Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —15→  

ArribaAbajo Marina Romero: 90 años de amor a la poesía

Samuel Alcalde2


Marina Romero Serrano cumplió en febrero 90 años. Estas líneas son un pequeño homenaje a su larga vida dedicada a la literatura, muy especialmente a la poesía infantil.


Biografía

Nació en Madrid en 1908. «Cuando yo nací, mi madre murió del parto y mi padre había muerto un poco antes de tifus. No he conocido a mis padres». Fue alumna del International Institute for Girls in Spain, e hizo el Bachillerato en el Instituto-Escuela, del que después fue profesora. Cursó Magisterio, en 1933 empezó Filosofía y Letras y en 1936 se licenció «Master of Arts» en el Mills College (California). Enseñó Lengua y Literatura españolas en la Universidad de Rutgers, New Jersey (USA), desde 1938 hasta 1970 fecha en que pasó a residir de nuevo en España. «Estudié en el Instituto Escuela. Después empecé medicina pero vino la guerra y tuve que dejar medicina porque además como tenía tan mala memoria... Hice Magisterio, enseñé en Ayamonte, luego me reclamaron en el Instituto Escuela y Jimena Menéndez Pidal me consiguió una beca para ir a EE. UU., pues me apasionaba. Estando allí, empezó la guerra y me dijeron “no te vengas todavía, cuando se acabe que esto va a durar muy poco”. Hice un máster en California y acabé siendo “full profesor”; catedrático. Estuve en EE. UU. 35 años».



  —16→  
Premios y honores

Desde 1935 hasta 1961 recibió varias becas residiendo en Estados Unidos. En 1957 le concedieron el premio INLE por su libro de ensayo Paisaje de la literatura española. Antología de la generación del 98. Ya en España: Presidenta de Honor de la Liga Española Pro-Derechos Humanos (1990) y Medalla de Honor de la Universidad Complutense de Madrid (1992). «A mí me choca que me hayan dado esos premios. Yo no escribo para que me den premios. Yo escribo porque me sale de dentro y se acabó. Si tuviera que escribir para que me dieran premios, qué feo, ¿no cree? ¿Que a otros con menos méritos le han dado premios, dice usted? Eso no es cosa mía, allá ellos. Porque si yo fuera una persona de tertulias, de reuniones, que fuera a círculos literarios, me conocerían más. Pero como soy muy independiente y estoy muy metida en casa...».

imagen

Il. de Miguel Ángel Moreno para Poemas rompecabezas, de Marina Romero (Zaragoza: Eldelvives, 1989, p. 85).




Su obra: características

Marina Romero, profesora, conferenciante, conocedora de varios idiomas, viajera por múltiples países, miembro de distintas Asociaciones Profesionales, experta en fotografía, es, por encima de todo, una escritora tenaz, gran amante de la Literatura.

  —17→  

«No sé lo que me impulsó a escribir, sería un semillita que llevaba yo ahí metida sin saberlo. No sé cómo se me ocurrió, esas cosas no se pueden explicar, bueno, algunos las podrán explicar, yo no».

Empezó escribiendo para adultos: en 1935 publicó su primer libro Poemas A, luego publicaría varios libros más de poesía (Nostalgia del mañana, Presencia del recuerdo, Midas, poemas de amor, Sin agua, el mar) y uno de ensayo (Paisaje y literatura de España. Antología de la generación del 98).

En 1973 empieza su dedicación a la Literatura Infantil con la publicación de Alegrías.

«Estaba yo en EE. UU., viendo la televisión y salió un niño diciendo unos disparates -caturriscuscos, catarraslascas, calarroscocos- y, no sé por qué, apagué la televisión y empecé a escribir Alegrías. Lo empecé y en una semana escribí el libro».

Marina es ante todo poeta, maestra de la anáfora, la aliteración y el paralelismo, sus poesías rebosan musicalidad, con ritmos muy variados y atrayentes, cargadas de una extraña mezcla de sorpresa, ingenuidad y hondura.

«En algunas críticas que me han hecho, algunas veces, me comparan un poco con la generación del 27. Yo no lo sé, yo creo que no me han influido. Pero tengo que reconocer que yo era muy amiga de Pedro Salinas y de Jorge Guillén, ellos estaban también en EE. UU. y nos veíamos muchísimo».

Cuatro libros más de poesía, a saber: Campanillas del aire, Disparatillos con Masacha, Poemas a Doña Chavala y Don chaval y Poemas rompecabezas; uno de narrativa: Cuentos rompecabezas y uno de teatro: Churrupete va a la luna completan su bibliografía infantil.

Actualmente no se encuentran ninguno de sus tres primeros libros de poesía en el mercado (pero sí en las bibliotecas, afortunadamente) porque la editorial decidió no continuar editando la colección. A Marina le dio pena que quemaran sus libros y se llevó a casa los fondos suyos que quedaban en la editorial. Cuando yo me enteré de esto (y de la avanzada edad de la autora) decidí solicitarle algunos libros. Luego, tras comprobar su amabilidad y su franqueza, fui a entrevistarla decidido a publicar algunos artículos con el fin de que nuestra autora de Literatura Infantil más anciana no quede en el olvido y se reconozca un poquito más su gran aportación poética.



  —18→  
Sus cinco libros de poesía

Alegrías (Ed. Escuela Española, 1987, 53 pgs. Ilust.: Marisa Salmeán): como he señalado fue el primer libro que escribió para niños, publicado en 1973 por la editorial Anaya; en su 2.ª edición lo publicó en 1980 la editorial Escuela Española en su colección Infantil y Juvenil (al igual que los dos libros siguientes); alcanzó la 3.ª edición en 1987. Incluye treinta poemas titulados con nombres de animales y finalizados con nombres de flores (algo meramente estético, sin otro significado). Son poemas con las formas más rítmicas de la lírica infantil, algunos puros romances, otros, partiendo de canciones populares las recrean con humor e ingenio (Mambrú se fue a la guerra / con dos frascos de colonia / peine y una jabonera...), otros son inquietos disparatillos (Tú sabes poco de mucho / y yo sé mucho de nada / ¿qué tengo en el cucurucho? / Nada), pero todos muy inspirados -algunos, eso sí, demasiado largos- (Yo quiero ser un tic-tac / de tu rojo corazón, / una lucecilla blanca / de tu ventana interior, / un aire / de tu suspiro, / un pétalo / de tu flor, / una nota / de tu canto, / un hilo de tu algodón...). Basada en este libro se hizo una Cantata Divertimento para coro de niños en 1979 y un disco en 1982: «Yo le di el libro a Antón García Abril y él al leerlo se conoce que le encontró un ritmo y una rima que le gustaron y me pidió permiso para hacer la obra y le dije sí, cómo no. Antón hizo la obra para el Año Internacional del Niño. Se estrenó en el Teatro Real y en el auditorio cantó un coro con 200 criaturas. Después se hizo un disco que ya por la 4.ª edición».

De este libro es un poema que aparece en muchas antologías y que Marina escribe en forma de caligrama. Yo, por falta de espacio, lo transcribo seguido, pero entero: ¡Uy! ¡Que me caigo! / ¡Levántame! / Las bolas del gua... / no sé, no sé. / ¡Uy! ¡Que me pierdo! / ¡Encuéntrame! / En las hojas del árbol / en la gota de miel.

Campanillas del aire (Ed. Escuela Española, 1984, 47 pgs. Ilust.: Marisa Salmeán): su segundo libro para niños, lo publicó en 1984. Incluye poemas con títulos y finales siguiendo su peculiar idea del libro precedente.

Conserva el mismo estilo y los mismos ingredientes citados. Su facilidad para la rima sencilla y sonora con ritmo de copla puede apreciarse en el siguiente poema completo: Limón, limonada, / ¡que se va a la era! / Limón,   —19→   limonera, / ¡que se va a la nada! / De las tres ovejas / una era encarnada, / con rizos de acero / y patas de plata. / Limón, limonera, / ¡que se va a la era! / Limón, limonada, ¡que se fue a la nada! La inmensa fluidez de Marina escribiendo poemas le ha impelido a hacerlos medianos o largos (lo que imposibilita que copie los poemas enteros, muy a mi pesar), no he encontrado ninguno con menos de ocho versos. Esta capacidad yo la considero propia de los buenos poetas. Hablando de esto, Marina me dijo: La poesía, si se tiene tendencia, virtud o facilidad, sale fácilmente. Yo empiezo a rimar y me sale todo seguido; es rarísimo, rarísimo que yo corrija un poema mío. Es rarísimo, casi nunca corrijo nada. No puedo decir que nunca porque entonces mentiría, pero es raro, rarísimo que yo corrija.

Los libros de Marina se leen con gusto y se releen con placer porque sus poesías conservan la frescura debido a que brotaron «de manantial sereno». Los siguientes versos son de un bellísimo poema, incompleto, que espero empujen a muchos lectores a terminarlo leyendo el libro: «En horas de madrugada / me iré, / si quieres venir... / voy a contarle los barcos / al río Guadalquivir. / Si las aguas están claras / podré, / si quieres venir... / también contarle los peces / al río Guadalquivir».

Disparatillos con Masacha (Ed. Escuela Española, 1986, 45 pgs. Ilust.: Jesús Gabán): tercer libro de poemas, publicado en 1986, cuyo título se lo inspiró una perrucheta de nombre Masacha («Masacha, Masacha, / soplillo de orejas / ¿buscas tu rebaño? / ¿dónde tus ovejas?»). Reúne 37 poesías, en esta ocasión, con títulos de árboles. Marina mantiene su certero estilo que también incluye: la sonoridad llamativa y el juego de palabras con humor («Chus Churuschús, / cogí el autobús / para ir al colegio / tocando un arpegio»), la ternura a modo de trabalenguas («Si tú no me quieres, / yo sí te quiero, / pero, pero dime, / pero, pero, pero, / ¿por qué si no me quieres / yo sí te quiero?»), preguntas y respuestas, poemas que recuerdan las coplas y que son propicios para convertirlos en canciones: «¿Qué me traes cartero, tero? / ¿Qué me traes cartero, to? / Una carta de tu amante / y recuerdos de tu amor».

Poemas a doña Chavala y don Chaval (Ed. Edelvives, 1994, 411 edición, 63 pgs., Ilust.: Marina Seoane): publicado en 1988, fue uno de los   —20→   primeros libros (el núm. 4) de la colección Ala Delta. Un gran acierto porque los 15 poemas que incluye transpiran gracia, encanto, sencillez, musicalidad, ternura y humor, características que lo hacen apropiado para un amplio grupo de edades, sobre todo, para los más pequeños. Yo aconsejo a los padres y educadores que les lean a los niños de 3 años en adelante los versos de este libro: «Dijo la hormiga / a la araña: / -¿cómo te das tanta maña / para tejer esa tela? / Dijo la araña / a la hormiga: / -pues verás, mi buena amiga, / pues me lo enseñó mi abuela». Fue para mí una maravillosa sorpresa comprobar que unos versos tan infantiles los había escrito alguien que iba a cumplir 90 años. He comprobado en niñas de tres a ocho años cómo les atraen estos entrañables poemas: se ríen, piden que se los lea otra vez, memorizan algunos versos y los repiten en voz alta, me piden el libro para leerlo individualmente... He aquí un lindo poema titulado «El mar» que voy a transcribir entero: «En la cara del mar / cantan las olas; / en el fondo del mar, / las caracolas; / y las estrellas / de la mar y del cielo / juegan entre ellas. / Ya los erizos / se peinan con un peine / todos los rizos; / y los delfines / saltan saltos de aire / sueltas las crines. / Adiós chaval, / voy a contarle al agua / toda su sal». Tampoco en este libro hay ningún poema cortito pues todos tienen más de 15 versos, eso sí, éstos son casi todos de arte menor: «El arco iris tiene / siete colores, / se los pone el domingo / con muchas flores. / El arroyuelo tiene / miles de peces, / que bailan todo el día / con almireces».

Este libro de Marina es una joya y todos los que aprecien la buena Literatura Infantil deben saberlo, porque además de las inspiradas poesías, incluye preciosas ilustraciones a todo color de otra Marina, Seoane.

Poemas rompecabezas (Ed. Edelvives, Col. Ala Delta (90), 1995, 4.ª ed., 89 pgs., Ilust.: Miguel Ángel Moreno): junto al libro anterior son los únicos que están en el mercado. Éste es para mí el más complejo: muchos poemas son demasiado densos y completa algunas rimas con vocablos elevados. De todos modos hay varios poemas que siguen conservando el encanto más genuino de esta poetisa como el dedicado al zorro: «¡Que voy / por aquí! / ¡Que voy / por____! ¡A ver / si me coges / que voy / a saltar / por esta / maleza / por ese______!». El poema continúa y está escrito de una forma muy interesante que no la hemos podido reflejar. ¿Alguien ha adivinado las dos palabras que faltan? Es un reto que propone la autora; en cada poema hay tres palabras que faltan y que el lector tiene que adivinar. La idea es buena, el juego interesante, pero las palabras que faltan no están bien seleccionadas

  —21→  

imagen

Il. de Miguel Ángel Moreno para Poemas rompecabezas, de Marina Romero (Zaragoza: Edelvives, 1989, portada).

  —22→  

porque algunas son muy difíciles. En el poema anterior las dos palabras que lo completan son allí y zarzal (esta última no es fácil para los niños). Al final se incluye un solucionario. Los versos siguientes son sólo el inicio hasta la palabra que hay que adivinar, en esta ocasión asequible: «Ya se oye cantar / al grillo, / porque ha llegado / el verano. / Ya le juega / al pillo pillo / a la oruga / y al______». Incluye 36 poemas todos sobre animales. Marina Romero ha vivido sola, pero acompañada por algún animal -pues le encantan-; siempre ha tenido a su lado un perro. «Me gustan las cosas sencillas, echar de comer a los pajaritos. Tengo aquí una terraza donde les echo alpiste, migas, arroz partido... He llegado a contar 50 gorriones, los he contado, y hasta urracas han venido. Yo me siento a mirarlos y para mí es un verdadero placer».

Hay dos cosas que quiero recalcar apoyándome en palabras de la autora. Por un lado, la semejanza de estilo que se pueda apreciar en algunos poemas con otros escritores debe hacernos pensar que dichos poetas entienden la poesía infantil de la misma forma, desde su independencia y su peculiar sensibilidad. Marina me decía lo siguiente con respecto a otros autores: No leo Literatura Infantil para no contaminarme. Quiero escribir sólo lo que sale de mí. No quiero que esto se tome como desprecio, simplemente no quiero tener oportunidad de criticarlos o no criticarlos. Por otro lado, algo muy sorprendente, porque frente al pesimismo de su poesía para adultos, desborda alegría y simpatía en sus versos infantiles: En algunas cosas soy como una niña; todavía me entusiasmo con algunas cosas de los niños pequeños. Me gusta porque al hacerlo, no sé si inconscientemente o no, me estoy autoalimentando de juventud, y como eso lo necesito porque ya soy muy mayor... Siempre me han gustado los niños, me gusta la música, me gusta cantar, siempre he cantado mucho.

Marina Romero Serrano, entrañable, lúcida, sencilla, independiente, con 90 años recién cumplidos, ha demostrado con sus cinco libros de poesía infantil que merece un hueco en todas las antologías. Más comprensión, mucha más bondad y mucha más alegría, son sus deseos para todos.

Gracias, apreciada Marina, y que Dios la guarde mucho años más.