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700

A. J. Cavanilles, Observations de M. l’Abbé Cavanilles sur l’article Espagne de la Nouvelle Encyclopédie, París, 1784. Antes de finalizar el año apareció en Madrid una edición española.



 

701

C. Denina, Réponse à la question Que doit-on à l’Espagne? Discours lu à l’Assemblée publique de 26 janvier de l’an 1786 pour le jour anniversaire du Roi, Berlín, 1786. El discurso, leído en la Academia de Ciencias de Berlín, fue publicado el mismo año en castellano en Madrid, acompañando a la Oración apologética de Forner.



 

702

J. P. Forner, Oración apologética por la España y su mérito literario; para que sirva de exornación al discurso leído por el Abate Denina en la Academia de Ciencias de Berlín, respondiendo a la qüestion ¿Qué se debe a España?, Madrid, 1786. El mejor estudio sobre la Oración, sus antecedentes y sus consecuencias se halla en François Lopez, Juan Pablo Forner et la crise de la conscience espagnole, Burdeos, 1976, pp. 371-436.



 

703

M. Berlon, Defensa de Barcelona contra la descripción poco exacta y verídica que de dicha Ciudad hace Mr. Masson en el tomo I de la Geografía moderna de la Encyclopedia metódica francesa, Memorial literario de junio de 1787, pp. 182-194.



 

704

A. H. N., Consejos, legajo 1965, expediente n.º 34, pieza 1.ª, folios 131-132. Cit. por G. Anes, op. cit., pp. 137-138.



 

705

Encyclopedia metódica. Geografía moderna, traducida del francés al castellano por los Señores Don Juan Arribas y Soria, y Don Julián de Velasco, Madrid, Imprenta de Sancha, MDCCXCII. El artículo «Barcelona» ocupa las pp. 258 a 262 del tomo I.



 

706

Se refiere a unas Memorias de la Ciudad de Barcelona, publicadas por Francisco de Zamora y Ayllón, alcalde del Crimen de la Real Audiencia de Barcelona, en el Memorial literario de febrero de 1787, pp. 175-178. Este breve resumen del estado de Barcelona en mayo de 1786 fue utilizado asimismo por Julián de Velasco en su artículo citado de la Encyclopedia metódica, p. 260 a.



 

707

El autor de la Defensa fue en realidad uno de los escasos españoles que tuvieron acceso a la Encyclopédie méthodique, de la que se distribuyeron poquísimos ejemplares (cfr. G. Anes, op. cit., p. 152); aunque también es posible que el amigo que facilitó la obra a Berlon la obtuviese por otro conducto.



 

708

Alusión a los numerosos viajes «filosóficos» y utopías publicados en Francia (y en otros países) durante el siglo XVIII.



 

709

«Este es el genio del siglo... Cuatro donaires, seis sentencias pronunciadas como en la trípode, una declamación salpicada de epigramas en prosa, cierto estilo metafísico sembrado de voces alusivas a la Filosofía con que quieren ostentarse filósofos los que tal vez no saben de ella sino aquel lenguaje impropio y afectado, se creen suficientes para que puedan compensar la ignorancia y el ningún estudio». J. P. Forner, Oración apologética, op. cit., p. 11.



 

710

En el momento de colaborar en la Encyclopédie méthodique, Nicolás Masson de Morvilliers (1740?-1789) había publicado, entre otras obras geográficas, un Abrégé de la géographie de l’Espagne et du Portugal (1776). Poeta mediocre, fue apreciado en su época como erudito y estudioso y ocupó algunos cargos públicos.



 

711

Así describe a los españoles Montesquieu en la 78ª de sus Lettres persanes, cuya refutación española se atribuye a Cadalso. Cfr. José de Cadalso, Defensa de la nación española contra la «Carta persiana LXXVIII» de Montesquieu. Edición de Guy Mercadier, Toulouse, 1970. Son conocidas las opiniones de Voltaire sobre España, recogidas últimamente por Manfred Komorowski, Das Spanienbild Voltaires, Frankfurt, 1976.



 

712

«No tiene la forma de media luna, como dice el Señor Masson, y sí es mas bien un ovalo irregular», Encyclopedia metódica. Geografía moderna, tomo I, p. 259 a.



 

713

«En quanto a su división en alta y baxa ya no se conoce, pues estan arruinadas las murallas que la ocasionaban, y en su lugar se han edificado casas, que hacen una toda la población», Encyclopedia metódica, op. cit., p. 259 a.



 

714

«Al mediodia de Barcelona hay un pequeño puerto [...]. El monte Monjui lo abriga de los vientos ouestes por la parte occidental, y su cumbre está guarnecida de artilleria para seguridad del puerto. Esta montaña enriscada y escabrosa tiene un castillo al Occidente de la Ciudad, fortificado á lo moderno», Ecyclopedia metódica, op. cit., p. 259 b.



 

715

«La Universidad que dice el articulo que existe hoy en Barcelona se trasladó a Cervera por decreto de Don Felipe V de 11 de mayo de 1717», Encyclopedia metódica, op. cit., p. 259 a.



 

716

«Ya no se construyen galeras en la atarazana de un siglo a esta parte, y hoy está destinada a fábricas de pertrechos y máquinas de guerra y principalmente de cañones y morteros», Encyclopedia metódica, op. cit., p. 259 a.



 

717

«Lo que dice de la plaza de San Miguel no es cierto, pues esta plaza es poco digna de atención, y acaso querría el Señor Masson hablar de la de San Jayme, en donde en efecto van á parar muchas calles de la Ciudad», Encyclopedia metódica, op. cit., p. 259 a.



 

718

«Al Mediodía de Barcelona hay un pequeño puerto que solo admite embarcaciones de porte de 30 cañones», Encyclopedia metódica, op. cit., p. 259 b.



 

719

Juan Sempere y Guarinos había emprendido en 1785 la publicación de su Ensayo de una biblioteca española de los mejores escritores del reynado de Carlos III, Madrid, 1785-1789, que pretendía dar a conocer los progresos culturales realizados en España en la segunda mitad del siglo XVIII.



 

720

La misma cifra da la Encyclopedia metódica, p. 260 a, pues ambos autores la habían tomado de la Memoria de Francisco de Zamora ya citada, publicada en el Memorial literario de febrero de 1787.



 

721

Se trata de Barcelona à la mano, Compuesto por Don Joseph Algava Marques y Bellon, natural de la ciudad de Alcaras en Castilla la Nueva y residente en esta capital, Barcelona, 1778. En esta obra, además de dar el autor la lista de calles, gremios y conventos e iglesias, saca el cómputo de sus habitantes, que ascienden a 98447.



 

722

«La platería es excelente; sus obras de vidrio son émulas de las de Valencia; sus obras de acero, y especialmente la cuchillería y todos los instrumentos de cirugía, toda especie de armas, las obras de laton, las fabricas de indianas, colchas, etc. son los objetos en que estriva la riqueza de los vecinos de esta Ciudad, que concurren al consumo universal de España e Indias, y aun á varios Reynos extranjeros [...]. En Barcelona, como en todo el principado, se mira con bochorno al que no trabaja: la inacción está caracterizada de vicio por la opinión y esta ultima adjudica la estimación con entusiasmo á toda persona laboriosa», Encyclopedia metódica, op. cit., p. 260 a, b.



 

723

«Juventud triunfante. Autobiografías. Alejandro Sawa», en Alma Española, 3 de enero de 1904, pp. 10-11. Este texto fue reproducido luego en Iluminaciones en la sombra, Madrid, Biblioteca Renacimiento, 1910; puede leerse en la excelente edición anotada por Iris M. Zavala, Madrid, Ed. Alhambra, 1977.



 

724

Rafael Cansinos-Assens, «Alejandro Sawa, el gran bohemio», Índice, XV, n.º 149 (mayo, 1961), pp. 22-23. El texto vuelve a aparecer en el primer volumen de sus memorias, La novela de un literato, I, Madrid, Alianza Editorial, 1982, p. 71. Este mismo escritor sitúa así a Sawa en el panorama literario: «Simbolistas, parnasianos y decadentes les han enviado (de París), con Alejandro Sawa, un nuncio extraordinario. Lo que Ganivet ha sido para la generación del 98, lo ha sido A. S. para los jóvenes del 900. Ya no se piensa en Taine ni en Montaigne, sino en Verlaine y Mallarmé» (Las Escuelas Literarias, Madrid, 1916, p. 274, cit. por J. Cejador y Frauca, Historia de la lengua y la literatura castellana, t. IX, Madrid, Gredos, 1973, p. 433). Martínez Ruiz, en su Charivari, opina: «Sawa quiere ser aquí una especie de Moréas» (Azorín, Obras completas, I, Madrid, Aguilar, 1975, p. 147). El destierro que menciona parece ser, con seguridad, una pura invención del bohemio. Allen Phillips, en su fundamental estudio Alejandro Sawa, mito y realidad, Madrid, Eds. Turner, 1976, p. 65, afirma: «Yo creo que fue a París sencillamente por tratarse de París y para realizar el sueño de tantos adolescentes, y no por un delito de imprenta como se ha dicho alguna vez».



 

725

A. Sawa colaboró con nueve artículos en Alma Española, siendo el primero «Canalejas y la Academia», publicado el 20 de diciembre de 1903; el último apareció en el último número de la revista, el 30 de abril de 1904: se titulaba «Jornada histórica». Cinco de ellos se encuentran recogidos en el apéndice de la ed. de Iluminaciones preparada por Iris M. Zavala, cit.



 

726

La Carnaza fue publicada en 1884. Datos sobre Romero Quiñones encontramos en Juan Ignacio Ferreras, Catálogo de novelas y novelistas españoles del siglo XIX, Madrid, Cátedra, 1979: lo califica de autor «rigurosamente olvidado» pero de copiosa producción; además de novelas publicó libros de sociología y sobre temas diversos; opina que sus novelas «pueden ponerse en relación estrecha con López Bago». El loburmano [sic]. Novela sociológica original fue publicada en Madrid en 1894.



 

727

López Bago fue procesado por tres de sus novelas: La Prostituta, La Pálida y El Cura, y según confesión propia, sus libros se vendían abundantemente. Era mayor que Sawa, pues nació en 1855 -el autor de Iluminaciones vio la primera luz en Sevilla en 1862- y, según Federico Carlos Sainz de Robles, estudió Medicina en Madrid (Ensayo de un Diccionario de Literatura, t. II, Madrid, Aguilar, 19643, art. «López Bago»). Luis López Jiménez, en su libro El naturalismo y España, Madrid, Alhambra, 1977, lo califica de «extravagante y anticlerical médico», autor de novelas «de un Naturalismo degradado» (p. 24). Es muy posible que al regreso de Sawa, en 1896, López Bago haya marchado ya a América (J. I. Ferreras fecha este viaje hacia 1890 mientras que Cejador lo retrasa hasta hacia 1900, op. cit., p. 235), y allí publica El separatista, La Habana, s. f., pero parece ser de 1895, y Carne importada, Buenos Aires, s. f. Pío Baroja, que dice oyó hablar con escándalo de López Bago en Pamplona, en los juveniles años, cuando habitaba en esa ciudad con su familia, nos informa que lo vio en 1915 ó 1916 «en la redacción del periódico España» (Obras Completas, VII, Familia, infancia y juventud, Madrid, Biblioteca Nueva, 1949, p. 567). Murió en Alicante, en octubre de 1931.



 

728

El Cura (Caso de incesto). Novela médico-social, Madrid, Juan Muñoz y Compañía, Editores, s. f. El Apéndice de López Bago, titulado «Vosotros y yo», ocupa las pp. 259-292, y el de Alejandro Sawa las pp. 295-309.



 

729

Todas las novelas que aquí comentamos aparecieron en Madrid, Juan Muñoz y Compañía, Editores, y no llevan fecha de publicación. En los apéndices, Eduardo López Bago suele publicar traducciones, hechas por él mismo, de textos teóricos de Zola: serían, pues, las primeras que aparecen en España, ya que preceden en algunos años a las citadas por W. T. Pattison. Aclara el novelista la finalidad que persigue con ello: «Conviene mucho que las opiniones de monsieur Zola se conozcan en España, y se discutan aquí donde tanto se discute el naturalismo, y sin embargo no se discute, como se ha discutido en Francia, seriamente» (Apéndice a La Pálida, p. 278).



 

730

Op. cit., p. 262. Las otras dos novelas de la trilogía anticlerical también vieron la luz en la editorial mencionada, sin hacer constar la fecha de publicación: El Confesonario. Satiriasis. Segunda parte de El Cura, y La Monja. Tercera parte de El Cura.



 

731

«La moral del naturalismo», apéndice de La Buscona, p. 243. Traduce aquí, con algunas supresiones, el texto de Zola «De la moralidad en la literatura», y reproduce al final unas opiniones de Zahonero.



 

732

La Querida lleva en su portada, entre paréntesis, la aclaración: «Cuarta y última parte de La Prostituta». Contiene también un retrato del autor hecho por Nicolás Megía.



 

733

Iris M. Zavala en el excelente estudio introductorio a su ed. de Iluminaciones señala la importancia de este texto; a él alude repetidamente, y reproduce abundantes fragmentos, Allen Phillips en su fundamental libro cit., esp. pp. 186-193.



 

734

Vide sus estudios «Alejandro Sawa», en Maestros y amigos de la Generación del Noventa y Ocho, Salamanca, 1981, pp. 145-163; Eduardo Zamacois y la novela corta, Salamanca, 1980, esp. p. 32, así como su libro La Generación Literaria del 98, Salamanca, Anaya, 1973, p. 118.



 

735

Luis S. Granjel, «Alejandro Sawa», p. 150.



 

736

El naturalismo español, Madrid, Gredos, 1969. En pp. 135-139 caracteriza el tipo de naturalismo de López Bago y Sawa como «una rendición completa al naturalismo de Zola mezclado con humanitarismo sentimental al estilo de Los miserables o Los misterios de París».



 

737

Andrés González Blanco, Historia de la novela en España desde el Romanticismo a nuestros días, Madrid, Sáenz de Jubera, Hermanos, Editores, 1909; vide esp. pp. 701 y 870.



 

738

Op. cit., p. 187.



 

739

«Vosotros y yo», apéndice a El Cura, pp. 262-263. En la transcripción de los textos, incluyendo el de Sawa, modifico sólo la acentuación, adecuándola a las normas y usos actuales.



 

740

Ibíd., p. 290.



 

741

«El naturalismo español en la década de 1881-1891», en el libro Estudios sobre la novela española del siglo XIX, Madrid, C. S. I. C., 1977, pp. 49-131.



 

742

Iris M. Zavala, Ideología y política en la novela española del siglo XIX, Salamanca, Anaya, 1971, señala cómo López Bago, Ortega Munilla, Trigo, Blasco Ibáñez y Baroja recogen el interés por la vida del bajo mundo que muestran Sue, Ayguals de Izco y continuadores (p. 121). Unas páginas más adelante, partiendo de una novela de folletín, nos dice: «Serán los naturalistas los que vuelvan al mundo marginado de prostitutas, truhanes, degenerados y criminales, impulsados por los avances científicos, el darwinismo y el afán incontrolable de epater el mundo burgués circundante» (p. 175).



 

743

La Prostituta, p. 76.



 

744

La Pálida, p. 126. En estas novelas, López Bago hace un prolijo uso de sus conocimientos de medicina, como pone de manifiesto en la descripción de las enfermedades, en el abundante empleo de tecnicismos médicos y en las fórmulas de los preparados, así como en las descripciones de los aspectos fisiológicos que caracterizan a los personajes y que determinan sus actuaciones. López Bago subtitula todas estas obras «novela médico-social», y pone al frente de todas ellas, como lema, una frase de Claude Bernard: «La moral moderna consiste en buscar las causas de los males sociales, analizándolos y sometiéndolos al experimento».



 

745

La Buscona, p. 241.



 

746

Pattison, op. cit., p, 57, cita esta traducción: «Safo, costumbres de Paris». Traducción de Eduardo López Bago, precedida de una carta del ilustre novelista francés; con un prólogo de Eugenio de Olavarría y Huarte. Madrid, ¿Agustín Jubera?, 1884.



 

747

Los Amores, Sevilla, 1876. Pattison, op. cit., p. 136, recoge la opinión que José Ortega Munilla expresó en El Parlamento, el 27 de enero de 1877; al ilustre periodista y luego novelista naturalista, esta obra le pareció una «novela realista y peligrosamente provocativa».



 

748

La visión de Sawa es encomiástica en exceso, pues lo sitúa a la altura de los grandes creadores decimonónicos. Los nombres que aparecen citados revelan esa mezcla del romanticismo y naturalismo repetidamente aludida, pero el tono de este párrafo nos lleva a destacar su raíz romántica.



 

749

Obra desconocida. No aparece recogida en ninguna de las bibliografías existentes de López Bago: ni en el libro de Ferreras (cit.), ni en el Ensayo de un Diccionario... de F. C. Sainz de Robles (cit.), ni tampoco en el Manual del librero hispano-americano de Antonio Palau (Barcelona, 1948-1977). Es muy posible que se trate de un artículo periodístico.