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91

Poesías, p. 38.

 

92

Ibíd., p. 39.

 

93

Ibíd., p. 40.

 

94

Ibíd., p. 41.

 

95

Ibíd., p. 42.

 

96

Ibíd., p. 38.

 

97

Ibíd., p. 40.

 

98

El influjo herreriano es palmario en este soneto amoroso, no incorporado a Poesías, pero incluido en El doctor Lañuela, cit. en nota 7698.1, pp. 151-152:


   Yo desperté de un angustioso estado,
creyendo que me hundia de repente;
y á un beso que estalló sobre mi frente,
alcé los ojos, y quedé asombrado.
   No era mi Luz la que me había besado;
no había dormido en sueño transparente;
y al sacudirme el corazón ardiente
mi Luz de luz buscaba enamorado.
   Mas luego que corrí con rauda suma
por el proyecto de mi vida entera,
me dijo la experiencia: ¡esa es Camila!...
   Y era Camila como mansa bruma
que en mi desordenada cabellera
posó la boca y me besó tranquila.



 

98.1

[«nota 6» en el original (N. del E.)]

 

99

Vid. Floresta de lírica española, I, edición y prólogo de José M. Blecua, Madrid, 19723, pp. 289-292.

 

100

Cfr. B. Ifor Evans, Breve historia de la literatura inglesa, Buenos Aires, 1947, p. 50.