Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaJornada III

 

Salen LUDOVICO, ENRICO y TOSCO villano.

 
LUDOVICO
El obedecer es ley,
por su mandado he venido.
ENRICO
¡Gracias al cielo que ha sido
en algo piadoso el Rey!
LUDOVICO
Mandome que yo asistiese 5
y no sé con qué ocasión,
a vuestra injusta prisión,
y que vuestro alcaide fuese.
Sabe Dios si me ha pesado
de daros este pesar. 10
Mas no me puedo excusar.
—236→
Su Majestad ha mandado,
que mientras estéis ansí,
ninguna persona os vea,
que solo un crïado sea 15
quien os acompañe aquí,
y que este no salga fuera.
Sino que, juntos los dos,
tan preso esté como vós.
TOSCO
Preguntar, señor, quisiera, 20
¿qué delito cometí,
para que su Jamestá
con tanta regulidá
se acuerda también de mí?
¿Para qué me quiere preso? 25
A ser mi hermana muy bella
yo sirviera al Rey con ella,
sin enojarme por eso.
Si Enrico se descubrió,
estando escondido allí, 30
también me descubrió a mí
y no tomé enojo yo.
LUDOVICO
Pues no es bien que desa suerte,
vós mismo os quitéis la vida.
ENRICO
Ella fuera bien perdida 35
y bien hallada mi muerte,
cuando a este punto viniera,
que el temor no me acobarda.
Pero presumo que tarda,
por no serme lisonjera. 40
LUDOVICO
El jüez más riguroso,
que habéis, Enrico, tenido,
es vuestro padre.
ENRICO
Y ha sido
en eso padre piadoso.
LUDOVICO
Ya Teobaldo de la herida 45
convaleció y ha quedado
con salud.
ENRICO
Hubiera dado,
en albricias de su vida,
la que no tengo.
LUDOVICO
Con esto
y con que mañana ha de ir 50
Estela misma a pedir
vuestra vida al Rey, supuesto
que sin riesgo alguno está,
será fácil el perdón.
¿De qué los extremos son? 55
ENRICO
Faltó el sufrimiento ya.
¿A pedir mi vida ha de ir,
Estela, al Rey sin mirar
lo que se obliga a pagar,
quien facilita el pedir? 60
¡Ay Ludovico! ¡Ay amigo!
¡Quién estorbarla pudiera,
que ni le hablara, ni17 viera!
LUDOVICO
Si hay remedio, yo me18 obligo
ayudar tan justo intento. 65
ENRICO
¿Qué remedio puede haber,
si no es...? Mas no puede ser.
LUDOVICO
¿Por qué? Yo también lo siento.
Pedid: ¿qué queréis que os doy
palabra de hacer aquí 70
cuanto quisiereis de mí?
ENRICO
Pues que tan dichoso soy,
que aquese consuelo gana
la pena mía; tomad
aquesta llave y entrad 75
en el cuarto de mi hermana,
ella os abrirá la puerta.
Y mirad, que de vós fío
no menos que el honor mío,
con esperanza muy cierta 80
de que miraréis por él
y decid que no le pida
mi vida al Rey, que mi vida
será muerte más crüel,
si ella a pedirla ha de ir, 85
que no sé cómo ha de hallar
dificultad para dar
quien facilita el pedir.
No os cause injusto temor
el de mi seguridad, 90
fïad, pues, la libertad,
de quien os fía el honor.
Pues no es mucho, cuando pasa
—236v→
doblada la obligación,
que vós abráis la prisión, 95
a quien os abre la casa.
¿De qué os habéis suspendido?
¿En qué estáis imaginando?
Sin duda que estáis pensando,
que es mucho lo que he pedido, 100
pues no lo hagáis y no estéis
triste.
TOSCO
Mientras Ludovico
piensa y repiensa, os suplico,
señor, que a mí me escuchéis.
Si con tan necia porfía, 105
te cansa tu vida a ti,
déjame vivir a mí,
que aún no me cansa la mía.
Si ya tu vida perdida,
no quieres que medio haya, 110
déjala a Estela que vaya
a pedir al Rey mi vida.
Diga Estela al Rey que yo
só Tosco de buena ley.
Si tú descubriste al Rey, 115
él a mí me descubrió.
Que esto por aquello sea
y estemos en paz.
LUDOVICO

  ([Aparte.] 

¡Hay cosa
en amar más venturosa!
¿Quién hay que mis dichas crea? 120
Hoy no solamente gano
la ocasión que he pretendido.
Pero tan dichoso he sido,
que me la ofrece su hermano.
Y en tanta gloria me veo, 125
cuando él me llega a rogar,
que la tengo de obligar
con lo mismo que deseo.)
Enrico, lo que he pensado,
no es haberos ofendido, 130
que ni mi daño he temido,
ni vuestro honor he dudado.
Yo iré, porque no penséis,
que fue temor o dudar,
las guardas he de quitar. 135
ENRICO
Con eso me las ponéis,
que la confïanza es
prisión del alma.
LUDOVICO
Las puertas
todas se quedan abiertas.
ENRICO
Tomad esa llave, pues, 140
y decid que si rendida
a pedir mi vida ha de ir,
porque no haya que pedir,
yo me quitaré la vida.
LUDOVICO
Yo le diré que el honor 145
más que la vida estimáis.
ENRICO
Vos pienso que me le dais.
 

(Vase LUDOVICO.)

 
TOSCO
Ya se fue. Solos estamos
y de par en par las puertas,
sin guardas están y abiertas. 150
ENRICO
Pues ¿qué quieres?
TOSCO
Que nos vamos.
ENRICO
¡Viven los cielos, villano,
bajo, vil, que si no fuera
afrenta mía, te diera
hoy la muerte con mi mano! 155
¿Yo ofender, siendo testigo
el mundo, tanto valor,
la confïanza al honor
y la lealtad a un amigo?
¿Ese consuelo me ofreces? 160
¿Aqueso me has de decir?
TOSCO
Sí, señor, porque el morir,
no es burla para dos veces.
 

(Sale la INFANTA, con hábito de hombre, de noche.)

 
INFANTA
Pasos de un amor cobarde
y de un ánimo valiente, 165
sin luz guiados. ¿Adónde
me llevas de aquesta suerte?
¿Ansí imposibles se allanan?
¿Ansí respetos se pierden?
¿Ansí honras se atropellan 170
—237→
y obligaciones se vencen?
Mas ¡ay, que el amor vencido,
tan ajeno de sí viene,
a dar a un cuerpo dos vidas,
que una es suya y otra debe! 175
¡Sin guardas están las puertas
y abiertas todas! ¿Qué puede
haber sucedido? Aquí
hay luz y con ella gente.
Quiero llegar. ¿Es Enrico? 180
ENRICO
Helo sido, que el que muere
ya no es, porque la vida
no es vida cuando es tan breve.
INFANTA
Enrico.
TOSCO

 [Aparte.] 

No habla conmigo,
porque Enrico solamente 185
ha dicho: ¡Plegue a los cielos
que nunca de mí se acuerde!
INFANTA
Lo primero que has de hacer
es que no has de responderme,
ni preguntarme mi nombre. 190
TOSCO

 [Aparte.]  

Castillo encantado es este.
INFANTA
Si esta palabra me das,
diré a lo que vengo.
ENRICO
Excede
mi confusión a mi espanto.
Pues ¿qué puede haber que intentes 195
callando el nombre y guardando
el rostro? Si acaso vienes
a darme muerte y te encubres
por blasonar de clemente,
palabra te doy aquí 200
de no querer conocerte,
aunque me importe la vida.
TOSCO

 [Aparte.] 

¡Por San Pito, que parecen
aventuras, que en los montes
a los andantes suceden! 205
Mas no va hasta aquí muy malo,
pues no hay quien de mí se acuerde.
INFANTA
Ya, Enrico, que del valor
estoy satisfecho, advierte
de una amistad el ejemplo 210
en el peligro más fuerte.
Toma dineros y joyas,
bastante para ponerte
en el reino más extraño,
que ve el sol desde el Oriente. 215
A la puerta del castillo
está un caballo que excede
al viento en la ligereza
y el temor hará que vuele.
Sin guardas están las puertas 220
y cuando muchas tuviese,
no temas, que al son del oro
las más vigilantes duermen.
Vete, pues y quiera el cielo,
que algún día más alegre, 225
pues debo lo que te pago,
me pagues lo que me debes.
TOSCO

 [Aparte.] 

¡Vive Cristo, que el mancebo
el tiple a la voz suspende
sin acordarse de mí! 230
Yo apostaré que no tiene
ni un borrico para Tosco.
Ya Enrico del sueño vuelve,
veamos qué le responde.
Mas, ¿qué dice que no quiere? 235
ENRICO
Si supiera a qué venías,
no ofreciera neciamente
la palabra, porque solo
deseo saber quién eres,
que arguye poca nobleza 240
y casi infame procede,
quien satisfecho no obliga
y obligado no agradece.
¿Cuándo en el mundo se vea
encubrirse? Quien ofende 245
se encubre, quien hace bien,
casi imposible parece.
Pero respondiendo agora,
perdóname, si se atreve
mi respeto a tu amistad, 250
porque es forzoso ofenderte.
—237v→
Con seguras confïanzas
preso un amigo me tiene,
que la libertad del alma
son las prisiones más fuertes. 255
No puedo romper la fe
y aun es bien, que consideres,
que no puede ser traidor
quien tiene amigos tan fieles.
Él la libertad me fía, 260
tú la libertad me ofreces
y acudir al mayor daño
es menor inconveniente.
Vete y déjame rendido
en las manos de la muerte, 265
que ya me sobran los males,
cuando no aceto los bienes.
Pero si noble y piadoso
darme la vida pretendes,
con más lícitos favores 270
y con medios más decentes,
busca a Teobaldo y dirasle
que noble y piadosamente
le pida mi vida al Rey,
que mire, que considere, 275
que fue error quien me obligó,
regido el brazo dos veces
del agravio y de los celos.
Que si este rigor suspendes,
harás, que el tiempo te alabe, 280
que la fama te celebre,
que la memoria retenga
y el olvido te respete.
TOSCO

 [Aparte.] 

¿No lo dije yo? ¡Que haya
hombre tan impertinente, 285
que no tan sola la vida,
pero que el oro desprecie!
INFANTA
Enrico, si tú supieras
lo que a pedirme te atreves,
sospecho, que te pesara. 290
Mas la que tan noble quieres
corresponder al honor,
pues sabes lo que me debes,
una palabra has de darme.
ENRICO
Ya mi discurso previene 295
imposibles y el mayor
llano y fácil me parece.
¿Pero qué puedes pedir
a un hombre que apenas tiene
vida?
TOSCO

 [Aparte.] 

¿Y a un hombre que está
300
sin tabardillo a la muerte?
INFANTA
Que si acaso te perdona
el Rey y libre te vieres,
no has de serme nunca ingrato.
ENRICO
Más que me obligas, me ofendes. 305
INFANTA
¿Esa palabra me das
con la mano?
ENRICO
Y si rompiere
la fe que te juro, el cielo
me falte, mas tú...
INFANTA
¿Qué sientes?
ENRICO
No sé, no sé qué blandura, 310
qué suavidad diferente
de la mía está en tu mano,
con que los sentidos mueve,
pues siendo de fuego el tacto,
¡es a la vista de nieve! 315
Tu presencia me enamora,
tus razones me suspenden,
tu entendimiento me alegra
y me regocija el verte,
sino temiera enojarte, 320
dijera, que era...
INFANTA
¡Detente!
¿Conócesme ya?
ENRICO
Sí y no.
Que no sé qué responderte.
INFANTA
Enrico, Flérida soy,
que ahora vengo a ofrecerte 325
el fruto de aquella flor,
siempre en mi esperanza alegre.
No te espantes deste extremo,
—238→
que si un amor se resuelve,
no hay respeto que no venza, 330
temores que no atropelle.
Mira lo que quieres más,
o que a Teobaldo le ruegue,
que pida tu vida al Rey.
ENRICO
Cuanto antes que te viese 335
no conocerte sentía,
siento ahora el conocerte.
Ya no paga mi lealtad
la que a Ludovico debe,
sino la que debe al Rey, 340
siempre leal, noble siempre.
Si al servir al Rey mi hermana
en tal peligro me tiene,
¿con qué razones pudiera
a la del Rey atreverme? 345
¡Bueno fuera que quisiera
tan en mi favor las leyes,
que las observase el Rey
para que yo las rompiese!
Vete Flérida y el cielo 350
tanto tus gustos aumente,
que pensiones de tu justo
sean mayores placeres.
Teobaldo te goce, ¡ay cielos!,
pues él solo te merece, 355
cuando envidioso en tus brazos
con mil regalos alegres,
como marido te estime,
como galante requiebre,
que yo envidioso y contento 360
mientras espero mi muerte,
solamente lloraré
hallarte para perderte.
INFANTA
No te arrepientas después,
mira Enrico, que no vuelve 365
la ocasión a quien la deja,
ni la halla quien la pierde.
Quien desprecia enamorado
es que no estima o no quiere,
no hagas del favor desprecio, 370
mira que me voy.
ENRICO
Pues vete.
INFANTA
Enrico, adiós.
ENRICO
Él te guarde.
TOSCO
¡Ah señor, que no hay, advierte
dos infantas, ni dos vidas!
INFANTA
¿Que no me llamas?
ENRICO
¿Que vuelves?
375
INFANTA
Pues aunque me llames ya,
no tengo de responderte.

 (Vase.) 

ENRICO
Yo nunca te llamaré.
¿Fuese ya Flérida?
TOSCO
Fuese.
ENRICO
¡Oye, Flérida!
TOSCO
A buena hora.
380
ENRICO
¡Ay honor, lo que me debes!
Dos vidas quisiste darme,
porque dos vidas me cuestes.
 

(Vanse.)

 
 

(Salen el CONDE y ESTELA.)

 
CONDE
Solo tu quietud procuro,
pues viéndote el Rey casada, 385
estarás más respetada,
y tu valor más seguro.
Porque si tu hermano ha sido
quien guardó tu honor, es llano
que la ausencia de un hermano 390
podrá suplir un marido.
Su padre he sido y jüez,
porque en confusión tan fiera,
primero mil veces muera
para matarle una vez. 395
ESTELA
Aumente mi pena el llanto,
pues él aumenta el dolor,
la vida costáis honor,
no sé yo si valéis tanto.
Un nuevo aliento me llama, 400
para dar con mayor gloria,
dilatando mi memoria,
eterno asunto a la fama.
Ireme a los pies del Rey,
—238v→
a ver si puedo ofendida 405
romper, pidiendo su vida
los límites a la ley.
Mas si el Rey airado y fuerte
rompiere los de la fe,
con mis manos me daré 410
en su presencia la muerte.
CONDE
De tu valor satisfecho,
solo puedo en trance tal,
dar la sangre y el puñal,
pero tú la vida y pecho. 415
Y estos extremos no son
contra el valor que en ti veo,
que la justicia deseo,
pero no la ejecución.

 (Vase.) 

ESTELA
Afligido pensamiento, 420
que en tan confusos enojos,
haciendo lenguas los ojos,
decís vuestro sentimiento.
¿Qué es lo que busco?, ¿qué intento
cuando del Rey ofendida, 425
me quita el llanto la vida?
¡Cielos!, ¿cómo puede ser
que haya en el mundo mujer,
que llore el verse querida?
Casarme mi padre intenta 430
para resistir mejor
al Rey; porque el honor
con mayores fuerzas sienta
menos el peso al afrenta.
Pero no ha considerado, 435
que en tan felice estado
son sus deseos perdidos;
porque muchos ofendidos
son menos que un agraviado.
A Ludovico quisiera, 440
sin saber cómo avisar,
que me pretenden casar,
porque él el primero fuera,
que a mi padre me pidiera,
que si tanto amor ha sido 445
verdadero y no fingido,
las finezas que él hacía
cuando amante me ofendía,
podrá obligarme marido.
 

(Sale LUDOVICO.)

 
LUDOVICO

 [Aparte.] 

Hasta su cuarto he llegado, 450
según las señas que veo,
guiado de mi deseo
y de la noche ayudado.
Hoy mi amor se ha levantado
a la mayor esperanza, 455
¡mas siento en mí una mudanza!,
que quisiera haber venido,
si amor me hubiera traído,
pero no la confïanza.
La ocasión que en mí se emplea, 460
ya me acobarda y anima
y pienso que no se estima,
porque ya no se desea.
Mi valor es bien se vea.
Estela es esta.
ESTELA
¡Ay de mí!
465
¡Ay cielos! ¿Quién está aquí?
LUDOVICO
No te alborotes.
ESTELA
¿Quién eres?
LUDOVICO
¿No me conoces?
ESTELA
¿Qué quieres?
¿No eres Ludovico?
LUDOVICO
Sí.
ESTELA
Sin duda que te ofrece 470
formado el pensamiento,
puesto que imaginado,
parece que te veo.
¿Pues cómo te atreviste
a entrar aquí, rompiendo 475
las puertas a mi cuarto
y a la noche el silencio?
LUDOVICO
Escucha Estela, escucha,
sabrás a lo que vengo
y verás que te obligo, 480
si piensas que te ofendo.
Tu hermano me ha traído
que aqueste atrevimiento
—239→
dice la confïanza
que a su amistad le debo. 485
Él hizo que viniera
a decir que primero
que le pidas tu vida
al Rey airado y fiero,
dará cüello a un lazo, 490
un puñal a su pecho.
Que jamás al Rey hables,
que morirá contento,
sin que su vida compres
con tu honor. Y con esto 495
quédate satisfecha
de que me voy huyendo,
porque el amor no venza
la lealtad y el respeto.
ESTELA
Escucha, Ludovico. 500
LUDOVICO
Perdona, que no puedo,
que no vengo a escucharte,
a hablarte solo vengo.
Sabe amor, si me pesa
de la ocasión que pierdo, 505
mas donde honor es más
es el amor lo menos.

 (Vase.) 

ESTELA
Ludovico, no hagas
de la ocasión desprecio,
que nunca a quien la deja 510
volvió el suelto cabello.
Mujer es la ocasión
y ansí nos parecemos,
rogadas despreciamos,
despreciadas queremos. 515
En estas confusiones,
no sé lo que sospecho,
que a lo que amor no pudo,
me obliga el sentimiento.
¡Qué villanas que somos, 520
pues para hacer extremos,
no bastaron finezas
lo que pudo un desprecio!
Mas temeroso Enrico
de mi valor, ha puesto 525
duda en la confïanza
y en la constancia miedo.
Iré a los pies del Rey,
porque vea que tengo
valor para intentar 530
el más heroico hecho,
que la fama publique,
que solemnice el tiempo,
que respete el olvido,
que siempre juzgue el suelo, 535
que la tierra sustente,
que alumbre ardiente el cielo,
que comunique el mar
y que suspenda el viento.

 (Vase.) 

 

(Salen la INFANTA y TEOBALDO.)

 
INFANTA
Aquesto has de hacer por mí. 540
TEOBALDO
Verás cómo al Rey suplico
que le dé la vida a Enrico,
pues ha de vivir por ti.
Que si el perdonar ha sido
debida y piadosa ley 545
y solo a pedirlo al Rey
de aquesta suerte he venido,
en confusiones tan fieras,
como mi amor advirtió,
quisiera pedirla yo 550
y que tú no la pidieras.
INFANTA
Débole a Enrico la vida.
TEOBALDO
Pues bien es que satisfagas,
si lo que debes le pagas.
INFANTA
Ha de ser encarecida 555
con el Rey la petición.
TEOBALDO
Y tú misma la verás,
puesto que presente estás.
INFANTA
Él llega a buena ocasión.
TEOBALDO
No sé qué llego a sentir, 560
que, si mi temor repara,
quisiera que el Rey negara
—239v→
lo que le llego a pedir.
Vuestra Majestad, señor,
me dé por ventura tanta 565
a besar los pies.
 

(Sale el REY.)

 
REY
Levanta,
¿Cómo te sientes?
TEOBALDO
Mejor.
Que pensé he convalecido
y por solo haber llegado
a tus pies, se ha adelantado 570
la salud.
REY
¿Qué ha sucedido?
Álzate del suelo y di,
¿qué quieres?
TEOBALDO
Hasta tener
lo que pido, me has de ver
rendido a tus pies ansí. 575
Una cólera, señor,
nunca previene razones,
ni son suyas las acciones
y más tocando al honor.
Cuando está más disculpado, 580
si de sentimiento lleno,
vive a la razón ajeno
y a la prevención negado.
Y pues te suplica ya,
quien más agraviado19 es, 585
señor, que la vida des,
¿mira Enrico?
REY
¿Bien está?
INFANTA
Yo, señor, agradecida
en tan trágicos enojos,
con lágrimas de mis ojos 590
vengo a pedirte una vida.
Testigo fuiste, señor,
cuando con valientes modos,
desamparándome todos,
me dio vida su valor. 595
Justo será que le dé,
teniendo por mí el perdón,
la suya en satisfación,
¿mira Enrico?
REY
Ya lo sé.
TEOBALDO
Licencia el honor te dio, 600
si no es que de ti te olvidas,
para que su vida pidas,
para que le llores no.
 

(Sale LUDOVICO.)

 
LUDOVICO
Una dama a quien el manto
cubre el rostro y cuya voz, 605
con suspiros divididos
rompe el viento con temor,
a solas te quiere20 hablar.
REY
Dejadme solo.
INFANTA

 [Aparte.] 

¡Ay amor!
¡Lo que me debes me pagas! 610
¡Amorosa confusión!

 (Vase.) 

TEOBALDO

 [Aparte.] 

Si ya creíste los celos,
¿por qué dudas el rigor?
LUDOVICO
Ya en la sala entra la dama.
 

(Sale ESTELA con un manto.)

 
REY
Sombra que de luz vistió 615
este cuarto, aunque eclipsado
su divino resplandor.
¿Quién eres que el alma alegre
palpitando el corazón,
ella se viene a la boca 620
y él se previene a la voz?
¿Qué quieres? ¿A qué veniste?
Que viendo por nube el sol,
su tristeza me entristece,
deme dolor su dolor. 625
¿Por qué los rayos escondes?
Dime, ¿quién eres?
ESTELA

 (Descúbrese.) 

Yo soy.
REY
Tú solamente pudieras
causar tal admiración
al alma, que como tuya, 630
sin verte te conoció.
Y como la imagen eres
a quien se rinde el amor,
por la fe detrás del velo,
—240→
como deidad te adoró. 635
¡Ay Estela! ¿Más que el ruego,
pudo vencerte el rigor,
la amenaza más que el llanto,
más que el alma la pasión?
¿Tanto luto para un vivo? 640
Si no es que yo el muerto soy,
que de tus ojos, Estela,
es el milagro mayor.
Por la vida de tu hermano
vienes, que es justa razón, 645
que se la dé humilde, quien
soberbia se le quitó.
En tu mano está su vida,
escoge, pues tengo yo
la justicia en la una mano 650
y en la otra mano el perdón.
No soy Rey de Inglaterra,
tu rey y tu amante soy
y he de vencer con rigores,
lo que con regalos no. 655
¿Cómo podrás defenderte?
Solos estamos los dos,
hasta aquí el rigor fue cuerdo,
pero ya es necio el rigor.
ESTELA
Eduardo generoso, 660
Tercero de Inglaterra,
de las tres lucientes rosas,
luz, norte, amparo y defensa.
Tú, que en alas de la fama
siempre celebrado vuelas, 665
ocupando en tus memorias,
voz, aplauso, trompa y lengua.
Yo soy Estela infelice
y de Salveric Condesa,
por heredar de mi casa 670
nombre, honor, lustre y nobleza.
En Salveric retirada
viví, donde la aspereza
en la soledad me dieron,
prados, montes, valles, selvas. 675
Vísteme en el campo un día,
¡pluguiera a Dios no me vieras,
o que allí fuera a tus ojos
áspid, bruto, tigre o fiera!
¡Negárame el sol la luz 680
y sepultándome en ella,
fuera el claro día noche,
parda, obscura, triste y negra!
Desde aquel punto empezaste
a hacer amorosas muestras, 685
resistiendo con honor,
gusto, amor, poder y fuerza.
¿Qué peña en el viento sorda?
¿Qué roca en el mar opuesta
a soplos y olas, que libres 690
baten, gimen, braman, suenan
como yo a suspiros tuyos,
como yo a lágrimas tiernas
he sido, y al agua y viento,
risco, monte, roca y peña? 695
¿Qué esperanzas tienes mías,
para que ansí te prometas
menos rigor? Pues porque
veas, notes, oigas, sepas
que la vida de mi hermano 700
no es bastante a que yo pierda
un átomo de honor, siendo
pasmo, horror, miedo y tragedia.
Con este acero que miras
me daré muerte yo mesma, 705
si acaso la afrenta mía
buscas, quieres, ves e intentas.
Si tienes hoy en tus manos
la justicia y la clemencia
y buscas para su agravio 710
muerte, horror, miedo y afrenta,
yo también tengo en las mías,
con resolución más cierta,
viviendo y muriendo honrada,
vida, honor, lauro y defensa. 715
Yo por la vida de Enrico
—240v→
vine o a volver sin ella,
puesto que ha sido la mía,
culpa, causa, miedo y pena.
Para que la alma infelice, 720
en su misma sangre envuelta,
pida justicia, bañando
fuego, viento, mar y tierra.
Y conmoviendo a piedad,
siendo sola su inocencia 725
y en cada gota mezclando
voz, gemido, llanto y pena.
Porque en poblado los hombres,
porque en el monte las fieras,
porque en el aire las aves, 730
cielo, sol, luna y estrellas,
aves, peces, brutos, gentes,
astros, signos y planetas,
digan, vean y publiquen,
oigan, miren, noten, sepan, 735
que hay honor contra el poder,
que hay industria contra fuerza
y que hay en mujeres nobles
vida, honor, lauro y defensa.
REY
Esconde, Estela, el riguroso acero, 740
no te vean con él, que hacer espero
inmortal esta hazaña21.
¿Quién está aquí?
ESTELA
¡Severidad extraña!
 

(Salen LUDOVICO, la INFANTA y TEOBALDO.)

 
TODOS
¿Qué mandas?
REY
Ludovico,
llámame al Conde, tú Teobaldo a Enrico. 745
INFANTA

 [Aparte.] 

¡Estela con el Rey! Ya sus enojos
claros se ven en los airados ojos.
REY

 [Aparte.] 

¡Que una mujer ha sido
tan noble, que el poder haya vencido!
Callen Porcia y Lucrecia, que ofendidas 750
despreciaron las vidas.
Pero no desta suerte,
por honor se atrevieron a la muerte.
Yo solamente he sido,
quien vencedor se coronó vencido. 755
 

(Salen LUDOVICO y el CONDE por una puerta y por otra TEOBALDO, ENRICO y TOSCO villano.)

 
ENRICO
Vós, Teobaldo, ¿venís por mí?
TEOBALDO
Quisiera
ser quien la vida y libertad os diera.
LUDOVICO
Llama el Rey.
CONDE
¿Qué hay de nuevo, Ludovico?
LUDOVICO
Aquí está el Conde ya.
TEOBALDO
Y aquí está Enrico.
  —241→  
ENRICO
Si a escuchar mi sentencia me has traído, 760
habiéndote de ver, piadosa ha sido,
pues la piedad declara,
que nadie muere viendo al rey la cara.
TOSCO
Yo también quiero vella,
por no morir. Por cierto que es muy bella. 765
LUDOVICO

 [Aparte.] 

Su Majestad se sienta
y a su lado la Infanta.
ENRICO

 [Aparte.] 

El Rey airado,
¡con gravedad admira!
severo y grave a todas partes mira.
REY
Caballeros, mis deudos y vasallos, 770
leales, nobles y amigos,
a vuestro bien habéis de ser testigos,
pues por satisfaceros
tantas hazañas, que en el mundo han sido
término al tiempo, límite al olvido, 775
hoy quiero lisonjearos,
con una reina, que pretendo daros.
Estela es quien merece
partir conmigo la Imperial Corona,
que luciente en mis sienes resplandece, 780
porque veáis en tan felice estado,
vencido mi poder, su honor laureado.
No repliquéis, sentaos en esta silla,
que es solo merecisteis ocupalla,
siendo del mundo espanto y maravilla. 785
ESTELA
No merezco esos pies.
REY
Y cuando fuera
del mundo emperador, lo mismo fuera.
CONDE
Pues a mi Reina quiero
besar la mano, siendo yo el primero
que le dé la obediencia. 790
TEOBALDO
Y todos esperamos tu licencia,
para deciros ya con voz altiva,
¡Viva Edüardo con Estela, viva!
REY
¿Pues no llegáis, Enrico?
ENRICO
No he llegado,
que ninguno a su rey mira culpado, 795
mas si culpa en mi inocencia abonas,
—241v→
yo llegaré contento,
pues con darme licencia, me perdonas.
REY
En días de mis bodas,
quiero que sean alegrías todas. 800
Dé Flérida la mano
a Teobaldo.
TEOBALDO
Yo soy quien gano.
INFANTA
Pues, ¿no es bien que te asombre
mano de quien lloró por otro hombre?
TEOBALDO
Yo la culpa he tenido. 805
INFANTA
Y licencia te pido
para darla, señor, a quien me ha dado
causa de que por él haya llorado.
REY
Yo la doy y contento
de que así queda satisfecho Enrico. 810
ENRICO
Que me dejes besar tus pies suplico,
porque a tus plantas puesto,
poder, amor y honor den fin con esto.