Acto tercero
|
|
La explanada del palacio de ATILA. Un toldo multicolor, colocado a grande altura, se
halla sujeto a las copas de los árboles, formando una especie de tienda que oculta el
fondo, en el que se ven dos aberturas practicables. La vasta extensión de este recinto
se halla rodeada de pequeñas mesas, separadas entre sí y provistas de los asientos
correspondientes, para que en cada una quepan de cuatro a cinco personas. En el
centro un estrado y la mesa y el thalamus de ATILA. Éste y todos sus dignatarios
toman parte en el festín. Detrás de cada convidado habrá en pie un copero con un
vaso de oro o plata, siempre servido. ZERCÓN llena este cometido junto al REY. Los
esclavos con caprichosos trajes que acusen sus diferentes razas, colocan sobre las
mesas grandes platos de metal precioso, cargados de manjares. La vajilla y los vasos
de ATILA son de madera. Sentados sobre los ricos tapices, a un lado del proscenio,
esperan el turno de sus espectáculos, el escaldo o poeta huno, los soldados, provistos
de sus escudos para acompañarse en el canto, y las esclavas bizantinas con sus ropas
talares más vistosas, pero semejantes a las usadas por las almés egipcias. Multitud de
flameros y antorchas sujetas a los árboles, iluminan la escena. Al levantarse el telón
aparecen en primer término dos luchadores que acaban de dar fin al ejercicio, por lo
que verase al vencido derribado y al vencedor poniéndole el pie sobre el pecho. Todos
aplauden frenéticamente lanzando alaridos descompasados, y en su fisonomía y
ademanes se observa el efecto de una desenfrenada embriaguez. |
|
Escena I
|
|
ILDICO, ATILA, ARDARICO, ZERCÓN, VALAMIRO, VIDEMIRO, TEODOMIRO, el
ESCALDO, SACERDOTES, SOLDADOS, ESCLAVOS, COPEROS, etcétera. |
|
ATILA |
¡Honra de ese titán al rudo empuje! |
|
¡Gloria del vencedor, al brazo fuerte! |
|
Un vaso de Medoc, veinte Filipos |
1305 |
|
y la manumisión su esfuerzo premien. |
(Todos aplauden. Los luchadores se retiran.)
|
|
Nosotros a beber, que si en la sombra |
|
quísome herir la ingratitud aleve, |
|
de mi justa venganza el espectáculo |
|
servirá de esplendor a mi banquete. |
1310 |
(Toma la copa de manos de ZERCÓN y la apura, dirigiéndose a sus dignatarios.)
|
|
¡Por vosotros! |
TODOS |
Por ti. |
(Tomando las suyas de los coperos y devolviéndoselas después de vaciarlas, para que
escanciando de nuevo, las tengan prontas para una nueva libación.) |
ARDARICO |
(Aparte a los reyes, que están a su lado.) |
|
¿Cómo pudisteis |
|
la gruta abandonar? |
TEODORICO |
(Aparte a ARDARICO.) (Dejando inertes |
|
a aquellos miserables.) |
ARDARICO |
(Ídem.) (Mas... ¿dispuesta |
|
la rebelión está?) |
VALAMIRO |
(Aparte a ARDARICO.) (Veraslo en breve.) |
ATILA |
¿Es de fuego la atmósfera esta noche? |
1315 |
|
¡Qué terrible sopor! Dadme otro ambiente. |
(Varias esclavas, con grandes abanicos de plumas, agitan el aire.)
|
VIDEMIRO |
(Aparte a los reyes.) |
|
(Del tósigo mortal ya los efectos |
|
que predijo el parásito se advierten.) |
ATILA |
No os detengáis: en eslabón continuo |
|
la cadena tejed de los placeres. |
1320 |
|
Los cantos entonad de la Germanía |
|
y a Bizancio sus danzas nos recuerden. |
(Los soldados entonan un canto a voces solas, apoyando el borde superior de sus
escudos contra el labio inferior a usanza de los germanos, que se valían de este medio
para dar una vibración particular al sonido, y las esclavas bizantinas ejecutan a su
compás una danza en la que, el movimiento de los pies, casi invisible, por sus ropas
talares, es sustituido por una voluptuosa agitación de todo el cuerpo, que se termina
en un desenfreno vertiginoso. Todos aplauden con entusiasmo.) |
|
La libación repítase... ¡Mi copa! (Tomándola.) |
|
No deis tregua al placer. ¡Escancia, imbécil! |
(A ZERCÓN.)
|
|
Dignatarios y pueblo: en las batallas |
1325 |
|
o vencer o morir. (Apurando su copa.) |
TODOS |
(Haciendo lo propio.) ¡Victoria o muerte! |
ATILA |
Escaldo, avanza. Al prodigioso numen |
|
dile que inspiración vierta a torrentes. |
|
El suspiro apagad; todo enmudezca: |
|
sólo su acento los espacios llene. |
1330 |
(Todos se imponen silencio y escuchan con avidez. El ESCALDO gana el centro, y en
una actitud inspirada entona con gran fervor el siguiente himno:) |
ESCALDO |
Cual su melena lanzada al viento, |
|
de sus rugidos marchando al son |
|
y de matanza su diente hambriento, |
|
la virgen selva cruza el león; |
|
al sol retando su audaz pupila, |
1335 |
|
sangre pidiendo su espada y él, |
|
la fértil tierra devasta Atila |
|
ciñendo el flanco de su corcel. |
|
Cuando los hunos en son de guerra |
|
su aliento aspiran batallador |
1340 |
|
y al entusiasmo que el pecho encierra |
|
se forja el rayo de su valor, |
|
nubes parecen que cual montañas |
|
por los espacios rodando van, |
|
llevando antorchas en las entrañas |
1345 |
|
y por quejidos el huracán. |
|
La lucha empieza; las rizas crines |
|
el bruto azota contra el arnés, |
|
cuando al estruendo de los clarines |
|
suelta la brida parten sus pies; |
1350 |
|
mientras los dardos vertiginosos |
|
del cielo rasgan el leve tul, |
|
como esos astros que luminosos |
|
llenan de surcos el aire azul. |
(Imitando con la acción el correr de las estrellas erráticas.)
|
|
Ya confundidos los escuadrones |
1355 |
|
la muerte avanza del hierro al son, |
|
y sobre vidas hechas girones |
|
sangriento callo planta el trotón. |
|
Y entre las llamas y entre los ecos |
|
de los gemidos avanza Athel, |
1360 |
|
a quien el triunfo sobre los flecos |
|
de su bandera puso el laurel. |
|
Como del campo la sed ardiente |
|
gota de lluvia viene a templar |
|
y entre sus venas se cambia en fuente, |
1365 |
|
de fuente en río, de río en mar: |
|
de Escitia a Italia tejiendo un lazo, |
|
el culto a Persia llevó de Ares; |
|
miró a Occidente, tendió su brazo |
|
y el mundo, Atila, rindió a sus pies. |
1370 |
(Todos aplauden frenéticamente. El ESCALDO se retira. ATILA avanza, dejando ver
desde ahora hasta el momento de su postración los efectos progresivos del veneno.) |
ATILA |
Bien me cantaste; yo soy |
|
quien ejerce ese dominio; |
|
yo, que siembro el exterminio |
|
por donde quiera que voy; |
|
porque con mi saña acerba |
1375 |
|
peso tanto en mi caballo, |
|
que allí donde él pone el callo |
|
no vuelve a crecer la yerba. |
|
Pero... Este extraño sopor |
|
que me embarga los sentidos... |
1380 |
|
Mis miembros entumecidos |
|
van perdiendo su vigor, |
|
y tan confusa acudir |
|
siento la idea a mi mente, |
|
que le pregunto al presente |
1385 |
|
si es pasado o porvenir. |
|
¿Sois vosotros, no es verdad, |
|
los testigos de mis bodas? |
|
Pero ¡qué caras! En todas |
|
se pinta la gravedad. |
1390 |
|
Deponedla de una vez |
|
dando entrada en vuestro seno |
|
al sublime desenfreno |
|
de la hermosa embriaguez. |
|
Miradme a mí: yo que hinqué |
1395 |
|
veinte reyes de rodillas |
|
y al pasar setenta villas |
|
a las llamas entregué; |
|
yo, que al odio universal |
|
la espada desnuda opongo, |
1400 |
|
yo, Atila, el cetro depongo |
|
por el tirso bacanal. |
|
Librando al dolor batalla |
|
del vértigo en los confines |
|
eclipsemos los festines |
1405 |
|
de Nerón y Caracalla: |
|
devoremos los instantes |
|
hasta agotar el licor |
|
al frenético clamor |
|
de sátiros y bacantes; |
1410 |
|
y entre música sonora, |
|
los labios de amor felices |
|
empañando los matices |
|
de las perlas de Basora, |
|
cuando del sueño al compás |
1415 |
|
sus alas pliegue la orgía |
|
soñémosla todavía |
|
porque se prolongue más. |
|
Resuene un himno en mi honor |
|
que la tristeza destruya. |
1420 |
|
Esposa, la vez es tuya: |
|
canta ¡oh cisne! tu estertor; |
|
inspira tu pensamiento. |
(Óyese un formidable graznido. ATILA se interrumpe. Los demás dejan ver en su
semblante la diferente impresión que les produce.) |
|
Mas... ¿ese ruido?... |
LOS REYES |
(Entre sí.) ¡El alerta! |
ILDICO |
(Aparte.) ¡Despierta, valor, despierta, |
1425 |
|
que se aproxima el momento! |
ATILA |
¡Fue un graznido! Es singular |
|
cómo el cuervo inteligente |
|
el fin sangriento presiente |
|
que voy al festín a dar. |
1430 |
(Mirando a ILDICO y a ZERCÓN.)
|
|
¡Fue previsión! |
ILDICO |
¡Mucha! ¡Mucha! |
ATILA |
Ya que el morir no te espanta, |
|
no te detengas y canta. |
ILDICO |
Pues tú lo quieres, escucha. |
|
En un extenso confín |
1435 |
|
como el que tu mano abarca, |
|
cual tú, un excelso monarca, |
|
como este honraba un festín. |
|
Era el banquete nupcial; |
|
el rey, como tú, tirano, |
1440 |
|
el esplendor soberano, |
|
la embriaguez infernal. |
|
De pronto las ricas galas |
|
que envolvían al protervo, |
|
llenó de sombras un cuervo |
1445 |
|
con el manto de sus alas; |
|
y al lúgubre y triste son |
|
que produjo en el palacio, |
|
se heló el aire del espacio |
|
al miedo del corazón. |
1450 |
|
-«¿A quién buscas de esta suerte?...» |
|
preguntó el monarca grave. |
|
-«¿Quién te trajo?»- Y dijo el ave |
|
con un graznido: -«¡La muerte!» |
|
Y a todos aquel acento |
1455 |
|
sumiendo en letal desmayo, |
|
para no atraerse el rayo |
|
todos ahogaron su aliento. |
|
La víctima al fin marcó |
|
el capricho omnipotente, |
1460 |
|
y tanta cobarde frente |
|
su fiereza recobró; |
|
sólo el ave carnicera |
|
batiendo las densas brumas, |
|
volvió a agitar de sus plumas |
1465 |
|
la tremolante bandera; |
|
y ante la atónita grey |
|
de aquellos podridos seres |
|
al gritarla: -«¿A quién prefieres?»- |
|
respondió sañuda -«¡Al Rey!» |
1470 |
(Señalando a ATILA. Asombro general.)
|
ATILA |
¿Al Rey? ¡Necio es tu furor! |
|
Mi carcajada te advierte |
|
que no has de vengar tu muerte |
|
despertando mi terror. |
|
Te juro que no verás |
1475 |
|
tu predicción satisfecha. |
|
Voy a mandarle una flecha |
|
para que no cante más. |
|
Escena II
|
|
LOS MISMOS, el SOLDADO 5.º, trayendo maniatado a FLAVIO.
|
|
SOLDADO |
¡Plaza! |
ATILA |
¿A quién? |
SOLDADO |
A este traidor, |
1480 |
|
que sirve a tierras remotas |
|
de espía, bajo sus rotas |
|
vestiduras de pastor. |
ILDICO |
(¡Flavio!) (Reconociéndole aparte.) |
ARDARICO |
(Ídem a los REYES.) (¡Si habla nos perdemos!) |
ATILA |
¿Qué prefieres? (Al SOLDADO.) |
SOLDADO |
Yo le he visto |
1485 |
|
predicar la fe de Cristo, |
|
y en los cuarteles extremos |
|
el oro verter cuitado; |
|
y, Rey, cuando el oro brilla, |
|
ni el muro guarda la villa |
1490 |
|
ni tiene escudo el soldado. |
|
Un formidable graznido |
|
hace poco el viento hirió; |
|
el cuervo lo cacé yo, (Por FLAVIO.) |
|
ahora tú sorprende el nido. |
1495 |
ATILA |
(Mirando a ILDICO y a ZERCÓN.) |
|
Descubrir juzgo el arcano |
|
que su vil conducta encierra. |
|
¿Cuál es tu patria? (A FLAVIO.) |
FLAVIO |
¡La tierra! |
ATILA |
¿Tu nombre, infame? |
FLAVIO |
¡Cristiano! |
ATILA |
(Con furor creciente.) |
|
¿No tienes cómplices?... |
FLAVIO |
Sí. |
1500 |
ARDARICO |
(Aparte.) (¡Nos vende!) |
ATILA |
(Presentando a ILDICO y a ZERCÓN.) |
|
¿Son estos?... |
FLAVIO |
¡No! |
ATILA |
¿Dónde están? |
FLAVIO |
Dónde iré yo |
|
cual víctima tuya. Allí. (Por el cielo.) |
ATILA |
(Fuera de sí.) Donde cantaste darás |
|
tu ¡ay! postrimero al espacio; |
1505 |
|
(Al SOLDADO.) pero matadle despacio, |
|
a fin de que muera más. |
|
Tú, Zercón, la misma suerte |
|
ve a correr. |
ILDICO |
(Aparte.) (¡Ah!) |
ARDARICO |
(Ídem.) (¡Se perdieron!) |
ATILA |
Los que el crimen compartieron |
1510 |
|
que se repartan la muerte. |
ILDICO |
(Aparte a los REYES.) |
|
(Es fuerza salvarlos.) |
REYES |
(Aparte.) (¡Sí!) |
ARDARICO |
(Aparte.) (Mas no han repetido el canto.) |
|
Salid vosotros; yo en tanto |
|
ganaré instantes aquí. |
1515 |
ATILA |
(A los REYES.) Marchad a imponer mis leyes |
|
pero ved que en mi furor |
|
cada soldado traidor |
|
cuesta la cabeza a un rey. |
ARDARICO |
(A ATILA.) Antes de que a tu sentencia |
1520 |
|
dé el verdugo cumplimiento, |
|
presta a solas un momento |
|
a mis palabras audiencia. |
ATILA |
(Al séquito.) Salid. Pero el sacrificio |
|
disponed en el palacio. |
1525 |
|
Hay que orear este espacio |
|
con la sangre del suplicio. (Retíranse todos.) |
|
Escena III
|
|
ATILA, ARDARICO.
|
|
ARDARICO |
Puesta en el polvo la frente |
|
llamando a tu compasión |
|
vengo a implorar el perdón |
1530 |
|
de una víctima inocente; |
|
pues del crimen la doblez |
|
más a la justicia insulta |
|
cuando en los pliegues se oculta |
|
del manto augusto del juez. |
1535 |
ATILA |
No alcanzo por quien tu boca |
|
prorrumpe en gritos de gracia. |
|
Si es por Ildico, tu audacia |
|
se estrella contra una roca. |
|
La muerta ilusión que escondo |
1540 |
|
abrió abismo tan profundo, |
|
que en él despeñose el mundo |
|
y aún rueda sin hallar fondo. |
|
Mi esperanza hundió en el lodo. |
|
Justo es vengarme. ¡Que muera! |
1545 |
ARDARICO |
¿Y si te amase? |
ATILA |
(Arrebatado por la esperanza.) La diera |
|
mi perdón, mi cetro, todo. |
(Con ansiedad creciente.)
|
|
Mas ¿es por Ildico amante |
|
por quien tu clemencia imploras? |
|
Responde. |
ARDARICO |
No. |
ATILA |
(Con profundo sentimiento.) ¡Cuántas horas |
1550 |
|
de ansiedad tiene un instante! |
|
¿Qué vida defiendes? Di. |
ARDARICO |
La de Zercón. |
ATILA |
¿Mi asesino? |
|
Si no estáis loco, imagino |
|
que haces escarnio de mí. |
1555 |
ARDARICO |
No fue tu esclavo el que alzó |
|
su puñal contra tu pecho. |
ATILA |
¿Quién entonces? (Asombrado.) |
ARDARICO |
(Aparte.) (¡Aún no han hecho |
|
la señal!) |
ATILA |
Su nombre. |
ARDARICO |
Yo. |
ATILA |
¡Mientes! (Recordando que vio a ZERCÓN herido.) |
ARDARICO |
¿Qué mano homicida |
1560 |
|
de esta mano el golpe iguala? |
(Adivinando la duda de ATILA y abriendo sus vestiduras para dejarle ver la herida.
ATILA la observa.) |
ATILA |
¡Sí! Me acusa el ay que exhala |
|
la ancha boca de esa herida. |
(Brota en ATILA la primera sospecha de celos.)
|
|
¿Tú asesino? ¿Y con qué intento |
|
diste abrigo a tal demencia? |
1565 |
ARDARICO |
Por librar una existencia |
|
que es de mi existencia aliento. |
ATILA |
¿Por Ildico? (Estallando.) |
ARDARICO |
Sí. A su suerte |
|
mi egida ferrada puse. |
|
Vi a la muerte y me interpuse |
1570 |
|
entre la vida y la muerte. |
ATILA |
Cuando la gloria del trono |
|
la artera traición disputa, |
|
vencida la sierpe astuta |
|
la desprecio y la perdono; |
1575 |
|
mas cuando el crimen de amor |
|
viene a usurparme el dominio, |
|
no me basta el exterminio |
|
de que es un rey posesor. |
|
Quisiera ser Dios, crear, |
1580 |
|
y ambas potencias unidas, |
|
matar, para dar cien vidas |
|
y volverlas a quitar. |
ARDARICO |
¡Calla! |
ATILA |
(Desenvainando su acero y amenazando a ARDARICO.) |
|
El enojo recibe |
|
que mi indignación destila. |
1585 |
ARDARICO |
Ildico es mi madre, Atila. |
ATILA |
¡Ah! ¡Tu madre! Entonces vive. |
(Como asaltado por una idea que le infunde la esperanza de ser amado de ILDICO.)
|
|
Di: ¿te ama mucho? (Prosiguiendo en su idea.) |
ARDARICO |
No alcanza |
|
ningún amor tanto extremo. |
ATILA |
(Aparte con la mano en el corazón.) |
|
Siento aquí una voz y temo |
1590 |
|
que pueda ser la esperanza, |
|
pues aprendí por mi daño |
|
que en lucha de amor maldita |
|
cuando una esperanza grita |
|
es que aborta un desengaño. |
1595 |
(Llamando a varios guardias, que se presentan.)
|
|
¡Guardias! A este rey traidor |
|
en prisiones custodiad: |
|
dése a Zercón libertad |
|
y muerte lenta al pastor. |
|
A la reina prevenid |
1600 |
|
que hablarla a solas intento. |
|
(A ARDARICO.) Todo pende de un momento. |
ARDARICO |
Le espero ansioso. |
ATILA |
Salid. |
(Vanse ARDARICO y los guardias. ATILA no puede dominar su impaciencia.)
|
|
Choca el ariete en el muro, |
|
piedras el hierro traspasa, |
1605 |
|
mas no hay quien rompa la gasa |
|
que nos vela lo futuro. |
|
¡Robárale al tiempo instantes! |
(Ve a ILDICO junto a sí; cambia de idea y dice aparte.)
|
|
Y ahora clavara sus pies, |
|
pues son recuerdos después |
1610 |
|
las que esperanzas son antes. |
|
Escena IV
|
|
ATILA e ILDICO, al final FLAVIO, dentro.
|
|
ATILA |
Rozando el borde de tu propia huesa |
|
(Con temor y ansiedad.) |
|
y el vacilante pie sobre ella puesto, |
|
mide mi voz lo que aún callando expresa: |
|
ámame y eres libre. (Pausa.) |
ILDICO |
Te detesto. |
1615 |
(ATILA al oír a ILDICO reprime su dolor; pero al fin estalla con la pérdida de su
última esperanza y dice con lágrimas de desesperación.) |
ATILA |
¡Y a mí me llaman rey! ¡Cálidas, lentas, |
|
en vano ahogar mis lágrimas ensayo!... |
|
lluvia son que del alma en las tormentas |
|
manda el dolor a preceder al rayo. |
|
Precio al término pon de tanto encono. |
1620 |
|
Habla; a tu voluntad me rindo inerme. |
|
Para elevarse en tu cariño un trono, |
|
¿qué le exiges a Atila? |
ILDICO |
Merecerme. |
ATILA |
Si merecer es signo de victoria, |
|
mira y responde si el laurel no es mío: |
1625 |
(Irguiéndose.)
|
|
en pie estoy bajo el peso de la gloria |
(Arrodillándose.)
|
|
y a tus pies bajo el peso del desvío. |
ILDICO |
Te engañas; de tu vida en la penumbra |
|
ves coloso al reptil. Aprende, Atila, |
|
que el fuego del amor llama es que alumbra |
1630 |
|
y tu grandeza es fuego que aniquila. |
|
De ti propio enemigo es tu renombre; |
|
lazos de maldición por él te oprimen. |
|
Yo no aborrezco a Atila por el hombre; |
|
le execro como espíritu del crimen. |
1635 |
ATILA |
(Tras breve lucha y decidiéndose por la amenaza.) |
|
Cederás por la fuerza. A mi pujanza |
|
¿qué eres? Átomo vil que el mar azota. |
ILDICO |
Cuando hasta el cielo el mar sus ondas lanza |
|
se hunde el bajel, pero la arista flota. |
ATILA |
Yo sé las rocas convertir en llanos. |
1640 |
|
Ya no imploro tu amor, tu amor exijo. |
|
La vida de Ardarico está en mis manos: |
|
un cetro te vendí, cómprame un hijo. |
(ILDICO lanza un grito, mide a ATILA con la mirada y le dice con arrebato frenético.)
|
ILDICO |
Que aún puedo odiarte más dice ese pacto. |
|
No hay fuerza, Atila, que a tu fuerza cuadre. |
1645 |
|
Hasta mi odio es fecundo a tu contacto; |
|
estéril te le di, le has hecho madre. |
|
(Aparte.) (Es preciso matar.) |
ATILA |
(Siempre alimentando una esperanza.) |
|
¿Qué me respondes? |
ILDICO |
Que mi vida vendí por el desprecio; |
|
mas ya que avaro mercader escondes, |
1650 |
|
la suya doy también. Te doblo el precio. |
ATILA |
(Conduciéndola a uno de los lados de la tienda para
mostrarle el sacrificio de FLAVIO.) |
|
Pues ven y mira. (A los que se suponen fuera.) |
|
¡Empiece el sacrificio! |
|
(A ILDICO.) Sigue de ese pastor la angustia lenta, |
|
finge al ser de tu ser en el suplicio |
|
y amor pronuncia aunque tu labio mienta. |
1655 |
ILDICO |
¡Te execro! |
ATILA |
(Fuera de sí.) ¡Basta! |
|
(A los de fuera.) Que el empuje rudo |
|
del tormento prolongue su agonía. |
VOZ DE FLAVIO |
César, voy a morir, yo te saludo. |
|
El ay recoge que mi voz te envía. |
(Suena el canto del cuervo. Principian en lontananza los gritos de la insurrección, que
irán en aumento hasta el fin de la obra.) |
ILDICO |
(Aparte.) (¡La señal!) (En el colmo de la alegría.) |
ATILA |
(Mirando afuera.) Mas... ¿do van mis escuadrones? |
1660 |
|
¿Qué indica ese crujir de los aceros? |
ILDICO |
Es que arrastran tu púrpura a girones |
|
al compás de tus ayes lastimeros. |
ATILA |
¡Maldición! Con mi espada rutilante |
|
corro ante la traición a abrirme paso. |
1665 |
|
Mientras dura del sol el curso errante |
|
es el rey de la luz hasta en su ocaso. |
(Blande su espada, pero al esgrimirla cae postrado en el suelo, presa del tósigo.
ILDICO le mira insultante y desnuda un puñal que lleva oculto.) |
|
Mas... ¿qué es esto? ¡Mi empuje me abandona! |
|
Circula por mi frente un sudor frío. |
|
Yo no quiero morir sin mi corona, |
1670 |
|
sin tu amor, sin venganza, en el vacío. |
ILDICO |
Ya estamos frente a frente: ¡cuál contrasta |
|
con esa postración tu valentía! |
|
¡Muere, fiera, a mis manos! Mas no basta: |
|
prolongar necesito tu agonía. |
1675 |
ATILA |
Es tu saña infernal. |
ILDICO |
No se me oculta, |
|
mas no hay poder que mi furor contenga. |
|
El que pretende herir, si antes no insulta, |
|
asesina, es verdad, mas no se venga. |
|
Mi enojo, Atila, por mi voz te ofrece |
1680 |
|
ser digno de tu infamia en tal instante. |
|
Contempla este puñal. ¡Cómo estremece |
|
ver un filo sutil y penetrante! |
|
Al mirar que en la diestra se levanta, |
|
al saber que se agita en el vacío, |
1685 |
|
al apoyar su punta en la garganta, |
|
Atila, ¿no es verdad que sientes frío? |
|
¡Muere! |
ATILA |
No sin tu amor, ¡ay de mí triste! |
ILDICO |
¡Cuál del miedo apurar te hago las heces! |
|
¿Pensando que iba a herir te estremeciste? |
1690 |
|
¡Qué feliz soy! ¡Te mataré dos veces! |
(Gritando a los de fuera.)
|
|
Aquí todos, llegad, oh mis amigos. |
|
Deponed un instante la fiereza. |
|
Va a sucumbir el crimen: sed testigos |
|
del fragor con que se hunde esta grandeza. |
1695 |
VOZ DE FLAVIO |
Cristiano, Atila, soy. |
ILDICO |
(A FLAVIO.) ¡Valor, hermano! |
|
¡Voy a vengarte, mi puñal lo abona! |
VOZ DE FLAVIO |
(Estentórea y llena de inspiración.) |
|
¡Detente! Le perdono. Soy cristiano |
|
y no es digno de Dios quien no perdona. |
(ILDICO, al oír esta frase, deja caer su puñal, se cubre el rostro con las manos y
exclama puesta de rodillas.) |
ILDICO |
¡Señor! ¿Y yo en mis preces solitarias |
1700 |
|
te osé invocar? Si redención es llanto, |
|
deja que envuelta en líquidas plegarias |
|
yo me esconda de mí. ¡Me doy espanto! |
(Rompiendo a llorar arrepentida.)
|
ATILA |
Ni le debo a tu saña mis despojos, |
|
ni al alcázar de amor abres la puerta. |
1705 |
|
Al calor que despiden mis enojos |
|
parece que mi espíritu despierta. |
ILDICO |
¡Perdón! |
ATILA |
Se inyecta en sangre mi pupila |
|
y en vano en mi impotencia me retuerzo. |
(Lucha como un desesperado y logra blandir el puñal que arrojó ILDICO.)
|
|
Pero... blandí el puñal... Aún soy Atila; |
1710 |
|
acúdeme, valor; haz otro esfuerzo. |
VOCES |
¡Muera Atila! |
ILDICO |
¡Qué horror! |
(ATILA consigue ponerse en pie.)
|
ATILA |
¡Supremo instante! |
|
Ya se dilatan mis dormidos brazos. |
|
Aún podré con mi aliento de gigante |
|
recoger de mi imperio los pedazos. |
1715 |
(Dirigiendo su voz a los de fuera.)
|
|
¡Hunos! ¡Valor! El formidable acento |
|
que del orbe en los ámbitos retumba |
|
eco es de infamia que repite el viento |
|
al chocar contra el borde de mi tumba. |
|
Escena V
|
|
DICHOS, el SOLDADO 5.º, seguido de varios hunos, que traen prisionero a
ARDARICO. |
|
SOLDADO |
He aquí a un traidor que libertad buscando |
1720 |
|
cedió al empuje de mi rudo choque. |
|
El derecho de herirle te demando. |
ILDICO |
¡Hijo del corazón! (Corriendo a él.) |
ATILA |
(Con voz atronadora.) Nadie le toque. |