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Los que atañen principalmente a Torquemada y San Pedro son: Geraldine M. Scanlon, «Torquemada: 'becerro de oro'», MLN, 91 (1976), 264-276; H. B. Hall, «Torquemada: the man and his language», en Galdós Studies, a cargo de J. E. Varey (Londres: Támesis, 1970), pp. 136-163; Gustavo Correa, El simbolismo religioso en las novelas de Pérez Galdós (Madrid: Gredos, 1962), pp. 135-145; Peter G. Earle, «Torquemada: hombre-masa», Anales Galdosianos, 2 (1967), 29-43; Antonio Sánchez-Barbudo, «Torquemada y la muerte», Anales Galdosianos, 2 (1967), 45-52; John E. Varey, «Torquemada y la lógica», en Studies in Modern Spanish Literature and Art Presented to Helen F. Grant, a cargo de Nigel Glendinning (Londres: Támesis, 1972), pp. 207-222; Joaquín Casalduero, Vida y obra de Galdós, 3.ª ed. (Madrid: Gredos, 1970); Leopoldo Alas («Clarín»), Galdós (Madrid: 1912), (vol. I de Obras completas); H. Peseux-Richard, reseña de Torquemada y San Pedro en Revue Hispanique, 2 (1895), 196-197; Robert J. Weber, «Galdós's Preliminary Sketches for Torquemada y San Pedro», Bulletin of Hispanic Studies, 44 (1967), 16-27; Robert Ricard, «L'usurier Torquemada: Histoire et vicissitudes d'un personnage», en Aspects de Galdós (Paris: Presses Universitaires de France, 1963) [Publications de la Faculté des Lettres et Sciences Humaines de Paris, Série «Etudes et Méthodes», tomo 10], pp. 61-85; Douglass Rogers, «Lenguaje y personaje en Galdós (un estudio de Torquemada)», Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 206 (1967), pp. 243-273. Los trabajos de Eamonn Rogers y de Sara E. Schyfter, éste de próxima aparición, proporcionarán asimismo valiosos datos.

 

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Ver sobre todo H. Peseux-Richard, op. cit., y Geraldine Scanlon, op. cit.

 

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Ver también el artículo de Terence T. Folley en este mismo volumen donde se aducen otras razones igualmente importantes (Nota del director).

 

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Torquemada y San Pedro, primera parte, cap. 6. Ya que existen varias ediciones de la novela y que la primera, única hasta ahora con autoridad de exactitud, es poco asequible, hemos decidido dar las referencias por parte y capítulo, verbigracia esta: TSP, I, 6.

 

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TSP, I, 4.

 

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Torquemada en el Purgatorio, III, 5.

 

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Pierre L. Ullman, «The Exordium of Torquemada en la hoguera», MLN, 80 (1965), 258-260.

 

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Digamos de pasada que el apellido de este último no es inusitado, ya que Pérez de Ayala en Tigre Juan creó también, aunque más tarde, un sacerdote llamado Gamborena. Así y todo, podría considerarse anagrama de Dagoberto (si se cambia la dental sorda t en dental nasal n, y la d en m: Dagobert, Gadboret, Gamboren).

 

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Para un examen detenido del tema de la muerte, ver Robert J. Weber, op. cit.

 

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La naturaleza caricaturesca de este personaje ha sido destacada por varios críticos. De él escribe Sánchez Barbudo (op. cit., p. 47): «Lo que piensa y siente en esas ocasiones parece una caricatura de lo que todos pensamos y sentimos en situaciones análogas.» Douglass Rogers (op. cit., p. 254) lo llama «prócer grotesco» y lo clasifica según la pauta de E. M. Forster como flat character, que se nos presenta con uno o dos rasgos caracterizadores constantemente repetidos. E. J. Varey (op. cit.) sugiere que las armaduras medievales del palacio de Gravelinas, descritas en el primer párrafo de TSP («[...] dentro de aquel vacío, ¡quién sabe si se esconde un alma![...]»), son metáfora para el protagonista.

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