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111

Véase Berkowitz, Pérez Galdós / Spanish Liberal Crusader, pp. 437-8.

 

112

Véase el texto en «La última confidencia del maestro», Hoy, 9-I-20.

 

113

María Teresa León, en «Una mujer de Galdós que no está en sus novelas», p. 92, se refiere a «las manchas vulgares... [del] paternal Galdós del simoncete que al vencerse la tarde iba a la casa de sus amantes».

 

114

Véase Vicente Sánchez-Ocaña, «Los descendientes de los hombres famosos del siglo XIX / La hija y los nietos de Don Benito Pérez Galdós», Heraldo de Madrid, 16-VII-27.

Francisco Lucientes cita al antiguo criado-amigo Victoriano: «En lo que más he danzado ha sido en asuntos de dinero. D. Benito vivió a rastras de los prestamistas... no vivía más que para la obsesión sensual, que le quemaba. ¡No he conocido hombre más faldero! Aquí un lío, allí otro. Si no trajo al mundo diez o doce hijos naturales, no trajo ninguno». Nombra varios usureros que habían perseguido a Galdós y comenta: «Si no hubiese sido por las faldas, y por la usura, ¡qué vida tan grande!» («Rueda el tiempo, lección de humildad», El Sol, 31-II-32).

 

115

En su introducción a las Obras completas de Don Benito Pérez Galdós, Madrid, Aguilar, I, 1941, pp. xli, xlii.

Adiciones a las notas numeradas

Marino Gómez Santos escribe que Galdós fue «algunas mañanas y algunas noches» al Café Gijón para sentarse delante del reloj, en espera de una «cita amorosa» (Crónica del Café Gijón, Madrid, Biblioteca Nueva, 1955, pp. 35, 65) (N. del E.)

 

116

López de Ayala o el figurón político-literario, Madrid, Espasa-Calpe, 1932, pp. 178-179.

 

117

Ramón Gómez de la Serna, «Pérez Galdós», p. 207.

 

118

Por Esos Mundos, Vol. XX, pp. 799, 801.

 

119

«Discurso de Pérez Galdós» en el «Homenaje a Benavente», El Imparcial, 21-XII-05. Véase también mi La Crítica literaria de Galdós, en prensa, Cap. II, núm. CCXII, y Cap. III, 1 b.

 

120

Cómo le correspondía España en ese amor es el revés de la medalla, algo dudoso a veces y en situaciones determinadas, pero del dolor nacional en la hora de su muerte no cabía duda. Véase el resumen documentado de Pablo Beltrán de Heredia, «España en la muerte de Galdós», Anales galdosianos, V (1970), pp. 89-101.

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