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1

[Esta edición presenta las siguientes enmiendas y correcciones respecto a la paginación del original.

El aparato de notas aparece en el original en las páginas 16, 17, 29, 31, 42, 47, 49, 55, 56, 76, 77, 80 y 88. (N. del E.)]

 

2

Krow-Lucal (Un faccioso más 177) da a los dos locos de La desheredada como procedentes de los Episodios, pero sin comentar sobre su identificación concreta. Posteriormente, Gilman indica las dificultades que se comentarán a continuación: «There are grave problems of age and identity involved, because we are asked to imagine them more than thirty years later, and in the case of Canencia apparently after his death» (92). (N. del A.)

 

3

Galdós acaba la segunda serie de Episodios nacionales en noviembre-diciembre de 1879 y termina La desheredada en enero de 1881, mientras que, por otra parte, esa segunda serie llega cronológicamente hasta mediados de la cuarta década del siglo pasado y La desheredada comienza en 1872. (N. del A.)

 

4

La única novela a la que se puede referir es a la de Tomás Rufete, que es, como ya se ha indicado, eco, cuando menos, de un personaje de la segunda serie. El problema que el propio Galdós tuviera con el vínculo entre los Episodios nacionales que había acabado hacía poco y la nueva serie de Novelas contemporáneas que comenzaba (Hinterhäuser 50) se aclara algo, si no se resuelve del todo, haciendo constar la relación orgánica que pretende establecer -aunque sea desdibujadamente, como se verá- mediante ese «Fin de otra novela» inicial, precisamente la de una vida ya bosquejada en la segunda serie. (N. del A.)

 

5

La repetida aparición de Bartolomé Canencia (el único de ese apellido hasta ese momento en la obra de Galdós) a través de múltiples tomos de la primera y segunda serie, y la muy próxima aparición de Rufete, en el último tomo de la segunda serie, parecen garantizarlo. (N. del A.)

 

6

Hay, como se ve, gran correlación entre el carácter esencial de los dos personajes de los Episodios nacionales y la manifestación de sus respectivas locuras en La desheredada. Rufete, carácter excitadísimo en su aparición anterior, ofrece una locura activa y violenta; Canencia, pasivo y tranquilo en las más de sus apariciones anteriores, proyecta en La desheredada una locura sumamente dócil. (N. del A.)

 

7

Gilman, quizás exagerando la nota algo, indica el problema cronológico: «For example, Canencia, who was dragged through the streets (and presumably killed) in Los cien mil hijos de San Luis, is described in that novel as 'muy viejo'. Had he been made of flesh and blood, he could not possibly have reappeared in La desheredada» (207). (N. del A.)

 

8

El anciano loco que aparece en La desheredada resulta casi mojigato en su religiosidad, pero cambio tan radical no imposibilita, dadas las décadas transcurridas y la demencia, la identificación entre los dos. (N. del A.)

 

9

La reaparición de un tal Canencia en Tormento, suponiendo que se trate del mismo personaje, así del de los Episodios nacionales como del de La desheredada, estaría justificado novelísticamente por el contacto que en El Grande Oriente de la segunda serie se da entre Bartolomé Canencia y el abuelo de Rosalía de Bringas (1: 1284-89). El que resulte, aunque anciano, más fuerte en Tormento que en La desheredada, tiene explicación estrictamente cronológica: la acción de Tormento ocurre un lustro, casi, antes que la recogida en La desheredada. (N. del A.)

 

10

La técnica de personajes recurrentes, posiblemente aprendida por Galdós en Balzac, será normativa en las Novelas contemporáneas. Para sus comienzos en Galdós, véase Krow-Lucal (Un faccioso más 172-77), y Gilman (203-09). (N. del A.)

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