El vallisoletano
Agustín de Montiano y Luyando (1697-1764), primer director
de la Real Academia de la Historia, participa en el campo de la
literatura como poeta, teórico y autor dramático.
Educado en el
espíritu postbarroco vigente en los primeros años del
siglo XVIII, su obra literaria de juventud no podía estar
ajena a esta influencia; entre las numerosas obras que compuso en
esta etapa merecen destacarse el poema bíblico El robo
de Dina, compuesto en octavas reales, y el melodrama La
lira de Orfeo.
A finales de los
años cuarenta, se opera un cambio radical del gusto entre
los escritores; éstos, abandonan la estética del
siglo barroco, para intentar dirigir la creación literaria
hacia nuevos horizontes estéticos. La semilla de este cambio
ya había sido echada por Luzán en 1737, pero
comenzará, a dar sus frutos en las décadas
siguientes.
Montiano y Luyando
participará de forma activa en este cambio que se produce
hacia la mitad del siglo. El primer gran poema donde ya es patente
la evolución es la presente Egloga, leída
por el propio autor el 5 de Octubre de 1747 en la Real Academia de
la Lengua, de la que también era miembro.
versos repartidos en cuatro estancias, que vienen a ser cuatro
días, durante los cuales dos pastores, Lisardo y Julio,
dialogan cantando sus penas amorosas.
El poema se
sitúa dentro el convencionalismo del género. Al
instante identificamos los signes de la convención pastoril;
la ambigua modestia del poeta culto que voluntariamente adopta el
rústico papel de pastor y tiene que suplir con sinceridad
natural su supuesta carencia artística. El poeta sigue a
sabiendas un doble juego, pues conoce que en realidad, la mayor
parte de los pastores son pícaros redomados, bestializados
por la soledad y el contacto con la naturaleza. Y sin embargo, el
mito pastoril tiene una validez universal, pues el hombre
soñará siempre con la Edad de Oro, un mundo natural
sin corrupción en que los seres humanos lo son con mayor
simplicidad y autenticidad; es a este mundo imaginario, en el que
el arte proporciona una segunda y mejor naturaleza, al que Montiano
nos invita a penetrar, para sumergirnos en una atmósfera
semimítica de un «locus amoenus » eternamente
edénico, un lugar pacífico, compuesto por
árboles que dan sombra, un arroyuelo que corre entre la
blanda hierba, el canto de los pájaros y la fragancia de las
flores multicolores. Este paisaje idealizado, que Curtius ha
definido e investigado como un topos a través de la
poesía griega y latina338,
constituye un escenario esencial para las ninfas y los pastores de
la tradición clásica; sobre este mismo fondo, que el
alegorista medieval había utilizado con frecuencia, que
Garcilaso de la Vega había proyectado para entrar en
contacto con una naturaleza sumamente estilizada, está
recreada esta Egloga de Montiano y Luyando.
Así mismo,
el tema está enraizado en la más honda
tradición clásica greco-latina; a través del
tamiz renacentista le llegará a nuestro autor. Es la queja
del pastor enamorado desdeñado por su pastora amada, que, o
bien dialoga con otro pastor amigo para que le aconseje o
compadezca, o bien, llevado por su exaltación amorosa,
expresa sus sentimientos mediante un dolido soliloquio (Julio al
inicio de la estancia tercera). Montiano inserta otros temas que
también fueron recreados por Virgilio en la Antigüedad
Clásica, y por Garcilaso en el Renacimiento, ya que conectan
con la mentalidad neoclásica: la oposición de la
prudencia y la razón al amor pasional (vs. 32-39); el
tema
del «Beatus ille» horaciano, incorporado a la
tradición clásica española en el menosprecio
de corte y alabanza de aldea (vs. 111-120 e inicio de la estancia
segunda); virtud y no linaje como valor de las personas (vs.
400-411); exaltación de la amistad individual (vs. 439-478);
volubilidad de la fortuna (vs. 841-848, 1440-1522) adelantada en
las poéticas premoniciones (vs. 1259-1321).
Por otro lado, el
mar (vs. 1766 y ss.) quizás represente el amor como en los
poetas del Siglo de Oro. «El reino de Neptuno, tan propenso a
cambios fuertes e inesperados, a tempestades tremebundas y
naufragios lastimosos, es figura apta para la pasión de
amor, tan mudable, tan difícil de dominar, tan sujeto al
naufragio del que se lanza en él, detrás de una
pasión sin freno»339.
Montiano
cambiará de forma estrófica cuando lo requiera el
contenido. La declaración de Lisardo a Leonisa en la
estancia segunda la compone en sextetos-liras. El amargo soliloquio
de Julio en la estancia tercera está escrito en octavas
reales, quizá recordando el
uso de esta estrofa en los poemas bucólicos del Renacimiento
y Barroco; por vía de ejemplo señalaremos la
de Garcilaso. Por último, en
la imprecación que Lisardo hace al mar en la estancia cuarta
utiliza una estrofa alirada, que viene a ser como un desarrollo del
mismo tipo métrico que el sexteto-lira.
En el aspecto
formal se aprecia un uso abundante del adjetivo, fundamentalmente
del epíteto, adjetivo no imprescindible para la
comprensión del significado de un mensaje
lingüístico, de función esencialmente expresiva.
La elección de estos epítetos continúa la
tradición clásica española que a partir de
Garcilaso se impone en nuestras letras, y que llegará
atravesando el Barroco hasta el siglo ilustrado341.
Además, el carácter subjetivo y afectivo del poema se
ve potenciado por los numerosos diminutos que encontramos.
-
Utilización de antropónimos iguales: Salicio y
Galatea.
- El empleo de
premoniciones, aunque temáticamente sean diferentes.
- La
pérdida de la armonía en el universo antes de dejar
de amar a su pastora.
- Nombres de
ríos conocidos: Tajo.
- Asimilaciones
del infinitivo (v. 1032).
- Es significativo
el párrafo donde los pastores se declaran a su amada, y
contrapesan su aspecto agradable a la belleza de ella.
Transcribimos los dos pasajes para apreciar la semejanza:
Égloga que
leyó D. Agustín de Montiano y Luyando en la Real
Academia Española el día 5 de Octubre de
1747344
|
Estancia primera
|
|
LISARDO -
JULIO.
|
JULIO
|
|
Aquí, que Manzanares
blandamente |
|
|
|
moja el pie de estos árboles
umbríos, |
|
|
|
sentémonos, Lisardo,
mientras pace |
|
|
|
el ganado, que busca diligente |
|
|
|
la hierva, en que su anhelo
satisface. |
5 |
|
|
LISARDO
|
|
Así pudieran los deseos
míos |
|
|
|
tan presto, Julio mío,
sosegarse. |
|
|
|
Aun que si estos alegres
corderillos |
|
|
|
probasen del amor la
tiranía, |
|
|
|
negados a lo que es
alimentarse, |
10 |
|
|
no con pasos sencillos |
|
|
|
y mansedumbre suma, |
|
|
|
en la grama su afán se
pararía. |
|
|
|
Tal le sucede al Toro quando,
ansioso, |
|
|
|
la piel cubierta de su blanca
espuma, |
15 |
|
|
busca la Novilleja en monte y
valle, |
|
|
|
e impaciente, vagando sin
reposo, |
|
|
|
descubre lo que ama, |
|
|
|
ya la pierda o la halle, |
|
|
|
en la inquietud rabiosa con que
brama. |
20 |
|
–––––––– 222
––––––––
|
|
El Ruiseñor, también
enamorado, |
|
|
|
publica su cuidado |
|
|
|
a las sombras y al día |
|
|
|
con triste melodía; |
|
|
|
y en el árbol, en donde |
25 |
|
|
blando nido le esconde |
|
|
|
la dulce
compañía, |
|
|
|
ya salta, ya se sienta, ya
gorgea, |
|
|
|
indicios del afán en que se
emplea... |
|
|
|
En fin, Julio, hasta un bruto,
quando quiere, |
30 |
|
|
de todo lo que no es amor se
olbida. |
|
|
|
JULIO
|
|
No lo ignoro, Lisardo; pero es
justo |
|
|
|
que la razón modere |
|
|
|
con resuelta medida |
|
|
|
los violentos estremos de la
queja, |
35 |
|
|
como suele también a los del
gusto; |
|
|
|
pues si al impulso del furor se
deja, |
|
|
|
sin pronto adbertimiento, |
|
|
|
tocando en temerario
sentimiento, |
|
|
|
la pena desmerece |
40 |
|
|
los créditos de fina, |
|
|
|
quando indiscretamente se
padece |
|
|
|
y en un tenaz ahogo se
termina. |
|
|
|
¿No te acuerdas que un
día, retirando |
|
|
|
tu ganado y el mío hacia la
Aldea, |
45 |
|
|
de mi pasión los lances
escuchando |
|
|
|
y el ceño de mi amada
Galatea, |
|
|
|
quando de mi dolor enternecido |
|
|
|
te dejó mi paciencia
convencido |
|
|
|
a que no es, no, bageza, que
prudente |
50 |
|
|
se sepa resistir lo que se
siente? |
|
|
|
LISARDO
|
|
¡Ay, Julio, que essa
rígida templanza |
|
|
|
tiene tal vez su apoyo en la
esperanza! |
|
|
|
Mas yo que nada espero, |
|
|
|
aun del fin de mi mal
destituido; |
55 |
|
|
que, ¡ay de mí!,
considero |
|
|
|
sin recurso perdido |
|
|
|
el bien que firme quiero, |
|
|
|
ciegamente obstinado |
|
|
|
en doblar, aunque en vano, mi
cuidado, |
60 |
|
|
cómo, cómo
podré ya consolarme, |
|
|
|
si reúso hasta el medio de
templarme. |
|
|
|
JULIO
|
|
Ningún rigor se ofrece a
nuestra suerte |
|
|
|
tan bárbaro, tan fiero, tan
tirano, |
|
|
|
que, a fuer de ser humano, |
65 |
|
|
no tenga su remedio aun sin la
muerte. |
|
|
|
La gran Madre, la próvida
Natura, |
|
|
|
que nos vio sugetos al veneno |
|
|
|
de tanto riesgo y daño |
|
|
|
como el hombre indiscreto se
procura, |
70 |
|
|
puso al entendimiento rico y
lleno |
|
|
|
de triaca eficaz de
desengaño, |
|
|
–––––––– 223
––––––––
|
|
omo suele la vívora
aplicada |
|
|
|
por mano diligente |
|
|
|
a lo que infecta con maligno
diente, |
75 |
|
|
ella misma curar de su picada. |
|
|
|
LISARDO
|
|
¡Ay, amigo!, que estando
embegecida |
|
|
|
la penetrada herida, |
|
|
|
sin tino los remedios se
desbelan. |
|
|
|
No digo yo que acia su fin
infausto |
80 |
|
|
precipitados vuelan |
|
|
|
los míseros alientos |
|
|
|
de mi funesta vida. |
|
|
|
No estoi aún de juicio tan
exhausto |
|
|
|
que pondere tan ciego mis
tormentos, |
85 |
|
|
como a algunos zagales les
escucho, |
|
|
|
de los que sienten poco y hablan
mucho. |
|
|
|
Pero también conozco que
esta pena, |
|
|
|
este continuo llanto, |
|
|
|
este sumo quebranto, |
90 |
|
|
este huir de tratar con los
pastores, |
|
|
|
y en fin, esta tristeza, |
|
|
|
mis males han de hacer
superiores, |
|
|
|
que passarán a ser
naturaleza, |
|
|
|
débil assí, quanto ya
fue robusta. |
95 |
|
|
JULIO
|
|
¿Si esse peligro al
corazón asusta, |
|
|
|
para qué no le evitas? |
|
|
|
LISARDO
|
|
A su fineza el mérito
limitas, |
|
|
|
si crees que el temor me
sobresalte. |
|
|
|
No recelo yo, Julio, no, que
falte |
100 |
|
|
la salud o la vida, |
|
|
|
que fuera bien perdida |
|
|
|
por tan noble motivo; |
|
|
|
siento, sí, que padezca |
|
|
|
con daño succesibo, |
105 |
|
|
por mi inacción
causado, |
|
|
|
sin que alivio a mi suerte le
merezca, |
|
|
|
ni le aguarde por mí
solicitado. |
|
|
|
Y aun que sea interés el que
me obliga |
|
|
|
a llorar el rigor de esta
fatiga, |
110 |
|
|
más quiero confesar sincero
el hecho |
|
|
|
que, con fingido pecho |
|
|
|
y discurso no sano, |
|
|
|
mentir, en el estilo
cortesano, |
|
|
|
con el trage falaz de las
verdades. |
115 |
|
|
Estas selvas, amigo, y este
prado, |
|
|
|
testigos de inocentes
voluntades, |
|
|
|
jamás vieron en
árboles grabado, |
|
|
|
o del eco distante repetido, |
|
|
|
pensamiento explicado y no
sentido. |
120 |
|
|
JULIO
|
|
Mil veces he resuelto
preguntarte |
|
|
|
la poderosa causa que te
aflige, |
|
|
|
y otras mil, receloso de
enojarte, |
|
|
–––––––– 224
––––––––
|
|
a mi intención curiosa
contradige, |
|
|
|
bien como amigo fiel, que huye el
agrabio |
125 |
|
|
de examinar lo que cautela el
labio. |
|
|
|
Mas ya que de tus males la
porfía |
|
|
|
pide pronto socorro, determino |
|
|
|
sufra esta nota la pregunta
mía. |
|
|
|
Dime, pues, lo que agita tu
destino; |
130 |
|
|
se aquietará mi
cariñoso anhelo. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Injusto fuera malquistar tu
celo |
|
|
|
con mi silencio, ¡o amigo el
más seguro! |
|
|
|
Yo expondré de mi angustia
las razones, |
|
|
|
si a esso pueden llegar mis
expresiones; |
135 |
|
|
y aun que a nuebos pesares me
apresuro, |
|
|
|
repetiré las duras
aflicciones |
|
|
|
que produjo un succeso
lastimoso; |
|
|
|
y no extrañes el daño
que figuro, |
|
|
|
porque si todos juntos sólo
explican |
140 |
|
|
un dolor indistinto, aun que
rabioso, |
|
|
|
no este mismo dolor me
multiplican, |
|
|
|
sino quando señalo sus
rigores, |
|
|
|
que entonces en cada uno se
duplican, |
|
|
|
haciendo de un dolor muchos
dolores. |
145 |
|
|
Pero antes, por que no se nos
alege |
|
|
|
el ganado esparcido, |
|
|
|
y de aquellos Jarales |
|
|
|
las espesuras dege, |
|
|
|
donde acuden tal vez otros
zagales, |
150 |
|
|
llámale, Julio, tú,
con el chasquido |
|
|
|
de la onda, entre tanto |
|
|
|
que apaciguo el dolor y enjugo el
llanto. |
|
|
|
JULIO
|
|
Ya acia allí de Barcino, de
Melampo, |
|
|
|
el siempre fiel ladrido |
155 |
|
|
avisará, si alguno se
desmanda; |
|
|
|
y por aquella vanda, |
|
|
|
tan ávido está el
campo |
|
|
|
que no se arrimará cordero
alguno. |
|
|
|
Comienza, pues, tu lamentable
historia |
160 |
|
|
y disculpa mi ruego de
importuno. |
|
|
|
LISARDO
|
|
¡O no lo fuera más mi
cruel memoria! |
|
|
|
Lejos de esta rivera |
|
|
|
hai una, a quien el mar roza
apacible, |
|
|
|
pedazo de una isla, a quien,
ufana, |
165 |
|
|
hizo Naturaleza apetecible |
|
|
|
estancia de continua
Primavera; |
|
|
|
si ya no es la avitación
dorada |
|
|
|
donde Neptuno (no con pompa
vana) |
|
|
|
mereció en algún
tiempo, reberente, |
170 |
|
|
Naútico templo a su
húmido tridente, |
|
|
|
con tanta quilla armada |
|
|
|
como escondía el
puerto, |
|
|
–––––––– 225
––––––––
|
|
antes que del Océano
furioso |
|
|
|
las ondas escuchasen |
175 |
|
|
del Marinero experto |
|
|
|
ecos, que en otro mundo
resonasen. |
|
|
|
Aquí, pues, viví yo;
y aquí, gozoso, |
|
|
|
conduge muchos años sin
cuidado |
|
|
|
a mi pobre ganado, |
180 |
|
|
con tal olvido de mis patrios
montes |
|
|
|
que ni en ayre o lenguaje, |
|
|
|
en costumbres o trage, |
|
|
|
me distinguí de los
demás Pastores |
|
|
|
de aquellos orizontes. |
185 |
|
|
Era el Archivo yo de sus
amores, |
|
|
|
y como libre estaba, |
|
|
|
en su pasión tal vez los
gobernaba; |
|
|
|
y tal con rudo numen
exprimía |
|
|
|
su triste pensamiento, |
190 |
|
|
o ya para las fiestas
componía |
|
|
|
motes y empresas con que su
tormento |
|
|
|
no menos se explicaba que
lucía. |
|
|
|
Quando al redil amigo se
volvía |
|
|
|
uno y otro rebaño
presuroso, |
195 |
|
|
su dueño venturoso, |
|
|
|
con rostro alegre y ánimo
sincero, |
|
|
|
era en mi humilde choza
compañero |
|
|
|
con quien fino y gozoso |
|
|
|
la noche melancólica
engañaba, |
200 |
|
|
hasta que el torpe sueño nos
llamaba. |
|
|
|
Por el invierno frío, |
|
|
|
en ogar aseado, |
|
|
|
vieras, Julio, sentado |
|
|
|
mi rústico congreso. |
205 |
|
|
De su pastora aquél cuenta
el desvío, |
|
|
|
éste de la estación
mide el progreso, |
|
|
|
uno las brasas cuidadoso
arroja, |
|
|
|
y otro, arrimado más al
lento fuego, |
|
|
|
secar procura su mojada ropa. |
210 |
|
|
Vieras también que
luego, |
|
|
|
sin preparar la explendidez la
mesa, |
|
|
|
sirve mano sencilla, |
|
|
|
en limpia canastilla, |
|
|
|
ya la sana vellota o la
castaña |
215 |
|
|
con que mi gratitud los
interesa, |
|
|
|
no embuelto el don en vanas
expresiones, |
|
|
|
que suelen ser falacea las
razones |
|
|
|
y la mano es no más la que
no engaña. |
|
|
|
En el estío ardiente, |
220 |
|
|
del alhagüeño
ambiente |
|
|
|
gozábamos los soplos y,
oficioso, |
|
|
|
procuraba guardarlos |
|
|
|
con el dulce melón
apetitoso, |
|
|
|
el racimo sabroso; |
225 |
|
–––––––– 226
––––––––
|
|
o ya para templarles |
|
|
|
la sed siempre molesta, |
|
|
|
agua los presentaba |
|
|
|
de una cercana fuente
conducida, |
|
|
|
de su cansancio más
agradecida |
230 |
|
|
por que tan poco cuesta |
|
|
|
la frescura que en ella se
lograba, |
|
|
|
la brebe dilación de ser
pedida. |
|
|
|
Y en fin, con todos era |
|
|
|
mi asistencia contada la
primera |
235 |
|
|
en el juego, en la caza, |
|
|
|
y en quanto gusto abraza |
|
|
|
el campestre egercicio, |
|
|
|
sin encontrar de su tibieza
indicio. |
|
|
|
Voló el tiempo,
pensión de ser dichoso, |
240 |
|
|
y, descuidado con el largo uso |
|
|
|
de vivir libremente, |
|
|
|
¡o quán en vano mi
delito acuso! |
|
|
|
En un concurso que
festibamente |
|
|
|
juntó del valle las zagalas
vellas, |
245 |
|
|
vi una que entre ellas |
|
|
|
assí se
distinguía |
|
|
|
como suele en el campo, que
aterido |
|
|
|
dejó el rigor de la
estación más fría, |
|
|
|
el almendro florido; |
250 |
|
|
o, para no agrabiarlas en la
parte |
|
|
|
que en mi comparación las
pertenece, |
|
|
|
como suele la flor que debe al
arte |
|
|
|
más pompa, más
carmín, mayor fragancia, |
|
|
|
diferenciarse de otras, cuya
infancia, |
255 |
|
|
como no culta, estraña nos
parece, |
|
|
|
aun siendo de una igual
naturaleza. |
|
|
|
Siguióse al ver, mirar; su
gentileza |
|
|
|
llamaba a cada instante a mi
cuidado; |
|
|
|
conocíme mudado, |
260 |
|
|
y quíseme apartar del
precipicio; |
|
|
|
mas, vacilante el juicio, |
|
|
|
dejaba el corazón
azelerarse. |
|
|
|
Volvía a repararse, |
|
|
|
ganando la razón lo ya
perdido; |
265 |
|
|
pero en esta contienda dudosa, |
|
|
|
no sé si con intento o por
descuido, |
|
|
|
reparó en mí Leonisa
(que éste era |
|
|
|
el dulce nombre de mi cruel
pastora) |
|
|
|
con un dejo apacible, qual si
fuera |
270 |
|
|
partícipe tal vez de lo que
ignora. |
|
|
|
Entonces, presurosa |
|
|
|
la ya poco segura resistencia, |
|
|
|
se entregó a su
pasión con tal violencia |
|
|
|
que dejó al pobre arbitrio,
y digo poco, |
275 |
|
|
¡ay Julio mío!,
amante, ciego y loco. |
|
|
|
Digéronla mis ojos mi
deseo, |
|
|
|
y aun al baylar, estando junto a
ella, |
|
|
|
quise darla noticia del
trofeo; |
|
|
–––––––– 227
––––––––
|
|
pero el afecto mismo, por que
pruebe |
280 |
|
|
cómo junto temor y
atrebimiento, |
|
|
|
quando con uno el alma incita y
muebe, |
|
|
|
con otro al labio en turbaciones
sella |
|
|
|
idioma que, si entonces le
entendiese, |
|
|
|
más que no mis palabras la
adbirtiera; |
285 |
|
|
y esto aun quando asintiesse |
|
|
|
dentro del pecho a mi
atención parlera, |
|
|
|
pues no llegando como yo a
saberle, |
|
|
|
pudo notarle, pero no
entenderle. |
|
|
|
Ibase el día, y ya se
divisaban |
290 |
|
|
las sombras en los montes
más vecinos; |
|
|
|
ya alegres las quadrillas se
apartaban, |
|
|
|
y en los varios caminos |
|
|
|
que a las felices chozas
dirigían, |
|
|
|
solamente se oían |
295 |
|
|
ecos, que vagamente resonaban; |
|
|
|
quando yo, diligente,
cabiloso, |
|
|
|
confuso y silencioso, |
|
|
|
sigo a Leonisa, sin saber a
dónde |
|
|
|
mi déseo me
guía, |
300 |
|
|
por más que me la
esconde |
|
|
|
el tropel o la noche, que ya
havía |
|
|
|
la distinción de objetos
impedido. |
|
|
|
Al llegar a su albergue
suspendido, |
|
|
|
paré sin leve acción
el movimiento, |
305 |
|
|
como aquel que, pisando
divertido |
|
|
|
la senda poco hollada, |
|
|
|
dejó el camino cierto y
espacioso, |
|
|
|
y al volver sobre sí, repara
atento |
|
|
|
que, a costa de aumentarse la
distancia |
310 |
|
|
y doblar la fatiga, |
|
|
|
la senda se acabó, no la
jornada, |
|
|
|
que a proseguir se obliga. |
|
|
|
Quedéme allí, mas fue
tan sin reposo, |
|
|
|
que ni para apartarme de su
estancia |
315 |
|
|
me ayudó el
alvedrío, |
|
|
|
esperando indeciso, sin que
advierta |
|
|
|
que aun a esperar se me
cerró la puerta. |
|
|
|
Creció en la soledad el
desvarío; |
|
|
|
un pequeño rumor me asusta
el pecho; |
320 |
|
|
turba una voz mi diligente
oído; |
|
|
|
y como en vano miro, escucho,
acecho, |
|
|
|
quando ya todo con silencio
estaba, |
|
|
|
aun más este silencio me
turvaba. |
|
|
|
Quién pudiera explicarte de
mi idea |
325 |
|
|
uno y otro alterado
pensamiento; |
|
|
|
mas cómo acertaré, si
el labio duda |
|
|
|
que se iguale la voz con el
intento. |
|
|
|
¿Reparaste tal vez
allá en la Aldea, |
|
|
|
quando alguno se muda, |
330 |
|
|
que el primer día que se
alojó en su cassa, |
|
|
–––––––– 228
––––––––
|
|
como no tienen puesto
señalado |
|
|
|
los trastos de que usa |
|
|
|
y está todo mezclado, |
|
|
|
si uno quiere, otro encuentra,
aquél reúsa? |
335 |
|
|
Pues assí es lo que
passa |
|
|
|
quando por inquilino |
|
|
|
entre amor en el Alma; que,
impaciente, |
|
|
|
como ignora el destino |
|
|
|
propio de los afectos, aun que
siente |
340 |
|
|
que a un duro afán se
entrega, |
|
|
|
busca el uno, halla el otro, a
aquél se niega. |
|
|
|
Volvíme, en fin, a mi
infeliz cabaña |
|
|
|
y, mal hallado en la quietud del
lecho, |
|
|
|
antes que den indicio en la
campaña |
345 |
|
|
de que comienza el día |
|
|
|
las libre avecillas con su
canto, |
|
|
|
sin dormir, mal despierto me
levanto; |
|
|
|
y deseando estar sin
compañía, |
|
|
|
para no reprimir llanto o
suspiro, |
350 |
|
|
buscaba el melancólico
retiro |
|
|
|
de un bosque
enmarañado, |
|
|
|
siguiendo, y no guiando mi
ganado, |
|
|
|
quando Anfriso, un ilustre
ganadero, |
|
|
|
como yo en aquel valle
forastero, |
355 |
|
|
íntimo amigo mío y
confidente, |
|
|
|
buscándome
venía, |
|
|
|
como siempre solía; |
|
|
|
y al ver que le recibo
tibiamente, |
|
|
|
pálido el rostro, el sayo
sin aseo, |
360 |
|
|
la vista baja y todo sostenido |
|
|
|
del cayado torcido, |
|
|
|
con cariño impaciente |
|
|
|
estraña mi mudanza, |
|
|
|
y saliendo a los labios su
deseo, |
365 |
|
|
pregúntame la causa que me
aflige. |
|
|
|
Creerás, Julio, que pude sin
tardanza |
|
|
|
satisfacer su ruego; |
|
|
|
pues no fue, Julio, assí,
que sólo dige: |
|
|
|
«déjame,
Anfriso»; y prosiguieron luego |
370 |
|
|
Mis ojos a explicar lo que
ocultaba. |
|
|
|
Él, que alterado mi pesar
miraba, |
|
|
|
porfía; callo yo; buelve a
inquietarse; |
|
|
|
y al tiempo que, cansado de
quejarse |
|
|
|
de mi amistad, sentido me
dejaba, |
375 |
|
|
arrójome a su cuello sin
aliento, |
|
|
|
y bañándole en
lágrimas le pido |
|
|
|
disculpe de su error a mi
tormento, |
|
|
|
pues enmudece sólo de
corrido; |
|
|
|
que quien libre vivió, y a
amar comienza, |
380 |
|
|
de mirarse vencido se
avergüenza. |
|
|
|
Referíle mi mal,
nombréle el dueño |
|
|
|
que motivó tan repentino
estrago; |
|
|
|
añadí que, cobarde a
tal empeño, |
|
|
–––––––– 229
––––––––
|
|
resolvía sufrir sin
declararme |
385 |
|
|
el impulso primero, |
|
|
|
o, por mejor decir, traidor
alhago, |
|
|
|
abandonando con rigor sebero, |
|
|
|
sordo al engaño infiel de la
esperanza, |
|
|
|
sólo atento a la cruel
desconfianza, |
390 |
|
|
de que llegase a amarme |
|
|
|
Leonisa, como aquel que, al simple
amago |
|
|
|
de su tímida idea, |
|
|
|
quisiera no querer lo que
desea. |
|
|
|
Es verdad que tenía este
recelo |
395 |
|
|
más cuerpo en la evidencia
de mi daño; |
|
|
|
era yo, Julio, estraño; |
|
|
|
Tirso, su Padre, del País
amante; |
|
|
|
y para acrecentarse mi
desvelo, |
|
|
|
él rico y poderoso, |
400 |
|
|
y yo ceñido a un
mísero rebaño; |
|
|
|
que el que sirve constante, |
|
|
|
rendido, cauto, fiel y
respetuoso, |
|
|
|
siendo pobre, por más que se
fatigue, |
|
|
|
merece, Julio, pero no
consigue. |
405 |
|
|
Malhaya el que primero |
|
|
|
valuó las voluntades |
|
|
|
tasando su poder por el
dinero; |
|
|
|
origen fue de trágicas
maldades, |
|
|
|
si el mérito se venga o la
fineza |
410 |
|
|
de ser precio de una alma la
riqueza. |
|
|
|
Oyó Anfriso mi ahogo y,
compasibo, |
|
|
|
sintió el empleo nuevo de mi
vida; |
|
|
|
calló un rato, suspenso y
discursibo; |
|
|
|
y mi pasión, sin duda bien
medida |
415 |
|
|
de su esperiencia suma |
|
|
|
me dijo... Mas ya empieza |
|
|
|
de las nocturnas aves tarda
pluma |
|
|
|
a cruzar por el viento, y
repetido |
|
|
|
nos anuncia la noche su
gemido. |
420 |
|
|
Vámonos, Julio mío,
sin pereza |
|
|
|
el ocioso ganado recogiendo, |
|
|
|
pues vala y sólo alguno
está paciendo; |
|
|
|
que si mañana fueres |
|
|
|
a buscarme en la selva más
vecina |
425 |
|
|
de aquel valle que umbrío y
delicioso |
|
|
|
en la falda del monte se
termina, |
|
|
|
anudaré si quieres, |
|
|
|
ya que assí mi obediencia te
aseguro, |
|
|
|
el hilo de esta historia
lastimoso. |
430 |
|
|
JULIO
|
|
Yo me alegro, Lisardo, que a
seguirle |
|
|
|
te ofrezcas, quando quiero, y lo
procuro, |
|
|
|
no se empeore el mal con
referirle; |
|
|
|
que, según el afecto con que
escucho, |
|
|
|
no será, amigo, mucho; |
435 |
|
|
puedas tal vez en algo
corregirle, |
|
|
|
pues templará tu justo
sentimiento |
|
|
|
ver que también tus
aflicciones siento. |
|
|
|
|
–––––––– 230
––––––––
|
Estancia segunda
|
LISARDO
|
|
Religiosa amistad, sencilla y
pura, |
|
|
|
indisoluble nudo |
440 |
|
|
que atas las almas en unión
segura, |
|
|
|
nada de tu poder estraño o
dudo, |
|
|
|
quando, desecho, miro |
|
|
|
mi silencio tenaz que,
misterioso, |
|
|
|
sólo dejo romperse del
suspiro. |
445 |
|
|
¡O fuerza de un amigo
cuidadoso, |
|
|
|
qué corazón
habrá que te resista! |
|
|
|
¡O, lo mucho que dista, |
|
|
|
en la fe con que se ama y
corresponde, |
|
|
|
la igualdad finamente
apasionada |
450 |
|
|
de aquel traidor alhago con que
esconde |
|
|
|
la palaciega infiel
cortesanía |
|
|
|
la voluntad dañada! |
|
|
|
A influxo de una regla tan
impía |
|
|
|
todo en la corte el interés
lo rige, |
455 |
|
|
de la lisonja la verdad
vencida; |
|
|
|
y al pecho, a quien aquél
menos aflige, |
|
|
|
la embidia mal nacida |
|
|
|
suele servir de escollo en que
zozobre. |
|
|
|
No assí en estos apriscos,
donde goza |
460 |
|
|
más tranquilo su curso
nuestra vida; |
|
|
|
la Paz se viste con pellico
pobre, |
|
|
|
logrando un templo en cada humilde
choza; |
|
|
|
y en las acciones, el Amor
testigo, |
|
|
|
no es el amigo riesgo de su
amigo. |
465 |
|
|
Crédito, Julio, sea |
|
|
|
de este discurso mío. |
|
|
|
Yo mis ansias le fío, |
|
|
|
y él mi alivio desea, |
|
|
|
mutuamente alternado |
470 |
|
|
el suyo y mi cuidado, |
|
|
|
siendo en los dos tan uno el
sentimiento |
|
|
|
que aun tal vez se equivoca el
instrumento, |
|
|
|
si no es con atención
examinado. |
|
|
|
Cáusale en mí
Leonisa, |
475 |
|
|
y en él es mi dolor quien le
precisa; |
|
|
|
y assí, desde su origen, si
se advierte, |
|
|
|
nuestra amistad iguala nuestra
suerte. |
|
|
|
Mas él es el que viene.
Salgo al paso |
|
|
|
ansioso a recivirle |
480 |
|
|
con cariño no escaso, |
|
|
|
que bien lo debo a lo que a
mí me quiere. |
|
|
|
Voy luego, por reñirle |
|
|
|
tan prolija tardanza; |
|
|
|
aun que su culpa infiere |
485 |
|
|
mi razón, que la engendra la
esperanza, |
|
|
|
graduando los instantes |
|
|
|
por guarismos amantes. |
|
|
–––––––– 231
––––––––
|
|
¿O, Julio, qué has
tenido |
|
|
|
que tan tarde has venido, |
490 |
|
|
donde ya te aguardaba |
|
|
|
con afecto impaciente? |
|
|
|
JULIO
|
|
¡Ay, Lisardo! Te juro que
contaba |
|
|
|
los minutos por oras; mas
estaba |
|
|
|
esperando a mi ingrata
Galatea, |
495 |
|
|
por ver si me consiente |
|
|
|
separar tanto engaño de su
idea; |
|
|
|
y aun que la pena mía |
|
|
|
no logró la ocasión,
por que trahía |
|
|
|
consigo quien mis quejas
estorbase, |
500 |
|
|
repetiré el buscarla, |
|
|
|
por si mi mal hallase |
|
|
|
término de obligarla. |
|
|
|
Ese motivo ha sido, que merece |
|
|
|
no de injusto le arguyas; |
505 |
|
|
por que conozco ya se
compadece |
|
|
|
tu amistad de mis ansias como
suyas. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Quando ella no lo hiciera, |
|
|
|
por la confrontación en los
pesares |
|
|
|
del que sufres el mío se
doliera; |
510 |
|
|
que son los infortunios
singulares |
|
|
|
principio de una oculta
simpatía |
|
|
|
que a veces, aun mejor que las
estrellas, |
|
|
|
con interés recíproco
aprisiona, |
|
|
|
enlaza y eslabona |
515 |
|
|
querellas a querellas; |
|
|
|
que aun que varíe en
todo |
|
|
|
el obgeto y acaso el
accidente, |
|
|
|
por más que haga la causa
diferente, |
|
|
|
en el sentir es uniforme el
modo, |
520 |
|
|
y a lo menos el vínculo
perfecto |
|
|
|
se descubre en lo intenso del
efecto. |
|
|
|
JULIO
|
|
Prosigue, pues, con lo que Anfriso
dixo, |
|
|
|
que aun que oy no puedo serte tan
prolijo, |
|
|
|
por la inquietud de ver a
Galatea |
525 |
|
|
(bien que infructuoso el
persuadirla sea), |
|
|
|
no faltará ocasión en
que escucharte, |
|
|
|
que mi interés me
acordará el buscarte. |
|
|
|
LISARDO
|
|
No te replica mi cariño en
nada. |
|
|
|
Comenzó de esta suerte:
«Si pudiese |
530 |
|
|
borrar, Lisardo, de tu triste
idea |
|
|
|
la imagen que registro tan
formada, |
|
|
|
que no lo fuera más si el
tiempo huviese |
|
|
|
todo su diestro pulso
exercitado, |
|
|
|
pusiera mi cuidado |
535 |
|
|
mi atención y desvelo |
|
|
|
en conseguir, con obra tan
gustosa, |
|
|
|
la quietud de tu vida. |
|
|
–––––––– 232
––––––––
|
|
Mas ya que claramente mi
recelo |
|
|
|
ve, no sólo dudosa, |
540 |
|
|
pero en tan grabe herida |
|
|
|
imposible la cura |
|
|
|
que sólo reconozco por
segura, |
|
|
|
como el práctico suele con
destreza |
|
|
|
no aplicar específicos al
daño, |
545 |
|
|
sino, con rumbo
estraño, |
|
|
|
corroborar la fiel Naturaleza |
|
|
|
para que a esfuerzo suyo se
consiga |
|
|
|
el fin de su fatiga, |
|
|
|
assí yo solicito que
procures |
550 |
|
|
seguir la inclinación que te
domina. |
|
|
|
Tal vez sea posible que
asegures |
|
|
|
la mejor medicina, |
|
|
|
que no es en este mal remoto
medio |
|
|
|
que su dolor fabrique su
remedio. |
555 |
|
|
Si cobarde callares, |
|
|
|
según de tus estremos
congeturo, |
|
|
|
al continuo rigor de tus
pesares, |
|
|
|
al implacable y duro |
|
|
|
fatal remordimiento |
560 |
|
|
de tu mismo afligido
pensamiento |
|
|
|
padecerás la pena |
|
|
|
a que el mayor conflicto te
condena, |
|
|
|
si hasta burlar tu empleo |
|
|
|
ni esperanza quedase a tu
deseo. |
565 |
|
|
¿Pues cómo, en
igualdad de contingencia, |
|
|
|
sin dejar ocasión a la
osadía, |
|
|
|
exercita tu tímida
porfía, |
|
|
|
aún antes de el estrago, la
paciencia? |
|
|
|
Sufrir quando el ahogo es
infalible |
570 |
|
|
acredita el coraje de
invencible; |
|
|
|
mas quando el mal empieza, |
|
|
|
sufrir por no emprender será
vileza. |
|
|
|
Si la cabra golosa, |
|
|
|
hollando el precipicio, no
trepase |
575 |
|
|
por peñas escarpadas, |
|
|
|
imposible sería que
rumiase |
|
|
|
la planta, por difícil,
más sabrosa |
|
|
|
que esconden de los riscos la
quebradas. |
|
|
|
La fruta, que en el árbol
manifiesta |
580 |
|
|
su hermosura, y acaso en la alta
rama, |
|
|
|
no se consigue, no, sobre la
grama: |
|
|
|
cuesta el subir, y aun el peligro
cuesta; |
|
|
|
y si el esfuerzo se repite en
vano, |
|
|
|
a lo menos no es culpa de la
mano. |
585 |
|
|
Cada día registras
cómo entrega |
|
|
|
rústico laborioso |
|
|
|
el rico grano al surco que lo
guarda; |
|
|
|
y aun que no siempre con fortuna
siega, |
|
|
|
y que otras veces al principio
tarda, |
590 |
|
|
a desmanes del tiempo
riguroso, |
|
|
|
en asomar la deseada espiga, |
|
|
–––––––– 233
––––––––
|
|
no por esso mitiga |
|
|
|
su perenne cuidado |
|
|
|
y el disponer, con esperanza
nueba, |
595 |
|
|
la dura tierra con el corbo
arado |
|
|
|
hasta que muda la inclemencia, y
prueba |
|
|
|
que, amontonado el oro, |
|
|
|
rinde a sus troxes próvido
thesoro. |
|
|
|
Mucho te enseña un egemplar
tan cierto |
600 |
|
|
si le examinas adecuadamente; |
|
|
|
que en fin, Lisardo, si tu estado
advierto, |
|
|
|
hallo que solicitas imprudente |
|
|
|
(y no podrá la
réplica evadirte) |
|
|
|
matarte, por temor de no
morirte. |
605 |
|
|
Sirbe a Leonisa, búscala
rendido, |
|
|
|
que amor deshace agravios de la
suerte. |
|
|
|
Sea Tirso contrario conocido; |
|
|
|
ella tal vez no lo será tan
fuerte. |
|
|
|
Suspira, no desistas, que el
suspiro |
610 |
|
|
vence las esquibeces de un
retiro; |
|
|
|
la queja bien sentida |
|
|
|
no menos enternece si es
oída; |
|
|
|
lágrimas en los ojos |
|
|
|
principio son de conseguir
despojos. |
615 |
|
|
Tus prendas son bastantes |
|
|
|
aun a muchos amantes; |
|
|
|
pocos tus bienes son, pero ya
sabes |
|
|
|
que hay para el corazón
distintas llabes. |
|
|
|
Esto mi afecto entiende, y mi
esperiencia; |
620 |
|
|
la razón por mi voz te
desengaña. |
|
|
|
No aprendí, no, en los
montes esta ciencia, |
|
|
|
en el Liceo, sí, y en la
campaña. |
|
|
|
Allí también
amé, y a costa mía |
|
|
|
estudié tan fatal
philophía; |
625 |
|
|
fatal, pues es preciso |
|
|
|
sea el dolor lección para el
aviso». |
|
|
|
Assí me aconsejaba |
|
|
|
la discreción de Anfriso; y
convencida |
|
|
|
mi timidez, en vano combatida |
630 |
|
|
antes de mi razón, flaca y
confusa, |
|
|
|
con mudo sobresalto se
alentaba |
|
|
|
a desear lo mismo de que
huía. |
|
|
|
No sólo no reúsa |
|
|
|
en tal estrecho ya mi
fantasía |
635 |
|
|
amar rendidamente, |
|
|
|
pero aun quiere, impaciente, |
|
|
|
volver a ver la causa
soberana. |
|
|
|
Era entonces el tiempo en que
serena |
|
|
|
la luz y puro el viento |
640 |
|
|
unánimes hacían la
mañana |
|
|
|
deliciosa y la selva tan
amena, |
|
|
|
con los vivos matices de las
flores, |
|
|
|
que dirías, o Julio, que
abariento |
|
|
|
no guarda Paphos para digna
estancia |
645 |
|
|
de la Madre feliz de los
amores |
|
|
|
ni tanta variedad, ni tal
fragancia. |
|
|
–––––––– 234
––––––––
|
|
Recién vestidas, las
flexibles ramas |
|
|
|
de los robustos troncos
verdegueaban. |
|
|
|
En las calientes camas |
650 |
|
|
los pájaros gozosos
sacudían |
|
|
|
la descansada pluma, |
|
|
|
y en los músicos coros que
formaban |
|
|
|
canto no prevenido
repetían. |
|
|
|
Mientras, la blanda espuma |
655 |
|
|
del mar plácidamente |
|
|
|
se disuelve en la orilla, |
|
|
|
con embate que el eco apenas
siente, |
|
|
|
y sale la ligera nabecilla |
|
|
|
del abrigo del puerto |
660 |
|
|
a hender el golfo que temía
incierto. |
|
|
|
Por gozar, pues, la jubentud del
año, |
|
|
|
más de un manso
rebaño, |
|
|
|
de cándidas zagalas
dirigido, |
|
|
|
dexaba, al Alva, su paterno
egido; |
665 |
|
|
y ellas, con pie trabieso y dulce
agrado, |
|
|
|
tegiendo lazos por el fresco
prado, |
|
|
|
hacia un claro arroyuelo |
|
|
|
que por floridas juncias
caminaba |
|
|
|
dibertidas venían, |
670 |
|
|
quando yo, que a favor de mi
desvelo |
|
|
|
cubierto de unas matas
acechaba |
|
|
|
aun la expresión que
incautas proferían, |
|
|
|
viendo que ya Leonisa se
acercaba, |
|
|
|
rompí del labio el congojoso
hielo |
675 |
|
|
y el alma toda, con la voz
unida, |
|
|
|
assí cantó... Escucha
por tu vida. |
|
|
|
Vellíssima pastora, |
|
|
|
gloria del valle, adoración
del soto, |
|
|
|
que hasta sus troncos con tu culto
honora, |
680 |
|
|
ya penda humilde el voto |
|
|
|
o inscriba en ellos religiosa
mano |
|
|
|
de su esperanza monumento
vano. |
|
|
|
Escucha a quien amante, |
|
|
|
rendido y fiel te sirve y te
venera, |
685 |
|
|
desde aquél, para mí,
feliz instante |
|
|
|
en que puse, altanera, |
|
|
|
a tus pies, como término a
su empleo, |
|
|
|
la aventurosa fe de mi deseo. |
|
|
|
Tal vez desconocido |
690 |
|
|
llamará a tu noticia mi
lamento, |
|
|
|
o enojoso a los ceños de tu
oído |
|
|
|
conseguirá mi acento, |
|
|
|
quando más tu rigor quiera
indultarle, |
|
|
|
que te pares a oírle, no a
escucharle. |
695 |
|
|
Pero aun que en vano aspiren |
|
|
|
a vencer tu atención mis
expresiones, |
|
|
|
resuelto determino que
conspiren |
|
|
|
sus humildes razones |
|
|
|
a labrar a los riesgos de su
daño |
700 |
|
|
si no efugio, a lo menos
desengaño. |
|
|
–––––––– 235
––––––––
|
|
No desdeñes que sea |
|
|
|
en estos campos pobre y
estrangero, |
|
|
|
que en otros por ventura
lisongea |
|
|
|
a más de un ganadero |
705 |
|
|
con mi antigua cabaña la
adherencia, |
|
|
|
aún venerada en medio de mi
ausencia. |
|
|
|
No blasono riqueza |
|
|
|
ni tampoco mendigo mi
sustento; |
|
|
|
mi patria sabe, puedo sin
vageza |
710 |
|
|
vivir; y que contento |
|
|
|
gozaría (mejor si tú
lo viesses) |
|
|
|
pingüe fruto de vides y de
mieses. |
|
|
|
Si acaso no me engaña |
|
|
|
más de un arroyo puro y
cristalino, |
715 |
|
|
soi tal (y aún lo miraba
esta mañana) |
|
|
|
que, según imagino, |
|
|
|
quando no a merecer todo un
cuidado, |
|
|
|
basto a no deslucir algún
agrado. |
|
|
|
Mi pasión es tan fina |
720 |
|
|
que sólo en ella el
mérito no cedo. |
|
|
|
El alma que despótica
domina |
|
|
|
bien ofrecerte puedo, |
|
|
|
feliz si ya que Amor no la
premiase, |
|
|
|
tu esquivez sus afectos
perdonase. |
725 |
|
|
Con esta acción
piadosa, |
|
|
|
si acaso alcanzo que mi ruego
atiendas, |
|
|
|
mi voz entonces cantará
gozosa |
|
|
|
tu peregrinas prendas. |
|
|
|
Dará la fama, aun a tan
brebes sumas, |
730 |
|
|
parleras lenguas y veloces
plumas. |
|
|
|
El apacible viento |
|
|
|
no bajará jamás de la
alta sierra |
|
|
|
sin que llebe consigo el dulce
accento |
|
|
|
que mi dolor destierra. |
735 |
|
|
Oyrá tu nombre el monte
allá en sus huecos, |
|
|
|
y el valle y selva volverán
los ecos. |
|
|
|
Feliz mi albergue pobre |
|
|
|
burlará al Noto la rebelde
saña, |
|
|
|
ya cruja el pino o titubee el
robre |
740 |
|
|
en la opuesta montaña; |
|
|
|
ni, en la estación ardiente,
el Can rabioso |
|
|
|
turbará de sus dueños
el reposo. |
|
|
|
Aun que no te merezca, |
|
|
|
igualmente por solo que por
mío, |
745 |
|
|
como a tus ojos digno les
parezca, |
|
|
|
su distinción
confío; |
|
|
|
que él passará,
¡o Amor, lo que avilitas!, |
|
|
|
de solo a singular si tú le
abitas. |
|
|
|
Nunca escaso se mira |
750 |
|
|
de dulce leche y de reciente
queso; |
|
|
|
colgada fruta suave olor
respira; |
|
|
|
y el cabrito trabieso, |
|
|
|
sin ver la clara luz
alimentado, |
|
|
|
ocupa limpia mesa sazonado. |
755 |
|
–––––––– 236
––––––––
|
|
Con onda, lazo o liga, |
|
|
|
el conejo, perdiz y pajarillo |
|
|
|
son útil diversión de
mi fatiga. |
|
|
|
Trabajo más sencillo |
|
|
|
sigo a veces, buscando al
pecezuelo |
760 |
|
|
enrredado a la nasa o el
anzuelo. |
|
|
|
Todo a tu arbitrio fuera |
|
|
|
postrada ofrenda de un respeto
amante, |
|
|
|
si aún aora mi susto no
leyera |
|
|
|
tu enojo en tu semblante. |
765 |
|
|
Quiere y verás, te jura
rendimiento |
|
|
|
aun la libre estensión del
pensamiento. |
|
|
|
Sí, Leonisa, recibe |
|
|
|
con agrado verdad tan
generosa, |
|
|
|
que mi pecho, que ufano la
concibe |
770 |
|
|
con intención honrosa, |
|
|
|
emuló firme de la llama en
que ardo, |
|
|
|
provará que jamás
mintió Lisardo. |
|
|
|
Esto, amigo, sentí, v esto
espresaba; |
|
|
|
y mientras por el césped
floreciente |
775 |
|
|
de la orilla, atendían, |
|
|
|
bien que con paso incierto, |
|
|
|
a quien tan tiernamente se
quexaba, |
|
|
|
yo cuidadosamente |
|
|
|
de mi Leonisa advierto |
780 |
|
|
que en las blancas megillas se
vertían |
|
|
|
tivias inundaciones; |
|
|
|
y arrebatado en dulces
suspensiones, |
|
|
|
a ver la perfección de sus
enojos, |
|
|
|
el corazón se me
asomó a los ojos. |
785 |
|
|
Las demás
compañeras |
|
|
|
con risa misteriosa |
|
|
|
la cercan y festejan
placenteras. |
|
|
|
Ella, con espresión nada
dudosa, |
|
|
|
quiere negar ayrada |
790 |
|
|
la que suponen fiel
correspondencia, |
|
|
|
y en lo inquieta y turbada |
|
|
|
su malicia adelanta una
evidencia. |
|
|
|
Fuéronse, pues, siguiendo su
disputa; |
|
|
|
y quando ya, distante, no la
oía, |
795 |
|
|
quedé... Tú, Julio
mío, lo reputa, |
|
|
|
si alguna vez perplejo has
aguardado |
|
|
|
la admisión o desprecio a tu
osadía. |
|
|
|
Pero no duró mucho mi
cuidado, |
|
|
|
que aquella noche me contó
Marfisa, |
800 |
|
|
estrecha confidente de
Leonisa, |
|
|
|
quanto a mis versos sucedió
en el Prado; |
|
|
|
y aún más que
ponderó su confianza |
|
|
|
para alentar mi tímida
esperanza. |
|
|
|
Díjome que celase |
805 |
|
|
mi pasión de manera |
|
|
|
que nadie penetrase |
|
|
|
quál el objeto era; |
|
|
–––––––– 237
––––––––
|
|
que, para deslumbrar las que
escucharon |
|
|
|
mi expresivo lamento, |
810 |
|
|
no faltaría modo |
|
|
|
con que vorrar las voces que
notaron, |
|
|
|
hasta hacerlas creer que
llevó el viento |
|
|
|
aun de sus ecos el impulso
todo. |
|
|
|
Añadió
previniese |
815 |
|
|
que, aun que fino y rendido |
|
|
|
a Leonisa sirviese, |
|
|
|
nunca sería con piedad
oído |
|
|
|
si de su genio a convencer lo
ingrato |
|
|
|
no armaba mi razón con mi
recato; |
820 |
|
|
por que el ser yo atendido |
|
|
|
con menos repugnancia |
|
|
|
de la que, siempre altiva, |
|
|
|
mantubo por dictamen preferido |
|
|
|
como timbre tal vez de su
jactancia, |
825 |
|
|
no era seguridad de que
cautiba, |
|
|
|
si su favor mi triunfo
publicase, |
|
|
|
hacia el perdón el
ánimo doblase. |
|
|
|
¡O Julio mío, y
quánta |
|
|
|
alteración gustosa |
830 |
|
|
introdujo en mi pecho |
|
|
|
cláusula para mí tan
venturosa! |
|
|
|
Parecíame ya ver que
quebrantaba |
|
|
|
de su esquivez el ídolo, y
que luego, |
|
|
|
con débil o fingida
resistencia, |
835 |
|
|
para más gloria de que
está desecho, |
|
|
|
del Amor en presencia, |
|
|
|
sobre las asquas del benigno
fuego, |
|
|
|
los dos con prontos brazos |
|
|
|
cebábamos la llama en sus
pedazos. |
840 |
|
|
Engaño fue de mi ligera
idea, |
|
|
|
pues el temor de mi voluble
suerte |
|
|
|
debiera contener mi
pensamiento, |
|
|
|
por que no es, Julio, no, si bien
se advierte, |
|
|
|
feliz el que llegó donde
desea, |
845 |
|
|
sino es aquel que con tranquilo
asiento |
|
|
|
y continuada próspera
evidencia |
|
|
|
goza un bien que tiene
contingencia. |
|
|
|
Assí, no es propiamente
desdichado |
|
|
|
quien no logró lo que
buscaba ansioso, |
850 |
|
|
sino aquel que después de
haver logrado |
|
|
|
pasó a ser infeliz desde
dichoso. |
|
|
|
Concepto que, si entonces la
cordura |
|
|
|
le huviera adelantado, no tan
triste |
|
|
|
mi presente congoja
lloraría |
855 |
|
|
la pérdida fatal de su
hermosura, |
|
|
|
que tan en vano mi razón
resiste; |
|
|
|
por que si una aprensión de
mi alegría |
|
|
|
fue el móvil,
descubierta |
|
|
|
también mi pena
juzgaría incierta. |
860 |
|
|
–––––––– 238
––––––––
|
JULIO
|
|
Suspende por aora, |
|
|
|
Lisardo mío, el
trágico suceso, |
|
|
|
que el impaciente esceso |
|
|
|
de mi pasión me acuerda mi
Pastora, |
|
|
|
mi Galatea, si es acaso
mía |
865 |
|
|
quien tanto se desvía |
|
|
|
de aquel primer amor que
estrechamente |
|
|
|
ató mi corazón a su
destino. |
|
|
|
Un tiempo dulcemente |
|
|
|
en que yo, más dichoso, no
más fino, |
870 |
|
|
merecí sus favores, |
|
|
|
como mía la amaba, |
|
|
|
pasóse ya. Vinieron sus
rigores, |
|
|
|
y encuentro tan esclaba |
|
|
|
mi voluntad a su desdén
sebero |
875 |
|
|
que, quanto más me ofende,
más la quiero. |
|
|
|
Este lazo me lleba |
|
|
|
a hacer un nuevo examen de sus
iras, |
|
|
|
que aun que mi inútil
prueba |
|
|
|
tenga un fin semejante al que
suspiras, |
880 |
|
|
si consiguiese verla, |
|
|
|
gloria sea, que no podré
perderla. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Si mi mal admitiese |
|
|
|
la dulce pena de sentir
mirando, |
|
|
|
por intensa que fuesse, |
885 |
|
|
oyeras, Julio, con accento
blando |
|
|
|
salir el alma en el postrer
accento, |
|
|
|
sin turbar su armonía |
|
|
|
el postrer sentimiento. |
|
|
|
Pero en mi suerte impía |
890 |
|
|
padezco, sin que sepa la que
adoro |
|
|
|
que aun olvidado y aun ausente
lloro. |
|
|
|
No te detengas; búscame en
la Fuente |
|
|
|
del Pino quando quieras |
|
|
|
que el triste resto de mis ansias
cuente. |
895 |
|
|
Son allí a mi ganado
placenteras |
|
|
|
las siestas, con el soplo
delicioso |
|
|
|
que del nebado Guadarrama
sale. |
|
|
|
Allí el ruido del agua
bullicioso, |
|
|
|
antes que a Manzanares
acaudale |
900 |
|
|
su perenne tributo, |
|
|
|
hace al vecino césped
más enjuto |
|
|
|
transportín agradable donde
mullen |
|
|
|
zéfiros voladores, |
|
|
|
juncos, hiervas y flores |
905 |
|
|
que al suabe impulso bullen. |
|
|
|
Allí te aguardaré.
Feliz te emplea |
|
|
|
en convencer tu esquiva
Galatea. |
|
|
|
A Dios, mi Julio, a Dios; no seas
tardo. |
|
|
|
JULIO
|
|
Ya pronto te obedezco. A Dios,
Lisardo. |
910 |
|
|
|
–––––––– 239
––––––––
|
Estancia Tercera
|
JULIO
|
|
¡Qué tranquila que
ofrece |
|
|
|
la soledad a la inquietud de un
triste |
|
|
|
ocasión de quejarse |
|
|
|
que no es pequeña dicha en
quien padece! |
|
|
|
Testigo mudo, a su dolor
asiste, |
915 |
|
|
in que interrumpa el dulce
lamentarse; |
|
|
|
no como entre el bullicio
impertinente |
|
|
|
donde, por uno que piadoso
lucha |
|
|
|
con el ageno mal,
risueñamente |
|
|
|
la multitud tirana los
escucha. |
920 |
|
|
Aquí sí que,
ignorado |
|
|
|
del odio o de la envidia
macilenta, |
|
|
|
puede mi fiel cuidado |
|
|
|
gemir sin que le acechen. |
|
|
|
Aquí no le amedrenta |
925 |
|
|
el ceño ingrato, pero
siempre hermoso; |
|
|
|
ni tampoco recela le coechen |
|
|
|
favores, estrangeros a su
oído. |
|
|
|
Bríndame, sí, al
reposo, |
|
|
|
quanto hace este retiro
apetecido; |
930 |
|
|
y como sólo atiendo |
|
|
|
al murmullo del agua que,
corriendo |
|
|
|
por entre limpias guijas
acompaña |
|
|
|
al susurro que forma el manso
viento |
|
|
|
en los copudos árboles que
halaga; |
935 |
|
|
o bien entre las ojas, ciento a
ciento, |
|
|
|
para hechizo mayor de la
campaña, |
|
|
|
las simples avecillas a
porfía, |
|
|
|
de su cadencia vaga |
|
|
|
la confusa armonía |
940 |
|
|
alternan, sin huir plomo
villano; |
|
|
|
todo, sea favor o engaño
sea, |
|
|
|
me convida a pensar en
Galatea. |
|
|
|
Su rostro soberano, |
|
|
|
peligro de las almas y las
vidas, |
945 |
|
|
me parece que miro fulminando |
|
|
|
rigores inclementes, |
|
|
|
iras apetecidas |
|
|
|
contra un pecho que alienta
suspirando, |
|
|
|
que tolera rendido, |
950 |
|
|
haciendo vanidad de ser
vencido. |
|
|
|
Y tú, Deydad mentida, Dios
tirano, |
|
|
|
Numen injusto, Ydolo inhumano; |
|
|
|
tú, Amor, pues tú lo
escuchas, lo consienta. |
|
|
|
¡Qué puntual la
memoria |
955 |
|
|
me acuerda los axcensos de mi
gloria! |
|
|
|
Mas, ¡ay!, que renobando
llanto y susto, |
|
|
|
también me representa |
|
|
|
la funesta caída de mi
gusto. |
|
|
–––––––– 240
––––––––
|
|
¿Si estará con su
queja tan contenta |
960 |
|
|
que burlará la
mía? |
|
|
|
¿Si hará,
desapiadada, |
|
|
|
su injusta tiranía |
|
|
|
inútiles mis ruegos? |
|
|
|
¿Si negará,
obstinada, |
965 |
|
|
hasta su vista a mis afectos
ciegos? |
|
|
|
¿Quién dudará
que todo lo egecute |
|
|
|
y que la culpa impute |
|
|
|
a mi olvido o mudanza?; |
|
|
|
pues si, de las sospechas
asistida, |
970 |
|
|
sólo el error o el
menosprecio alcanza, |
|
|
|
lugar de conclusión mal
resistida, |
|
|
|
mientras dure en su concepto
ilusa |
|
|
|
ni me valdrá el
cariño ni la escusa. |
|
|
|
Pero por más que fiera |
975 |
|
|
te esquibes, o Pastora, a mis
lamentos, |
|
|
|
ya que el alma presente
considera |
|
|
|
tu imagen, y que logran sus
accentos |
|
|
|
el fingido consuelo de
argüirte, |
|
|
|
mientras Lisardo llega (que
distante |
980 |
|
|
no estará ya, según
lo ha prometido), |
|
|
|
oirás de mi pasión
noble y constante, |
|
|
|
en sentidas razones, |
|
|
|
quánto es capaz su enojo de
decirte, |
|
|
|
que no llegará a agravio
conocido |
985 |
|
|
or que está el
corazón de impulso falto, |
|
|
|
y el labio de expresiones, |
|
|
|
si a tu obsequio no miran; |
|
|
|
y aún éste a de
costarle un sobresalto, |
|
|
|
según ya los temores me lo
inspiran. |
990 |
|
|
Prestarán los albogues su
dulzura |
|
|
|
de mi voz a la triste
desbentura; |
|
|
|
y estas selvas, que un tiempo me
escuchaban, |
|
|
|
sentirán lo que entonces me
envidiaban. |
|
|
|
Contra ti, peregrina zagaleja, |
995 |
|
|
no confiado ya como
solía, |
|
|
|
desata el pecho la amorosa
queja, |
|
|
|
despique lebe de la ofensa
mía. |
|
|
|
No la tuya, por eso, me
aconseja |
|
|
|
de mi atención la justa
cobardía, |
1000 |
|
|
que aun teme que hagas el rigor
empeño, |
|
|
|
por que no venza mi razón tu
ceño. |
|
|
|
Acordaréte, sí,
quando el ganado, |
|
|
|
desde el primer albor de la
mañana, |
|
|
|
le uníamos alegres y,
abrevado, |
1005 |
|
|
discurría a su arvitrio en
la campaña, |
|
|
|
en tanto que los dos, dejando el
Prado, |
|
|
|
por redimirnos de la estiba
saña |
|
|
|
buscábamos, con
plácida costumbre, |
|
|
|
la fresca falda de frondosa
cumbre. |
1010 |
|
–––––––– 241
––––––––
|
|
Allí, sobre las matas que
bañaba |
|
|
|
arroyuelo del monte
desprendido, |
|
|
|
dévil junco con liga
embarazada |
|
|
|
a más de un pajarillo
inadvertido, |
|
|
|
verde red otras veces atajaba |
1015 |
|
|
su buelo, por nosotros
dirigido, |
|
|
|
y yo a tus pies rendía
diligente |
|
|
|
del malicioso ardid triunfo
inocente. |
|
|
|
Del Álamo más alto,
que domina |
|
|
|
la vegetable población del
soto, |
1020 |
|
|
a mi traviesa planta se
destina |
|
|
|
el más distante o ignorado
coto. |
|
|
|
El nido, que en la copa se
avecina, |
|
|
|
su firme apoio desgajado o
roto, |
|
|
|
despojo fue de mi trabiesa
mano, |
1025 |
|
|
y después de tu arbitrio
soberano. |
|
|
|
No olvidaré tampoco el
tiempo en que era |
|
|
|
obligado el cobarde gazapillo |
|
|
|
a que busque veloz la
madriguera |
|
|
|
y entregue el cuello a lazo no
sencillo. |
1030 |
|
|
¡O, nunca esta fatiga se me
huiera, |
|
|
|
y durase el hacello, no el
decillo! |
|
|
|
Quanto silvestre Dios desde
algún tronco |
|
|
|
llorara fino, gemiría
ronco. |
|
|
|
¡Pues qué, si mientras
dabas al reposo |
1035 |
|
|
el delicado cuerpo, recostada |
|
|
|
sobre el cálido brazo,
ardía hermoso |
|
|
|
el carmín en megilla
delicada, |
|
|
|
y yo a tu lado, quieto y
silencioso, |
|
|
|
gozé vista tan dulce y
anhelada! |
1040 |
|
|
Amor entonces, por mirarte,
ufano |
|
|
|
depuso con la venda lo tirano. |
|
|
|
Vosotras, aguas de esta fuente
pura, |
|
|
|
que vais a Manzanares, desde
donde |
|
|
|
corréis con el Tajo,
mientras dura |
1045 |
|
|
su nombre claro, hasta que el mar
le esconde, |
|
|
|
ya que unión tan antigua me
asegura |
|
|
|
que a vuestro trato su favor
responde, |
|
|
|
preguntadle si acaso en su
ribera |
|
|
|
no fue mi dicha en todo la
primera. |
1050 |
|
|
En uno y otro margen, yo
confío |
|
|
|
que aún cantarán, con
labios placenteros, |
|
|
|
felices lauros del afecto
mío |
|
|
|
no menos los Pastores que
Barqueros. |
|
|
|
Del alto monte al valle más
sombrío |
1055 |
|
|
no ignorarán frecuentes
pasageros |
|
|
|
lo mucho que debiste a mi
memoria, |
|
|
|
que aún se acuerda la
embidia de mi historia. |
|
|
|
Sólo tú, Galatea, ya
cortaste |
|
|
|
de comercio tan fino el nudo
estrecho, |
1060 |
|
|
y con ingrato paso abandonaste |
|
|
|
de tu mísero Julio el triste
pecho. |
|
|
–––––––– 242
––––––––
|
|
Mas no imagines, no, que lo
lograste |
|
|
|
de parte suya, pues verás
desecho |
|
|
|
antes el común orden, y que
agrade, |
1065 |
|
|
que corra el Pez y el Jabalí
nade. |
|
|
|
Primero a la montaña
cabernosa |
|
|
|
subirá, contra el curso que
le guía, |
|
|
|
de este arroyuelo la corriente
undosa, |
|
|
|
o faltará la luz al medio
día. |
1070 |
|
|
Primero en la tiniebla
silenciosa |
|
|
|
renovarán las aves su
armonía. |
|
|
|
Primero, en fin, que falte a
Galatea, |
|
|
|
vivirá sin afán el
que desea. |
|
|
|
Nací para quererte, y mi
fineza, |
1075 |
|
|
no sé si a influxo de
celeste lumbre, |
|
|
|
a la dicha de ser naturaleza |
|
|
|
añade nueva causa a la
costumbre. |
|
|
|
No conoce mi ardor de la
tibieza |
|
|
|
la villana, enojosa
pesadumbre; |
1080 |
|
|
ni crece merecer, aun quando
temo, |
|
|
|
por que supo empezar por el
extremo. |
|
|
|
La poderosa lima de la
ausencia |
|
|
|
ni un eslabón gastó
de mis prisiones |
|
|
|
ni en la constante fe de mi
paciencia |
1085 |
|
|
lograron un desliz tus
sinrazones. |
|
|
|
Más fino que me viste en tu
presencia |
|
|
|
te adoraron mis puras
oblaciones, |
|
|
|
y en mi feliz humilde
rendimiento |
|
|
|
ni aún osó delinquir
el pensamiento. |
1090 |
|
|
Bien sé que algún
cuidado malicioso |
|
|
|
te supuso mi olvido o
ligereza, |
|
|
|
y que al aviso injusto y
engañoso |
|
|
|
asintió voluntaria tu
velleza. |
|
|
|
Plegue al cielo que nunca
venturoso |
1095 |
|
|
vuelva a ser, (o Pastora) en tu
fineza, |
|
|
|
si te falté jamás;
pues él lo sabe, |
|
|
|
él, si te miento, mi
esperanza acabe. |
|
|
|
Volvamos, pues, a aquel gozar
tranquilo |
|
|
|
de nuestras almas tiernamente
unidas. |
1100 |
|
|
Mientras indulta la tigera el
hilo, |
|
|
|
no como dos se cuenten nuestras
vidas; |
|
|
|
halle el veloz, inexorable
filo |
|
|
|
las ebras entre sí tan bien
tegidas |
|
|
|
que un solo golpe que la Parca
egerza |
1105 |
|
|
las corte, pues no es fácil
las destuerza. |
|
|
|
Mas si al vínculo afable te
negares, |
|
|
|
rebelde a la razón que te
persuado, |
|
|
|
vive tú, vive, y sean los
pesares |
|
|
|
el término fatal de mi
cuidado. |
1110 |
|
|
Sólo pido que el día
que escuchares |
|
|
|
que murió Julio, triste y
desdichado, |
|
|
|
no dudes, aun que paga
inútil sea, |
|
|
|
que murió idolatrando a
Galatea. |
|
|
|
–––––––– 243
––––––––
|
LISARDO
|
|
Cese ya, cese el lagrimoso
canto, |
1115 |
|
|
cese el acorde llanto |
|
|
|
y no pródigo, Julio, de tu
vida, |
|
|
|
lástima das aun a las duras
peñas |
|
|
|
en cuyos ecos vaga dolorida |
|
|
|
tu penetrante voz, de que da
señas |
1120 |
|
|
Ninfa que en ellos mísera se
esconde |
|
|
|
y, tiernamente, a tu gemir
responde. |
|
|
|
Desde este montecillo te
escuchaba, |
|
|
|
creyendo que la queja te
aliviase; |
|
|
|
pero, viendo la agraba |
1125 |
|
|
más que dilates sus funestas
voces, |
|
|
|
por que el continuo sollozar
cesase, |
|
|
|
como viste, con pasos tan
veloces |
|
|
|
bagé, que pudo mi feliz
desvelo |
|
|
|
legar sin dilación, con ser
consuelo. |
1130 |
|
|
JULIO
|
|
No presumas, Lisardo, que
minora |
|
|
|
el silencio la rabia que me
ofende. |
|
|
|
Dentro del pecho, a donde siempre
mora, |
|
|
|
la reflexión la
enciende |
|
|
|
del mismo modo que subiendo al
labio. |
1135 |
|
|
Jamás cesa mi agravio |
|
|
|
de afligir mi memoria, |
|
|
|
por que jamás de su beldad
me olvido, |
|
|
|
ni de aquella victoria |
|
|
|
en que triunfó mi amor con
ser vencido. |
1140 |
|
|
LISARDO
|
|
Tú, Julio, me
decías, |
|
|
|
quando escuchabas las angustias
mías, |
|
|
|
que no hay mal que no deba |
|
|
|
remedio a la razón, si ella
le prueba. |
|
|
|
Torna el consejo aora. |
1145 |
|
|
JULIO
|
|
No es mi razón, amigo, quien
lo ignora. |
|
|
|
Mi pasión solamente lo
resiste, |
|
|
|
que si ha de hablarte la verdad su
idioma, |
|
|
|
en estos accidentes |
|
|
|
se da el consejo, pero no se
toma. |
1150 |
|
|
LISARDO
|
|
¿Luego, tú te
rendiste |
|
|
|
a los últimos riesgos
inclementes |
|
|
|
de amar la ingrata que tu ofensa
quiere? |
|
|
|
JULIO
|
|
Yo te confieso que el dolor
desea |
|
|
|
(¡quán gozosa el alma
lo prefiere!) |
1155 |
|
|
durar, mientras le cause
Galatea. |
|
|
|
LISARDO
|
|
En tan idalga, generosa lucha, |
|
|
|
sólo a la mía iguala
tu fineza. |
|
|
|
JULIO
|
|
Pues si mi amor te escucha |
|
|
|
que le imitas, no culpes su
tristeza, |
1160 |
|
|
quando eres egemplar al
sentimiento. |
|
|
|
Y ya es infructuoso |
|
|
|
disputar en las penas que
sufrimos. |
|
|
–––––––– 244
––––––––
|
|
Continúa el succeso de
Leonisa, |
|
|
|
que me tiene curioso |
1165 |
|
|
ver cómo nos unimos |
|
|
|
en el fin sin ventura. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Por que no esté
indecisa |
|
|
|
tu atención, le
prosigo, |
|
|
|
cueste o no a mi pesar mayor
ternura, |
1170 |
|
|
que hago al cielo testigo |
|
|
|
de que, a no ser a ti, ni
suspirara |
|
|
|
de temor, que aun el viento lo
escuchara; |
|
|
|
que si me agravia su veldad,
más quiero |
|
|
|
pensar callando que gemir
grosero. |
1175 |
|
|
Débame este silencio ya que
un día |
|
|
|
le rompió torpe la desdicha
mía. |
|
|
|
Apenas, pues, miré como
posible |
|
|
|
mi amor recién nacido, |
|
|
|
quando la sed del pecho
inextinguible |
1180 |
|
|
cebé a su vista, tanto
más rendido |
|
|
|
quanto encontré sereno |
|
|
|
a mis ojos el plácido
veneno. |
|
|
|
Jamás del Alva la rosada
huella, |
|
|
|
entre visos y albores, |
1185 |
|
|
de Venus descubrió la clara
estrella |
|
|
|
sin que yo no estubiese, |
|
|
|
al primero bostezo de las
flores, |
|
|
|
donde a Leonisa viese, |
|
|
|
al tiempo de salir de su
cabaña, |
1190 |
|
|
más que las flores y que el
Alva hermosa. |
|
|
|
Seguíala después en
la campaña, |
|
|
|
haciendo acaso el ansia de
servirla |
|
|
|
la fe de mi obediencia
escrupulosa; |
|
|
|
y aun que pasaron meses sin
decirla, |
1195 |
|
|
con espacio, mi afecto
fervoroso, |
|
|
|
y sólo a veces con partida
frase |
|
|
|
conseguí que mis ansias
escuchase, |
|
|
|
algún agrado, bien que
receloso, |
|
|
|
trabeseando en sus ojos me
alentaba, |
1200 |
|
|
y aquel silencio por feliz
contaba. |
|
|
|
Una tarde, a la ora en que el
ganado |
|
|
|
busca la sombra donde
mansamente |
|
|
|
penetra el aura suabe v
deliciosa, |
|
|
|
y dejando de pacer yace
cansado |
1205 |
|
|
sobre la tierra herbosa, |
|
|
|
yo, que también llamaba
diligente |
|
|
|
con la quietud al
sueño, |
|
|
|
en el punto que empieza |
|
|
|
a esparcir su veleño |
1210 |
|
|
en las acciones, torpe, la
pereza, |
|
|
|
siento un rumor, y el
corazón me avisa |
|
|
|
en lugar del oído. |
|
|
|
Los agrabados párpados
desplego, |
|
|
|
y casi junto a mí veo a
Leonisa. |
1215 |
|
–––––––– 245
––––––––
|
|
Creo que estoy dormido; |
|
|
|
desengáñeme; y quando
a hablarla llego, |
|
|
|
como también me
recivió turbada, |
|
|
|
la dije mucho en no decirla
nada. |
|
|
|
No corto tiempo se pasó
callando |
1220 |
|
|
sin que uno u otro la
expresión cobrase |
|
|
|
hasta que, los espíritus
pausando, |
|
|
|
la rogué que benigna se
sentase |
|
|
|
a escucharme lo mismo que
sabía. |
|
|
|
Tarea peculiar de los amantes, |
1225 |
|
|
repetir lo que ya llenó
oficioso |
|
|
|
y ocupó, con
recíproca porfía, |
|
|
|
los mejores instantes |
|
|
|
en que ya se esplaya el
corazón gozoso, |
|
|
|
que a no volverse a la
expresión primera, |
1230 |
|
|
más de una vez el labio
enmudeciera. |
|
|
|
Oyóme, Julio, no te digo
fina |
|
|
|
que es por razón
forzosa |
|
|
|
en la Muger que oírnos
determina |
|
|
|
oír y agradecer todo una
cosa; |
1235 |
|
|
pues vencido el rubor, hasta
inclinarse, |
|
|
|
no tiene ya el desdén en que
apoyarse. |
|
|
|
Tampoco te diré lo que
amorosa |
|
|
|
me respondió:
archívalo el secreto |
|
|
|
de una justa atención que,
cortesana, |
1240 |
|
|
conserba a su decoro este
respeto; |
|
|
|
que aun que publique su
afición el labio, |
|
|
|
voz que sus expresiones no
profana |
|
|
|
no la juzga ya el uso por
agravio, |
|
|
|
y en fin, son los arcanos en que
entienden |
1245 |
|
|
los que con mutua fe se
corresponden |
|
|
|
tan estraños que
públicos ofenden |
|
|
|
tanto como se eleban si se
esconden. |
|
|
|
Sólo confesaré que,
blandamente |
|
|
|
volando entonces el alado
niño |
1250 |
|
|
entre nosotros dos, con nueva
flecha |
|
|
|
rasgó sin duda,
repetidamente |
|
|
|
de nuestros corazones las
heridas, |
|
|
|
para que más capaces al
cariño |
|
|
|
se comuniquen, por cursada
brecha, |
1255 |
|
|
las almas, ya sin embarazo
unidas, |
|
|
|
acreditando los benignos tiros |
|
|
|
el eco que formaban los
suspiros. |
|
|
|
Noté entonces (tal vez
sería acaso, |
|
|
|
aun que el suceso mío lo
desmienta) |
1260 |
|
|
que con afable paso |
|
|
|
cándida palomilla
acompañaba, |
|
|
|
de su elección
contenta, |
|
|
|
a su Galán, que,
airoso, |
|
|
|
con lascibos arrullos la
pagaba. |
1265 |
|
|
Ella el cuello lustroso |
|
|
|
cuidadosa y amantele
pulía; |
|
|
|
la blanca pluma él,
tornasolada, |
|
|
|
con alegre esperezo
sacudía; |
|
|
–––––––– 246
––––––––
|
|
y en fin, el uno al otro tanto
agrada |
1270 |
|
|
que los dos, con no oídos
ay de míes, |
|
|
|
los dos picos juntaron
carmesíes. |
|
|
|
Envidia de otras aves,
disfrutaban |
|
|
|
la ferborosa unión que te
dibujo, |
|
|
|
quando, con pronto vuelo, |
1275 |
|
|
con acción impaciente, |
|
|
|
otro Palomo, al ver lo que
gozaban |
|
|
|
y que sin duda siente, |
|
|
|
nuebo Rival se presentó en
el duelo, |
|
|
|
y aun que tosco y sin ayre, la
condujo |
1280 |
|
|
no sé qué oferta que,
feliz padrino, |
|
|
|
afianzó el empeño a
su destino. |
|
|
|
Con el pico ocupado, |
|
|
|
sobervio y presuntuoso, la
enamora, |
|
|
|
y aun que, al primer escarce
desayrado, |
1285 |
|
|
quanto es favor ignora, |
|
|
|
porfió como necio, |
|
|
|
y al presentar con el regalo el
pico, |
|
|
|
como dejó sin fuerzas al
desprecio, |
|
|
|
consiguió como rico. |
1290 |
|
|
El otro, que ya en vano
solicita |
|
|
|
que el alago repita, |
|
|
|
antes que el prado sea |
|
|
|
tálamo a su enemigo, |
|
|
|
buela de tronco en tronco, mal
hallado |
1295 |
|
|
con su infeliz estado. |
|
|
|
Ya mira, ya se oculta, ya
rodea, |
|
|
|
y, ya resuelto, por no ser
testigo |
|
|
|
del presuroso agrado |
|
|
|
con que los dos se rondan y se
buscan, |
1300 |
|
|
cede, en fin, a los celos que le
ofuscan. |
|
|
|
Rápidamente la
campaña deja, |
|
|
|
y a nunca más volver de
allí se aleja. |
|
|
|
Esto miraba yo, pero tan ciego |
|
|
|
con el bien que creí que me
burlaba |
1305 |
|
|
de que fuese amenaza a mi
sosiego. |
|
|
|
¡Ay, cómo me
engañaba!, |
|
|
|
que rara vez las dichas no se
rotan |
|
|
|
con el pesar que en su apariencia
envotan, |
|
|
|
siendo a quien no las teme tan
fatales, |
1310 |
|
|
que a espaldas de los bienes van
sus males. |
|
|
|
Acuérdome que un
día |
|
|
|
en la arena escribía |
|
|
|
mi nombre, y que, llorosa, |
|
|
|
añadió que en su
pecho enamorado |
1315 |
|
|
le escondía grabado. |
|
|
|
Mas quando esto afirmaba,
cariñosa, |
|
|
|
lo escrito borró el mar,
llevó el viento |
|
|
|
su delicado accento, |
|
|
|
prueba y anuncio de que nunca
alcanza |
1320 |
|
|
duración la firmeza o la
esperanza. |
|
|
–––––––– 247
––––––––
|
|
Serví, en fin, y
adoré correspondido, |
|
|
|
con gusto tan perfecto |
|
|
|
quanto supo, entendido, |
|
|
|
guardar Amor las leyes de
secreto. |
1325 |
|
|
En lo más escondido |
|
|
|
del Bosque nos buscábamos
amantes, |
|
|
|
¡o, mi Julio, y qué
instantes |
|
|
|
tubo allí mi fortuna! |
|
|
|
No la Corneja infausta e
importuna |
1330 |
|
|
con agorero canto |
|
|
|
turbó nuestro
dulcísimo embeleso, |
|
|
|
o a lo menos, suspenso en logro
tanto, |
|
|
|
que no la oí confieso, |
|
|
|
como dichoso que ni atiende o
mira |
1335 |
|
|
más objeto que aquel por
quien suspira. |
|
|
|
Quando algún accidente |
|
|
|
su trato me impedía, |
|
|
|
Marfisa, nuestra noble
confidente, |
|
|
|
la inquietud de mi anhelo
socorría; |
1340 |
|
|
y en las amigas sombras, los
umbrales |
|
|
|
del respetado albergue me
escuchaban, |
|
|
|
entre ansias desiguales, |
|
|
|
más de un sollozo
tiernamente fino. |
|
|
|
Ya también, mientras
daban |
1345 |
|
|
al primer esperezo matutino |
|
|
|
noticias de la luz los altos
montes, |
|
|
|
distinguiéndose a penas |
|
|
|
en tierra y mar distantes
orizontes, |
|
|
|
las blancas Azucenas, |
1350 |
|
|
aún no enjutas del llanto
del Aurora, |
|
|
|
la escondida violeta, |
|
|
|
aquélla entre las llores
más señora; |
|
|
|
la Rosa digo; el Mirto, la
Mosqueta, |
|
|
|
y otras, también
fragantes, |
1355 |
|
|
cogía, Julio, y luego,
primorosas, |
|
|
|
sin embidiar las perlas y
diamantes |
|
|
|
-piedras, en fin, con nombre de
preciosas-, |
|
|
|
en el adorno de Leonisa
fueron, |
|
|
|
como suyas, más bellas que
nacieron. |
1360 |
|
|
Assí vivía
quando... |
|
|
|
JULIO
|
|
No prosigas,
|
|
|
|
que nos busca Menalcas,
según veo, |
|
|
|
que hacia aquí se
encamina, |
|
|
|
y corre quanto digas, |
|
|
|
por más que simulado lo
refieras, |
1365 |
|
|
el riesgo de que Alcina |
|
|
|
lo sepa y Melibeo; |
|
|
|
por que nunca calló su
fácil trato, |
|
|
|
hijo de las costumbres
lisongeras, |
|
|
|
lo que escuchó al
amigo. |
1370 |
|
|
Por eso me recato |
|
|
|
de su comercio falso y
enemigo; |
|
|
–––––––– 248
––––––––
|
|
que aun que no es una culpa haver
amado, |
|
|
|
como se mezclan ierros y
finezas, |
|
|
|
nadie gusta de verse
censurado. |
1375 |
|
|
LISARDO
|
|
¡Qué bien lo piensas,
Julio! Las flaquezas |
|
|
|
a que induce el cariño |
|
|
|
parece lo que son, por más
que quiera |
|
|
|
cubrirlas el engaño |
|
|
|
de nuestras sutilezas. |
1380 |
|
|
El juicioso, el
estraño, |
|
|
|
su frágil estravío
considera, |
|
|
|
sin que las valga el aparente
aliño, |
|
|
|
y al aplaudir la que creí
ventura, |
|
|
|
se ríe interiormente la
cordura. |
1385 |
|
|
Y si es, como Menalcas,
lisongero, |
|
|
|
en todo pone el malicioso
diente, |
|
|
|
no cauto sino dando placentero |
|
|
|
materia a la pasión del
maldiciente. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Con acierto, Lisardo, has
discurrido. |
1390 |
|
|
Mudemos, pues, de estilo; no
sospeche |
|
|
|
que hay que callar a su vicioso
oído; |
|
|
|
o vamos al encuentro, no lo
aceche. |
|
|
|
JULIO
|
|
En esto eres, mi Julio,
prevenido. |
|
|
|
Contigo mi fortuna se sosiega. |
1395 |
|
|
Por eso te amo y... |
|
|
|
JULIO
|
|
Estancia cuarta
|
LISARDO
|
|
Bien se conoce, Julio, que
madruga |
|
|
|
más que el Alva un
cuidado. |
|
|
|
¿Aún no la noche el
ceño desarruga, |
|
|
|
y ya al monte caminas
desvelado? |
1400 |
|
|
JULIO
|
|
Sí, Lisardo, más
creo |
|
|
|
que havré de reprimir a mi
deseo; |
|
|
|
que el temporal parece que,
inclemente, |
|
|
|
inundando con furia la
campaña, |
|
|
|
ni al Pastor más robusto le
consiente |
1405 |
|
|
que deje la cabaña. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Mientras durare, pues,
impetuosa |
|
|
|
la llubia con que empieza
obscureciendo |
|
|
|
el día, ya que fue tan
venturosa |
|
|
|
mi choza que defensa tuya ha
sido, |
1410 |
|
|
muébanse o no las nubes
impelidas, |
|
|
|
que aquí no serán
interrumpidas |
|
|
|
de mi antiguo infortunio las
razones, |
|
|
|
tantas veces con lástima
advertidas, |
|
|
|
y nunca hasta su estremo
declaradas. |
1415 |
|
|
Si gustas, tendrán fin sus
espresiones, |
|
|
|
que molestan a fuer de
dilatadas, |
|
|
|
y yo, Julio, no intento |
|
|
|
apurar tu atención y
sufrimiento. |
|
|
|
–––––––– 249
––––––––
|
JULIO
|
|
Jamás me cansaría de
escucharlas, |
1420 |
|
|
siendo, Lisardo, tú quien
las refiere |
|
|
|
con tal ternura y natural
estilo; |
|
|
|
pero miro distante el
moderarlas, |
|
|
|
con sólo oír su
sinrazón tranquilo. |
|
|
|
La pena assí a mi gusto se
prefiere, |
1425 |
|
|
pidiéndome el afecto de
justicia |
|
|
|
que perdone lo estenso a la
noticia. |
|
|
|
Recoge, pues, quanto hace a la
importancia |
|
|
|
de lo que resta al caso
lastimero; |
|
|
|
no espire con la voz la
tolerancia; |
1430 |
|
|
que el cortador acero, |
|
|
|
infausto al uso aun de la diestra
mano, |
|
|
|
mejor está en la vaina; pues
si dura |
|
|
|
el riesgo, por que dura el
soberano |
|
|
|
influxo que le rige, |
1435 |
|
|
también, como suspenso, se
asegura |
|
|
|
en quanto algún arbitrio le
corrige. |
|
|
|
LISARDO
|
|
Tu dictamen apruebo, |
|
|
|
que bien conozco que seguirle
debo. |
|
|
|
Quedamos, pues, en el feliz
estado |
1440 |
|
|
de mi amor, que vivía |
|
|
|
desvanecido como confiado. |
|
|
|
Ponderábate yo que, en mi
alegría, |
|
|
|
ni aún sospeché un
amago de disgusto, |
|
|
|
dichoso hasta en amar sin
competencia. |
1445 |
|
|
Que un Rival, aun que no
correspondido, |
|
|
|
no causa celos, pero causa
susto; |
|
|
|
y es, con tal evidencia, |
|
|
|
que el que logra y posee más
querido, |
|
|
|
buelve al remo fatal de la
esperanza, |
1450 |
|
|
condenado al temor de una
mudanza. |
|
|
|
Pensión cruel del hombre, no
contarse |
|
|
|
por feliz mientras pueda
señalarse |
|
|
|
el último guarismo de la
muerte. |
|
|
|
Assí me sucedió,
pues, descubierta |
1455 |
|
|
del acaso o la envidia nuestra
suerte, |
|
|
|
más de una osada voluntad
concierta |
|
|
|
perturbar mi sosiego. |
|
|
|
Viérasme, Julio, luego, |
|
|
|
de amarillez cubierto y de
tristeza, |
1460 |
|
|
buscar en vano por la selva
amiga |
|
|
|
ocasión de quejarme. |
|
|
|
Varío dudar de la mayor
fineza; |
|
|
|
en la noche más quieta
desvelarme; |
|
|
|
y, para más aumento a mi
fatiga, |
1465 |
|
|
oír y ver, con fina
competencia |
|
|
|
voces amantes, lágrimas
rendidas. |
|
|
|
En tanta poderosa concurrencia |
|
|
|
de pretensiones por mi mal
unidas, |
|
|
|
la del tosco Salicio solamente |
1470 |
|
|
mobió más guerra a mi
confuso pecho; |
|
|
–––––––– 250
––––––––
|
|
por rico, por pariente |
|
|
|
de mi Leonisa hermosa, |
|
|
|
por necio, en fin, que siempre el
dulce lecho |
|
|
|
de un mérito especial goza,
injusto, |
1475 |
|
|
el torpe anhelo de un villano
gusto. |
|
|
|
¡O violencia de amor, o ley
infame |
|
|
|
impuesta a la infeliz
naturaleza! |
|
|
|
¿Jamás ha de faltar
quien, ofendido, |
|
|
|
en su razón contra el
insulto clame? |
1480 |
|
|
¿Jamás digna
fineza |
|
|
|
ha de verse sin ceño o sin
olvido? |
|
|
|
¡O, falaz hermosura, |
|
|
|
de nuestros males pérfido
instrumento! |
|
|
|
¿Siempre ha de ser tu
condición perjura? |
1485 |
|
|
¿Siempre sin duración
tu valimiento? |
|
|
|
¡O, ciega, alebe Diosa, |
|
|
|
sólo constante en tu fatal
mudanza! |
|
|
|
¿No has de tener
acción sin causa odiosa? |
|
|
|
¿No has de obrar sin huir de
la esperanza? |
1490 |
|
|
Mas ¡ay!, ¿por
qué mi voz gime importuna, |
|
|
|
si nunca ha de lograrse |
|
|
|
que puedan hermanarse |
|
|
|
el mérito, el amor, beldad,
fortuna? |
|
|
|
No duró, Julio, no, la
incertidumbre |
1495 |
|
|
del daño que a mis glorias
amagaba; |
|
|
|
bien como suele en la empinada
cumbre |
|
|
|
lebantarse vapor que, estrecho,
agraba |
|
|
|
sólo la corta cima, |
|
|
|
delicia más que susto de los
ojos, |
1500 |
|
|
y, a poco espacio denso se
derrama, |
|
|
|
al incauto Pastor causando
grima, |
|
|
|
quando, resuelto, en rápidos
despojos, |
|
|
|
no deja firme rama |
|
|
|
ni antiguo tronco sin probar su
ruina; |
1505 |
|
|
ya, en la región
primera, |
|
|
|
los condense el calor que opugna el
frío |
|
|
|
o ya fuente, a su origen aún
vecina, |
|
|
|
acreciente el arroyo, de
manera |
|
|
|
que corra al mar como enojado
río. |
1510 |
|
|
Esto me acaeció pues, Tirso,
luego, |
|
|
|
con la codicia que la edad
engendra, |
|
|
|
preparó diligente el casto
fuego |
|
|
|
de la Nupcial Antorcha; por que
prende |
|
|
|
recíproca la llama que
reúsa |
1515 |
|
|
lucir contra la fe que me
debía. |
|
|
|
Ya del alago y ya del rigor
usa |
|
|
|
(a lo menos, assí me lo
dixeron |
|
|
|
los que mi llanto y su mudanza
vieron) |
|
|
|
hasta que, dilatando la
porfía |
1520 |
|
|
y cumpliéndose el plazo de
las Bodas, |
|
|
|
executó Leonisa lo que
todas. |
|
|
–––––––– 251
––––––––
|
|
Quién la huviesse
escuchado, |
|
|
|
la víspera del día
señalado |
|
|
|
al trájico Himeneo,
prometerme |
1525 |
|
|
fervores y firmezas, |
|
|
|
nunca creyera que pudiera
hacerme |
|
|
|
ni un agravio su olvido o su
fineza. |
|
|
|
Mas ¿qué muger,
quando el engaño traza, |
|
|
|
no destruye, qual hiedra, lo que
abraza? |
1530 |
|
|
Razón tengo, Leonisa; no me
arguyas |
|
|
|
con la obediencia de las ansias
tuyas. |
|
|
|
¿Lágrimas viertes al
romper mis lazos |
|
|
|
y las enjugas en agenos
brazos? |
|
|
|
¿Un precepto te muebe, |
1535 |
|
|
y tan poco mi súplica te
debe? |
|
|
|
¡Ay!, que no era tu pecho
como el mío, |
|
|
|
pues fue dócil a otro su
albedrío. |
|
|
|
Perdíla, en fin, con riesgo
de mi vida; |
|
|
|
que la salud, rendida |
1540 |
|
|
al desorden del ánimo, me
puso |
|
|
|
en los últimos trazos del
aliento. |
|
|
|
No aquí el notar escuso |
|
|
|
quánto fue general el
sentimiento |
|
|
|
de los que antes contrarios
ofendían; |
1545 |
|
|
y es que ya no atendían |
|
|
|
la dicha que envidiaban, |
|
|
|
sino el estremo mal que no
esperaban. |
|
|
|
Vicio del hombre con moberse,
fiero, |
|
|
|
contra el bien que otro goza, |
1550 |
|
|
y a lo piadoso trascender,
ligero |
|
|
|
quando ve que perdido lo
solloza. |
|
|
|
No me consistió el Hado que
acabase |
|
|
|
de una vez con mi pena, |
|
|
|
ni que, entero, el alivio
moderase |
1555 |
|
|
el peso a la cadena. |
|
|
|
Antes, obrando lento, |
|
|
|
me dejaba salir, bien que
oprimido, |
|
|
|
a buscar en la selva
esparcimiento |
|
|
|
que hiciera mi dolor menos
sentido; |
1560 |
|
|
si puede en él fixar alguna
pausa |
|
|
|
remedio que no ofrece quien le
causa. |
|
|
|
Un día que miraba,
recostado |
|
|
|
sobre una peña el mar, que
proceloso |
|
|
|
rompía en las blanduras de
la arena |
1565 |
|
|
su orgullo desvocado, |
|
|
|
vi venir a Leonisa con su
esposo, |
|
|
|
dulcemente serena, |
|
|
|
fiándole la mano |
|
|
|
de quien un tiempo me creía
dueño. |
1570 |
|
|
¡Quál fue entonces, o
Julio, el inhumano |
|
|
|
furor de mis pasiones! |
|
|
|
¡Quál de mi estrella
el insufrible ceño! |
|
|
|
¡Quál, Julio, el
triste asombro de mi vida! |
|
|
|
¡Quáles de mi valor
las turbaciones! |
1575 |
|
|
¡Quál de mi rabia
envidiosa herida! |
|
|
–––––––– 252
––––––––
|
|
No lo diré, que a mi
quebrado aliento |
|
|
|
faltan las voces, falta el
sufrimiento; |
|
|
|
pues, aún oy, la memoria de
este día |
|
|
|
renueba el pasmo a la congoja
mía. |
1580 |
|
|
Pasaron junto a mí, mas a
mirarme |
|
|
|
no volvió la enemiga. |
|
|
|
Alebe y torpe, sí, por
ultrajarme, |
|
|
|
con ternuras y alagos lisongea |
|
|
|
su venturoso amante, |
1585 |
|
|
que bien conoce quanto assí
le obliga, |
|
|
|
despreciando que yo lo note o
vea, |
|
|
|
por qué más triunfo
su fortuna cante. |
|
|
|
Indigno sacrificio si
olvidase, |
|
|
|
y no menos indigno si me
amase; |
1590 |
|
|
que usar sin precisión de la
venganza |
|
|
|
y sin justo motivo de la
ofensa |
|
|
|
es infame baldón de la
templanza, |
|
|
|
y al que sufre dispensa |
|
|
|
de la ley, a que fácil
agraviara |
1595 |
|
|
quien si tanto pretexto se
irritara. |
|
|
|
Entonces resolví mudar de
cielo, |
|
|
|
por si mudar la suerte assí
pudiese. |
|
|
|
¡Qué engañado
desvelo |
|
|
|
pensar que en los influxos
consistiesse |
1600 |
|
|
mal a quien ciego obligo |
|
|
|
a caminar conmigo! |
|
|
|
Si es el alma el origen, nadie
espere |
|
|
|
se mude mientras ella
persebere. |
|
|
|
Esto, en nobles afectos, que en
vulgares |
1605 |
|
|
mudan a los sentidos los
lugares. |
|
|
|
Leño busco velero |
|
|
|
que el postrer desvarío |
|
|
|
del corage redima; |
|
|
|
mas luego que en el mar me
considero, |
1610 |
|
|
práctico ya el
desvío, |
|
|
|
la resuelta paciencia
desanima, |
|
|
|
el corazón se turba y, de
repente, |
|
|
|
no menos fácil que
indiscretamente |
|
|
|
(aun que se apoye en la
razón mi agravio) |
1615 |
|
|
estas querellas desató mi
labio, |
|
|
|
mezcladas de algún lebe
rendimiento |
|
|
|
que acordó la pasión
al sentimiento: |
|
|
|
Ondas que blandamente |
|
|
|
vais a buscar mi venerada
orilla, |
1620 |
|
|
mientras yo tristemente |
|
|
|
me acerco al Turia con ligera
quilla; |
|
|
|
si el llanto de un ausente |
|
|
|
merece acaso que atendido sea, |
|
|
|
entre vosotras sus arenas vea. |
1625 |
|
|
Engañaré el
cuidado |
|
|
|
con la inútil pensión
de proponerlo; |
|
|
|
y aun después de
burlado |
|
|
|
me ocupará el deseo de
creerlo; |
|
|
–––––––– 253
––––––––
|
|
que a un fino desdichado |
1630 |
|
|
le sirben de embeleso las
razones |
|
|
|
que producen también las
ilusiones. |
|
|
|
Tú, faborable viento, |
|
|
|
a la gozosa Nave que apresuras |
|
|
|
cede a contrario aliento, |
1635 |
|
|
que es mucho ya lo que en mi ofensa
duras. |
|
|
|
Deja que otro, violento, |
|
|
|
hiera la proa con veloces
tiros, |
|
|
|
envolviendo en sus soplos mis
suspiros. |
|
|
|
Discurrirán ufanos |
1640 |
|
|
hasta los verdes Bosques donde
avita |
|
|
|
de mis afectos vanos |
|
|
|
el dueño alebe, por que
assí repita |
|
|
|
desdenes inhumanos; |
|
|
|
y el aura, que algún tiempo
los ha oído, |
1645 |
|
|
intérprete será de su
gemido. |
|
|
|
Mas si necia porfía, |
|
|
|
¡quán en vano el deseo
lisongea! |
|
|
|
Grite la rabia mía, |
|
|
|
ya que en el labio el daño
centellea, |
1650 |
|
|
contra la ingrata impía |
|
|
|
causa que a tales sinrazones
hace |
|
|
|
que inmenso aogo mi congoja
abrace. |
|
|
|
O quieran, pues, los cielos, |
|
|
|
de mi violenta súplica
mobidos, |
1655 |
|
|
padezca infames celos |
|
|
|
como yo lloro agravios
repetidos; |
|
|
|
y en sus tristes desvelos |
|
|
|
mire también opuesta la
mudanza |
|
|
|
por que aun muera la fe de su
esperanza. |
1660 |
|
|
Jamás el rostro vea |
|
|
|
del que oy tan ciegamente
favorece, |
|
|
|
afable; ni posea |
|
|
|
plácido el lecho. Antes, si
padece |
|
|
|
como apetezco, sea |
1665 |
|
|
lid donde pruebe, en insufrible
calma, |
|
|
|
duro valdón que martirice el
alma. |
|
|
|
Ambrientos sus ganados |
|
|
|
en el valle más fresco y
más sombrío |
|
|
|
no encuentren delicados |
1670 |
|
|
los pastos que antes sazonó
rocío. |
|
|
|
Mustios sí, y
agostados, |
|
|
|
la selva les ofrezca, para
enojos |
|
|
|
los tomillos, y verdes los
abrojos. |
|
|
|
Quando abrebar intente |
1675 |
|
|
los que blasona próvidos
rebaños, |
|
|
|
la cristalina fuente |
|
|
|
halle ya turbia por los pies
estraños |
|
|
|
de otros, que en la corriente, |
|
|
|
después que de la sed se
redimieron, |
1680 |
|
|
las cenagosas obras
remobieron. |
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De las verdes espigas |
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vea ceder el inclinado cuello |
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a piedras enemigas. |
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Del irritado Boreas el
resuello |
1685 |
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malogre sus fatigas, |
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las ramas deje sin florida
pompa, |
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ya que sus pingües
árboles no rompa. |
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Los pámpanos sabrosos |
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de la vid más robusta y bien
cuidada, |
1690 |
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al brotar generosos |
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sientan del ielo la prisión
ayrada; |
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y si esprimió copiosos |
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dulces racimos del lagar la
fuerza, |
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en tinajas se tuerza. |
1695 |
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Si yegua corredora |
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con que las liebres fatigó
en el llano |
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tu Salicio, y que aora |
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busca el heno más
fértil y lozano, |
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su esperanza mejora |
1700 |
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con el bruto Andaluz que la
apercibe, |
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no conciba, y aborte si
concibe. |
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Brame la ternerilla, |
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hallando enjuto de su Madre el
pecho. |
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La inocente quadrilla |
1705 |
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de los polluelos, al dejar el
lecho, |
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para buscar sencilla |
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los granos que arrojó
piadosa mano, |
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despojo sea del voraz Milano. |
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Todo, en fin, la suceda |
1710 |
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contrario a lo que aguarde su
deseo. |
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Ni lamentarse pueda, |
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que es el último mal que yo
no veo, |
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y si acaso la queda |
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de las dudas el término
espacioso, |
1715 |
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éste la falte, y siempre su
reposo. |
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Pero, ¿qué es lo que
digo? |
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¿Cómo de mí mi
llanto me enagena? |
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¿Yo, villano enemigo |
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de la que adoro en medio de mi
pena? |
1720 |
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¿Yo busco su castigo, |
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quando la amo constante? Miente el
labio. |
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Mi vida ofendo si la suya
agravio. |
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¿A Leonisa, a Leonisa, |
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a quien el alma tímida
venera, |
1725 |
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pudo mi fe remisa |
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faltarla de cobarde o de
ligera? |
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¿Quién mi juicio
precisa |
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a ceguedad tan torpe? ¿Acaso
cabe |
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encono tal en quien sus prendas
sabe? |
1730 |
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No, no, la voz desmienta |
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quanta alebe expresión ha
dilatado; |
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y ya que el pecho sienta, |
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no infame, el pundonor de su
cuidado. |
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Si a suspirar se alienta, |
1735 |
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tan dulces ansias a su queja
aplique |
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que parezca fineza y no
despique. |
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Viva Leonisa, y viva |
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sin que la suerte, con tirano
influxo; |
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se la declare esquiba. |
1740 |
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Ante los bienes, con perenne
fluxo, |
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de su mano reciba; |
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y de la edad sin los estragos
viles |
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no numeren sus años sino
Abriles. |
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Ella viva y yo muera, |
1745 |
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gozoso de que sea mi omicida; |
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que si otro bien no espera, |
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¿por qué
interés conservaré la vida? |
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Y más si considera |
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la razón que sin alma es
vano intento |
1750 |
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que dure sólo mi tenaz
aliento. |
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Ella viva, y si junto |
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llegare acaso a la paterna
cuna |
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este polvo difunto, |
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por que el ingrato tiempo no
desuna |
1755 |
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tan miserable asunto, |
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sobre el sepulcro, en reducida
Historia, |
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guardará este escarmiento la
memoria. |
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Aquí yace, Pastores, |
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el más feliz un tiempo y
envidiado, |
1760 |
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de amados y amadores |
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egemplo dignamente
señalado. |
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A los dulces rigores |
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de Leonisa murió. Su
desengaño |
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lea en Lisardo quien temiere el
daño. |
1765 |
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Quando esto profería, |
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del Aquilón la saña
bramadora |
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ya levantado havía |
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las ondas inclementes; |
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y el Piloto, que ignora |
1770 |
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del sobresalto la pasión
villana, |
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con manos diligentes |
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amayna la mesana, |
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la mayor y el trinquete; |
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y a un pequeño velacho le
comete |
1775 |
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correr al vago arbitrio de los
vientos, |
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cuyos soplos violentos |
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rompen veloces la murada
entera, |
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sin reservar su rápido
corage |
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al mástil más
robusto. |
1780 |
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Entonces, confundida la faena, |
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enrredado el cordage, |
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sólo gobierna al Marinero el
susto, |
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y al timón el acaso; |
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la brújula olvidada, |
1785 |
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o del terror no escaso |
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no bien examinada. |
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La noche tenebrosa |
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la turbación y la congoja
aumenta. |
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Escúchase entre el
Naútico alboroto |
1790 |
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aquí voz lastimosa, |
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allá, entre mucho llanto,
más tormenta; |
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en otra parte repetir el voto; |
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y en fin, en todos un terror
cobarde |
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con el recelo de que se oyga
tarde. |
1795 |
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Ya con la nueba luz se
distinguía |
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de uno y otro semblante |
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entre pálidas señas
la agonía; |
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y enmudecido el silvo
proceloso |
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del Uracán furioso, |
1800 |
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el Buque fluctuante |
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vuelve a esperar que el puerto le
reciba; |
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y el que más retirado |
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tubo el miedo en la estiba, |
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sube con paso no precipitado |
1805 |
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a ver la costa que el grumete
enseña, |
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de que aún duda
confuso, |
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por más que advierta de una
y otra peña |
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orizonte difuso. |
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No muchas millas caminamos
quando |
1810 |
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la dilatada playa descubrimos, |
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a cuyo abrigo el viento, entonces
blando, |
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|
donde en tristes fragmentos
advertimos |
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sobre la orilla algosa |
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más de un crecido fracasado
leño; |
1815 |
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ruina que lastimosa |
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al despertar en la memoria el
susto |
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también sin crimen introduce
el gusto. |
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Yo, el primero al Caique
descendido, |
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salté en la amada tierra y
prontamente |
1820 |
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volví al cielo la vista
agradecido; |
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y en la arena, que apenas se
consiente |
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a mi trémula planta, |
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el labio, que los ruegos
ocuparon, |
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|
reconocidas gracias
estamparon. |
1825 |
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Luego mi diligencia se
adelanta |
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a seguir su destino; |
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y mientras de Pisuerga la
ribera, |
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que es dulce patria
mía, |
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me admite, paré en
ésta, peregrino, |
1830 |
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|
en que por alta causa me
desvía |
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del principal intento |
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dominio superior que no me
deja |
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vaya a buscar contento |
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donde acabe mi vida con mi
queja. |
1835 |
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Y pues ya, Julio, sabes la
fatiga |
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que con fuerza violenta |
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a estremo tal me obliga, |
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|
ya que aora no es fácil me
consienta |
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|
ni aun a oír los consejos de
un amigo, |
1840 |
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no estorbes, Julio, no, que de
cansado |
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con la lucha que sigo |
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me prepare, tal vez más
sosegado, |
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|
a estudiar en tus sabias
prevenciones |
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|
el acierto mayor de mis
acciones. |
1845 |
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