Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

111

Con una sola excepción, citaré las novelas de Olavide siempre por esta edición (véase nuestra Bibliografía), que puede considerarse como la más autorizada, habiéndose dado a luz los siete primeros tomos en vida del autor. Estuardo Núñez editó seis de las novelas en 1971 (véase de nuevo nuestra Bibliografía), pero se basó en ediciones de 1828, realizadas en Nueva York. En Madrid, en la cuesta de Claudio Moyano, en 1963, compré en seiscientas pesetas un ejemplar de los 11 tomitos atribuidos a Atanasio Céspedes y Monroy, con encuadernaciones de pasta de época perfectamente conservadas, y ese ejemplar ha sido el principal instrumento de trabajo para el presente estudio. En adelante, al citar la edición de 1800-1817, daré sólo los números del tomo y la página. Nótese a la vez que son mías todas las cursivas insertas en las citas de Olavide y demás autores consultados.

 

112

Sánchez-Blanco (pág. 34) afirma con razón que dicha «conciencia saca a la luz un hombre que no es puro espíritu, res cogitans, pura inteligencia geométrica, sino que es una voluntad viva, llena de deseos, temores, alegrías y tristezas. El hombre poscartesiano, esto es, el hombre ilustrado es ante todo un corazón que siente».

 

113

El subrayado es nuestro; lo mismo en lo sucesivo salvo indicación en sentido contrario.

 

114

«El campo más fértil para la pluma en este país de la moral filosofía, es -dice El Duende especulativo- la ironía; pues sólo ella puede con precisión, tejer el lienzo para representar a lo natural las costumbres y abusos que hacen los hombres de sus talentos» (pág. 119).

 

115

Para redactar estas páginas, no se me ha sido posible disponer de la primera edición. Cito por la reedición barcelonesa de Francisco Generas, El Pensador matritense en la que los 86 números originales aparecen refundida, en 70, mediante la reunión en algunos casos de dos en uno. Pero el texto, salvo alguna que otra alusión referida al ámbito catalán para el que se destina, es el mismo.

 

116

Terminadas estas páginas, llega a mis manos el libro de Javier de Prado, Juan Bravo Castillo y María Dolores Picazo, Autobiografía y modernidad literaria, Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1994, con el que me complace afirmar hay una coincidencia básica de criterios en este punto, que ellos desarrollan con profusión de textos y sagaces consideraciones críticas. No obstante, la consideración de la prensa de carácter autobiográfico queda fuera.

 

117

Para los datos fundamentales de este periódicos, como para los que se citan a continuación, vid. las obras citadas en la Bibliografía de F. Aguilar Piñal, P.F. Guinard y M. D. Saiz.

 

118

Cito por uno de los ms. del Duende (A) existentes en la Biblioteca del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII, de Oviedo.

 

119

El papel de Cañuelo sería así menor del que se le viene atribuyendo. François Lopez ha manifestado recientemente (1991) sus reservas hacia esta tesis.

 

120

«... Libertad heroica con que escribe» (n.º 29, pág. 473); «... ¿No ha sido Vm. causa de que varias y utilísimas noticias escondidas en los libros que (por desgracia nuestra) manejan muy pocos, se extiendan prodigiosamente? ¿No ha dado vm. pasto a conversaciones mucho más útiles que las que comúnmente fomentan las Gacetas?...» (n.º 37, pág. 606), etc.