvelos,
te ha hecho cortesano de los cielos!» (N. del E.)


 

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31-20. El Dr. D. Cristóbal Suárez de Figueroa. Nació en Valladolid, hacia 1571. Marchó a Italia, siendo muy joven, y allí desempeñó varios cargos públicos, entre ellos el de Auditor de la Infantería española. Volvió a España en 1604, regresando a Italia en 1623. Murió después de 1644. Su libro La Constante Amarilis, prosas y versos, se publicó en Valencia el año 1609. Fue admirable prosista y excelente poeta; pero poco simpático por la acritud de sus juicios.

Véanse acerca de él: J. P. Wickersham Crawford: Vida y obras de Cristóbal Suárez de Figueroa, traducción de N. Alonso Cortés (Valladolid, 1911) y la edición de El Passagero del mismo Figueroa (publicado en Madrid en 1617) por R. Selden Rose (Madrid, 1914, en la Sociedad de Bibliófilos Españoles). (N. del E.)

 

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32-3. Don Diego de Silva y Mendoza, Duque de Francavila, Conde de Rivadeo y Marqués de Alenquer. Nació en Madrid en 1564, y murió en 1630. Fue hijo segundo de Rui-Gómez de Silva, Príncipe de Éboli, Duque de Pastrana.

Herrera Maldonado escribe de él, en su citada versión de Sannazaro:


   «La prudencia del Conde de Salinas
no sufre alguna humana competencia,
si ya no es que sus gracias peregrinas
se puedan igualar a su prudencia.
Las Musas españolas y latinas
rindan a sus conceptos la obediencia,
pues que en dulzura, en abundancia y gala,
sólo su ingenio a su elocuencia iguala.»


Entre los papeles de Gayangos, que hoy se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid (núm. 473 del Catálogo de Roca), hay un epitafio de Salinas a la muerte del Conde de Villamediana. (Véanse también: Salvá: Catálogo, núm. 199; Pedro de Espinosa: Flores de poetas ilustres; Gallardo: Ensayo, I, col. 141 y siguientes y col. 1027 y siguientes.) (N. del E.)

 

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32-6. Don Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache, Conde de Mayalde y de Simari. Fue discípulo de Bartolomé Leonardo de Argensola. Desempeñó los cargos de Gentilhombre de Su Majestad y de Virrey del Perú. Murió en 1658.

Sus Obras en verso se publicaron en Madrid el año 1639 (2.ª edición: Madrid, 1648; 3.ª: Amberes, 1654). Escribió además: Poema heroico, Napoles recvperada (Zaragoza, 1651) y unas Oraciones y meditaciones de la vida de Jesu-Christo (Bruselas, 1661).

En la Biblioteca Nacional de Madrid (papeles procedentes de Gayangos) se conserva una carta original y autógrafa de Esquilache, «satisfaziendo a algunos de los reparos que se habían puesto a su poema de Nápoles recuperada». (N. del E.)

 

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32-12. Don Diego Gómez de Sandoval y Rojas, hijo segundo del Duque de Lerma. Murió en 1632.

Hay poesías del Conde de Saldaña en un manuscrito de la Biblioteca Nacional, procedente de la de Gayangos (núm. 756 del Catálogo de Roca).

El Prólogo de la Jerusalén conquistada (Madrid, 1609), de Lope de Vega, va dirigido al Conde de Saldaña.

Luis Vélez de Guevara fue Gentilhombre de la cámara del Conde de Saldaña, y su mujer D.ª Úrsula Bravo, criada de la Marquesa de Alcañices. (N. del E.)

 

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32-18. Don Juan Bautista de Tasis y Peralta, Conde de Villamediana. Nació en Lisboa el año 1582, y murió asesinado en Madrid el 21 de agosto de 1622. Estuvo en Italia por espacio de seis años, desde 1611 hasta últimos de 1617. Fue dos veces desterrado de la Corte, a consecuencia de sus punzantes sátiras contra varios personajes. En 1621 fue nombrado Gentilhombre de la Reina Doña Isabel. No es improbable que el Conde-Duque de Olivares y el Rey tuviesen alguna participación en su muerte, y tampoco carece de fundamento la sospecha de su pasión amorosa por la Reina.

Sus Obras salieron a luz en Zaragoza el año 1629. Salvá (núm. 1057) cita un manuscrito de Obras satíricas del Conde, y pueden verse otras poesías del mismo entre los manuscritos de Gayangos, hoy en la Biblioteca Nacional de Madrid (núms. 494, 732, 756, 768 y 779 del Catálogo de Roca).

Consúltese E. Cotarelo: El Conde de Villamediana; Madrid, 1886. (N. del E.)

 

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32-30. Don Álvaro Antonio Enríquez de Almansa, Marqués de Alcañices, natural de Madrid. Fue Gentilhombre de cámara de Felipe IV. Hay un soneto suyo al frente de las Novelas exemplares, de Cervantes (1613).

Lope, en el Laurel de Apolo (VI), alaba su «claro entendimiento». Le dedicó, además, la Segunda parte del Príncipe perfecto (1622).

Véanse acerca de él: Salvá: Catálogo, núm. 199; Gallardo: Ensayo, I, núm. 1050.

En la Sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, existe un impreso de cuatro folios (manuscrito H-56), que contiene un:

«Discvrso sobre el nacimiento y baptismo de la Serenissima Princesa doña Margarita de Austría. Y relacion de las fiestas que huuo, y honra que hizo su Magestad al Marqués de Alcañizas, yendo este dia a su casa. Por el Doctor Iuan Antonio de la Peña, natural de Madrid. A D. Ines de Guzman, Marquesa de Alcañizas, etc. (Madrid, 1623).»

El autor del Panegírico por la Poesía (Montilla, 1627), dice de él: «El Marques de Alcañizes es de gallardo espíritu y donaire en las sátiras.» (N. del E.)

 

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33-9. Respecto de D. Francisco de la Cueva y Silva véase nuestra nota 77 al Canto de Caliope. Véanse también los mss. 714 y 756 de Gayangos, hoy en la Nacional de Madrid (Catálogo de Roca); y Gallardo, Ensayo, I, núm. 1050. (N. del E.)

 

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33-11. Don Rodrigo de Herrera y Ribera (persona distinta del hijo del Marqués de Auñón, que llevaba los mismos nombre y apellidos), fue caballerizo de la Duquesa de Nájera, D.ª Inés María de Arellano. Era, según Pérez de Montalbán (en el Para todos), portugués. Murió en Madrid, a 17 de diciembre de 1657, dejando una hija: D.ª Isabel de Herrera.

Fue notable autor dramático, y de él nos quedan las comedias: Castigar por defender; Del cielo viene el buen rey; Castigar por defender (burlesca); El Voto de Santiago y batalla de Clavijo; La Fe no ha menester armas y venida del Inglés a Cádiz; El primer templo de España y San Segundo, Obispo de Avila. (Esta última se conserva autógrafa en la Biblioteca Nacional de Madrid.) Escribió, además, la titulada Lo cauteloso de un guante y confusión de un papel.

Lope de Vega le alaba en el Laurel de Apolo.

Hay composiciones suyas en las Prosas y versos del Pastor de Clenarda, de Miguel Botello (Madrid, 1622); en los Triunfos festivos, de Angulo y Velasco (Madrid, 1656); en el Certamen angélico, de Miranda y la Cotera (Madrid, 1657); y en la Relación, de Monforte y Herrera (Madrid, 1622). Publicó, además, una Silva fvnebre a la muerte de don Aluaro Iacinto Colon y Portugal, Duque de Veragua (Madrid, 1636?) citada por Salvá (núm. 669). Se le atribuye la comedia A gran daño, gran remedio, que corre como de Villaizán.

Vide Pérez Pastor: Bibliografia Madrileña, III, 385 y siguientes. (N. del E.)

 

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33-14. Don Juan Antonio de Vera, Zúñiga y Figueroa, después Conde de la Roca. Nació en Mérida, hacia 1584, y murió en Madrid, el 6 de febrero de 1658. Fue Embajador en Venecia, Roma y Saboya.

Lope de Vega le dedicó sus comedias Los Esclavos libres y La Felisarda.

Publicó: El Fernando, o Sevilla restaurada (Milán, 1632); El Rey D. Pedro defendido (Madrid, 1647); Epítome de la vida y hechos del invicto Emperador Carlos V (Madrid, 1622); y El Embajador (Sevilla, 1620), libro de verdadera importancia en la historia del Derecho Internacional. Fue, probablemente, el autor del Panegírico por la poesía (Montilla, 1627) y del Centón epistolario (supuesta edición de Burgos, 1499). (N. del E.)