Por parte de la
Dirección general de Instrucción pública, y
para los efectos del Real decreto de 12 de Marzo de 1875, han
venido á informe de esta sabia Corporación dos obras
de D.
Bartolomé Domingo Rodríguez Gutiérrez,
históricas de Jerez de la Frontera, que en aquella ciudad,
merced á cuantiosos sacrificios de patriótica
asociación, acaban de ver la luz pública.
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La primera y
principal de estas obras1,
inédita hasta el presente, se titula Historia y Anales de la muy noble y muy leal
ciudad de Xerez de la Frontera. Divídese en cuatro
libros. El primero, que llega hasta la caída del reino
visigótico é irrupción de los agarenos, no
carece de interés histórico, ni de valor
arqueológico. Una lámina, reproducida en esta
edición, que diseñó el autor, exhibe los
principales monumentos escultóricos y epigráficos de
la ciudad, que nos legó la época romana; y en el
texto se da razón de su hallazgo, dimensiones y
configuración con bastante exactitud, hasta el punto de
haber merecido atención preferente para el volumen II del
Corpus inscriptionum
latinarum2,
que encomendó al egregio Dr. D. Emilio Hübner la Real Academia
literaria de Prusia. Escrita en la segunda mitad del siglo
pasado,
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cuando en toda España el rigor de la crítica y la
sinceridad de la investigación buscaba por todos lados
fuentes claras, puras y copiosas de la verdad, esta obra del
doctísimo jerezano puede considerarse como un arsenal
ampliamente provisto y bien ordenado por serie cronológica
de riquísimos materiales, en cuyo aprovechamiento y
combinación no podrá menos de dar por muy adelantado
su estudio el ingenio, que en nuestra edad quisiere dotar á
Jerez de una historia perfecta y monumental, digna de tan ilustre
municipio3.
Así como en el primer libro expuso y discutió el
autor los textos de las épocas romana, visigótica y
árabe, que mejor cuadraban á su intento,
justipreciando los geográficos y poniéndolos de
parangón con la descripción exactísima de la
ciudad y tierra jerezana en el
estado presente, así también, cuando llega en
los tres libros restantes á sentar el pie sobre un terreno
más firme, y discurre por los Anales, no consiente nunca que divague
el ánimo por las esferas de una especulación
abstracta; sino que, ora tome en mano el libro del Repartimiento autorizado por el rey
D. Alfonso
X4,
ora los documentos archivados por el municipio, nobleza y clero,
que consulta y cita ó extracta con infatigable laboriosidad,
sobria destreza, noble dicción y variedad amenísima,
se atiene siempre á lo positivo. Muchos cuadernos del
archivo municipal, donde, á partir del siglo XIV, se
asentaban los sucesos culminantes de la ciudad, ya no existen; mas,
por fortuna, tamaña pérdida queda compensada,
ó por lo menos resarcida en buena parte con la obra
principal del Sr. Gutiérrez5.
La segunda, que tituló Año Xericiense, y hoy
llamaríamos Efemérides, mucho menos
voluminosa, se reduce á notar en cada día del
año los sucesos ó hazañas más
gloriosas, de las cuales la ciudad de Jerez ha sido procreadora y
testigo en diferentes años y épocas.
Por su estilo y
valor histórico, las obras de Bartolomé
Gutiérrez pueden asemejarse á la clásica de
Colmenares, historiador
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de Segovia, á quien nadie niega originalidad, relevante
mérito y utilidad para las bibliotecas. Son acreedoras
á la protección del Gobierno.
La Academia, en su
alta sabiduría, acordará, como siempre, lo más
acertado.