271
La última aportación al tema de la influencia de Fray Luis de León en el siglo XVIII es la de A. Mestre, «El redescubrimiento de Fray Luis de León en el siglo XVIII», Bulletin Hispanique, 83 (1981), 5-64.
272
Lo griego modeliza muchas de las áreas culturales de la Ilustración española. No tenemos todavía un inventario completo de la influencia ejercida por la valoración de ese ideal. Aspectos parciales han sido tratados por C. Hernando, Helenismo e Ilustración (Madrid, 1975), y L. Gil, Panorama social del humanismo español (1500-1800), 429 y ss.
273
Quizá porque, como ha escrito Argan -Argan et alt., El pasado en el presente (Barcelona, 1974), 15-, el revival es un fenómeno repetitivo y se basa con frecuencia en otro revival.
274
Véase en A. Mestre, Despotismo e Ilustración en España (Barcelona, 1976), 56 y ss., el valor conferido a la supervivencia del espíritu erasmista.
275
Cf., como ejemplo particular de la ilación neoclasicismo/neoplatonismo, mi artículo «La filiación neoplatónica de un poema de Meléndez Valdés», Dieciocho, III, n.º 1 (1980), 51-62.
276
Véase una visión general del peso de la cultura clásica en el artículo de J. Arce «Cultura clásica y lírica neoclásica», 1616, 2 (1979), 13-24.
277
Escribe Dérozier a propósito: «Se difunde un culto por el erotismo que se diferencia algún tanto del buen gusto neoclásico, aunque se expresa a través de él y a través de un torbellino arcádico de pastores fingidos» (en «Visión cultural e ideológica», Centralismo, Ilustración y agonía del Antiguo Régimen (Barcelona, 1981), 400.
278
Arcadia lúgubre e prerromántica, en In Arcadia (Napoli, 1909).
279
G. Carnero, recientemente -Sensibilidad, terror y medievalismo en la narrativa del siglo XVIII, en La cara oscura del Siglo de las Luces (Madrid, 1983), 95-123- ha estudiado el gusto por lo macabro, tenebroso y lunar en el prerromanticismo español y europeo.
280
Véase, en este sentido, la «Introducción» de J. Lara Garrido a su edición de Las lágrimas de Angélica (Madrid, 1981), 23.