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51

M. R. Lida de Malkiel, «Josefo en la General estoria», en Hispanic Studies in Honour of I. González Llubera, Oxford, 1959, pág. 165: es trabajo fundamental, aunque no puedo seguirlo en el detalle en cuestión. De la misma señora Lida de Malkiel (que escribió muchas y excelentes páginas sobre nuestra obra, en diversos lugares) debe verse en particular «La General estoria: notas literarias y filológicas», en Romance Philology, XII (1958-1959), págs. 111-142, y XIII (1959-1960), páginas 1-30 (para el punto debatido, XII, págs. 111-112).

 

52

Cf. últimamente S. R. Daly, «Peter Comestor: Master of Histories», en Speculum, XXXII (1957), págs. 62-73.

 

53

Vid. ahora Grundriss der romanischen Literaturen des Mittelalters, ed. H. R. Jauss y E. Köhler, VI, I (Heidelberg, 1968), pág. 30, y II (1970), pág. 60.

 

54

Léase el prólogo de Coméstor, PL, CXCVIII, col. 1053-1054.

 

55

«Aliam quoque Catholicam historiam ingenti volumine composuit, incipiens a mundi creatione usque ad adventum Spiritus Sancti et Evangelii predicationem, quæ Compluti in Bibliotheca collegii maioris S. Ildephonsi inedita asservatur» (PP. Toletanorum quotquot extant opera, III [Madrid, 1793], página XXIII); el manuscrito para hoy en la Biblioteca Provincial de Toledo (Borbón-Lorenzana, 54-57).

 

56

Biblia medieval portuguêsa, I: Historias d'abreviado Testamento Velho, segundo o Meestre das Historias Scolasticas, ed. S. da Silva Neto, Río de Janeiro, 1958.

 

57

Compendi historial de la Biblia que ab lo títol de Genesi de Scriptura trelladá del provençal a la llengua catalana Mossen Guillem Serra en l'any MCCCCLI, ed. M. V. Amer, Barcelona, 1873; sobre el texto provenzal, Grundriss citado, VI, II, pág. 68. Naturalmente, menciono sólo algunas obras en que la Historia scholastica se hace presente como fuente estructural: otra cosa sería seguir las abundantes huellas de Coméstor en la Edad Media peninsular (Lucas de Tuy, Eiximenis, Vicente Ferrer, Cancionero de Baena, Marqués de Santillana, Invencionario, etc., etc.).

 

58

Vid. el excelente examen de Sister Francis Gormly, S. N. D., The Use of the Bible in Representative Works of Medieval Spanish Literature, 1250-1300, Washington, 1962, páginas 32-39.

 

59

Alfonso la emplea casi tan abundantemente como a Coméstor, aunque lo disimule el citar al autor aducido en la Glossa antes que a la propia Glossa o incluso, a menudo, en vez de ella. El uso continuo y combinado de la Glossa y la Historia scholastica se echa de ver perfectamente, por ejemplo, en San Vicente Ferrer (Sermons, ed. J. Sanchis Sivera, I [Barcelona, 1932], págs. 79-80: «E açò diu expressament lo mestre de les ystòries, Scomestor [...] Diu la Glosa...», etc.).

 

60

Como más frecuentemente aún se rompían entre los auctores clásicos y los comentarios que los acompañaban (para Alfonso, cf. sólo M. R. Lida de Malkiel, RPh, XII, páginas 114-115). El hábito medieval de leer los grandes textos con escolios o comentos seguidos es clave del modo alfonsí de «traducir» o aprovechar las fuentes; cf. abajo, págs. 167 sigs., y varias importantes observaciones de Margherita Morreale, «La fraseología bíblica en la General estoria», en Linguistic and Literary Studies in Honor of H. A. Hatzfeld, Washington, 1964, págs. 269-278.