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221

Cánovas, ed. cit., p. 1350.

 

222

Apud Fernández Almagro, Historia política de la España contemporánea, II (Madrid, 1959), 617.

 

223

Berkowitz, op. cit., pp. 383-387; Ricardo Gullón, Galdós, novelista moderno (Madrid, 1960), pp. 136-140; Eoff, op. cit., p. 166. También José María Monner-Sans, «Galdós y la generación del 98», Cursos y conferencias, XXIV (oct-dic. 1943), 57-85, con muchos puntos de contacto con Berkowitz, «Galdós and the Generation of 1898», Phil. Quart., XXI (1942), 107-120. Véase asimismo Correa, «El sentido de lo hispánico en El caballero encantado de Pérez Galdós y la generación del 98», Thesaurus, XVIII (1963), 14-28 (incluido en su libro Realidad, ficción y símbolo...).

 

224

Cf. Gullón, op. cit., p. 136; Regalado García es de los que piensa en el antigaldosianismo del 98 (op. cit., pp. 215, 277-279). Véase también E. Inman Fox, «Galdós' Electra. A Detailed Study of Its Historical Significance and the Polemic Between Martínez Ruiz and Maeztu», AG, I (1966), 137 y 140, especialmente. Incluso Baroja elogia en 1899 y 1900 a Galdós; cf. Rafael Pérez de la Dehesa, «Baroja, crítico de la literatura española en 1899 y 1900», PSA (nov. 1968), pp. 139 y 141.

 

225

En el prólogo de Galdós al libro de José María Salaverría Vieja España (Madrid, 1907) -prólogo de extraordinaria importancia-, dice el novelista: «Algo he corrido por esta meseta histórica, en carricoche o en tercera de trenes mixtos, aunque no tanto como quisiera. Las posadas y la clase tercera del ferrocarril son excelente posición para hablar directamente con la raza» (apud Shoemaker, op. cit., p. 84). El propio Salaverría anota, de una conversación con Galdós, las siguientes palabras de éste: «En vagón de tercera es como se llega más pronto al alma de las cosas; un país como Castilla debe observarse desde abajo, desde sus entrañas. Yo he sido práctico en eso...» (Salaverría, Nuevos retratos, Madrid, 1930, p. 11).

 

226

Cf. el ya citado prólogo al libro de Salaverría, en que Galdós dice algo muy próximo a los dos párrafos recién anotados de El caballero encantado (Shoemaker, op. cit., pp. 86 y 80, respectivamente).

 

227

Ángel Guerra, OC, V (Madrid, 1961), 1345.

 

228

Cf. por ejemplo La revolución de julio, OC, III, 79. O de nuevo el prólogo al citado libro de Salaverría (apud Shoemaker, op. cit., p. 86).

 

229

«Allí figura el campo, poblado por el campesino, tal como vivía y no, como por ejemplo, en el caso de los escritores del 98, un paisaje idealizado en que el hombre es más bien un estorbo, salvedad hecha, huelga decirlo, de los escritos de Machado (J. Lechner, El compromiso en la poesía española del siglo XX, Leiden, 1968, p. 130).

 

230

Blanco Aguinaga, op. cit., pp. 301-302; cf. 293-322, «Paisajismo del 98, la tendencia central y la excepción». La «excepción» es, naturalmente, la de Antonio Machado.