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371

Ibid., pág. 187. (N. del A.)

 

372

«De los entierros y funerales» en Noticias de las cosas memorables de Guipúzcoa... Tomo IV, Tolosa, Imprenta, Librería y Encuadernación de E. López, 1900, pp. 198-9. (N. del A.)

 

373

Emilio Cotarelo y Mori, Sainetes de Don Ramón de la Cruz en su mayoría inéditos, 2 tomos, NBAE. Vols. XXIII y XXXVI, Madrid, 1915 y 1928. «Discurso preliminar», vol. XXIII, pág. I. (N. del A.)

 

374

Amós de Escalante reproducía un pasaje del prólogo de García Diego a su entremés, del que cito las siguientes líneas: «Se ha procurado, en cuanto es posible, pintar lo que pasa en las Buenas glorias, usando de las mismas frases, conversaciones y modo con que se explican en ellas los devotos y apasionados de estas perniciosas congregaciones. Esto privará al escrito de aquella gracia que pudiera ofrecer, si se le vistiese de otra gala y expresiones; pero aunque éstas pudiesen desde luego ser más adecuadas para excitar la risa, no conducirían tan oportunamente para el intento a que se dirigen. Aquí se procura hacer irrisible este uso, valiéndose de sus propias armas para combatirle. La sisa del vino, la venta y el empeño de los propios vestidos, las quimeras de los maridos y la escandalosa embriaguez de las mujeres, no son casos inventados en la imaginación y fantasía del autor para atraer el gusto de los espectadores. Tienen el mérito real de ser lances sucedidos efectivamente en esta ciudad, con motivo de las Buenas glorias. Y en ellos se dejan ver las fuerzas que cobra una vil pasión cuando el hombre se entrega a su duro dominio y le sacrifica sus más estrechas obligaciones. Esta es la idea.» (N. del A.)

 

375

Emeterio pondera el chacolí local (verso 485) y Juan el prometedor estado de las viñas (vs. 674-5). Véase Fernando Barreda, «El chacolí santanderino en los siglos XIII al XIX», Altamira, 1-3 (1947), 5-76. (N. del A.)

 

376

«Esa calzada / que de árboles se mira y ve cercada / por una parte del camino» (vs. 25-27). (N. del A.)

 

377

«El comercio le veo muy medrado / y si la guerra cesa brevemente / podrá llegar a estado floreciente» (vs. 18-20). (N. del A.)

 

378

Véase Tomás Martínez Vara, Santander de villa a ciudad. (Un siglo de esplendor y crisis), Santander, Colección Pronillo, 1983, caps. I y II (pp. 23-138). (N. del A.)

 

379

Antón recuerda «cuando en Santander no había más que el barco de mi güelo» y Emeterio desdeña a los pescadores foráneos «que de ayer acá vinieron» (vs. 666-74). (N. del A.)

 

380

Ibíd., p. 62. (N. del A.)