251
Cf. Cronicón, pp. 8, 26; Juicio oral, p. ej. sobre el monto del dinero robado, pp. 32a, 133b, 146a, 153b, 251a; o sobre unos hombres que algunos decían haber visto entrar en la casa del asesinato, pp. 486 y ss., 516a -hasta con el detalle del «sombrero ancho» y «el sombrero tan echado adelante» (544a)-, 544, 545, 558 y ss.
252
Cf. los cardenales y las pequeñas erosiones en dos dedos y el dorso de la mano de Higinia (Juicio oral, p. 44a).
253
Cf. Cronicón, pp. 9, 16 y Juicio oral, passim.
254
Esta reticencia del narrador nos revela un sutil juego literario del autor. A pesar de haber prometido Infante contárselo todo a Equis, que «esto no ha de leerlo nadie más que tú» (p. 687a), manifiesta los mismos escrúpulos que podría tener el autor de la novela que estamos leyendo.
255
Leopoldo Alas, Ensayos y revistas, 1888-1892, Madrid, 1892, p. 299.
256
Es de notar que incluso se encuentran acotaciones teatrales en medio de pasajes puramente narrativos o de diálogos contenidos en una estructura novelística.
257
Manuscritos que pueden verse ahora en la Houghton Library, de Harvard University, núm. MS SPAN. 93.
258
Alas, op. cit., p. 290.
259
Op. cit., p. 83.
260
Cf. Cronicón, p. 41; Juicio oral, p. 614; Baroja, op. cit., pp. 97-98.