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21

Carta de Amado Alonso a Alonso Zamora de 19 de noviembre de 1949 (Archivo Zamora Vicente).

 

22

Ibidem.

 

23

Una de esas colaboradoras, Elena Vidal de Battini, así se lo hace saber a su maestro: «Me enteré por sus noticias de la probable llegada de Vicente Zamora [sic] al Instituto y tomé en cuenta su pedido de que le tratemos bien. Si usted lo aconseja, así se hará, pero nuestro propósito era no estar allí con nadie que no fuera el Dr. Alonso ¿Cree usted que debemos trabajar con él? Desde luego que si esto ocurre seremos leales y le diremos la verdad de nuestra determinación». Buenos Aires, 14 de abril de 1948 (Archivo Amado Alonso. Residencia de Estudiantes).

 

24

En este artículo, el director recuerda a sus colaboradores y los proyectos que llevaron a cabo conjuntamente durante los años que estuvo al frente del Instituto. En este artículo revela cuál era el grupo que llevaba adelante el día a día del Instituto: Devoto, Speratti Dellepiane, Barrenechea y Bruzzi, además de la colaboración del bibliotecario Andrés Ramón Vázquez.

 

25

Carta de Alonso Zamora a Menéndez Pidal de 11 de noviembre de 1948. Archivo Menéndez Pidal.

 

26

Filología: Buenos Aires. Instituto de Filología, núm. 1, mayo-agosto de 1949.

 

27

En una carta de 21 de enero de 1950, Amado contesta a Zamora: «Ha sacado usted demasiado jugo de la frase de Rosenblat y mía, de que la africada y la sorda "son variantes enfáticas". En dos pasajes, y con más palabras que nosotros, y sin embargo con poca fidelidad. La frase nuestra es verdadera para la africada, y solo a medias para la sorda: había que haber añadido que, además del énfasis, otras causas la determinan, y entre ellas la contraria del relajamiento, tono bajo, etc. Pero que muchos argentinos pronuncian sorda su y-ll cuando lo hacen con especial energía, es cierto. Rosenblat. Ureña, Lida y yo lo hemos comprobado mil veces». (Archivo Zamora Vicente).

 

28

Carta de Amado Alonso a Zamora Vicente. Massachusetts. 6 de julio de 1950. Ese agradecimiento ya se lo había hecho llegar en otra carta de 23 de abril de 1950: «Precisamente en estos días me ha escrito (espontáneamente) Andrés [Vázquez], diciéndome cuán admirablemente, con verdadera cordialidad se ha portado usted con mis antiguos colaboradores del Instituto, especialmente con Frida, a la que ha defendido usted triunfalmente» (Archivo Zamora Vicente). También compañeros, como Rafael Lapesa, supieron reconocer la labor de Zamora Vicente durante los años que dirigió el Instituto: «Durante cuatro años, 1948 a 1952, dirigió el Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires en circunstancias de excepcional dificultad. La tensión política había lanzado fuera del país al anterior director, Amado Alonso, y a casi todos sus discípulos y colaboradores. Zamora, de acuerdo con Amado, fue a Buenos Aires con el propósito de salvar del naufragio cuanto fuera posible. Pese a su juventud, a los recelos y a las presiones de toda índole, consiguió infundir aliento a los investigadores que aún quedaban, formar otros nuevos y lanzar, venciendo innumerables obstáculos, una excelente revista, Filología». Contestación al discurso de ingreso de Zamora Vicente en la Real Academia Española 27 de mayo de 1967.